Violines al alba
VIOLINES AL ALBA
Capitulo I
Ni un murmullo se dejaba escuchar entre los pasillos, el silencio era sepulcral. Toda la gente estaba atenta y miraba hacia al frente, esperando si su dinero y tiempo habría valido la pena esta noche.
Talentos se presenciaron, ni como dudarlo. Melodías de alto ego no se podían hacer esperar. Solo faltaba la presentación especial para cerrar con broche de oro. Y que más orgullo que presentar a la hija de uno de los hombres más ricos que tuvo Inglaterra, que por fin después de tantos años volvía hacer su aparición ante el público.
Sin embargo, detrás de ese enorme telón. Una bella joven rubia temblaba sin parar, oculta detrás de su mejor amiga.
-Es imposible, no saldré. – apretaba con gran fuerza su cabello ondulado. – Hay demasiada gente.- dijo después de asomarse detrás del telón.
- No hemos trabajado tan duro para que salgas con esto Candice. – le grite para hacerla entrar en razón.
-Señorita… primera llamada. – informo un hombre de estatura baja.
-Tengo miedo Miranda, no se que esperan. – note como sus ojos se hacían cristalinos, estar aquí era un martirio, aunque en el fondo sabia que lo mas importante para ella era esta presentación.
-¡Para! ¡Para! No quiero que llores. Tu maquillaje se arruinara. – hice una pausa. -Ellos solo quieren deleitarse y tú puedes hacer eso, sencillamente. Así que anda sal es tu turno… yo estaré contigo apoyándote.
-Pero… - se aferro a la tela del telón.
-Segunda llamada… - hablo de nuevo el hombre.
-Teruce esta en primera fila… imagina que solo le tocas a el. ¡Divierte!- me acerque a ella para darle mi ultimo abrazo. – Suerte.
-Toca conmigo Miranda. – pidió sin soltar mi brazo.
Me pare en seco.
-Es imposible, esta es tu noche…
-Puede ser la de ambas, por favor – suplico pero me negué de nuevo.
-No quiero robarte al público pequeña. – reí y sostuve su mano. –Toca como siempre lo haces, con todo el gran amor que hay en tu corazón por ese violín.
-Es que… no me dejes… - apretó fuerte mi muñeca.
Tercera llamada – gritaron.
-Te estaré admirando desde abajo junto a Teruce. – la abrace de nuevo y baje para tomar mi lugar.
Los aplausos no faltaron cuando se escucho la presentación de Candy. Las enormes y elegante cortinas rojas que cubrían el escenario se abrieron ampliamente para dar paso a una pequeña dama.
La belleza de Candy era anhelada por muchas jóvenes de su edad. Alta, rizos rubios hasta la cintura, con un perfil delineado, tez blanca y sus ojos verdes como un par de esmeraldas.
Portaba un vestido strapple color azul zafiro hasta las rodillas, con zapato plateado de tacón bajo. Habíamos recogido solo una parte de su cabello con unos pasadores, el resto caía voluminosamente por su espalda.
-Parece un ángel. – exclamo el joven a mi lado mientras yo miraba el programa, donde venia el nombre de cada participante y la melodía que estarían interpretando. Candy estaría interpretando la sinfonía numero nueve de Dvorak, fina y hermosa para el oído.
Después de unos segundos Terry tomo mi mano y vi que enmarcaba una ceja, se puso inquieto.
-¿Qué pasa? – hable.
-Algo anda mal, Candy se ve muy pálida y aun no comienza.- al ver de nuevo al escenario vi a una chica inmóvil, fija como una estatua. Candy había entrado en un estado de pánico, estaba tensa.
-Tranquilo… - me pare del asiento y corrí rápido hacia atrás del telón. – Esta será tu noche, Candice White, no pasara lo mismo que hace tres años, ¡esta será tu noche! – Repetí, debía actuar antes de que esta fuera la peor en su vida. Jamás me perdonaría verla llorar de nuevo.
Subí rápido los dos escalones de la plataforma, arrebate de las manos de uno de los participantes su violín, este se estaba mofando de mi querida amiga, no me importo darle un fuerte golpe en la cara después de tomar también el arco de su estuche.
