Resumen: Él la ama, ella ama a su mejor amigo, su mejor amigo sólo cuida el corazón de la niña que amo en su infancia. Su pasado y el presente los conecta entre si. Ella se aferra a vivir sin él, él solamente quiere ser amado por ella.
1) Conocer
Por Sasuke:
La primera vez que la vi durante un recorrido al nuevo instituto del que ese día empezaba a formar parte algo realmente extraño ocurrió conmigo, los latidos de mi corazón se hicieron tan fuertes que podía escucharlos. Un ligero sudor en mis manos me invadió unos momentos. Ella dormía en una banca frente al jardín lleno de rosas de diversos colores. Su cabello rosa era realmente largo y brillante y sin tocarlo podía jurar que era bastante suave. Caminé despacio hacia ella y grabe todas las facciones de su rostro en mi mente una nariz respingada y perfecta, labios carnosos y unas pestañas bastante largas. Sus parpados se movieron indicando que despertaria y no pude alejarme. Mis pies se congelaron y la emoción aumento cuando me dejó apreciar aquellos ojos verdes. Dejó de mirarme enseguida y levantó su mano agitandola en forma de saludo. Seguí su mirada y me di cuenta que a lo lejos viendo hacia nosotros se encontraba un chico rubio. Cuando él empezó a caminar ella no dudo en levantarse y seguirlo, y actuó como si fuera un ser invisible ante su mirada.
Durante mi primer día de clases la conocí y pensé en ella, su rostro permanecía presente en mis pensamientos Al quinto período de clases ella entró al salón. Se sentó en el último asiento de la fila cerca a la ventana. La observe fijamente deseando que se encontrará con mis orbes negras pero su rostro no giro hacia mi ni hacia nadie, sólo mantenía su mirada perdida en el exterior. En la hora libre con su mano en la quijada miraba hacia la puerta del salón como si esperara que alguien llegará.
-Sasuke.- aquella voz provenía de la chica rubia que se sentaba detrás de mi.- Debiste tener algún problema intenso para que te transfieran en último año.-
-Nada de problemas, solamente disfruto viajando.-
Ella me mostró una sonrisa bastante coqueta, era atractiva sin embargo no me sentía ni cautivado ni atraído por ella. La única que lograba hacer mi corazón bombear con bastante fuerza era aquella mujer que con una expresión sería se encerraba en una burbuja a la que no dejaba atravesar a nadie mas.
La rubia insistió en que la acompañara al comedor y tratando de quitar la perturbación en mi mente acerca de aquella pelirosa acepte su invitación.
Apenas nos sentamos en una mesa con más de siete asientos otro chico que era del salón se sentó con nosotros. Neji un pelicastaño que era bastante inexpresivo parecido a mi en personalidad. Todo el tiempo del almuerzo me concentré en comer y mirar a mi alrededor tratando de localizarla. No apareció. De regreso a clases la encontré sentada en el mismo lugar y me percate que nadie hablaba con ella. Actuaban como si no existiera y por murmullos logre enterarme que su nombre era Sakura. Mi comportamiento cuando la observaba era extraño, algo que me hacia débil y al mismo tiempo me llenaba de energía. Un sentimiento feliz y triste.
En el transcurso de ida a casa en mi auto pensé en ella, en como se vería si una sonrisa iluminara su rostro. ¿Como sería si sonriera para mi?
Era como una muñeca, pero una muñeca descocida y rota.
Me senté en el sofá, quería que ella saliera de mi mente. Estaba siendo demasiado para mi y jamás por una chica me había sentido tan vulnerable. Sus ojos verdes, su expresión indiferente. Ella no movía ni un sólo dedo y me envolvi en su fragancia y en las ansias de que sea mía y eso no era algo propio de mi. Quizás las palabras del psicólogo acerca de que para poder continuar con mi vida debía aferrarme algo estaban haciendo efecto en mi. Mi vida antes de ser transferido llena de caos y desastres que iban y venían no solamente afectó a mis padres y mi hermano. Otros se vieron involucrados. No nacemos malos la vida nos convierte en seres crueles. Mis padres con el afán de rescatarme me enviaron a vivir con mi hermano al pueblo donde nací y viví hasta los doce años.
