N/A: Otra nueva historia, tenía ya el capítulo mucho tiempo escrito, pero no me decía a subirlo hasta estar segura de la historia, ya la tengo todita pensada. Espero que la disfruten. Aclaro que el rey Vegeta del principió, no es el padre de Vegeta, sino su abuelo. Espero que les guste...


Cuenta la leyenda que hace años se extinguió la raza más poderosa del Universo: los saiyajin, no se sabe mucho de esta raza, ya que además de cómo fue destruido no pudimos ver nada más, pero en esta historia les mostrare como eran verdaderamente los saiyajines y desmentiré todos esos rumores de que eran seres sin ningún tipo de corazón y que no creían en el amor.

Los saiyajines, como bien he dicho antes fueron en su tiempo una de las razas más poderosas del Universo, tan importante era la fuerza en este planeta, que definía hasta las clases sociales: los guerreros más poderosos eran los de primera clase o clase alta, estos podían ser nobles o simples ricos, pero siempre tenían una vida de privilegios y lujos, después de estos estaban los guerreros de segunda clase o clase media, que aunque no llegaban a tener todos los privilegios que los de primera, su vida también tenía ciertas comodidades. La peor parte se la llevaban los de tercera clase o clase baja, discriminados por las demás clases de saiyajines, no podían hablar ni acercarse a ningún superior y vivían agrupados en guetos, separados de los demás, en el mejor de los casos en pequeñas cabañas, aunque lo más normal es que viviesen en chozas, pero en los casos más extremos podían llegar a vivir en la calle, estos a menudo solían pasar hambre y no recibían ningún tipo de atención sanitaria.

No es cierto eso de que los saiyajines no creyesen en el amor, es cierto que estaba mal visto demostrar amor en público y que muchas parejas de primera eran matrimonios de conveniencias para el bien de la familia, pero en la intimidad los saiyajines eran totalmente distintos, y la unión saiyajin era muy fuerte, tanto que aunque no quisieran obligaba a la pareja a amarse y el único tipo de divorcio que existía era la muerte.

Los saiyajines podían tener cuantos amantes quisieran antes de la unión y estos no tenían derecho a reclamar nada al otro por un engaño, pero una vez efectuado el ritual de unión, la infidelidad podía castigarse con la muerte.

Entre miembros de su especie, los saiyajines podían llegar a forjar grandes lazos de amistad, y como antes he mencionado incluso amor y hasta compasión. Pero con las demás especies "inferiores" para ellos, no mostraban ningún tipo de piedad o de compasión, unos los veían como su trabajo, otros como su entretenimiento y la gran mayoría como simples animales

Y ahora que les he informado un poco sobre Vegetasei, ya no les aburro más, empezamos nuestra historia sobre la familia real de este planeta…

Todo empieza en el año 700, los saiyajines aún estaban en guerra con los tsufur y Vegetasei, en esos tiempos conocido como el planeta Plant . En el palacio de Vegetasei , estaban preparando todo para el nacimiento del nuevo heredero, destinado a vencer a los tsufur y a ser el rey de todos los saiyajines: El rey Vegeta.

A pesar de la guerra, y de que el planeta Plant estaba destrozado, el palacio de los saiyajines se alzaba intacto. En él vivía el rey Vegeta y su compañera la reina Gardenia. El rey amaba mucho a su esposa, para él era más que una simple compañera de conveniencias y sexo, era a la mujer que amaba y pronto la madre de su hijo. Embarazada y a poco menos de una semana de dar a luz, Gardenia encargó algunos juguetitos para su niño, unas naves espaciales por si era niño, y aunque hubiese pocas probabilidades, unas muñecas por si era niña.

En esos años, los saiyajines estaban mucho más retrasados tecnológicamente que los tsufur, incluso más retrasados que actualmente están los habitantes de la Tierra, lo más que tenían eran algunos scouters que habían robado a los tsufur.

La reina, a pocas semanas de cumplir, se estaba dando un baño en la lujosa bañera del palacio, el rey pasó a verla, era bella hasta con el vientre abultado, alta, morena, con un precioso y largo cabello pelirrojo y unos brillantes ojos azabache.

El rey se acercó a ella, la besó en los labios y acarició su vientre abultado

—Ya no queda mucho…—le susurró a su esposa al oído

—No…—contestó ella mientras lo volvía a besar—Estoy deseando de que nazca nuestro pequeño, los tres vamos a ser muy felices juntos

—Sí, y además nuestro hijo será el más fuerte y vencerá a los tsu…

Antes de que pudiese terminar la frase, la reina soltó un grito de dolor, señal de que había roto aguas, el rey la sacó de la bañera, la envolvió en una toalla y la llevo corriendo a la sala de urgencias, los médicos, o los que querían hacer de médicos porque verdaderamente ninguno tenía experiencia alguna, pidieron al rey que saliera de la habitación, finalmente, tras una hora de sudor y sangre, el parto finalizó con éxito…o no tanto…

—Señor—dijo abatido el médico que se atrevió a salir a comunicarle la triste noticia al monarca

—¿Qué ha pasado? ¿El bebe ha muerto? ¿Es débil?—preguntó el rey ansioso y preocupado

—No, el príncipe está sano y salvo y es lo suficientemente fuerte, pero…

—¿¡Entonces que pasa!?—preguntó el rey furioso pero a la vez temiéndose lo peor

—La reina…ha muerto—soltó finalmente

El rey tocó su cuello en busca de la marca de su unión, pero no consiguió localizarla por ninguna parte. En ese momento, su corazón se hizo trizas, a la vez que se volvió oscuro y sin ni siquiera haberlo visto, comenzó a odiar a ese bebe que le había quitado la vida a su amada compañera

—¿¡Cómo que ha muerto!?—preguntó el rey enfadado, aún negándose a creer la cruda realidad

—Bueno, sabe que nuestra medicina no es muy avanzada, hemos hecho lo que hemos podido, pero…—antes de que el médico terminase de excusarse, el rey lo cogió del cuello e hizo explotar su cabeza

—Ma…ma…jestad—susurró otro médico desde dentro de la habitación sin arriesgarse a abrir la puerta

—Dime—asintió el rey, aún con furia

—¿Qui…quiere ver al niño?—preguntó con la puerta entreabierta

—No—respondió tajante el monarca—No quiero ver a esa cosa hasta que aprenda a andar

—Pe…pero es su hijo…—dijo el médico sin estar seguro de sí había cometido un error con esta última afirmación

—También es el asesino de la reina, mi compañera…—susurró el rey con rabia

No podía matar al niño, era lo suficientemente fuerte y se había ganado el derecho a vivir. No lo mataría, pero convertiría su vida en un infierno…


N/A: ¿Qué tal? ¿Corto? Bueno, esto era cómo una especie de introducción, el próximo capítulo será más largo, pero cómo dije en mi otro fic no vuelvo a editar hasta que vuelva de las vacaciones que salgo esta noche.

Besos y comenten please :)