Hola a todos!
Este fic se me ocurrió mientras veía Los Jóvenes Titanes, en el capítulo de "Las cosas cambian". Siempre he querido que Terra regresara, me gustó mucho su aparición y su integración al equipo, claro, antes de la traición. Bueno, como creo que algunos saben, hace poco hice fics de dos de la segunda generación de los Titanes (Red Robin y Nightfire, hijos de Nightwing y Starfire) Para los que les interese, el de Red Robin se llama "El bien y el mal. Batalla eterna", y el de Nightfire es "¿Dos vidas o una sola?"
Esto lo digo porque seguiré haciendo fics de la segunda generación, y las historias estarán conectadas.
Y este turno es de la hija de Terra, Stella.
Espero que les guste.
Muchos no sabemos quiénes somos en realidad y por qué estamos vivos ¿Nunca te has preguntado eso? Pues yo sí, y saber la respuesta me tomó mucho tiempo, y todavía siento que estoy buscando la respuesta completa.
Mi vida era normal y aburrida, la típica de una niña normal, pero después dio un giro de 360° que no me esperaba, pero que agradezco día a día. Creo que olvidé presentarme. Mi nombre es Stella Markov, originalmente me apellidaba de otra manera, pero tras un suceso que cambió mi vida, decidí cambiar al apellido de mi madre. Para que me entiendan, les contaré mi historia
Yo vivía en el centro de la ciudad de JumpCity, iba a la escuela, no tenía muchas amigas pero sí buenas compañeras. Tenía un padre muy trabajador, demasiado para mi gusto, además de muy cerrado, no le gustaba los cambios; y una madre sencilla, una ama de casa. Tenía una vida cualquiera, sin muchos problemas, hasta ese día. Tenía 7 años cuando me di cuenta de algo. Lo recuerdo bien, estaba en la orilla de la costa caminando, matando tiempo ya que había salido temprano ese día. Me gustaba tirar piedras al agua, saber que tan buen brazo tenía. Recogí unas pocas y empecé a lanzarlas. Cuando tiré la última, vi que se dirigía a un pato que se encontraba nadando por ahí. Me asusté mucho, había tirado con fuerza ¡Iba a matarlo!
- ¡Cuidado! –Grité extendiendo mi mano, deseando que la piedra se detuviera
Y como por arte de magia, la piedra se detuvo a escasos centímetros de la cabeza del pato. Por un momento me quedé en shock por eso. Volteé a todas partes, buscando al responsable de eso, pero estaba sola. Bajé el brazo y la piedra cayó a un lado del pato, asustándolo, y éste salió volando. Eso me extrañó, sólo bajé el brazo y la piedra cayó ¿Coincidencia? No lo creo. Quise hacer una prueba, busqué por todas partes y vi una piedra en el suelo. Alcé mi mano y apunté a la piedra. Al principio no pasó nada y hasta me reí de mi misma. Debía estar loca. Pero la curiosidad me mataba, así que no me rendí y me concentré
- Muévete, muévete –Murmuré
Y la piedra se movió. Alcé más la mano y la piedra me siguió. Estaba sorprendida ¡Podía mover piedras! Me quise poner más a prueba y vi una piedra más grande. La apunté con ambas manos y las alcé lentamente. La piedra también se elevó. Estaba llena de euforia ¡Tenía poderes! Sin querer caminé a la orilla, y caí de ésta, y casi caí al agua, pero algo me detuvo. Era un montículo de tierra flotando a escasos centímetros del agua. Me di cuenta que ese montículo se movía a mi voluntad. Esto era increíble ¡Yo tenía poderes!
- Tengo que decirles a mis padres –Dije completamente eufórica.
Corrí a casa como loca, y mi mamá estaba en la cocina preparando la comida.
- Mamá
Cuando volteó a verme, me vio sorprendida
- Stella ¿Por qué estás cubierta de tierra?
- Me caí –Le respondí con poco aliento, pero luego tomé más –Mamá, no vas a creer lo que descubrí.
- ¿Qué cosa?
Busqué con la mirada algo con qué poner a prueba mis poderes. Vi una maceta con unas flores. Perfecto, eso me serviría, pensé. Alcé la mano y la maceta comenzó a moverse bruco, asustando a mi mamá. Luego la tierra comenzó a elevarse por los aires.
- ¡Puedo controlar la tierra! –Grité emocionada
- ¡Stella, deja eso! ¡Que no te veo tu padre!
