¡Hola! Sí, soy yo, la desaparecía de la vida. Bueno, sólo me pasaba para dejaros mi primer mini drabble de Rumbelle. Ni siquiera me preguntéis de dónde salió, simplemente salió. Muchas gracias por leer *corazoncitos por aquí*
Según las múltiples leyendas sobre el Ser Oscuro, si pronunciabas su nombre, éste oiría tu conversación, estuviera donde estuviera y fuera como fuese; sin embargo, con tus pensamientos era diferente, pues por mucho que pensaras en el poderoso brujo, éste jamás podría oírte ni saber nada de ti, pues los pensamientos son sagrados y privados. Rumplestinskin siempre consideró esto como una ventaja, dado que en cuanto sus enemigos lo nombraran, él sabría quiénes son y qué planes había en marcha.
Pero aquella noche, su oscuro y maltrecho corazón se volvió una montañita de cenizas dentro de su pecho. Aquella noche, Bella French maldijo a Rumplestinskin, lo maldijo y lo odió, y de sus labios salieron sapos y culebras y un dolor infinito. Ni todos esos años en el manicomio ni el desprecio de su gente cuando expresó su amor por aquel monstruo se podían comparar al sufrimiento que recorría sus venas: su amor le prometió que dejaría la magia de lado, que cambiaría… qué curioso que ahora fuera el demonio que tanta sangre derramó de nuevo.
Y lo odiaba, su boca lo repetía cual eco, sus brazos rodeando sus rodillas como si eso fuera a protegerla del dolor interno, su mente ida. Sus pensamientos no paraban de suplicarle a una figura no presente que volviera a ella, que el amor era más fuerte; ¿qué hacer cuando el único consuelo que te queda es el sufrimiento?
Y mientras la pequeña castaña dejaba que el mar de sus ojos azules se inundara, el hombrecillo que no sabía qué hacer con su poder y su riqueza le suplicaba a su maldición autoimpuesta que sacara la voz de su amada de su cabeza.
