Hola, hola mis queridos semidioses, este es el primer fanfic que hago en este fandom, así que espero sea de su agrado. Después de leer La Casa de Hades no pude evitar caer enamorada de esta parejita, ¡los shippeo intensamente! Leo es mi personaje favorito, y se merece un final feliz, solo espero que el tio rick no decida otra cosa T-T
Nada de esto me pertenece, provienen de la perversa mente del rey de los trolls el tio Rick Riordan. (lo adoro al muy maldito)
sin mas, espero que disfruten de este fanfic, no se cuantos capítulos tendrá, dependerá de mi genio creativo(?)
Nota: Los "zzz" son cambios de escena
En el momento en que aquel dolor insoportable invadió su cuerpo, cuando vio sus ropas mancharse con aquel liquido carmesí; supo que no contaba con mucho tiempo.
Tomo el astrolabio que guardaba cuidadosamente en su bolsillo. No hacia poco por fin había conseguido conectar el cristal con éxito y hacer que el aparato funcionara.
La lucha a su alrededor estaba llegando a su fin, podía oírlo; realmente esperaba que sus amigos lo estuvieran logrando, pero ahora que sus fuerzas estaban a punto de agotarse, solo había una sola cosa en la que podía pensar. "Una promesa que mantener con el ultimo aliento" esa parte de la profecía estaba apunto de cumplirse, no podía huir de ello.
Tomo el astrolabio con ambas manos y cerro los ojos con fuerza; evoco la imagen de aquella joven de cabello dorado, de ojos avellana, de aquella chica que lo volvía loco.
-Llévame a Ogygia por favor… déjame verla por ultima vez- Murmuro poniendo todas sus energías restantes en ello.
Un resplandor dorado lo cegó de golpe, y todo se volvió oscuridad.
Zzzz
Cuando aquel resplandor ilumino la orilla de la playa, Calypso no pudo evitar sobresaltarse; su corazón comenzó a latir deprisa, miles de preguntas se agolparon en su mente. ¿Leo? ¿Realmente habría sido capaz de volver por ella? ¿Pero que había sido ese resplandor? ¿Qué tal si se trataba de otro héroe?
Decidió avanzar con cuidado, caminando lentamente y reteniendo el aliento un poco mas cada que se acercaba. Al final, una figura tendida en la arena apareció ante sus ojos, corrió hasta el al tiempo que las lagrimas inundaban sus ojos; aun en la oscuridad, su cabello rizado y su complexión eran inconfundibles para ella. ¡Era el! ¡Era Leo! ¡Realmente había regresado!
Su corazón se detuvo de golpe al llegar junto a el. Cayó de rodillas a su lado, comenzando a entrar en pánico. ¿Por qué lo cubría tanta sangre? ¿Por qué permanecía inmóvil en la arena?
-Leo- Lo llamo con la voz entre cortada –Valdez, por favor, no me hagas esto, muévete- Menciono poniendo una mano sobre su mejilla y acariciándola con dulzura.
Poco a poco, los ojos del joven se fueron abriendo, y Calypso no pudo evitar soltar un sollozo de emoción.
-Hey sunshine- Murmuro Leo, recurriendo a sus ultimas fuerzas, las cuales parecían agotarse rápidamente con cada minuto que transcurría.
-ssh… No hables- Respondió ella, tragándose las lagrimas y comenzando a analizar la herida, buscando una forma de curarlo.
-Vas a estar bien, yo solo tengo que…-
-No- La mano del joven de repente se poso sobre la suya y Calypso bajo su mirada para encontrarse con el rostro suplicante de Leo.
-Ya no hay forma sunshine… estoy… muriendo-
La chica negó frenéticamente con la cabeza; no lo aceptaba, de ninguna manera podía aceptar que eso estuviera ocurriendo. ¿Qué no había tenido ya demasiado sufrimiento? ¿Tenían que arrebatarle al único héroe que la había amado tanto como para volver por ella?
-Calypso- La llamo él, haciendo que volviera a la realidad. –Perdóname… yo realmente… deseaba liberarte…-
Las palabras se amontonaron en su garganta, haciéndola incapaz de pronunciar algo mas que sollozos. No, definitivamente no podía dejarlo morir ¿pero que podía hacer ella? El tiempo se le escapaba de las manos con rapidez.
-No Leo, tu no puedes morirte ¿entiendes? No vas a morirte ahora Valdez- Consiguió por fin articular, con las lagrimas surcando su rostro como cascadas.
-Sunshine- El joven sonrió tristemente –Ya no hay…-
-¡Si la hay! Si hay una forma- Interrumpió la diosa menor, con absoluta firmeza en sus palabras. Una idea había llegado a su mente, una idea estúpida y arriesgada, una que sabia que Leo no aprobaría; pero no le importo, no si con eso podía salvarle la vida.
