Disclaimer: Todo lo reconocible pertenece a J.K. Rowling, el resto es mío.
Aviso: Este fic participa en el Amigo Invisible de San Valentín 2019 del grupo "Team Dramione". La persona a la que me tocó regalarle es... ¡AliciaBlackM! Sí, esposa, soy yo. Menos mal que nos amamos, porque si no igual nos cogeríamos asco *corazones*
-N/A: Elegí la siguiente petición: "Blaise/Luna. Donde Luna siempre ha sido una persona muy realista a pesar de su desbordante imaginación y creatividad, y Blaise ha aprendido a utilizar el humor como el mejor oscuro contra la mierda de vida que ha tenido (por su madre siendo una viuda negra y esas cosas). Quiero una historia donde se encuentren en un período malo para ambos y puedan ayudarse mutuamente con sus formas de ver la vida y disfrutarla, pero nada romántico. Que sean amigos y que ese vínculo de apoyo que los une sea lo importante. Repito, AMIGOS (y sin derecho a roce)".
Sé que no es la que tenías como prioritaria, esposa, pero no tengo el tiempo que esa petición requería y no quería cagarla xD Espero que te guste este pequeño detalle para demostrarte mi amor y que haya plasmado aproximadamente la idea que tenías de Blaise y Luna *corazones again* N/A-
A Band-Aid For Sadness
1/3.
Segundo miércoles
Blaise no sabía cómo había terminado en aquella situación, pero, ya que estaba, se terminaría el café. Miró a Lunática (tomó nota mental de no llamarla así a la cara), sentada frente a él con su propio café, pero al ver que los ojos de ella estaban fijos en él, apartó la mirada. Sonrió, intentando evitar la incomodidad, y se encogió de hombros.
—Bueno… ¿qué haces aquí? —le preguntó.
La chica, que pese a ser cinco años mayor que la última vez que se vieron, seguía teniendo los mismos ojos ligeramente saltones y la misma expresión casi como ida, pestañeó varias veces, como si acabara de volver a la realidad.
—Si te respondo y luego te pregunto lo mismo, ¿me responderás tú con sinceridad?
Blaise chasqueó la lengua.
—Me ofende que pienses que pueda ser así de hipócrita.
Esta vez fue Luna quien se encogió de hombros.
—No guardo un buen recuerdo de la mayoría de mis compañeros de Hogwarts. Además, no te conozco, así que…
—¿Y por qué me has propuesto tomar un café? —replicó Blaise.
Como el miércoles anterior, Blaise había acudido a lo que él llamaba «el interrogatorio rutinario» y había coincidido con Luna Lovegood, que salía de la consulta contigua a la suya. Habían permanecido unos incómodos segundos en silencio hasta que se saludaron y ella le dijo que «el café que sirven abajo está bastante malo, pero al menos sirve para calentarse». Blaise tendría que haber dicho que no, pero como tampoco tenían nada mejor que hacer, ahora estaba con la chica rarita de Hogwarts en la cafetería de San Mungo.
—Eres mi excusa para despejarme un poco sin sentirme demasiado culpable. ¿Vas a seguir viniendo por aquí? —preguntó tras una pausa para tomar un sorbo de café.
Blaise removió su bebida con una cucharilla para que el azúcar no se quedara al fondo. Odiaba el café amargo.
—Seis semanas más. —Luna se quedó mirándolo en silencio, el tipo de espera que obligaba a cualquiera a seguir hablando para llenar el vacío. Y Blaise no era de los que se sentían cómodos con el silencio—. Pillé un pedo impresionante y tuvieron que ingresarme, así que ahora me obligan a venir aquí cada semana y demostrar que no me he muerto o algo así —explicó vagamente. Aquello no era ni la punta del iceberg, pero tenía la mentira tan practicada que le salía con total naturalidad.
—¿Sabes lo que son los llibraudi? —preguntó Luna.
Blaise estuvo tentado de poner los ojos en blanco, pero se obligó a mantener la compostura.
—No.
—Cuando era pequeña mis padres me explicaron que si decía mentiras, los llibraudi vendrían por la noche y me comerían la lengua.
Blaise soltó una risa incrédula.
—Eso es un poco cruel, ¿no crees?
—Sí, y además esas criaturas no existen —añadió Lovegood—. Pero creo que pillas la idea.
Blaise frunció el ceño levemente, pero se dio cuenta por la mirada que ella le dedicó de que no se había tragado su historia. Decidió cambiar de tema, desviar la atención de él.
—¿Y tú qué haces aquí? —inquirió.
—Se ha repetido la historia de mi madre, pero con mi padre. Está en Cuidados Intensivos, en una especie de coma, y no consiguen despertarlo —explicó casi sin pestañear—. Probablemente termine muriendo, aunque no saben cuándo —añadió en voz más baja.
Blaise tragó saliva con fuerza. No había conocido a nadie que hablara con tanta crudeza de las desgracias de su familia. Ni Theo, que era un cínico de mierda; aunque en su caso, la muerte de su padre, que cualquier persona normal consideraría una desgracia, para el chico era un motivo para celebrar. Joder, pero si hasta había abierto una botella de champán durante el entierro.
—Vaya, lo siento —musitó.
Luna se encogió de hombros.
—¿Por qué? No lo conocías.
El otro soltó una carcajada.
—Joder, lo tuyo no es guardarte nada, ¿eh?
La joven apartó la mirada brevemente.
—Me gusta ser sincera: la vida es más sencilla de ese modo. Aunque hay veces en que la gente me llama «cruel».
Como no se le ocurrió ninguna respuesta ingeniosa, Blaise decidió permanecer callado. Los dos excompañeros se quedaron en silencio, cada uno fingiendo que le prestaba atención a su bebida. Luna fue la primera que se terminó el café. Se levantó.
—Me vuelvo con papá antes de que la situación se vuelva demasiado incómoda.
Él también se levantó.
—Suerte con… lo suyo. —A veces se sorprendía de lo empático y buena persona que podía ser—. Aunque si sigue igual la semana que viene te invito yo al café —añadió; Luna lo miró con aire sombrío. Sí, definitivamente tenía un talento especial para hacer gracia.
—Seguro que nos vemos —replicó ella antes de alejarse.
-N/A: Esposa, como esto tendrá tres capítulos puedes hacer todas las sugerencias que quieras y las añadiré. Al resto, muchas gracias por leer esto, sé que cuando no hay romance a veces no interesa tanto, pero la amistad es algo hermoso y no debemos menospreciarla. ¡Nos vemos pronto! N/A-
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MrsDarfoy