Eso me desconcertó mucho ¿No se sorprendió? ¿Por qué?
- ¿Qué te pasa mamá? ¿No es genial?
-Stella, por ningún motivo lo vuelvas a hacer en público, es peligroso.
- ¿Qué? ¿De qué hablas? ¿Y por qué no te sorprendiste?
- Stella…
La puerta se abrió y llegó mi papá. Él llegó hablando de que su negocio prosperaba y no sé qué más. Volteé a ver a mi mamá, y me susurró "Hablamos a la noche".
Mi papá se fue a dormir y mi mamá fue a mi cuarto. Yo estaba sentada en la cama, jugando con la tierra de la maceta.
- Stella, temía mucho que sacaras estos poderes
- ¿Cómo sabías esto? –Dejé de lado la tierra y la miré con atención
Mi mamá suspiró y extendió su mano, y la tierra de la maceta formó una T flotante. Me quedé muda ¡¿Mi mamá también podía hacer eso?!
- Yo poseo los mismos poderes que tú hija –Me reveló –No hay duda que los heredaste de mí
- ¿De dónde los sacaste?
- No lo recuerdo bien, pero son poderes que siempre voy a tener
- ¿Y por qué los ocultas?
- Son cosas mías
- Cuenta mamá, quiero saber –Exigí
De nuevo suspiró y se acomodó su cabello rubio como el mío.
- Mira, hace tiempo, yo formé parte del equipo de héroes de esta ciudad
- ¿Los Titanes? –Estaba con la boca abierta
- En ese entonces eran los Jóvenes Titanes –Sonrió con nostalgia, pero luego su sonrisa se desvaneció –Cometí un grave error, los traicioné de una horrible manera. Y pagué ese error con mi vida.
- ¿Con tu vida? ¿Te moriste o qué?
- Quedé atrapada al ser convertida en piedra –La miré horrorizada –Y así quedé por un buen tiempo.
- ¿Y cómo saliste?
- No estoy segura, pero cuando salí, quería regresar con los Titanes, pero…
- Pero… -Quería que siguiera
- Tenía miedo que me fueran a juzgar por mi error. Así que me alejé y decidí vivir una vida normal
- ¿Por qué tuviste miedo mamá?
- Ya te dije, los traicioné
- Pero sacrificaste tu vida por corregir tu error ¿No era suficiente?
- No para mí Stella –Negó con la mirada –Sentía que nunca iba a poder saldar esa gran deuda. Así que me alejé
- Y así conociste a papá y me tuvieron a mí
- Sí –Asintió –Temía que sacaras mis poderes. Tu padre podría llegar a alterarse y a dejarnos por esto
- ¿No sabe de esto? –Negó con la cabeza -¿Pero no se aman? ¿El amor no lo vence todo? –Hasta para mí eso sonó cursi, pero llegaba a pensar que eso si aplicaba en las familias
- Hay veces que no, más cuando el amor ya no es tan fuerte como antes
Eso me dolió un poco, pensar que el amor de mis padres no era tan profundo. Pero ahora que lo pienso, mi papá no era precisamente uno amoroso. No mostraba mucho sus sentimientos ahora, era muy frío y calculador. Parecía que le importaba más los negocios que nosotras.
- Mamá –Le hablé con cautela -¿Tú…y papá se aman? Quiero decir ¿Todavía se aman?
Vi que mi mamá paseaba la mirada por mi cuarto. Me estaba poniendo nerviosa ¿Diría que no acaso? La escuché suspirar y volteó a verme de nuevo.
- Si nos queremos, pero ¿Te confío algo? –Asentí aún nerviosa –Desde que su negocio prosperó, él se volvió como es ahora. Ahora tiene en primer lugar su trabajo
- Eso es cierto –Concordé con ella –Pero entonces no se aman ya
- Me temo que no –Negó suavemente –No quiero que tengas ideas erróneas en tu cabeza, hubo un tiempo en que sí nos amamos, pero creo fuimos muy rápido. Y ahora con lo de su negocio, las cosas cambiaron mucho.
- ¿En qué fueron rápido? ¿En casarse o qué?
- Eso pienso yo
No entendía bien eso de la prisa por casarse ¿Acaso se conocieron y de inmediato se casaron? ¿O tienes que esperar para casarte con alguien? Yo todavía no entendía nada de eso…y siendo franca no me importaba hasta ahora.
