Este fic esta dedicado a todos los fans de digimon, pero a los fans, fans de verdad, esos que cada vez que encienden el pc gritan ¡puerta digital abierta!, ¡adelante niños elegidos!, esos que a su mascota le llaman (nombre de la mascota)-mon, y le intentan hacer digievolucionar, esos que se apuntaron a clases de Tai-chi solo por el nombre, esos que llevaban las gafas de buceo en la cabeza y no sólo cuando estaban en la piscina, esos que iban al colegio con un silbato colgando, esos que intentaron aprender a tocar con la armónica la canción de Yamato, esos que empezaron a llevar en verano guantes, esos que lloraron con la muerte de Wizardmon y con la de Leomon, y con la de Whamon , y con la de Piximon y con la de… ¿en serio esto era un anime para niños?…, esos que se decepcionaron con Tamers porque creen que los digielegidos originales siempre serán los mejores, esos que esperan que algún día se haga la continuación de 02, esos que creen que no se ha vuelto a hacer un anime igual y que jamás se podrá superar, para esos que desde hace diez años el 1 de agosto se ha convertido en un día especial, para todos aquellos que se nos eriza la piel cada vez que escuchamos Bokura no digital world, y que en el fondo soñamos con despertarnos algún día con un digivice en la mano y un digimon al lado gritando ¡eres mi compañero, eres mi compañero!
En resumen, para todos a los que igual que a mi este anime cambio su vida y por tanto lo amamos con locura, DIGIMON4EVER!!!!!
Digimon y los personajes de digimon no me pertenecen porque sino no habría escrito este fic, habría hecho una película de él… jajaja…
DIGIMON ADVENTURE 2009
Vacaciones de verano:
Ese es mi hogar, el planeta Tierra, pero no estoy seguro de que sea el lugar donde me encuentro. Será mejor que empecemos desde el principio, todo comenzó cuando el clima sufrió un total descontrol, las selvas se secaron por completo y otros lugares fueron inundados por el océano y en ciudades que son normalmente como parrillas en verano hacía un frío terrible, por entonces yo no sabía que todo eso estaba ocurriendo, porque me encontraba en un….
-Taichi… ¿Taichi?, ¿estas aquí?.- pregunta una joven mientras le pasa la mano por delante de la cara a su ido compañero.
-¿Eh?… yo… claro, solo estaba…. ¿continuamos preparando el debate?.- propone el joven, despertando de sus sueños de infancia.
1 de Agosto de 2009, ya han pasado diez años desde que los niños elegidos fueran al Digimundo por primera vez y muchas cosa han cambiado, excepto la tradicional reunión del primer día de Agosto de los digielegidos.
Taichi Yagami, ahora es un apuesto joven de 21 años, seguía siendo ese líder innato y acababa de mudarse a su propio apartamento en el recinto universitario porque para sorpresa de todos Taichi había resultado ser un estudioso, dejo a un lado su afición por el futbol y se intereso por la política, quería convertirse en enlace entre las fuerzas políticas de la Tierra y el Mundo Digital, y llegar a ser algún día embajador en el Digimundo. Por eso este año, no tendría muchas vacaciones, el concurso de debates sería pronto y debía prepararlo a conciencia, pero por muy ocupado que este, hoy 1 de Agosto, se reuniría con sus amigos para ir a ver a su compañero Agumon y los demás.
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-¡Aaahhh!, ¡¡¿y por que no me llama?!!… seguro que se le ha pasado el vuelo, con lo despistado que es.- grita una pelirroja de un lado a otro de su apartamento.
Sora Takenouchi, al igual que su amigo Taichi, Sora también decidió independizarse cuando comenzó su carrera universitaria, la pelirroja estudiaba arte, ya que siempre había tenido gran afición por el dibujo, pronto descubrió su habilidad para el diseño de modas y decidió especializarse en esa materia. Y este verano había sido contratada para hacer prácticas en un pequeño estudio de Shibuya, lugar donde residía ahora.
La chica seguía desesperada por no tener noticias de su novio, que le había prometido que llegaría hoy, hasta que el teléfono sonó y Sora recupero la esperanza.
