Festividades a través del tiempo

por

Sakura

Hola chicos!, como les dije a algunos por medio de MSN, voy a publicar esta tabla de forma individual. Se ubica en algún tiempo del manga, no está definido, eso sí, después del tomo 47 que ocurre un suceso bastante importante para la trama, no les digo para los que no quieran spoilearse, de igual forma no haré alusión alguna en el fanfiction. La época navideña es una fecha muy interesante para ubicar a nuestros personajes más queridos de este animé tan peculiar y atrapante. ¡Qué lo disfruten!

Este primer capítulo va dedicado especialmente a TRIPLE G, sabes que te queremos… amor y paz… xP gracias por interesarte por nuestras historias y estar al pendiente, amigo :) . Besos.

Chocolate y mujeres: una peligrosa combinación

#06. Pino

La navidad era una época muy especial para los habitantes de Tokyo, quizás una de las fechas más importantes junto con el día de San Valentín para las parejas de novios. Dejando de lado la religiosidad que implica esta fiesta, su atractivo mayor se centraba en las cenas románticas o simplemente en un momento especial para disfrutar junto a la persona que se ama.

Kagome Higurashi no era la excepción, quizás no podría pasar aquella velada a solas con él pero al menos deseaba tener la compañía de aquel ser que ocupaba sus pensamientos y un gran lugar en su corazón. Lo invitaría a casa para cenar con su familia en la cena navideña. Sonriendo ampliamente miró al joven hanyou que observaba las tiendas de dulces, éste, muy entusiasmado, colocaba sus manos en la vitrina espiando cada rincón de la tentadora exposición de diversos chocolates con formas de pinos, muñecos de nieve y pequeños renos.

—¡Inuyasha! Deja de hacer espectáculos… ¡la gente te está mirando! —espetó algo avergonzada al ver la avidez del muchacho de cabellos blancos.

El joven gruñó ofendido. —¡Keh! No sé para que me traes entonces… —espetó mirándola de reojo. —…al menos podrías darme una de esas cosas, tienen un olor delicioso —murmuró por lo bajo mirando el suelo.

La sacerdotisa de cabellos azabaches sonrió enternecida. Realmente el joven mitad demonio tenía ciertos gestos que en menos de medio segundo lograban derretir su corazón. —Está bien… ¿pero aceptas quedarte mañana a la noche en casa? —preguntó acomodándole la gorra roja que comenzaba a mostrar una de sus pequeñas orejas de hanyou.

El muchacho se sonrojó levemente ante el contacto de las delicadas manos de la chica en sus cabellos. —¿Pa… para qué quieres que me quede? Creo que es muy aburrido esa cosa de la navidad… —volteó los ojos haciéndose el difícil.

Contando hasta diez, la chica respiró cerrando los párpados. —Ya te expliqué… es una ocasión muy especial, ¿no quieres comer ramen en casa? —preguntó guiñándole un ojo. —Prepararemos con mamá otros dulces que estoy segura te gustarán…

—¿Y por qué quieres que esté contigo? —preguntó con una media sonrisa. Conocía perfectamente los sentimientos de la muchacha hacia él, los que eran muy correspondidos, pero que aún no había tenido la oportunidad de aclarar.

El rostro de la chica pasó por todos los colores posibles, sin embargo, estaba molesta por la impertinencia del joven, enfadada apretó los puños. —Entonces será mejor que vayas con los muchachos a la cabaña de Kaede ba-chan, quizás encuentre a Hojo en el camino para invitarlo a mi cena… —comentó frunciendo el ceño mientras comenzaba a caminar.

Totalmente exaltado, Inuyasha tomó del brazo de Kagome. —¿Quién es ese Hojo? ¿aquel tipejo que está en tu misma escuela?... ¡yo… yo iba a aceptar tu pedido!, sabes que adoro el ramen… —murmuró intentando parecer casual.

La muchacha volvió a recuperar el brillo en sus ojos. —Entonces, antes de venir a casa tienes que hacer algo… —sonrió intentando parecer interesante.

