Disfrute un segundo de la suave brisa que acariciaba mi cara, al abrir mis ojos pude ver el reflejo de alguien mas en el agua del rió, mire a mi izquierda y ahí estaba, quieta, observándome con curiosidad, pero con la mirada fría, pelo negro como el carbón, idéntico al mio, llevaba un bonito pañuelo rojo y una pila de madera a la espalda , había oído hablar de ella, Mikasa Ackerman, los chicos del barrio le tenían miedo.

(Shirou) - Hola. - No le preste demasiada atención. Continué mirando el agua pasar, tratando de olvidar lo sucedido ayer, descubrí que mi abrigo todavía seguía manchado de sangre. Ella al ver que yo no estaba dispuesto a charlar, inicio la conversación.

(Mikasa) - Shirou, verdad ? - No tenia ganas de hablar con nadie. - De los Yagai. - Un escalofrió recorrió mi espalda.

(Shirou) - Si... - Se sentó a mi lado. - Mikasa... de los Ackerman. - Asintió. El oír el nombre de nuestros padres, nos obligo a mantener un minuto de silencio. Ella fue la primera en interrumpirlo.

(Mikasa) - N-No tienes por que vivir en la calle, sabes ? - Ignore sus palabras, que solo sonaban como promesas vacías, mientras me quitaba la vieja chaqueta de mi padre y la arrojaba al rió. Vi a un chico en la orilla de enfrente, estaba estirado bajo la sombra de un árbol, dormido. Con otro montón de leña al lado, similar al de mi compañera.

(Shirou) - Lo dices como si tuviera a donde ir. - No es el caso.

(Mikasa) - Ojala... - La mire extrañado, estaba embobada observando al que parecía ser su mejor amigo. - Ojala tengas tanta suerte como yo. -

(Shirou) - Si, ojala... - Observe como la corriente alejaba cada vez mas lejos una de mis prendas favoritas. Me miro con algo de pena. Se acerco a susurrarme algo.

(Mikasa) - Le preguntare si puedes venir con nosotros al profesor Jaeger ! No me importaría compartir habitación con alguien mas. - Me sonroje un poco, la mire de reojo, no me había dado cuenta asta ahora, pero sus ojos grises eran preciosos y tenia una casi imperceptible y juguetona sonrisa, dibujada bajo la llamativa bufanda... Me hizo sonreír a mi también, pero no por mucho tiempo.

(Shirou) - Por que eres tan amable conmigo ? - Le extraño mi pregunta. - Ayer... mate a una persona. Dudo que nadie este dispuesto a acogerme. - Al mirarla la sonrisa había desaparecido, la note como angustiada por un amargo recuerdo.

(Mikasa) - Se lo que te paso y respondiendo a tu pregunta, empatia supongo... yo también perdí a mis padres. - Aunque ya había oído antes la trágica historia de la familia Ackerman, no me acostumbraba a charlar del tema, era tan terrorificamente similar a la mía.

(Shirou) - Lo siento. Olvida lo que dije. - Así termino la conversación. - Oye, tu amigo suele llorar mientras duerme ? - Se levanto aterrorizada.

Salio corriendo en busca de su compañero, me descalce, me senté en el borde y deje que el agua mojase mis pies, estaba fría, pero seguro que me ayudaría a despejarme la cabeza.

Pasaron los minutos y unas campanadas empezaron a resonar por la ciudad. El regreso de los héroes, las tropas de reconocimiento. Todos siempre se arremolinaban a su alrededor para recibirlos. En otro momento me habría alegrado de su regreso, pero ahora no me hacia demasiada ilusión, luche por evitar que se me escapasen las lagrimas.

Oí pasos a mi espalda, me seque las mejillas con rapidez y me levante, eran tres o cuatro niños, sin cara de querer hacer amigos.

(¿?) - Buenos zapatos, llorica. Me vendrán bien. - Me los puse, antes de que pudiera cogerlos.