-Moshi, moshi?… ¡Ah! ho… hola, Mizutani-san… eh, si ya lo tengo terminado y…
Sora intenta dar buenas excusas a su jefa, hasta que suena el timbre de la puerta, la chica la abre, encontrándose al otro lado con un joven rubio que le saluda amablemente.
-Hi, Sora!!, que tal el día…?.- el joven calla de inmediato al entender las señas que su cuñada le estaba haciendo de "es una llamada importante no me molestes".
Takeru Takaishi seguía siendo el optimismo hecho persona, siempre tenía una sonrisa en la cara para dedicar a cualquiera que la necesitase. El chico contaba ya con 18 años por lo que estaba en su último año de la secundaria superior y debía pensar que iba a hacer con su vida, aunque no tenia que pensar mucho ya que desde pequeño tenia vena de escritor, y debido a las buenas criticas que había recibido de sus artículos del diario escolar, este verano, su madre le había conseguido un pequeño trabajo de becario en la agencia de noticias donde trabajaba.
Pero no por eso había cambiado sus costumbres, y desde que su hermano se fue a estudiar a EEUU, Takeru se había propuesto hacerle a Sora la mayor compañía posible, y porque no decirlo, de esa forma desayunaba gratis todos los días en casa de su cuñada.
-¡Mierda!, tengo que ir al estudio… la dictadora de mi jefa quiere que le enseñe mis diseños hoy.- protesta Takenouchi con enfado nada más colgar el teléfono.
-Bueno, no te quejes, al menos tu puedes dar rienda suelta a tu creatividad en tu trabajo.- dice el rubio, mientras unta mahonesa en sus tostadas.-… a mi solo me dejan llevar cafés de una lado a otro, no puedo acercarme a menos de 2 metros de un ordenador.
-¡Oh, si!, ¡puedo dar rienda suelta a mi creatividad!… Takeru esa tipa me roba mis diseños, los firma con su nombre y encima, casi no me paga… porque como solo soy una estudiante en prácticas.- refunfuña la pelirroja, luego mira como su cuñado esta gorroneando como de costumbre su desayuno y con desanimo pregunta.- Takeru… ¿no tienes otro lugar donde desayunar?…mmm no se que tal… ¡tu casa!… o con Hikari, creo que últimamente la tienes muy abandonada.
-Sora, no te preocupes por eso, Hikari y yo estamos mejor que nunca, además se que te gusta desayunar con un apuesto rubio, ojos azules… jeje.- sigue Takeru, con su encantadora sonrisa.- por cierto, se ha acabado la mahonesa…
-¿Qué?, ¿Qué te has terminado la mahonesa?… ¡Es que eres tonto!, ¡Esa mahonesa es de Yamato!… ¡Yamato!, genial, va a venir a casa y no va tener su mahonesa favorita y entonces se ira y no volverá…- grita una apurada Sora, montándose sus propios culebrones, hasta que otro comentario hace que pierda aún más los nervios.
-Sori… se ha acabado el champú de papaya.- anuncia una joven castaña saliendo del cuarto de baño envuelta en una toalla rosa, por supuesto, y con el bote de champú en la mano.
Mimi Tachikawa, a sus 20 años de edad ya era prácticamente una estrella televisiva del noreste de EEUU. Resulto que Mimi empezó a dar rienda suelta a sus originales recetas culinarias y gracias a la ayuda de su novio Michael, y sus contactos televisivos, habían creado una productora siendo el programa de cocina de Mimi y Palmon uno de los más exitosos de Mimi & Palmon productions (y Michael).
Pero a pesar de su creciente fama, Mimi seguía acudiendo fiel a la cita del 1 de Agosto en Odaiba, y aunque podría pagarse el hotel más caro de la ciudad, la chica siempre prefería alojarse en casa de su mejor amiga, para desgracia de esta.
-¿Qué?, ¿Qué te has terminado el champú de papaya?… ¡¡ese es de Yamato!!… ¡¡Yamato!!, genial, ahora va a venir y no podrá ni desayunar ni ducharse… ¿por que tengo que aguantaros…?
Pero el ataque de furia de Takenouchi se vio interrumpido por una nueva llamada.
-¡¡¿Quién?!!.- grita Sora con enfado, Takeru y Mimi están temiendo por su vida.-… ¡Oh!… hola… no, no estoy enfadada contigo… es Mimi que me saca de quicio…
Al ver como Sora ha pasado de tener la voz de King Kong a la de campanilla, Takeru y Mimi se dan cuenta que el que ha llamado es por fin, su adorado Yamato.
