Disclaimer: Los personajes no me pertenecen sino a sus creadores.
Nota: Puede hacer referencias a High Speed!
(Me inspire a hacer este fanfic viendo Skins). XD
Sensaciones Compartidas
Un simple día de entrenamiento, el secreto fue revelado.
…..
En el reconocido instituto Samezuka, cinco nadadores y amigos, entre ellos el capitán de natación de aquel instituto, terminaban una jornada de entrenamiento algo duro por las competencias próximas antes de la graduación.
Todos terminaban sus labores mientras el capitán de aquella escuela y el aun capitán del otro equipo proveniente de otra escuela salían de los vestidores antes que todos, el más alto de los dos después de espabilarse se dispuso a volver a los vestidores por sus compañeros de equipo cuando instantáneamente el otro lo tomo de un brazo suavemente para atraer su atención.
-Oye, Makoto, antes de que se vayan… quiero preguntarte algo… - Pregunto un chico de dientes filosos a su amigo.
-No te preocupes Rin, somos amigos ¿no? dime, ¿Qué sucede?-
El viento soplaba levemente los cabellos de ambos mientras hojas de los arboles caían sin dar aviso.
-Veras… - tomo su cabello haciéndolo para atrás –ayer tuve un sueño retrospectivo de cuando éramos niños, cuando Haru casi se ahogaba en aquel rio…, en aquel entonces, ¿Por qué parecía que tú también te estabas literalmente ahogando?, pude notar tu respiración cortada pero… pensé que era por el hecho del susto, parecía algo realmente grave y… extraño-
El chico de ojos verdes abrió ampliamente los ojos ante la pregunta de su amigo, realmente no lo esperaba, mas sin embargo casi instantes después cambio su faceta sorprendida y algo asustada por una más seria y melancólica.
-Rin… sabes, te diré un gran secreto, no me hará daño confiártelo a ti porque…puede que no me creas, pero debes prometerme no decírselo a nadie, y cuando digo nadie, es absolutamente nadie. En especial a Haru, ¿Puedo confiártelo y me das tu palabra?-
-…. Claro- contesto algo inseguro el pelirrojo.
...
Desde pequeños y conforme los años pasaban Makoto y Haruka siempre habían estado juntos, preescolar, escuela, preparatoria…
Makoto no podía recordar un periodo largo de tiempo donde su amigo azabache no estuviese en sus fotos mentales.
Pero a pesar de conocer todo el uno acerca del otro, Makoto ocultaba un gran secreto.
El menor aparte de la habilidad que tenía para comunicarse con el otro sin hablar, tenía la extraña habilidad de poder sentir lo que el ojiazul sentía.
Prácticamente, cuando alguien abrazaba al azabache, él también podía sentirlo, si alguien lo agredía, podía igualmente sentirlo, la única restricción de ese poder era que esto solo sucedía cuando involucraba a terceras personas, y lo más extraño era que las pocas veces que podía abrazar a su amigo, el tacto en su piel se sentía mil veces más que cualquier otra cosa, el darle a Haruka un abrazo, era muchas veces más sensible en su piel que todas las veces en las que se había raspado las rodillas tratando de aprender bicicleta.
Ese mismo poder, el castaño pudo concluir que se activó el mismo día en que Haru casi se ahogaba cuando eran pequeños, pues aparte de darse cuenta visualmente de la desgracia, segundos antes el había sentido su respiración achicarse mientras un mal presentimiento sucumbía su pecho, la sensación y la desordenada respiración no se fueron hasta que el ojiazul se hubo curado de aquel incidente.
Mientras el tiempo pasaba más, Makoto se pudo dar cuenta por sí mismo de algunas sensaciones ajenas a su cuerpo. Al principio le aterraba, pues pensaba que fantasmas le estaban jugando una mala pasada, pero un día común donde Nagisa en un torpe abrazo tiro a Haruka al piso, Makoto pudo descubrir de donde provenían aquellas sensaciones.
El castaño decidió guardar el secreto puesto que probablemente el contárselo a su amigo, o inclusive a alguien, podría resultar escalofriante. Aprendió a moderar sus gestos para guardar el secreto profundamente llegando a olvidarlo a veces.
Con el pasar de los años pudo adaptarse a aquella habilidad, acostumbrándose a sus curiosos poderes, inclusive a veces le resultaba gracioso mientras que otras veces doloroso, se dedicó y acoplo a sentir por los dos, como siempre lo hacía.
...
-Increíble ¿no?, te dije que no me creerías, además… es algo extraño, pero… esa es la verdad- Makoto no podía dejar de sonreír melancólicamente con un toque de diversión es su voz al relatar su extraño secreto.
-Te creo- contesto el tiburón con el rostro serio. El de orbes esmeraldas adopto un gesto de incredulidad.
-Rin…-
-¡Quién lo diría Mako-chan!, presentíamos que algo así ocultabas, pareces casi siempre predecir los movimientos de Haru-chan- le contestaban a sus espaldas sus amigos menores a excepción del ojiazul.
-¡¿Qu…-
-Tranquilo, Haru-chan aún estaba nadando cuando lo dejamos así que no está por aquí- le contesto su amigo rubio tranquilizándolo.
-Debe haber una explicación científica para algo así, creo… tratare de investigar y dedicare todo mi esfuerzo por ayudarle Makoto-sempai- contesto Rei con mirada seria acomodando un poco sus gafas.
-Aun si la hubiera no creo que tenga cura o algo así, además… - cerro su sonrisa con un rostro tranquilo y pacifico - no es algo que me afecte físicamente, no es como si cuando el cortara me fuese a salir la misma herida, solo son sensaciones, simples roces o débiles golpes, no tienes por qué preocuparte Rei- se dirigió para con su amigo que le devolvía una mirada igual de tranquila y comprensiva.
-Vaya que todos ustedes son extraños-
-jaja….¡No te muerdas la lengua con tus dientes de tiburón Rin-Rin!-
-¡¿Qué dijiste?!-
-¿Qué sucede?...- se escuchó la voz del individuo tema de conversación, Makoto lo volteo a ver con semblante tranquilo, había aprendido a guardar el único secreto que tenía para con su amigo de manera casi perfecta.
-Solo hablábamos de recuerdos acerca de nuestras visitas aquí, ya sabes Haru-chan, como es la última practica "amistosa en conjunto" es algo nostálgico- contesto Nagisa con mucha euforia bajando la mirada y fingiendo una tristeza dramática. El de orbes zafiro lo miro seriamente aburrido con un brillo de tristeza en sus ojos.
Todos los demás internamente estaban sumamente sorprendidos, de todos los presentes, su amigo más ruidoso y hablador, había sido el más discreto en reaccionar, Makoto le agradecería a Nagisa por siempre al ocultar su secreto.
-…. - Haruka pasó su mirada de un dramático Nagisa hacia su mejor amigo para hacer acto de dirigirse tranquilamente hacia la salida del instituto. El sol ya estaba ocultándose- Vámonos, Makoto-
Ante tal acto todos empezaron a seguir al ojiazul para retirarse siendo acompañados por el capitán pelirrojo.
-Adiós Rin-sempai fue un gusto entrenar con usted-
-¡Bye Bye Rin-chan!- el rubio agitaba su mano enérgicamente mientras tomaba la del chico de lentes y literalmente lo arrastraba hasta el delfín que iba por delante de todos.
-Adiós Rin, nos vemos luego-
Con un poco más de tranquilidad al haberse quitado un peso de encima, el ojiverde prosiguió a llegar lado de Haruka y sus compañeros cuando un brazo nuevamente se lo impidió.
-Espera… Makoto- el pelirrojo lo miraba seriamente.
-¿Qué sucede?- se detuvo el más alto ante tal acto haciendo frente a su amigo algo preocupado de su actitud.
-¿Qué harás cuando él se enamore?... esa habilidad te hará sufrir- le soltó el tiburón con semblante serio sin perder su porte rudo y masculino.
-De que ha…-
-A ti te gusta el ¿no?, no soy idiota, y no soy el único que piensa eso, eres muy transparente en ese aspecto, probablemente el único que no se ha dado cuenta es ese tonto-
El más alto lo veía nuevamente sorprendido y ¿dolido?, al parecer Rin sabía más de muchas cosas de lo que aparentaba.
-Gracias Rin, estoy agradecido de ser tu amigo- fue lo único que pudo contestar el ojiverde para despedirse con una sonrisa tranquila y llena de cariño. El otro por su parte solo pudo suspirar y despedirse agitando su mano sin seguir con el cuestionamiento anterior.
Continuara….