-¿Te cuento un secreto? –Asentí interesada–Yo sigo queriendo a alguien más.
- ¿A un Titán? –Asintió -¿Quién? –Pregunté curiosa, esto era interesante.
- Se llama Bestia, pero yo lo conocí como Chico Bestia
- ¿Y él no te quería?
- Me quería, pero después de lo que pasó, tuve miedo que ya no fuera así.
- Mamá ¿Todavía tienes miedo? – Asintió -¿A qué le temes? ¿A que no te quiera? –Negó con la cabeza -¿Entonces a qué le temes?
- A equivocarme de nuevo de esa manera. No puedo ni perdonarme a mí misma
- Y si te perdonas a ti misma ¿Entonces podrás dejar de sentir miedo?
Mi madre rió un poco y colocó su mano en mi cabeza. Me sentía de 3 años
- Tal vez, esto es algo que yo tengo que resolver. Pero te agradezco tus palabras, creo que incluso puedes entender mejor problemas que a tu edad uno no entendería –Me confesó. Bajé la mirada pensativa, la verdad no entendía mucho, pero tal vez lo esencial sí. Tal vez a eso se refiera –Por eso Stella, quiero que me prometas algo. Podrás ejercer tu poder, incluso practicar, pero no le muestres a nadie que no sea de total confianza tu poder. Y nunca se lo digas a tu padre.
Asentí y mi mamá sonrió aliviada, parecía que tenía eso guardado por mucho tiempo.
- Oye mamá, una última pregunta
- Dime
- ¿Cuál era tu nombre de Titán?
Ella rió y se levantó de mi cama y caminó a la puerta, apagó las luces y antes de salir, me contestó
- Terra
Desde ese día, me escondía atrás de la escuela para jugar con las piedras y practicar con la tierra que encontraba en el jardín. Siempre procuraba que no hubiera nadie cerca para verme. En casa jugaba con la tierra de las macetas, pero cuando llegaba mi papá, la diversión se acababa. Él siempre llegaba hablando de su trabajo, ni siquiera nos saludaba o se despedía. Empezaba a preguntarme cómo mi mamá terminó casada con él. Aunque hace poquito me contó que al principio si era bueno y atento, pero después de mi nacimiento, su negocio prosperó y nosotras en el olvido. Suspiré mientras acomodaba una y otra vez las macetas de mi cuarto. Alguien tocó la puerta y me apuré a acomodar todo. Con un pase que grité, entró mi mamá. Suspiré aliviada y seguí jugando
- Vas mejorando –Me felicitó
- Oye mamá ¿Y si quisiera ser una heroína como tú?
- Preferiría que mejor que yo –Reí por eso, ella también
- ¿Crees que pueda hacerlo? –Le pregunté esperanzada
- Todo se puede si lo deseas
- Incluso si desearas regresar con los Titanes ¿Lo harías?
Suspiró y luego acomodó mejor la tierra de una de las macetas que estaba a punto de caerse.
- Me gustaría –No era un sí o un no. Eso me daba esperanzas
En el recreo todos estaban dispersos, me escabullí como siempre al jardín de la escuela a practicar. Llegando, tomé aire y comencé a levantar montones de tierra y formar figuras abstractas.
- Increíble –Eso me petrificó.
La tierra cayó al suelo y yo volteé con miedo. Atrás de mí había un niño, nunca lo había visto, aunque era muy raro. Tenía un raro cabello rojo fuego, piel como caramelo y ojos verdes. Me miraba sorprendido, y con una sonrisa.
- ¿Cómo haces eso?
- Yo…bueno…
- Perdona si te asusté. Te vi irte y se me hizo extraño.
- Yo…no…-No tenía palabras ¡Me atraparon! ¿Estaría en problemas? –Por favor…no le digas a nadie –Casi le rogué
- No te preocupes, no le diré a nadie –Me sonrió, eso me hizo sentirme más tranquila, pero seguía con la duda: ¿Y ese niño?
- ¿Quién eres?
- Ah, olvidé presentarme, me llamo Alex, soy de 3° grado
- Con razón no te conocía, yo soy de 2° grado, me llamo Stella.
- ¿Cómo es que tienes poderes?
No sabía si contarle la verdad o mentirle, pero había algo en él que me hacía sentir segura, con confianza.