-¿Qué ha querido decir con eso de que le saco de quicio?…- pregunta Mimi con molestia.
-Sora, tranquila, pero tengo que decirte una cosa importante…- empieza el joven a la otra línea del teléfono.
Yamato Ishida, si Taichi sorprendió a todos con sus intereses políticos, Yamato no se quedo atrás y dejo su carrera musical para concentrarse en los estudios y llegar a ser astronauta. Al terminar el instituto de Odaiba, Yamato marcho a estudiar Ingeniería aeronáutica en Florida, pero no por eso dejo su relación con Sora, los chicos mantenían su relación a distancia e intentaban verse siempre que podían, normalmente sus encuentros se producían en el Digimundo.
-¿Se ha retrasado el vuelo?… ¿Cuándo llegas?…- interrumpe la pelirroja, debido a la emoción que siente por escuchar a su novio.
-No… es que, no he tomado ningún vuelo, verás es que no voy a poder ir…
-¡¡¿Qué?!!
-Iré al Digimundo desde aquí… nos veremos ahí y te explico, ¿de acuerdo?.- intenta convencer Ishida.
-¡¡No!!, no estoy de acuerdo… me prometiste que vendrías…- empieza a protestar Takenouchi.
-Si lo se, pero ha surgido algo, me han aceptado para que realice un cursillo este verano en el Centro Espacial John F. Kennedy… ¡Sora, no es genial!, ahí es de donde despegan los transbordadores espaciales.- grita el chico ilusionado.
-¡Me importa una mierda de donde salgan esos malditos cohetes! me prometiste que pasaríamos el verano juntos, ¡no viniste en vacaciones de primavera!, ¡Y en Navidad no te quedaste ni a fin de año!.- grita la chica, que ya ha perdido la paciencia.
-Creo que deberíamos irnos y dejarle intimidad.- propone Takeru, asustado por el tono de su cuñada.
-¡Calla!, que no me dejas oír.- contesta Tachikawa a la que obviamente le encanta escuchar radio-telenovelas.
-Sora… no te enfades, por favor… luego hablamos y… Sora… ¿Sora?.- pregunta el chico confuso al ver como su novia ha cortado la llamada.
-Sora… ¿te encuentras bien?.- se atreve a preguntar Mimi.
-¡No!, ¡no me encuentro bien!, lo único que pido es pasar el verano con mi novio.. ¡no creo que pida tanto!.- grita como una histérica la portadora del amor.
-Venga Sora, no estés mal, ya veras como en cuanto veas a Yamato se te pasa el enfado…- intenta animar Takaishi.
-¡Si!, además mira el lado bueno de que no venga Yamato, no te va hacer falta comprar mahonesa ni champú… bueno champú si pero para mi, así que nada de esas baratijas que compras y….
Aunque hayan pasado los años Mimi sigue siendo una negada para animar a su amiga y esta ya se ha cansado de sus impertinentes amigos por lo que gritando incoherencias les empieza a empujar hacia fuera de su vivienda.
-¡Largo de mi casa gorrones!, ¡que no os aguanto!.- con esto Takenouchi cierra la puerta en las narices de sus amigos, dejando en el descansillo a Takeru con la mermelada en la mano y a Mimi con su diminuta toallita.
-¡Sora!, ¡Sora!, ¡deja que me vista!.- grita como una histérica la castaña mientras pega puñetazos en la puerta, lo que hace que sin darse cuenta su toalla se desprenda de su cuerpo, y al contemplar ese espectáculo, al joven Takaishi se le cae el bote de mermelada salpicando por completo a su desnuda amiga.
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-¿Dónde están?, ¿Dónde están?… ¡¡¡¡¿Donde están?!!!!.- grita como un poseso un joven moreno con pelos de punta.
Daisuke Motomiya, al igual que Takeru, Daisuke también se encontraba en su último año de secundaria superior, y para él ese sería el fin de sus estudios, ya que el chico es bastante negado para esto, pero Daisuke encontró su vocación en su mayor afición después del futbol, en la comida. El chico ya había mostrado su interés por querer tener algún día un restaurante, pero aún debía empezar por abajo, por lo que este verano había conseguido un trabajo de pinche en un reconocido restaurante de fideos.
