Holaa este es mi primer fic, espero les guste, está basado en el grupo t.A.T.u., quise hacer una historia en la cual las chicas que estaban en t.A.T.u. como se conocen y todo, espero que les guste. Discúlpenme por cualquier error ortográfico que se me haya resbalado.


Capítulo 1 La audición.

En una gran casa ubicada en el centro de Moscú, se encontraba una pequeña pelirroja durmiendo en su cama matrimonial solo para ella a pesar de la extensa cama, ella se encontraba en posición fetal durmiendo profundamente, por la gran ventana de la pequeña habitación entraban los rayos del sol de la mañana reflejando los rizos de la pelirroja...

— Hola princesa ya es hora de ir al colegio levántate — Le dijo su madre, dándole un beso en la frente. La pelirroja sintió el frío beso de su madre y sin abrir los ojos le dijo M-mamá ahora no, ¡5 minutos mas!

— No Lena, te espero abajo para que desayunes — le dijo su madre quitandole amablemente la cobija que estaba entre las piernas de la pelirroja. Sin mas rodeos, la pelirroja se levanto de su gran cama como si fuera un muerto, todavía con los ojos cerrados, se quito su pijama y se puso su uniforme de primaria y bajó las grandes escaleras para encontrarse con su madre en la cocina.

— ¡Lena ni te peinaste pareces un león! — le dijo Inessa, acercándose a su hija y arreglándole el cabello.

— Buenos días mami, me gusta mi cabello así — le dijo ignorándola y sentándose en la mesa.

— ¿Quieres cereal? — Le dijo Inessa tomando el cereal de la nevera.

— Sí, gracias — le dijo sin mirarla. — Mmm ¿pero por qué ese animo? — le dijo Inessa, sirviéndole el cereal a su hija— ¿Lena? ¡con razón! tienes los ojos cerrados, ¡termina de despertarte! — le dijo Inessa, sirviendo la leche en el cereal de lena.

— Ah, ¿qué dijiste? ¿que cierre la puerta? ¿pero qué puerta? — Le dijo Lena a Inessa tratando de abrir sus ojos.

— Ok hija es hora de ir al colegio — Dijo Inessa riendo Ya en el auto no se dijo ni una palabra, ¿por qué Lena estaría así tan callada? normalmente esa pequeña pelirroja habla más que un loro y no termina de contar las miles de anécdotas que le vienen a la cabeza, pero esta vez lena estaba fría, triste y sin ganas de dirigirle la palabra a su madre.

Al llegar al colegio, en la entrada de esta gran academia privada de rusia, una de las mas prestigiosas.

— ¡Hija que tengas un buen día! — le dijo Inessa a Lena sin bajarse del carro.

— A-ah sí , adiós — dijo Lena sin interés saliendo lo más rápido del carro y colocándose su mochila de lado. Al entrar a la academia, Lena siente que alguien la abraza por detras fuertemente y escucha.

— ¡FELIZ CUMPLEAAÑOS PECOSA!

— ¡Sé que eres tu, Jen! — dijo Lena emocionada y enseguida se volteó.

— Mi voz la nota cualquiera — dijo disgustada pero feliz.

— ¿Cómo lo recordaste...? — le pregunta Lena a Jen un poco confusa.

— Tonta ¿cómo voy a olvidar el cumpleaños de mi mejor amiga? — le dijo a Lena, dándole un empujón. Sonó la campana y las dos amigas se dirigían al salón de clases. Mientras tanto en el pasillo.

— Dime Lena ¿y qué tal? ¿qué te dijeron tus padres? ¿Una torta gigante? ¿Muchos globos? ¿Alguna sorpresa? ¡Cuenta, cuenta! — le dijo Jen muy emocionada. Lena miro detenidamente a la chica de cabello marrón piel muy blanca pero no tanto como la de ella y unos ojos muy grises.

— Nada — Dijo Lena secamente desviando la mirada.

— ¿N-nada? — dijo Jen sorprendida y disgustada.