-Sasuke ¿Que tal te fue?.- Mi hermano se sentó frente a mi.
-El instituto no es tan grande como a lo que estoy acostumbrado pero todo fue bien.-
-Está vez procura hacer lo correcto.-
-No te preocupes hermano, lo he superado.-
-¿Seguiras asistiendo a las citas con el psicólogo?
-No hace falta no volveré a recaer.- Me miro dudoso por unos segundos y luego respiro com resignación
-Como quieras. Confío en ti Sasuke.-
Me recoste fijando mi mirada en un punto indefinido de la losa. Con las palabras de mi hermano ella se esfumo rápidamente de mi mente. Los recuerdos de mi hermana muerta llenaron mis pensamientos. Cuando ella murió yo tenía doce y ella once años. Su cabello era negro bastante brillante y sus ojos azul claro. Su muerte fue tan repentina que aún a pesar de los años seguía doliendo y marcando mis comportamientos y la agonía que cargo sobre mis hombros.
-No Fugaku, no firmes.-
-Es la única manera de que ella continúe viviendo.-
-No lo hagas padre.-
-No puedo dejar que simplemente muera.-
-La niña que recibió el trasplante de corazón se encuentra estable, sus padres se encuentran bastante agradecidos con ustedes.-
Abrí mis ojos, el sudor recorría mi cuerpo y las voces y las pesadillas se acumulaban en mi memoria. Mire mi reflejo en el espejo. Las ojeras no se notan demasiado. Cerré los ojos y trate de visualizar su rostro, olvidar todo lo demás y pensar en ella. Y lo logre la visualize durmiendo placidamente en aquella banca. La desesperación calmo.
En las clases ella apareció esta vez desde la primera hora. Lo que más resaltaba ese día en ella era una gargantilla negra que le daba un aspecto de ser un poco más adulta.
-¿Te gusta?.- preguntó él pelicastaño ocupando el puesto que quedaba cercano al mío.
-No, sólo me resulta extraño que nadie hable con ella.-
-Tiene un carácter bastante fuerte. Al príncipio las chicas trataron de incluirla en conversaciones pero ella siempre ignora, su rostro indiferente casi nunca te muestra una sonrisa. Ella sólo es lo mas parecido a normal cuando.-
El timbre sonó y la rubia quito a jalones a Neji de su asiento. Mi curiosidad hacia Sakura sólo creció más.
La primera hora de descanso ella salió del salón, la seguí despacio y sin que notara mi presencia. Llego a aquel jardín lleno de rosas y se sentó en aquella banca donde la vi por primera vez. Quise acercarme pero me detuve al notar al mismo chico rubio de la otra vez sentarse a su lado y está vez lo reconocí. Estudiamos juntos en la misma escuela y solíamos jugar y conversar bastante seguido. Era lo que se podría decir mi mejor amigo y aunque tiene un aspecto más joven y adulto sus rasgos de niños aún permanecen en él y me recrimine no reconocerlo el día anterior. Seguramente se debió a la distancia. Aún así él es pasado y su sola presencia me recuerda a mi hermana.
Me quedé un rato detrás de la pared tratando de asimilar poco a poco lo que sucedía. La expresión sería de Sakura, su indiferencia y soledad desaparecía dándole paso a un rostro con una sonrisa y un ligero sonrojo en aquellas mejillas.
Me debati entre acercarme, hablar con ellos, él podía juntarme a ella. No lo hice. La mirada de una mujer enamorada se notaba claramente en ella. Varias preguntas cruzaban mi mente y los recuerdos de una infancia pura y alegre se mezclaba entre lo que era mi presente. Deje que una sonrisa un poco retorcida se formará en mi boca y me aleje de él y de ella. Sin embargo mi cerebro ya la había escogido como el medio de redención y sabía perfectamente que me aburriria en ese momento y sin embargo tendría que volver a ella.
Del diario de Sakura:
Nuestra vida es algo que estoy segura en el momento de nuestra muerte durará apenas un día, tal vez una hora, un minuto o sólo segundos. Porqué eso es la vida algo corto y pasajero, algo que culminará.
No me gustan las rosas y el motivo se debe a que tienen espinas, de niña trate de tener unas con mis propias manos y sólo conseguía lastimarme. Mis heridas tardan mucho más que los demás en sanar y por eso una y otra vez era regañada por intentar alcanzar cosas que me eran inalcanzables.
Abrí mis parpados, él estaba mirándome y lo único que note antes de girar inmediatamente eran unos profundos ojos negros. Divise a mi mejor amigo de la infancia y levante mi mano saludandolo. Él camino y me levanté inmediatamente para alcanzarlo. Cuando llegue hasta él me enganche en su brazo y estoy segura que me ruborize ante tal acción. Lo conozco desde los cinco años, somos vecinos y aunque él pareció odiarme durante la infancia. En mi cumpleaños número doce que celebramos en el hospital él prometió que siempre me protegeria y nuestra relación de odio y desprecio se transformó en una amistad transparente que paso a convertirse en amor de mi parte. No se que opina al respecto si me ama como yo a él o me encuentro en aquella zona de solamente mejor amiga. Si es así, sentiría que sería injusto ya que somos la pareja perfecta pero lo se, la vida no es justa por qué si lo fuera mi infancia abría sido menos dura y hubiera podido correr, saltar y hacer travesuras como todos los demás. Mi corazón hubiera nacido fuerte y no tendría que depender del corazón de otra persona para seguir viviendo. A veces siento que comparto mi alma. A veces tengo miedo que tal vez yo no sea la que ame a Naruto y la que lo ame sea la verdaderas dueña de este corazón. Vivo tratando de ser feliz en casa, vivo mis días de instituto con mi mejor amigo a quien amo en secreto, vivo estando sola en mi salón porqué no he encontrado a una persona que me quiera tanto como para intentar tener mi amistad al menos dos veces. Mis compañeros me saludan y no respondo, ellos dicen que soy creida yo lo llamó no ser una hipócrita. Los escucho murmurar cosas extrañas sobre mi y aún así me dirigen la palabra. Sólo no quiero mentiras, quiero lealtad, verdad, transparencia. Deseo poder creer y confiar en los demás y simplemente no puedo.
Me pase casi toda las primeras horas en enfermería, me llegó uno de esos dolores intensos del pecho que a veces logran hacerme desmayar. Naruto me dejó acostada en la cama para descansar, depósito un beso en mi frente y se marchó a sus clases. Cerré mis ojos y pensé en un inmenso lugar lleno de césped verde, el sol escondiendose a lo lejos. Los colores naranja, amarillo quizás son más pero son los único que logró enfocar para un horizonte con un sol escondiendose. Y me quedé dormida y no soñé, casi no sueño.
Cuando llegue a casa mamá tenía ya en la mesa un plato lleno de ensaladas. Subí a mi habitación a dejar el bolso y baje rápidamente. Ella a pesar de ya haber comido se sentó a mi lado y me brindó una sonrisa. Luego me dio una noticia que hizo mi corazón estremecerse un poco. Mi hermana mayor a mi con un año regresaría a casa. Ella fue criada en la ciudad con mis tíos debido a los intensos cuidados que yo he necesitado desde que nací. Mi hermana ni siquiera sabe que es mi hermana. Ella piensa que es mi prima y después de haber convivido con mis padres apenas un año cuando era una recién nacida estoy segura que no los recuerda como sus progenitores. Mis padres sufren por ella, sufren por mi. Mi hermana sí algún día se entera de la verdad me odiara, estoy segura, y estoy dispuesta aceptar su odio. Lo merezco.
Mi vida es compleja, mi vida es corta, mi vida solamente es prestada y mi corazón también.