- Son heredados –Confesé…sólo una parte
- Increíble
- Gracias
- Stella ¿Cierto? –Asentí – ¿Quieres jugar conmigo? Tengo un balón de basquetbol
- Claro –Asentí emocionada
Desde ese día, me volví amiga de Alex. Era muy atento, alegre y divertido. Me divertía todo el tiempo con él. Incluso un día lo invité a mi casa, mi mamá lo recibió con una sonrisa ¿Nostálgica? ¿Le recordaría a alguien? Ni idea. Nos encerramos en mi cuarto, y le mostré más de mi habilidad con la tierra de las macetas.
- Es increíble lo que haces.
- Lo sé, de hecho ¿Te cuento algo? –Él asintió –Yo quisiera…ser parte de los Titanes algún día
- ¿Enserio? –Me preguntó sorprendido
- Bueno, digamos que me inspiró una Titán que ya nadie recuerda
- ¿Quién? ¿Terra?
- ¿Cómo sabes de ella? –Le pregunté sorprendida
- He escuchado de ella, era una Titán increíble, de hecho me recuerdas a ella. Te pareces mucho con tu cabello y tu cara. Sólo los ojos no.
- Lo sé, tengo los ojos verde oscuro como mi papá –Dije un poco decepcionada. Yo quería ser como Terra, como mi mamá, pero tuve que sacar estos ojos.
- Me gustan tus ojos. Se ven bonitos en ti
No sabía si sonrojarme o carcajearme. No era de esas chicas que se sonrojaban por cumplidos así, pero era la primera vez que un niño muy agradable me lo decía.
- Yo...gracias
De nuevo me sonrió, y le correspondí. Si, era muy agradable. Escuché que la puerta de enfrente se abría. Suspiré, mi papá había llegado. Bajamos los dos y cuando mi papá me iba a saludar, miró con cara rara a mi amigo.
- ¿Y este chico?
- Es mi amigo, se llama Alex –Lo presenté. Alex saludó alzando la mano
- Te ves muy extraño ¿De dónde eres?
- ¿Cómo que de dónde soy? –Preguntó frunciendo el seño confundido
- Sí, debes ser extranjero o algo así. No te ves…muy normal
- Basta Marcus, recuerda que hay diferentes tipos de personas. Deja al niño –Lo regañó mi mamá
- Por favor ¿Piel como quemada? ¿Pelo teñido?
- Son de nacimiento –Confirmó Alex empezando a enojarse
Mi papá lo vio con mala cara y se retiró. Eso me hizo enojar mucho.
- Descuida Alex, te ves bien así –Lo consoló mi mamá, o más bien lo calmó –Igual a tu madre –Murmuró, pero alcancé a escucharla ¿Conocía a su mamá?
Pasaron los años y fui conociendo mejor a Alex, y también me presentó a sus amigos y a su hermana menor. Me divertía mucho con ellos, me sentía parte de un grupo. Pero pensaba que si quería volverme una Titán, algún día tendría que alejarme de mis amigos, de Alex sobre todo. Eso me dolía mucho, no quería dejarlos, no después de aceptarme como era, aunque sólo Alex sabía de mis poderes. Fue en la secundaria, a mis 14 años, cuando todo se me volteó
Era hora de la salida, caminaba hacia la puerta, para reunirme con mis amigos. En la salida me esperaba Alex solamente, eso me extrañó ¿Dónde estaban los demás?
- Hola –Me saludó
- Hola ¿Y los demás?
- Se fueron temprano, ni idea por qué –Volteó a otra parte
Asentí algo insegura, se me hizo raro su actitud. Caminamos a una heladería cerca de la secundaria, y luego un fuerte estruendo sacudió el lugar. Del suelo emergió una figura conformada por puros bloques de cemento, o eso pensé. Ese tipo ¿Cómo se llamaba? Cinder…algo ¡Ah, ya recuerdo! ¡Cinderblock! Empezó a destruir todo a su alrededor: autos, edificios, lo que encontrara a su paso.
- ¡Cuidado!
Alex me empujó para atrás, cayendo sobre mí, protegiéndome de los escombros de un edificio que cayó justamente donde estábamos parados. Tosimos por el polvo levantado y luego él se levantó, y me tendió la mano para levantarme.
- ¿Estás bien? –Me preguntó mirándome de pies a cabeza
- S-Sí
Alzamos la mirada y vimos que Cinderblock se acercaba a dónde estábamos.