— Sí, nada, ¡están demasiado ocupados con sus cargos tan respetables en toda Rusia! ya ni me prestan atención y ya ni si quiera recuerdan mi cumpleaños — dijo frustrada y con una gran carga de impotencia, al terminar se le aguaron sus verde grises ojos. Jen no sabía que decir, sólo siguió caminando al lado de su amiga y recordó que el papá de Lena era un músico muy respetado en Rusia y vivía de gira por toda Rusia, y su madre Inessa tenia el mejor cargo en disqueras de Rusia de Moscú lo cual hacia que trabajara casi todo el día. Logró decir lo que quería decir...

— Lena, ya verás que recordarán, sólo que son adultos están muy ocupados ya sabes... — Lena interrumpió a Jen colocando una mano en el hombro de Jen.

— No, Jen, se olvidaron de mí simplemente, no les importo, tendré mucho dinero, wow la millonaria, la prestigiosa "Katina", pero no tengo amor y eso es lo que yo quiero ellos me han dado todo excepto eso — dijo con voz quebrada. Jen noto a la pelirroja que estaba a punto de caer en un lago de lágrimas pero esta se apresuró y le dijo

— Jaja, ¿quieres amor? ¡Aquí estoy yo! — la abrazó con mucho cariño.

— Gracias Jen — Lena sonrió y correspondió al abrazo.

— Por cierto, ¿cuántos años ya son, vieja? — le dijo a lena soltándola.

— Trece años — dijo la peliroja con una mueca picara.

— Así me gusta, esa es la Lena que conozco, Dios me quede atrás, ahora tú estás más vieja que yo — la empujó riendo.

— No seas tonta — le devolvió el empujón y rieron. Así, se fueron al salón con mucho animo, Jen había logrado animar a su amiga.

Mientras tanto en una pequeña casa a las fuera de Moscú, estaba una rubia contándole a su madre en una pequeña sala del humilde hogar

— ¿Qué tal mamá? — dijo muy emocionada la rubia.

— Wow Yulia, me sorprendes, ¿de dónde sacaste esa tremenda voz? — dijo Larissa boca abierta y levantándose del sofá.

— No lo sé, soy única — dijo pícaramente y se fue corriendo a su pequeño cuarto a buscar su bolso.

— Espero que estés lista para ir al colegio — le dijo Larissa, preparando el desayuno.

— ¡Si lo estoy! — acomodándose su falda y corbata al salir del cuarto tropezó con sus cosas y cayó al piso.

— ¡Hey, huracán! ¡relájate! — la carga su padre

— ¡Suéltame! ¡suéltame! — le dijo Yulia riendo.

— ¡No! ¡Ahora morirás por mi súper ataque! — le hace cosquillas a la pequeña rubia.

— Ya dejen de jugar y vengan a desayunar — dijo Larrisa gritando desde la cocina. La familia Volkova se encontraba desayunando en su pequeña cocina.

— ¿Huracán? — le dijo Oleg a Yulia.

— ¿Terremoto? — dijo Yulia mirando a su padre con una sonrisa pícara.

— ¿Emocionada por el primer día de clases? — dijo Oleg levantándose de la mesa.

— ¡Claro! — dijo la pequeña rubia sonriendo y levantándose de la mesa.

— Bueno ya saben tengan cuidado en el camino y, Oleg, nada de comprarle chocolates a Yulia no dejes que te convenza, y directo al colegio.

— ¡Ok, señora! — dijo Oleg dándole un beso a su esposa. Al salir de la pequeña casa de la humilde familia, Yulia y su padre tomaron el metro y llegaron a Moscú.

— Hemos llegado, ahora a caminar hacia el colegio — le dijo tomando a su pequeña hija de la mano. El colegio de Yulia era público, un poco más cerca que los privados y prestigiosos de Moscú, el colegio publico para la familia Volkova se le hacia mas fácil económicamente y la ubicación de este, ya que no quedaba tan lejos como los Privados.

— ¿Cuándo llegaaamos? — dijo la rubia emocionada.

— Falta poco — dijo Oleg mirando a Yulia

— ¡Papá! ¿Qué es eso? — Yulia se soltó de la mano de su padre y agarro el afiche que estaba pegado en la pared.

