Disclaimer: Naruto no me pertenece. Todos los derechos reservados a Masashi Kishimoto.
Atención: Algo de +18
Vicio
Le gustaba espiarla.
Era un mal vicio que había cogido en sus primeros años de Kage, y es que su Kankuro, no había hecho un buen papel como hermano mayor, más bien le había maleducado, y es que aunque él era ya un hombre hecho y derecho, se dejó consentir por sus hermanos mayores como no pudo hacerlo de niño.
Y ahora la veía tras la puerta del vestuario donde ella solía cambiarse, con un ojo puesto en su "ayudante" y una mano más abajo, justo a la altura de su preciado amigo "el solitario". Era un pequeño vicio, una ayudita para los momentos en que se aburría a más no poder, en que él y "el otro" no tenían nada que hacer.
Relamiéndose, lo movió un poco más, para animarlo aún más de lo que lo estaba. Podía verlo crecer a cada segundo, lleno de excitación, palpitante.
Ah, vicio, bendito vicio que le saciaba en los momentos más poco comunes, como cuando ella estaba en la ducha y salia completamente desnuda; siempre maldecía cuando ella se cubría con la toalla, pero cuando empezaba a ponerse aquella ropita interior tan sexy quedaba fascinado. O cuando se desvestía en la noche o una vez, que la pilló con su hermana Temari en una situación bastante comprometida -así había descubierto que a Matsuri le tiraban los dos bandos, pero eso ya era otro tema-. También cuando por la noche, ella se daba placer, él se las apañaba para verla, aunque fuera toda una misión imposible.
Con lo que Gaara no notó, tan empecinado en la masturbación y sus más variopintas fantasías, es que ella ya estaba vestida y en la puerta, abriéndola.
Fue entonces que él quiso retroceder, pero ya era tarde.
—¿Ka... Kazekage-sama? —fue la sorprendida respuesta de Matsuri—, ¿qué hace...?
Matsuri no concluyó su pregunta; miró hacia abajo y alucinó en colores por lo que estaba ante sus ojos. Gaara la imitó, aunque él se había dado cuenta hace rato de donde ella posaba sus ojos. Sonrió como un desquiciado.
—Esta es una faceta de mi que no conocías, Matsuri-san —probó él, nada avergonzado. "Demasiados años de cometer delitos para avergonzarme", se dijo.
Ella se puso muy roja, mirando aún más abajo, para finalmente mirar fijamente a su jefe y hablarle con gran sinceridad. Cosa que por supuesto pilló desprevenido al Kage de Sunagakure.
—Caray, Gaara-sama, no sabía que usted guardara "eso" bajo tanta túnica—Después de eso, Matsuri se giró y caminó por el pasillo, alejándose.
Gaara se quedó allí pasmado, ¿qué clase de reacción era esa? Se suponía que ella debía haberse impuesto al gran Kazekage, pero no, ¡le había ignorado! Se juró que ella le iba a hacer caso, fuese como fuese, aunque tuviese que tomar medidas arriesgadas para ello.
Así fue como corrió al encuentro con Kankuro; él siempre tenía buenas ideas en casos así...
Fin
Nota: Premio a Laire (Laire Takouhi Elizabeth Masen) por acertar (por pm) qué era lo que le pasaba al osito de Gaara en "Poor Teddy Bear". La respuesta era que era que estaba poseído por Shukaku. Espero que te guste pese a no ser demasiado Lemon. ¡Saludos a todo el que haya leído!