—¿Qué cosa? —preguntó curioso acercándose hacia ella.

Kagome tomó de la mano al hanyou para llevarlo hacia la tienda de chocolates. —Estuvimos planeando con mamá adornar la casa muy bonita este año… queremos conseguir un pino, los que venden en las tiendas no son tan bonitos como los que hay en el Sengoku… ¿podrías traernos uno? —preguntó mientras tomaba una pequeña canasta del lugar para colocar algunos bombones y pequeñas figurillas de chocolate.

—¡Keh! ¿Eso solamente? Puedo hacerlo en menos de dos segundos… —espetó con el ego elevado al cien por ciento. —Pero… ¿para qué quieres un maldito pino?... son muy raras sus costumbres —farfulló levantando una ceja.

—¡Por qué en Navidad se hace eso! ¡shimatta, Inuyasha! —espetó exasperada la joven llamando la atención de todos los clientes del lugar. Sonriendo nerviosamente se llevó al medio demonio a otro pasillo para evitar sentir aquellas miradas. —En Navidad decoramos árboles, adornamos con muérdagos, nos hacemos obsequios… pasamos la noche con nuestro ser más amad… —la chica se interrumpió al darse cuenta de lo que estaba diciendo.

—¿Se pasa la noche con quién? —preguntó inquisidor acercando su rostro al de la sacerdotisa. No se necesitaba de mucho ingenio para darse cuenta que la chica se había delatado por sí sola.

Kagome volteó el rostro para evitar que el joven notara sus mejillas ardientes. —Eso no importa… ¡mira aquellos perritos en forma de chocolate! Voy a obsequiarte uno… —sonrió tomando uno de estos. —Ahora voy a pagar estos chocolates y después tú irás al Sengoku a hacer lo que te pedí… ¿de acuerdo? —ordenó de manera convincente.

Inuyasha asintió, aquel dulce de color marrón oscuro era demasiado tentador para rechazar la propuesta de la jovencita de cabellos azabaches. Además, sería muy bueno pasar la noche con ella. Tal vez podría intentar hacerle entender la situación de ellos. Nada de conversaciones, si tuvieran apenas un tiempo a solas por medio de acciones lo solucionaría.

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Sengoku Jidai, una hora después…

Inuyasha suspiró embobado mientras se detenía en el camino para observar a su alrededor. La belleza de la época antigua resurgió ante sus ojos por lo ocurrido algunos minutos atrás. Parecía que el perfume de las flores expandía su aroma a través de los campos con más intensidad de lo común. La musicalidad de las aves y los colores de la naturaleza se hacían presentes a medida que avanzaba por el frondoso bosque.

En su hombro cargaba una enorme hacha para hacer su trabajo, luego de avanzar unos cuantos metros llegó a una zona repleta de pinos robustos, perfectos para su objetivo.

Apoyándose en el instrumento de trabajo el medio demonio se ruborizó al recordar la despedida con la muchacha. Moviendo la cabeza, de un segundo a otro cambió de expresión, a veces parecía un idiota comportándose de esa manera. Pero es que aquellos ojos y esa boca tentadora terminaban con la poca cordura que le quedaba…

Flash Back

Luego de probar aquellos deliciosos chocolates junto con la jovencita de cabellos azabaches, se encaminaron hacia el Templo. No sabía por qué razón aquel dulce lo hacía sentir tan extraño, como si estuviera flotando sobre una nube y el efecto de éste aumentaba con la presencia de Kagome.

—Ahora tengo que empezar los preparativos con mamá, es mejor que vayas a la época antigua… —sugirió la chica deteniéndose en la entrada rústica de la pequeña construcción japonesa.

De modo impulsivo Inuyasha la tomó de sus hombros para atraerla hacia él. —¿Crees que sea lo mejor? ¿no prefieres que me quede aquí un poco más? —murmuró por lo bajo centrando su mirada dorada en los castaños ojos de la muchacha.

La joven del futuro suspiró. —Yo creo que es mejor así… mañana tendremos tiempo para vernos… ¿no lo crees? —suspiró algo dubitativa. Sus labios estaban peligrosamente cerca.