— Déjame ver — Recibió el afiche que tenia yulia en su mano y lo leyó detenidamente — "Audiciones para el grupo musical Neposedi este 4 de octubre en el teatro principal de Moscú..." — Oleg siguio leyendo. Pero Yulia dejó de escucharlo cuando su padre pronunció esa angelical palabra que hacia musica en sus oidos: "Neposedi, Neposedi, Neposedi, NEPOSEDI" — Vaya... Si tú haces esa audición es muy probable que quedes, ¿te animas a hacerla? — le dijo a Yulia dándole el afiche.

— No — Mintió.

— ¿Quéee? ¿en serio? ¿estás loca? ¡Yo quiero que la hagas! — dijo Oleg frustrado.

— No lo sé, tengo mi agenda ocupada además no tengo mi chocolate tengo que ahorrar para él, ya sabes eso lleva su tiempo es más importante, entonces bueno no estoy interesada — le dijo a Oleg prestigiosamente.

— ¿De qué quieres ese chocolate? ¡pero irás a esa audición! — dijo Oleg y sacó su billetera.

— ¡Claro! Que sea chocolate con maní — dijo tomándolo de la mano.

— Soy débil, diablos — dijo Oleg suspirando. El frío de Moscu era tan fuerte que sintieron que sus cachetes se estaban quemando así que apresuraron el paso y llegaron al colegio de Yulia.

— ¡Adiós, papá! — le dijo Yulia dándole un beso en la mejilla a su padre, y se fue corriendo a la entrada con el chocolate en la mano.

— ¡Adiós, pequeña...! — dijo Oleg un poco triste, le ponía muy triste cuando dejaba a su pequeña rubia en ese lugar desconocido, además estar sin su huracán era devastador, era lo que más quería en la vida, él quería mucho a su hija.

Al terminar las 12 del medio día. La pelirroja estaba impaciente viendo el reloj, ya faltaba poco para la hora de salir del colegio, odiaba las clases de historia, simplemente lo odiaba, no le veía sentido tener que aprenderse la vida de unos viejos muertos

— Señorita Katina — dijo el profesor con tantas canas, ya casi calvo.

— Sí, ¿Profesor? — dijo un poco asustada ya que salió de su estado de pensamiento.

— ¿Le gustaría decirme de que estaba hablando? — dijo el calvo entrelazando sus brazos.

— Estaba hablando del ataque que hubo en Yugoslavia, en el que hubo más de 1000 muertos y que Rusia esta dando recursos para ayudar a Yugoslavia, pero está el problema que Rusia necesita la ayuda de... — Lena siguió hablando toda apasionada, ella sabia muy bien de lo que hablaba, no le gustaba historia pero era una experta con las tareas y muy aplicada. Todos los compañeros se quedaron boquiabiertos escuchando la extensa y mejor explicación de Lena sobre la pregunta que le hizo el profesor, e incluso, Jen — ... Y el país quedo gravemente destruido pero así todo termino y ya Yugoslavia se esta recuperando — dijo Lena terminando y mirando al profesor con mucha seguridad.

— G-gracias, Katina — dijo el calvo, el profesor juraba que Lena no le iba a contestar, eso era lo que él quería hacer quedar mal a la pelirroja pero parece que sucedió, pero al revés. Sonó el timbre. Todos se retiraron del aula de clases.

— Vaya Lena, ¡te luciste! — le dijo Jen cerrándole el bolso a lena.

— ¿Ah sí? ¿En serio? No sabía, gracias — dijo Lena extrañada.

— Como sea, te tengo un regalo — dijo Jen sacando de su bolso una cajita de color salmón, la abrió y saco dos pulseras.

— Jen, no tenias porqué... — interrumpió Jen.

— Lena esta cadena es para ti y la otra es para mí, una dice "Best" y la otra "Friends", Best es amigo en inglés y Friends es mejores, bueno realmente es mejor, como sea no entiendo mucho el inglés — dijo Jen extendiéndole la cadena a Lena.

— Muchas gracias. Y tonta, dice mejores amigas, pero sí, me quedo con el ruso, el inglés es estresante — dijo la peliroja abrazando a Jen.