-¡Mierda!, no puedo creer que las haya perdido… ¡era el regalo de Taichi!… y encima las pierdo hoy… ¡con lo especial que es este día!…..- sigue el muchacho frustrado mientras mira debajo de su cama.
-Venga Daisuke, no te desanimes, ya veras como las encontramos.- intenta animar un educado joven.
Ken Ichijouji, con los años este chico había ido perdiendo timidez y más cuando empezó su relación con Miyako, Ken seguía viviendo en Tamachi, y tenía muy claro a lo que quería dedicarse, en cuanto terminase el instituto empezaría a estudiar criminología y entrar cuanto antes en el cuerpo de policía.
-Esto es terrible… ¿Cómo voy a seguir siendo el goggle-boy sino tengo mis goggles?… nunca debí habérmelas quitado…. ¡¡la culpa es de ese maldito gorro de cocina!!.- grita el chico fuera de si.
-Esto Daisuke, ¿A dónde va tu hermana?.- pregunta Ken extrañado al ver a Jun haciendo sus maletas.
-¡Ken, tenemos que encontrar mis goggles!, ¿Qué narices te importa a donde vaya esa?.- grita el chico con enfado.
-No, nada… pero mira lo que esta guardando en su maleta.
Daisuke se gira hacia su hermana y ve como por lo que había puesto la casa patas arriba, había estado desde el principio en posesión de Jun.
-¡¡Jun!!, ¿se puede saber que haces con mis goggles?.- grita el chico mientras le arrebata con furia su preciado objeto.
-¿Qué haces estúpido?, ¡Devuélveme eso!.- protesta la mayor de los Motomiya.
-¡Te he dicho un millón de veces que no puedes tocarlas!, ¡para mi son muy importantes!.- grita el muchacho mientras se coloca sus preciadas goggles en la cabeza.
-¡Oh vamos, enano!, yo las necesito, me voy de vacaciones al mar del coral, ¿recuerdas?, ¡las necesito para bucear!.- protesta la joven.
-¡No son gafas de bucear!, ¡son de aviador!… ¡¡¡aviador!!!, si quieres gafas de buceo que te las compre tu súper novio, ya que te paga el viaje, que se estire un poco más.- grita el joven con desprecio.
-¡Eres un imbécil!, ¡así nunca encontraras novia!.- grita la chica dando la espalda a su hermano.
-Baaaa.- refunfuña el chico, luego dirigiéndose a Ken dice entusiasmado.- ¡Venga!, vamos a echar ese partidito.
-Si, pero antes pasemos por un sitio, ¿de acuerdo?.- propone Ichijouji, mientras toma el balón de futbol en sus manos.
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-¡Lo que oye!, Momoe se va de vacaciones al mar del coral con su novio y unos amigos, Chizuru se va de gira con su compañía de teatro y Mantarou, como ya tiene mujer e hijos, ni se acuerda de sus padres, y entonces ¿quién se tiene que quedar sin verano para trabajar en el supermercado?… pues claro, quien va ser sino, la tonta de Miyako… aaah, que asco de verano….- refunfuña una joven con anteojos en el mostrador de su supermercado.
Miyako Inoue, a sus 19 años de edad esta chica casi no había cambiado, seguía diciendo lo que pensaba en cada momento y si es necesario a base de gritos aunque desde que comenzó a salir con Ken, su temperamento era un poco más calmado. Miyako seguía viviendo en casa de sus padres y este verano debería hacerse cargo del supermercado de su familia. Pero sus aspiraciones estaban muy lejos de ser dependienta, la chica estudiaba tecnología, aunque su mayor ilusión es formar algún día una familia con su amado Ken.
-Joven, siento todo lo que le pasa… pero ¿me cobra?, es que tengo un poquito de prisa.- dice la señora a la que Miyako estaba contando todas sus desgracias.
-¡Oh, si claro!, usted tiene prisa, pero como yo soy solo una patética empleada de supermercado no puedo tener vida propia ¿verdad?.- grita la chica con frustración, pero la señora no esta dispuesta a escuchar más por lo que dejando su compra se va.