- Hay que irnos de aquí.
Miré intercalados a mi amigo y ese monstruo o lo que fuera. Era mi oportunidad, llámenme loca, pero debía hacer algo. Yo quería ser una Titán, y esta era mi prueba de fuego
- No, tengo una idea. Podemos ganar tiempo para que lleguen los Titanes. Podemos distraerlo
- ¿Cómo podemos distraer a ese cara de bloque?
- Confía en mí
Sólo suspiró y asintió
- ¿Cuál es el plan?
- Desde las sombras puedo crearle obstáculos de tierra, y tú puedes lanzarle cosas para distraerlo.
- Será suficiente, hagámoslo.
Asentí y corrimos a un callejón oscuro. Ambos nos ocultamos lo mejor posible y vigilamos a Cinderblock, esperando que llegara a mitad de la calle
- Cuando llegue a la mitad de la calle, lo atrapamos
- Hecho.
Caminaba muy lento y algo torpe ¡Esa piedra gigante era una tortuga! Cuando al fin llegó al punto que quería, le di la señal a Alex, pero al voltear, me di cuenta que no estaba ¿Le habrá corrido? No, él no era así
- Aquí arriba –Escuché un susurro
Alcé la vista y Alex estaba con una resortera sobre unos tubos adheridos, o al menos algunos, a la pared del departamento de al lado. Me sorprendí por su equilibrio, era perfecto.
- Dispara ahora
Empezó a tirar piedra por piedra, y Cinderblock empezó a voltear a todas partes. Cuando miró a nuestra dirección, alcé mis manos y montículos de tierra lo empezaron a rodear. Golpeaba cada montículo y luego lo volvía a formar. Así fue un buen rato para ganar tiempo, junto con las piedras que tiraba Alex. Escuché que un auto frenaba muy fuerte, y mi cara palideció, yo conocía ese auto
- Papá –Murmuré asustada
Empezó a sonar el claxon ¿Era enserio? ¿Estaba sonándole el claxon… a un villano?! Seguramente estaba hablando por celular y ni siquiera se dio cuenta a dónde iba o qué pasaba, pensé. Mi papá sacó la cabeza junto con el celular a su oreja, pero luego su cara de molesto se tornó a una de miedo. Sí, ya se dio cuenta, pensé con ironía.
- Mo…Mo… ¡Monstruo!
Cinderblock golpeó con fuerza el auto hasta destrozar el capó. Mi papá intentó salir sin éxito. Cinderblock cargó el auto y estaba por lanzarlo.
- ¡Papá! –Salí de mi escondite y corrí a encarar a ese villano -¡Oye cabeza de bloque! ¡Suelta a mi papá!
Volteó a verme, y yo ya me estaba arrepintiendo ¡¿Estaba loca?! ¡¿Cómo le voy a ganar a esa montaña de cemento?!
- Stella –Alex también salió de su escondite y comenzó a lanzar piedras de nuevo, logrando distraerlo un poco –Yo lo distraeré, ve por tu papá
Asentí y corrí hacia Cinderblock. Con los movimientos bruscos por tratar de esquivar las piedras de Alex, solía bajar el auto a veces. En una de esas, me trepé en la puerta del auto, y fui alzada por los aires
- ¡Papá, sal de ahí! –Le grité tocando la puerta
Mi papá abrió la puerta y por el movimiento brusco, caí de ahí. Esto me iba a doler. Pero alguien me atrapó en sus brazos, era Alex ¡Este chico era rápido! Y fuerte.
- ¿Estás bien? –Me preguntó mientras me bajaba
- Sí –Alcé la mirada, viendo a mi papá mirando con terror hacia abajo -¡Papá, tienes que saltar!
- ¡¿Qué?!
- ¡Salta o serás aplastado!
Mi papá volteó a todas partes y luego a Cinderblock. Del susto volvió a cerrar la puerta. Me golpeé con la mano en la frente de pura frustración.
- Hay que sacarlo de ahí
- No…tengo otra opción –Bajé la mirada, dejando que mi cabello me tapara la cara –Tengo que hacerlo
- ¿No pensarás en…? –Sólo asentí –Stella, si lo haces…
- No puedo dejarlo así.