Salieron del colegio y se dirigieron a sus casas.

— ¡Lena! — gritó Jen corriendo hacia un póster.

— ¿Quée? No grites, me asustaste — dijo la pelirroja, acercándose hacia donde estaba Jen — ¿Qué sucede, Jen? — la miró confusa y riendo por la cara de asombro de su amiga.

— ¡Neposedi! ¡audiciones para NEPOSEDI! — dijo Jen sacudiendo a la pelirroja por los hombros.

— Ah, ¿ese nuevo grupo musical Neposedi? Qué interesante — dijo la pelirroja desinteresada.

— ¡LENA! ¡Sí vas! Tienes que ir enseguida, ¡vas a ganar! tienes 4 años estudiando música, tu voz es perfecta, Ay, ¡por favor, Lena! ¡Por mí! — dijo Jen sacudiendo a la pelirroja nuevamente.

— Ok ok, relájate, déjame ver cuándo es — le quita el afiche a la de ojos grises.

— ¿Cuándo es? — Dijo Jen emocionada.

— Es el 4 de octubre — Dijo lena mirando a Jen.

— 4 de octubre... ¿que día es hoy? por cierto — dijo Jen confusa y agarrando nuevamente el afiche.

— 4 de octubre — Dijo Lena tranquilamente mirándose las uñas.

— 4 de octubre, ah... ¿¡QUÉE!? Es hoy, ¡HOY, LENAAA! — Dijo Jen emocionada.

— Ay — dijo Lena fastidiada y mirando los carros de la avenida.

— Es a esta hora, ya es la hora, ¡vamos a ese teatro! — dijo Jen tomando la mano a lena.

En el teatro.

— Vaya Lena, ¡hay muchas chicas! ¡esto sí que va a ser gran competencia! — dijo Jen cepillando el cabello de Lena.

— ¡Así estoy bien! — dijo Lena sonriendo y viendo a los jurados.

— ¡Tienes que estar bella! — termino diciendo Jen hasta escuchar en el parlante:

— Las chicas que van a participar por favor anótense, las otras que no, por favor retírense

— Ay Lena, yo me despido ¡te espero afuera! ¡Suerte pecosa! yo le digo a tu mama que estás aquí — dijo ésta disgustada y dándole un beso en la mejilla a lena.

Mientras tanto, con Yulia

— Yulia no hagas nada malo, pórtate bien ¡y no hagas nada loco! ¡Suerte! — dijo Oleg dándole un beso en la mejilla a su pequeña rubia.

— ¡Gracias! ¡Pá! — dijo Yulia.

La rubia se dirigió a la puerta donde le indicaron y se quedo viendo a su papá que salía de la puerta del teatro, en eso chocó con alguien y cayó al suelo.

— ¿Estás bien? ¡Lo siento mucho! — le ofreció la mano a la rubia, Yulia tomo la mano.

— No es nada, estoy bien, fue mi culpa — dijo Yulia amablemente y alzó la mirada y se encontró con unos ojos tan desconocidos que nunca había visto, unos de color verde-grises, eran de una chica de piel muy blanca, con muchas pecas pero le quedaban muy bien, era un poco mayor que Yulia, y eso se notaba, y esos rizos tan rojos

— ¿Estás segura? — Dijo la pelirroja soltando amablemente la mano de la rubia y se quedo mirando detenidamente a la rubia, vio ese cabello tan liso, esa piel tan blanca, esos ojos azules que hacía que se perdiera en su mirada y su pequeña altura le pareció adorable.

— ¿Qué edad tienes? — le preguntó la pelirroja enseguida.

— Tengo 12 años... ¿y tú? — dijo la rubia un poco tímida.

— Yo 13 — respondió la pelirroja segura — Mucho gusto, me llamo Lena Katina — Le extendió su mano a la rubia y le regalo una honesta y hermosa sonrisa.

— Yulia, Yulia Volkova — dijo la rubia tomando la mano de la pelirroja un poco tímida, y se intercambiaron sonrisas.

Continuará...