-¡De acuerdo vete!, pero te recomiendo que no vuelvas, por que te daré todos los productos caducados, ¡Bruja!.- grita una descontrolada Miyako, hasta que una voz hace que se tranquilice por el momento.
-¡Miyako!, ¿ya has vuelto a espantar a otra clienta?
-¡Ah!, ho… hola Ken, yo solo…. ¿me he pasado verdad?
-Un poquito cariño.- dice el chico con ternura mientras proporciona un dulce beso en la mejilla a su novia.
-Hi Miyako…. ¿no hay besito para mi?.- pregunta con burla Daisuke.
-¿Y que haces aquí?… aunque me encanta que vengas a verme, como parece ser que me voy a pasar todo el verano aquí metida… ¡Dios Ken!, ¡esto es horroroso!.- sigue Miyako a su bola, ignorando por completo a Daisuke.
-Vamos Miyako, no te preocupes yo venia a proponerte una cosa… veras ¿recuerdas que mis tíos tienen una casita en la playa?.- empieza el chico, Inoue asiente con expectación.- pues… ¡he conseguido que nos la dejen!, ¿Qué te parece?
-¿Ken eres idiota?.- grita la chica, provocando las risas de Daisuke y el desconcierto de su novio.- ¡Es que no has oído que me voy a pasar todo el verano en este maldito supermercado!
-Si, pero… bueno yo pensé que, tal vez tus padres podrían contratar a alguien durante un par de semanas….
-¡No insitas Ken!, Miyako tiene que trabajar en verano, por lo que lo mejor es que… ¡¡me dejes a mi esa casita de la playa!!.- interrumpe el goggle-boy con descaro.
-¡Cállate imbécil!, voy a tener que empezar a poner el cartel de "reservado el derecho de admisión".- grita la peli-lila con enfado.
-¿Eso no ira por mi, no?.- pregunta un atractivo adolescente mientras se adentra en el supermercado.
Iori Hida, el pequeño de los digielegidos se había convertido en un atractivo adolescente de 16 años, el chico continuaba en el instituto de Odiaba y aún no se preocupaba por estudios superiores, en estos momentos lo que más ocupaba el tiempo de Iori era el kendo, tanto así que este verano participaría en un campeonato a nivel nacional. Y debido a su creciente popularidad al joven no le faltaban citas y proposiciones, pero Iori aún seguía sin pareja oficial.
-¡Ah!, hola Iori… por cierto no soy tu secretaria pero han venido a buscarte (Miyako saca un papelito y lo empieza a leer), Mayumi, Keiko, Shizuka, Yuuko y tu madre me dijo que fueses a buscar a tu prima Akane a la estación…. ¡Quieres no darle esta dirección a tus novias!, ¡ya estoy hasta las narices!.- grita Miyako con enfado.
-No le hagas caso Iori, solo esta picada porque no va a poder ir a la playa con Ken este verano, jajajajaja.- ríe de forma descontrolada Daisuke hasta que es callado por un bofetón de Inoue.
-¡Es que eres tonta!, ¿Qué te has creído?.- intenta protestar el muchacho, pero es retenido sin ninguna dificultad por Ken, que llevaba un buen rato pensativo.
-Oye Iori, esa prima tuya que viene hoy, ¿es esa de la que me hablaste, que estaba buscando un trabajito para el verano?.- pregunta el peli-azul, como si hubiese tenido una gran idea.
-Si, Akane, ¿Por qué?, ¿le has conseguido un trabajo?.- pregunta el chico mientras toma una bebida isotónica, que por supuesto no ha pagado.
-Creo que si…- dice el chico sonriendo a su novia, Miyako tarda en pillar lo que quiere decir su novio ya que esta demasiado ocupada intentando que Daisuke deje de robar y Iori pague lo que consume, pero finalmente capta la idea de su chico.
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-¡Aaaaahhh!, esto es horroroso, que asco de sangre y vísceras y… aaaahah.- dice un chico asqueado, haciendo lo posible por no vomitar, mientras intenta hacer la autopsia a un cadáver.
Jyou Kido, el mayor de los digielegidos no sorprendió a nadie y como era de esperar a sus 22 años estaba inmerso en su carrera de medicina, aunque Jyou seguía sin soportar ver la sangre, pero era necesario aprobar medicina para poder especializarse en los digimons y ser médico del Digimundo. En el asunto personal Jyou mantenía una relación con Momoe Inoue con la que compartía también apartamento y este año irían de vacaciones al mar del coral.