(Shirou) - Entonces ven a buscarlos. - Fui capaz de enfrentarme a un policía militar, no voy a permitir que unos niños me asusten. Se adelanto y trato de darme un puñetazo, lo esquive con facilidad y le di un rodillas en el estomago, cayo al suelo dolorido. Uno de sus amigos se acerco corriendo para derribarme, me aparte y lo vi caer al rió, no tardo en empezar a chapotear y pedir ayuda.

(¿?) - IDIOTA ! NO SABE NADAR ! - Arrastre al del suelo asta el borde y lo arroje al agua de una patada, ahora chapoteaba con su compañero. - EL TAMPOCO ! -

(Shirou) - Bueno, espero que tu si que sepas. - Lo empuje. Por suerte, el si que sabia y pudo arrastrar a los otros dos asta la otra orilla sin problemas. Me miraban aterrados. - SHIROU YAGAI, ACORDAOS DE QUE MIKASA YA NO SERA VUESTRA ÚNICA PESADILLA, NENAZAS ! - Corrieron, espantados.

Un poco mas rió abajo había un chaval rubio, un poco bajito, me miraba como si fuera su nuevo ídolo, tenia un libro en las manos, vi que detrás de el se encontraban Mikasa y su inseparable. Este ultimo ni siquiera se percato de mi presencia. Se sentaron a charlar en la orilla, me volví a acomodar, observándoles, Seré capaz de volver a hacer algo como eso ? Sentarme a charlar con unos amigos de mi edad. Parece fácil, pero solo lo parece y lo echo muchísimo de menos, planteándome esto termine por rendirme a la fatiga y me quede dormido.

Un estruendo, seguido de un intenso temblor me despertó, me levante algo confuso, sin saber que sucedía, me acerque a una de las avenidas que daban al portalón que separa Shiganshina del resto de la comarca que se esconde tras el muro Maria, la gente gritaba y corría asustada, un soldado me atrapo de la cintura y me cargo mientras corría.

(Shirou) - EY, QUE HACES ? BÁJAME ! - Al mirar atrás, lo vi, era enorme, un titan gigantesco, el mas grande que jamas había visto, el mas grande que jamas nadie había visto, era mas alto que el mismísimo muro.

Pero, al bajar un poco la mirada, fui testigo de la autentica catástrofe, la muralla, había abierto un agujero en la muralla, dejando entrar al resto de titanes. Y como si vinieran una detrás de otra, tenia otra mala noticia, uno de esos titanes, de unos tres metros de altura, nos perseguía y con sus grandes zancadas no tardaría en alcanzarnos. No iba a morir devorado, todavía no. Cogí una de los depósitos de gas del DMT del soldado, que estaba demasiado ocupado dando indicaciones a los demás ciudadanos, mientras intentaba escapar de ese monstruo, conmigo a cuestas, como para percatarse de lo que hacia. Lo golpee con todas mis fuertes contra la pared de la casa colindante, asta que vi que tenia un par de perdidas, sin mas miramientos lo arroje al suelo. Gracias a dios, el titan lo piso, haciendo que estallara, obviamente, no le hizo daño, pero conseguí que perdiera el equilibrio y cayera. Antes de que pudiera llegar a levantarse de nuevo y tratar de alcanzarnos una andanada de cañones volatilizo su cabeza.

En apenas unos minutos descansábamos tras la seguridad del escuadrón de artillería y el muro Maria, un par de familias y el soldado, que habían sido testigos de mi argucia, se acercaron a darme las gracias. Yo no sabia que decir, lo había hecho para salvarme a mi mismo. Antes de que pudiera ni acercarme a la plataforma de embarque, pude ver que los últimos en subir fueron Mikasa y sus compañeros, me plantee gritar, para llamar su atención, pero algo en sus ojos me dijo que no era ni el momento ni el lugar, espero volver a verlos. El buque zarpo sin mi, ya estaba lleno, pensé en hacer el camino a pie asta Trost, lo descarte instantáneamente, eran casi 8 horas andando, podría colarme en algún carro. De golpe, el sonido mas aterrador que existe inundo la explanada, el silencio, la artillería, porque se detiene ?