-Imbecil, no te metas con nosotras.- grite.
Dos acordes del violín fueron suficientes para llamar su atención. No me importaba lo que dijera el público, ¡ella triunfaría esta noche, pasara lo que pasara!
Me acerque junto a ella y le susurre "Te estaré esperando", nombre de la canción bien conocida por las dos, nuestra favorita, llena de sentimiento y pasión. Una melodía que relata el deseo de dos almas tristes y abatidas por sentirse queridas, pero sobre todo aprender lo más importante, amar.
Esa seria la pieza que ganaría todos los aplausos. Confiaba en ella y en mi misma, sabia que podíamos lograrlo.
-A triunfar pequeña – le guiñe un ojo. Supe que su corazón se lleno de alegría y emoción al igual que el mió. Desde lo lejos Terry, la luz de esta niña la veía complacido. Un beso fugaz le lanzo desde su lugar.
En un mismo movimiento alzamos nuestros arcos y con un parpadeó ella comenzó a desplazarlo por las cuerdas de su violín, movimientos suaves y delicados. Sonreí, nadie podía tocar de esa manera, alzar notas tan agudas sin tropezar. Delicadas al oído.
Estaba segura que cada nota penetraba los sentidos del auditorio. Era perfecto cada movimiento que hacia con su mano derecha, magistral… era la forma adecuada de llamar esto. Me llene de felicidad y yo comencé a sentirme deseosa de seguirla.
Tanto como ella amaba esta canción y moría por tocarla, de cierta forma ambas nos sentíamos identificadas en ella.
Termino un cuadro de notas y juntas llegamos al clímax de la toda la pieza. Todo mi interior retumbaba fuertemente, ambas cerramos los ojos… no mirábamos, solo sentíamos cada sonido. Era nuestra forma de tocar.
Al finalizar… el solo de Candy estrujo tan fuerte mi corazón que mares de lagrimas resbalaban por mis mejillas… no podía parar, ella arrancaba con cada desplazamiento grandes notas… logrando la perfección de todo artista.
Para mí siempre era un desafío tocar con ella, lograr alcanzar ese ritmo tan imponente que la destacaba.
Por fin terminamos.
Ella sujeto fuertemente mi mano y dimos paso a dar una reverencia, nos sentíamos tan agradecidas y felices de que nos escucharan que estábamos paralizadas nos fue imposible erguirnos de nuevo
Todo individuo en el teatro después de varios segundos de terminar estaba callado, ¿no les habría gustado? No respiraba.
Aun no abríamos los ojos, el miedo se izo presente hasta que inesperadamente todo ángulo del teatro fue invadido de fuertes aplausos ensordecedores.
Rosas caían por todos lados, embriagando con su aroma cada rincón. Gente de pie gritando y aplaudiendo por lo que acaban de presenciar. Hermoso, gritaban.
Levantamos el rostro y lo que vimos fue sorprendente.
Frente a mí, frente a las dos, el público nos miraba con gran emoción. La dicha de estar parada ahí, era inigualable, algo sencillamente sorprendente.
De un lado mi pequeña amiga rubia no dejaba de apretar mi mano, ni yo la suya, quería darle todo mi apoyo en este grandioso debut que habíamos presentado, donde ella, especialmente, había sido la estrella de esta noche.
Un sueño anhelado por ambas, peleando por el día a día. Al final, hoy se cumplía.
Por ambos rostros, las lágrimas resbalaban descontroladamente, jamás había llorado de esa forma y jamás me había sentido así. Tan feliz.
Pero esa felicidad, duraría poco, sin imaginar que segundos antes de recibir esa alegría, parte de mí vida se estaba consumiendo. Lo que más amaba en este mundo, se estaba alejando de mí, mientras yo gozaba en mi interior de todo esto.
Estaba perdiendo el amor que creí que duraría toda la vida…
Vico S-G
Hola chicas!! muchas gracias por leer mi primer capitulo... jaja este es mi primer fic que escribo sola, tengo otros pero en conjunto... espero les guste!! y grax yuliz por la ayuda!!! que tengo que aprender a moverle a FF jajajaja... stare actualizandoo cada martes!!!! besos!!!!!!!!!!!!!!