-Venga Jyou, no seas llorica, para sacarte el título debes hacer practicas con cadáveres ya lo sabes.- intenta animar Shin, que esta ayudando a su hermano haciendo practicas en el deposito de cadáveres de Odaiba.
-Pero es que… esta bien.- asiente al fin el chico recogiendo el bisturí que le ofrece su hermano.
-Bien, ahora haz una incisión en…. ¡Jyou!… ¡¿a donde vas?!.- grita el médico desesperado al ver como su hermano sale corriendo en dirección al baño.
Después de unos vómitos por parte del pequeño de los Kido, el chico reaparece aún con el pálido en el rostro.
-¡Madre mía!, pobre de los digimons si tu eres el medico que les espera.- dice Shin, al ver la incapacidad de su hermano para afrontar la sangre.
-¡Eso no tiene nada que ver!, ¡los digimons tienen otra estructura!, ¡no son tan asqueroso!.- se intenta defender el peli-azul.
-Venga Jyou, piensa en que si no apruebas estas practicas no podrás irte de vacaciones con Momoe, Shuu y su novia.- intenta convencer el Dr. Kido.
-Lo que hay que hacer para tener vacaciones.- asiente al fin el chico sin ningún convencimiento.
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-… por lo que por este método y con estas modificaciones en los dispositivos, la puerta digital puede abrirse en cualquier parte del planeta y podemos dirigirla hacia donde queramos ir en ese momento, teniendo así una mayor posibilidad de comunicación con el Digimundo….- explica un joven pelirrojo ante una abarrotada clase de universidad.
Koushiro Izumi, al igual que el de Jyou, el destino de Izumi estaba escrito desde que fue por primera vez al Digimundo, por lo que gastaba todas sus esfuerzos y energías en estudiar el Mundo Digital. El chico a sus 20 años ya impartía clases y ponencias universitarias. Koushiro estudiaba ingeniería informática pero al ser un genio solo acudía a cursos y clases que fuesen de su interés y junto con el profesor Takenouchi y Shuu Kido, había formado un equipo de trabajo del Mundo Digital.
Al finalizar sus clases el joven Izumi fue vitoreado, como era costumbre, pero antes de que se le acercasen algunas fans, Koushiro se apresuraba a abandonar la clase ya que aunque pasasen los años seguía siendo extremadamente tímido.
-¡Eh!.- llama un hombre tocándole el hombro, lo que hace que Izumi se vuelva.
-¡Ah!, Hi profesor Takenouchi, ¿ha escuchado la ponencia?.- pregunta el chico con entusiasmo.
-Por supuesto, ha sido espectacular Koushiro… por cierto hoy vais a ir al Digimundo, ¿no?.- pregunta el hombre.
-Si, es el décimo aniversario…
-Bueno, cuando vuelvas debemos preparar la ponencia para Kyoto, iba a prepararla con Shuu, pero se va ir todo el verano a las Bermudas creo….
-Es el mar del coral, profesor.- corrige el pelirrojo.
-¡Ah, es verdad!, no importa, tu y yo nos apañaremos, ¿verdad?.- pregunta el hombre dando una amistosa palmada al joven.
-Por supuesto profesor.- asiente educadamente el muchacho.
-¡Genial!, bueno que os divirtáis en el Digimundo, saludos a los digimons.- dice Haruhiko mientras se aleja, pero antes se vuelve y añade.- ¡Ah!, y dile a mi hija que se digne a pasarse por casa, ya que solo aparece para comer a fin de mes, cuando ya se ha quedado sin dinero…
-¡Se lo diré!.- se apresura a contestar el chico con una sonrisa, luego empieza a ojear sus apuntes hasta que es interrumpido por una joven.
-¿Koushiro Izumi?.- pregunta la chica con timidez.
-Aja.- asiente el joven sin despegar la vista de sus apuntes.
-Solo quería felicitarte por tu ponencia, haces que todo parezca realmente fácil…- sigue la chica.
-Graci… ¡Dios mío! ¡¡Mina!!.- exclama el chico entusiasmado al levantar la vista y ver a la chica con la que estaba hablando.