Un estruendo me interrumpió, al girarme, vi lo peor que podría ocurrir-le a la raza humana, de nuevo, un agujero en la puerta, esta vez el causante no era tan absurdamente grande, pero una extraña coraza cubría su piel, parecía sencillamente indestructible, había atravesado una de las resistentes puertas del muro Maria, cargando con su cuerpo contra ella como si nada. Me sentí estúpido por pensar que estaría a salvo por ponerme detrás de otra pared idéntica a la que abrieron hace menos de media hora. Las rodillas me temblaban.

(¿?) - H-Han conseguido derribar el portalón... han atravesado el muro Maria ! - Cuando me dispuse a unirme a la gente que huía alejándose de la ahora inútil cerca, de la que no paraban de surgir esas criaturas horribles, estúpidas, insensibles y crueles que nos acechan desde que el tiempo es tiempo. Ahora que ni una tapia de 50 metros las detiene, que lo hará ? Alguien me paro en seco, agarrándome de la mano, era el soldado de antes, con una sonrisa de oreja a oreja, aunque seguía temblando-le la mano de puro terror.

(Soldado) - Creo que tu ya has visto suficiente por hoy, amiguete. - Arranco a correr de forma perpendicular a la multitud, me costaba seguir-le el ritmo, mis piernas son mucho mas pequeñas que las suyas, pronto llegamos a la orilla del rió. - Intenta caer sobre algo blando. - Sin mas miramientos me arrojo con todas sus fuerzas hacia el ultimo navío, deduje que un chico de 10 años, mal alimentado, no debe pesar demasiado, por que la trayectoria no fue precisamente corta. Me di cuenta de donde iba a caer... prefiero el agua. Estaba a punto de desplomarme encima de Mikasa, me va a destripar.

(Shirou) - CUIDADO ! - La pobre muchacha apenas tuvo tiempo de alzar la mirada, antes de que me precipitase sobre ella, rodamos por toda la cubierta. - AU ! Lo siento. - Sin tiempo de procesar el como o el porque, me halle encima de una chica infinitamente mas bella de lo que ella jamas comprenderá, que acariciaba su dolorida frente, tratando de aliviar-la. Me ruborice un poco y no tarde en quitarme de encima.

(Mikasa) - C-Como has llegado hasta aquí ? Hay casi 7 metros de distancia asta la orilla. - Dijo, con una voz tan tranquila como la de antes, poniéndose de pie. No parecía molesta por el hecho de que haya aterrizado sobre ella.

Tartamudee intentando disculparme, se me ocurrió algo mejor. La arrastre de la mano asta el borde de la barcaza, conseguí despedirme del soldado, que hizo el saludo, con el que entregaba su corazón a la humanidad, desenvaino y marcho en dirección opuesta a la muchedumbre.

(Shirou) - Ese soldado... tenia miedo, estaba aterrorizado, pero aun así... se ha tomado la molestia de preocuparse por un niño como yo... - Mi compañera me ofreció un lugar donde sentarme a su lado, mas bien me obligo a ocupar-lo, termine cediendo, trataba de ignorar los lamentos de los demás tripulantes mientras pensaba que haría a continuación, todo había sucedido tan rápido, mis padres han muerto, el mundo se acaba y jo sigo siendo un niño inútil, incapaz de vengarles o de salvarme a mi mismo, después de una hora de viaje, tenia algo en mente, cambiare, entrenare, creceré, alguien pagara por lo que le ha hecho a mi familia y definitivamente no voy a dejar que estas bestias puedan conmigo, puliré los detalles en otro momento, lo único de que no me escasea es tiempo para pensar, estaba atardeciendo rápidamente y el hombro de Mikasa era tan cómodo y cálido, que no tarde en dormirme por ultima vez ese día, a su lado.