Sentí mi poder fluir por todo mi cuerpo. Estaba siendo envuelta en una energía amarilla y dejé que mi poder me guiara. Alcé las manos y montículos de tierra de gran altura emergieron del suelo, y corrí hacia uno. Salté y llegué al montículo más pequeño y fui brincando de uno en uno hasta llegar al montículo más cercano al auto. Alcé una roca sin necesidad de apuntarle con mis manos, no había duda, había mejorado mucho. La roca se estampó en la puerta, zafándola del auto. La jalé con toda la fuerza que tenía, y con dificultad la dejé caer al suelo. Mi papá estaba en shock, no se movía para nada, pero ahora eso no me importaba
- ¡Deja de estar mirándome! ¡Sal ya!
Lo tomé del brazo y lo jalé al montículo de tierra. El montículo se deshizo ante mis pies y una piedra grande nos atrapó. Aterrizamos en la acera y Alex corrió hacia nosotros. Él ayudó a mi papá a bajar. Noté que estaba muy tembloroso, parecía gelatina. Suspiré un poco aliviada de poner a papá a salvo, pero poco me duró. Sentí que un puño como piedra me golpeaba y me estampé en una pared. Caí al suelo con mucho dolor, y noté que Cinderblock estaba frente a mí, listo para aplastarme. Pero enseguida vi como Alex se le trepaba encima para quitármelo de enfrente. Cinderblock retrocedió un poco y buscó quitarse de encima a Alex. Con una gran salto en el aire, y cayendo con gran agilidad, Alex aterrizó a unos metros de él. Y después unos rayos azules le dieron en la cara a Cinderblock, seguidos por unos destellos azules que parecían relámpagos. Después unos postes de luz fueron envueltos en una energía oscura y se movieron como serpientes, enrollando de pies a cabeza a Cinderblock.
- Wow –Fue todo lo que salió de mi boca
Me levanté algo adolorida, pero enseguida Alex me ayudó. Vi cómo llegaba la policía para atrapar a Cinderblock y llevárselo.
- Buen trabajo chicos
Mis ojos se iluminaron de ver a los Titanes ¡Los primeros Titanes! Dios, estaba emocionada. Nightwing, Starfire, Bestia, Raven, Cyborg ¡No lo podía creer! Volteé a los que ahora se hacían llamar los Jóvenes Titanes, había solo 4 presentes: Nightfire, hija de Nightwing y Starfire; Zonic, el hijo de Cyborg y Abeja; Bella, la hija mayor de Raven y Bestia; y el nuevo Chico Bestia. Estaba muy emocionada de verlos.
- ¿Se encuentran bien? –Se nos acercó Nightwing.
- Sí, estamos bien –Alex le contestó como si nada ¿No sabía quién era? O tal vez no sea tan fan como yo.
- Oye ¿Y mi papá?
- ¡¿Qué…clase…de monstruo era eso?! –Olvídenlo, ya apareció.
Volteé a verlo y me sorprendió su apariencia. Parecía un desquiciado, se estaba jalando los cabellos y sus ojos estaban más abiertos que un plato. Me acerqué a él con cautela, y coloqué una mano en su hombro. Pero después me la retiró de un fuerte manotazo.
- ¡No me toques fenómeno!
Escuché gritos ahogados atrás de mí, pero no me importó ¿Cómo me había dicho? Lo salvé de morir por una estupidez que hizo ¡¿Y así me agradece?!
- ¿Cómo…me llamaste? –Trataba de contener mi coraje, pero me estaba resultando difícil, incluso podía sentir la tierra temblando debajo de mí.
- ¡Eres un fenómeno! ¡Un monstruo! ¡Tus poderes son una abominación! –Me señalaba como si yo hubiera cometido un crimen atroz
- Me estás diciendo –Me acercaba a él paso a paso, y él retrocedía –Que después de arriesgar mi vida, después de pelear contra ese villano y salvar tu trasero ¿¡Te atreves a llamarme monstruo?!
- ¡Aléjate de mí! ¡Tú no eres mi hija! Para empezar, jamás quise hijos. Y menos a ti maldito fenómeno.
Bien, ese fue un golpe bajo. A pesar de toda mi ira hacia él, no pude evitar que lágrimas me salieran de los ojos.
- ¡Oiga! –Escuché pasos atrás de mí, y Alex se puso a mi lado -¿Cómo puede decir eso? Debería estar agradecido. Su hija tiene un gran poder y un estupendo talento. Con esto ella puede llegar muy lejos.
- Hasta unirse a nosotros –Escuché a Zonic y mis ojos se abrieron como platos.