Realmente Izumi se llevo una gran sorpresa al encontrarse con la digielegida que conoció años atrás en la India. Koushiro intentaba mantener contacto con la mayoría de niños elegidos, pero como estos habían incrementado tanto ya resultaba algo difícil, pero Mina había sido una de las chicas con las que si había conseguido seguir manteniendo una frecuente comunicación.
-¿Y que haces aquí?.- pregunta el chico estupefacto.
-Bueno, tu me dijiste que todo había empezado un día como hoy hace 10 años… y yo, solo quería, celebrarlo… contigo.- dice la chica sonrojándose, lastima que Koushiro no capte ese tipo de cosas.
-¿Por qué no vamos a tomar algo y me cuentas?.- propone el pelirrojo con entusiasmo.
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-Pasa hermanita… mmmm eso hule genial, ¡nunca pensé que echaría tanto de menos la comida de mama!.- grita entusiasmado Taichi al abrir la puerta de su apartamento y encontrarse con su hermana sosteniendo un tupper de comida.
-Taichi, que sepas que si mama aún sigue haciéndote la comida y lavándote la ropa, tu emancipación deja mucho que desear.- regaña una joven castaña.
Hikari Yagami, compartía último año de secundaria superior con sus compañeros Daisuke y Takeru, aunque con Takeru compartía algo más ya que desde que empezaron la secundaria ambos habían comenzado una relación de pareja. Tanto Daisuke y Taichi habían perdido los nervios cuando se enteraron y ambos desearon acabar con la vida de Takeru, pero finalmente la sangre no llego al río y los gogggles-boys aceptaron la relación de los angelitos. Por otra parte Hikari tenía muy claro a lo que quería dedicarse y cuando finalizase el instituto se matricularía en magisterio infantil.
-¡Ah!, hablando de eso, toma…- dice el moreno mientras le da a su hermana una montaña de ropa.- ..y dile a mama que se esmere con una mancha de café que tengo en mi pantalón favorito….
-Vamos Taichi, deja ya de abusar de tus padres y hermana, que ya eres mayorcito.- dice la chica que acompañaba a Yagami a preparar su debate.
-Este es un asunto entre hermanos, así que no te metas Tomoko.- corta con brusquedad el joven.
-Vale, me voy, cuando te pones borde no hay quien te aguante.- dice la chica, acto seguido recoge sus cosas y se va.
-Taichi, has sido muy desagradable con Tomoko-san.- recrimina la pequeña Yagami.
-Es que… nada.
-Hermano dime, ¿ha pasado algo con Tomoko?, pensé que decías que esta era la definitiva, que era guapa, inteligente, esta en tu grupo de debate, le interesan las mismas cosas que a ti….
-Tiene novio….- interrumpe Taichi la enumeración que estaba haciendo su hermana.
-¡Oh!, lo siento, se lo mucho que te gustaba, ¿estas bien?
-Lo superare…- asiente el chico, que en estos años aunque ha tenido varias novias y líos, sigue sin encontrar aquella que le llene de verdad.
-¡Venga anímate hermano!, ¡que es 1 de agosto!, debemos de estar felices.- dice la chica con entusiasmo.
-¡Si! tienes razón…- asiente el chico con una sonrisa, acto seguido suena su móvil.- moshi, moshi?, Sora… si, de acuerdo… nos vemos ahora, matta ne!
-¿Ocurre algo?.- pregunta Hikari con inquietud.
-Nada, no te preocupes, ya sabes Yamato la esta cagando, como de costumbre.- dice el chico en tono de broma, dejando a Hikari en su pequeño apartamento.
La chica, por el vinculo afectivo que le une a su hermano decide organizar un poco ese desastroso apartamento, pero hay algo que llamara considerablemente la atención de Hikari. El ordenador de su hermano tiene la puerta digital abierta, pero al acercarse, la puerta empieza a distorsionarse y se da cuenta de que ya no esta abierta hacia el Digimundo y un tremendo escalofrío recorre su cuerpo.
-¿Qué es esto?… no me había sentido de esta forma desde que fui a…
Hikari, recordando sus temores por la oscuridad tiene un mal presentimiento e intenta escapar de ahí, pero es tarde, el dispositivo digital de Hikari cae al suelo sin dejar ningún rastro de ella en la habitación.