Inuyasha cedió alejándose lentamente de su rostro. Ya tendría tiempo en aquella dichosa noche navideña. Estaba seguro que nada lo iba a detener.

Los segundos pasaron lentamente, ambos se perdieron en la mirada del otro sin poder articular palabra alguna.

No supo exactamente cuando fue el momento en que sus mejillas comenzaron a arder furiosamente al sentir en su rostro el beso cálido de la sacerdotisa. Desde ese segundo todo había desaparecido a su alrededor, solo estaban ella y él compartiendo aquel leve contacto, un roce que apenas se prolongó escasos segundos pero se convirtió en una eternidad al sentirlo por primera vez.

Separándose levemente de él, la muchacha le dedicó la más preciosa sonrisa que podría regalarle y se encaminó hacia su casa corriendo rápidamente como gacela.

Fin del Flashback

Inuyasha cayó de bruces al suelo por mover el hacha hacia un lado, motivo de distracción. Totalmente embobado dejó aquel instrumento en el suelo, para empuñar la tessaiga y luego transformarla.

La espada, producto del colmillo de su padre, brilló resplandeciente al reflejar algunos rayos del sol que se colaron entre los escasos espacios vacíos del frondoso bosque. Fuera de sí, el medio demonio meneó su espada como si se tratara de un juguete, acabando con una docena de árboles. Sus manos se movían por sí solas, como si tuviesen autocontrol.

Su cuerpo podía estar allí, en el Sengoku, pero su mente volaba muy lejos, más allá de la época de las guerras civiles, precisamente en la actualidad de Tokyo, pasados unos años del siglo XXI. Imaginando como sería aquella noche con Kagome, dejando de lado toda sensatez inservible, solo para dejar actuar sus instintos, su verdadera naturaleza.

Luego de unos cuantos minutos, Inuyasha reaccionó, prestando atención al desastre que había ocasionado. Sentándose en el suelo, meditabundo, observó calculadoramente los innumerables troncos que taló motivo de su distracción.

—¡Chikuso! Creo que de igual forma Kaede-baba necesitaba leña para encender fogatas por la noche… este invierno estará muy abastecido de leña… —sonrió nervioso con una pequeña gota asomando en su frente.

Poniéndose nuevamente de pie se paseó entre los numerosos pinos para escoger el más bonito cargándolo en uno de sus hombros. —¡Keh! Esta maldita mujer causa estragos… —sonrió para sí mismo encaminándose hacia la aldea.

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Continuará.

Notas de la autora:

Muchas gracias por leerme hasta aquí, como lo mencioné en el summary, estos drabbles están basados en una serie de palabras de la Tabla de Fin de Año de Retos a la Carta.

La semana que viene la continuación, espero que sea de su agrado. Un especial saludo y agradecimiento a Freya por ser mi prelectora :)

Les deseo una muy feliz Navidad para todas las lectoras/es que nos siguen en las historias que publicamos con Freya, lo mejor para ustedes… ;)

Besos,

Sakura.

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Glosario:

Hanyou: criatura mitad demonio, mitad humano. La madre de Inuyasha era una princesa humana y su padre un youkai (demonio completo) muy poderoso.

Keh: expresión característica de Inuyasha, no tiene ningún significado en especial.

Ramen: fideos chinos. Platillo favorito de Inuyasha.

Ba-chan: abuelita.

Sengoku: época de las guerras civiles, Edad Media japonesa. Tiempo en el que se desarrolla la mayoría de la historia de Inuyasha intercalándose en algunas ocasiones con el Tokyo actual. A través de un pozo ambas épocas están conectadas.

Shimatta: interjección muy usada por los japoneses que significa algo como ¡maldición! ¡diablos!

Kaede-baba: vieja Kaede, Inuyasha usa este tipo de expresiones groseras generalmente.

¡Chikuso!: ¡Mierda! (sí, es muy mal hablado xP)

Tessaiga: espada que Inuyasha heredó de su padre.