- ¡Pues llévensela! ¡No me importa! ¡No quiero a un fenómeno estorbándome en mi carrera!
Mi papá, aunque no sé si deba llamarlo así ahora, nos dio la espalda y se fue caminando con la poca dignidad que le quedaba. Alex ya iba a golpearlo, tenía todo el puño listo para estampárselo en la cara, y aunque quisiera que lo hiciera, lo detuve. Él me miró sorprendido
- Déjalo, no vale la pena –Le dije aún con la mirada baja.
Lo escuché suspirar de frustración, y yo ya no pude aguantar más. Me abracé a él y empecé a llorar. Me dolían mucho las palabras crueles de ese hombre, sentía odio hacia él. Odio y tristeza, una combinación para lágrimas amargas. Sentí que me correspondía el abrazo, y unas manos se colocaban en mis hombros. No eran de Alex, eran más pequeñas y delicadas, eran de una chica.
- Todo estará bien, ya lo verás –Me consoló una dulce voz. Volteé un poco, y era Nightfire. Me sonreía muy dulcemente –No le hagas caso, tú eres especial.
- Tus poderes son increíbles –Ahora escuché a Zonic –Oye, no bromeaba que tú podrías ser parte de nosotros.
Antes de tan sólo abrir la boca, sentí que la tierra se movía. Volteamos a todas partes, y algunos me miraban a mí
- No soy yo –Confirmé alzando las manos
Escuché unos gritos familiares por encima de nosotros. Todos alzamos las miradas…y no creía lo que veía. Envuelto en un puño de tierra, ese hombre luchaba por zafarse, gritando un montón de cosas sin sentido. Arriba de ese puño de tierra, estaba mi mamá, mirando con ira a ese hombre. Momento ¿Cómo supo que…?
- Le debes una disculpa –Me señaló mi mamá
- Jamás, ella es un…
No terminó la frase, ya que la tierra lo estaba aplastando.
- Di que lo sientes, ahora –Le ordenó
- Ella ya no es nada para mí, ni tú tampoco. Ambas son fenómenos, debí imaginarlo.
- ¡Oye tú! –Bestia caminaba rápido hacia ese hombre. Se veía muy molesto –No sé quién demonios seas y ni me importa. Pero nadie se mete con nuestras amigas. Si las insultas, te la verás con nosotros –Señaló a todos los Titanes presentes. Todos asintieron, amenazando a ese hombre con la mirada. Pude ver que mi padre sudaba a mares –Así que, discúlpate ahora.
- Ni loco
Bestia se transformó en un tigre verde y le rugió en la cara a ese hombre. Él gritó de pánico.
- Basta Bestia, olvídalo –Él volvió a la normalidad, viendo incrédulo a mi mamá –No vale la pena este hombre –Mi mamá buscó algo en el bolso que traía. Ni me di cuenta que lo traía –Mira Marcus, te propongo algo: firmaremos los papeles de divorcio. No te pediré nada, no volverás a saber de nosotras. Pero si le cuentas a alguien de nuestras identidades secretas –Cerró un poco el puño y la tierra aplastó más a ese hombre –Lo lamentarás ¿Trato?
Al no ver ninguna salida, ese hombre aceptó de mala gana. Firmó los papeles y se fue sin voltear. Me sentí aliviada de no volverlo a ver jamás. Suspiré y me separé de Alex y Nightfire, para luego correr hacia mi mamá. La abracé con fuerza
- Gracias mamá
Ella me correspondió el abrazo, y luego volteamos a ver a los demás Titanes.
- Entonces…-Bestia se acercó a mí –Es tu hija –Me señaló con una leve sonrisa de nostalgia. Tal vez como dijo Alex, yo le recordaba a mi mamá de joven
- Sí, se llama Stella
- Hola –Saludé con la mano, algo nerviosa
- Igual a ti –Dijo con nostalgia, colocándome la mano en la cabeza. De nuevo me sentía niña chiquita, pero no me importó. Después de un ratito la retiró
- Eso es lo que me enorgullece –Mi mamá posó una mano sobre mi cabeza. Me sentía una niña pequeña otra vez, y se supone tengo 14 años.
- ¿Entonces volverás…Terra? –Vi como Bestia le extendía la mano, y también vi que los demás integrantes también sonreían ¿Habrán extrañado a mi mamá?
Mi madre sonrió y luego me vio a mí. