Hagamos latir a nuestro adolecente corazon,

oh niño muñeco de testosterona y niña muñeca de arquelin.

Panic at the Disco.

Mentir es la mayor gracia que puede tener una chica sin tener que sacarse la ropa, mal por ella, mentir no era su especialidad, ¿adivinan el resto?. No se lo esperaba ella, ni él, pero su atracción no fue como la de siempre de conocidos o incluso amigos, no, esa atracción iba más allá.

Las luces se nublaron, la oscuridad prevaleció, aquella noche fue única, tres años después de que aquel se marchara y tres meses antes de que volvieran. Su corazón se acelera a medida que los dedos del mafiosos tocaban su piel, sus sentidos se entorpecen producto de sus caricias.

Tarde, lo sabía, no había reaccionado cuando las copas se iban de más, nunca había tomado antes ¿por qué comenzar ahora?, no es tan difícil, esperar por tres años y medio y enterarse que por quien esperabas esta con otra chica, mas bonita, mas sensual, mejor que tú.

Y como le pido a dios que haya valido la pena, y que de ser así yo misma me logre perdonar porque no fue una sola vez, lose, ya van tres... Al principio me pregunte porque pero ahora lo se:

Sus manos bajaban por su blusa, había preguntado ya dos veces si estaba segura, si, fue su única respuesta, el no la contradijo muy a su pesar había estado tan pendiente de ella que terminó cuidando la por algo más que una simple camaradería hacía Yi Jeong.

Suaves suspiros por parte de ella, que arañaba su espalda desnuda al sentir sus labios contra su cuello, mordiendo suavemente y depositando suaves besos, en aquel momento, él estaba seguro de que ella era de otro y ella, ella sabía que aunque quisiera el jamas seria suyo. Y lo sabía porque lo quería, ya desde hacía bastante tiempo.

Miro detenidamente el auto que se estacionaba, sabía quién era, cómo no saberlo, lo había visto al menos una vez a la semana desde hacía ya tres años, como no llegar a sentir algo, si aquel te protege de todo y de todos, como no sentir algo más que amistad, tonta Ga Eul, volviste a caer con un mujeriego que no quiere cambiar.

-Ga Eul, date prisa que tengo hambre- se quejó el castaño, ignorando las miradas de la mayoría de la población femenina de la universidad de Shin Hwa, la joven chica sonrió asintiendo enérgicamente, no se podía negar a nada que viniera de él, él era simplemente su caballero de oscura armadura.

De a poco conforme le conocía había aprendido varias cosas de él, aunque comparando, lo había aprendido. Eran cuatro en total, al menos había una de la que estaba totalmente segura. Y aunque sus mejillas se tornaron rojas, debía aceptar que estaba constantemente preguntando sobre las últimas , porque segun lo que había visto era así o al menos lo suponía.

1: Más ingenio, Yi Jeong, sabía como tratar a una chica y hacerla sentir como una princesa como no saberlo, si ella misma había caído en aquello, haciéndole sentir especial y única sin embargo también había caído en el de Woo Bin, comprobando que en cuanto ingenio el era el mejor, sus palabras, sus suaves mohines lograban hacer sentir como una reina a cualquier chica, la hacía sentir especial.

-¿Comida italiana o Coreana?- preguntó el muchacho, abriendo la puerta del copiloto, cosa común en aquellos días desde que la chica ingresara a esa universidad, siendo "pagada" por el F4 y que su beca fuera obviamente completa ella no lo rechazó después de todo, lo necesitaba.

-Woo Bin sumbae, lo que tu quieras- dijo la muchacha, ignorando el hecho de que llegaría tarde a su trabajo de medio tiempo.

Escenas como aquellas llegaban a verse con bastante frecuencia, a tal punto de que muchos pensaran que aquella delgada muchacha fuera la pequeña muñeca de arlequín del Song. Aunque después de todo no estaban tan equivocados.

Un viaje tranquilo una música que apenas se escuchaba, aquel fue el escenario del primer beso.

Froto suavemente sus brazos sobre su cuerpo manteniendo el calor o al menos intentandolo, intentando no incomodar al Song y asu aire acondicionado, este por supuesto lo noto, intento apagarlo acercándose, mala idea, su cabeza chocó contra la de la chica que intentaba apartarse para darle espacio.

-¡Woo Bin sumbae!-. sequejóo adolorida -Tu cabeza es muy dura- un suave rubor cubrió sus mejillas, al encontrarlo tan cerca de su rostro, su respiración. Un fuerte olor a menta y tabaco, que para su sorpresa resultó excitante. Poco a poco se acercaron sintiendo sus alientos chocar y a muchos pesar por parte de ambos, hacia el So, ocurrió.

Sintió los suaves labios de él rozar los suyos en su primer beso, siempre había soñado en que el alfarero se lo diera pero no fue el Don Juan del F4, raro ¿no?, pero a pesar de aquello resultó sumamente dulce y electrizante.

Con aquella experiencia pudo comprobar su hipótesis número 2, un mejor beso.

Nunca había sentido un beso por parte de el casanova y siendo bastante concretos, por nadie, pero aquello era único los labios del príncipe de la mafia eran únicos, haciéndole sentir como una y mil mariposas revoloteaban inquietas y sus labios sentía cosquillas, cosa que pensó imposible sus mejillas se ruborizaban y sus orejas se calentaban conforme el beso aumentaba.

Continuará...

Espero le shaya gustado y me dejen su mas sincera opinion espero entendieran de que va, siempre eh querido un Woo Bin/Ga Eul.