El chico la miro expectante, sintiendo como sus parpados le pesaban mas y mas, muy pronto, ya no podría mantenerlos abiertos.
-Leo Valdez- Dijo ella, agachándose un poco mas hasta que su rostro quedo a pocos centímetros del rostro del chico.
-Vas a vivir vale, por mi- Tomo una de sus manos entre las suyas, y le dedico la sonrisa mas brillante que pudo.
Un resplandor dorado comenzó a emanar de ella, transmitiéndose lentamente hacia el cuerpo del chico. Las fuerzas de Leo comenzaron a regresar casi de inmediato, pero el agarre de Calypso se debilitaba con cada segundo que transcurría.
-Calypso ¿Qué? ¿Qué estas haciendo?- Pregunto el joven atónito, alzándose sobre sus antebrazos para quedar mas cerca de la chica.
-te estoy transmitiendo mi fuerza vital, renuncio a mi inmortalidad para que puedas seguir viviendo- Murmuro, esta vez siendo ella la que sentía sus fuerzas esfumarse.
-¡No! ¡No voy a dejar que hagas esto!- Grito el joven semidiós con desesperación, acunándola entre sus brazos y estrechándola fuerte contra su pecho.
-No puedo perderte Calypso, no puedo…- Menciono con el nudo formándose en su garganta. La chica poso sus manos en las mejillas del moreno, y le sonrió con una dulzura infinita. –y yo no puedo perderte a ti ¿no lo entiendes? Tienes gente que te espera de vuelta Leo, no los hagas esperar-
El semidiós soltó un gruñido de frustración y al no poder formular alguna respuesta coherente, junto sus labios con los de ella, en un beso desesperado.
Se separaron mas rápido de lo que les hubiera gustado, por que Calypso ya no podía sostenerse por si sola.
-Eso si paso ¿cierto?- Pregunto él, evocando el recuerdo de su primer beso; Calypso sonrió como pudo y asintió débilmente.
-Te amo Leo- Susurro cerrando los ojos y dejando de apretar su mano.
Leo se aferro a ella con mas fuerza, sintiendo las lagrimas correr libres por su rostro.
-También te amo Calypso- Pronuncio estas palabras, y un estallido de color dorado lo envolvió todo de golpe.
Zzz
Leo despertó sobresaltado, empapado de un sudor frio. Miro a su alrededor frenéticamente y se dio cuenta de que se encontraba de vuelta en su camarote a bordo del Argo ll. ¿Todo había sido un sueño? No, era imposible.
Busco en su cuerpo algún rastro de la herida que lo había mantenido al borde de la muerte, pero no encontró absolutamente nada.
Se levanto de inmediato, dispuesto a salir del lugar, cuando la puerta se abrió de golpe; Piper lo observo desde el portal y al darse cuenta de que estaba de pie, corrió a abrazarlo, aliviada de ver a su amigo por fin despierto.
-¡Por todos los dioses Leo! No sabes lo asustada que estuve, todos lo estuvimos- Comenzó a decir Piper, sollozando un poco entre palabras.
-Jason vio como te herían y antes de que pudiéramos alcanzarte habías desaparecido, y luego apareciste de nuevo en la cubierta del barco, como si nada hubiese ocurrido-
Leo intento asimilar todas sus palabras, al tiempo que sentía como un enorme vacío se abría paso en su interior. Sí había sido herido durante la batalla, lo que significaba que todo lo demás…
-No, no, no, no, ¡No!- Grito con frustración, haciendo que Piper retrocediera asustada.
-¿Leo? ¿Qué es lo que…?-
El joven dio un puñetazo hacia la pared, empezando a agitar sus hombros de forma violenta. La hija de Afrodita se acerco a su mejor amigo de vuelta, para descubrir que aquellos movimientos se eran el producto de sus sollozos.
Leo lloraba, lloraba de una forma desgarradora, dejando salir toda la impotencia y dolor que sentía por dentro.
-Calypso…-
Zzz
En algún lugar de New York
La joven de cabellos dorados observaba con nostalgia por la ventana de su habitación. Todos los días era lo mismo, esos sueños tan realistas, tener esa sensación de que le faltaba algo importante, alguien importante.
-¿Vienes o te quedaras aquí todo el día?- La voz de su compañera de habitación la hizo apartar su vista y volver a la realidad.
-Si, voy enseguida- Respondió soltando un ligero suspiro. La otra chica sonrió y la tomo de la mano arrastrándola hacia la sala de estar.
-Tienes que convivir un poco más Calypso- La joven de cabello dorado asintió, dejándose llevar escaleras abajo…
y bien? que les pareció?
espero que me dejen su opinión con in bello review
me motivaran y me ayudaran a seguir con la historia
Anfernarusaku fuera*
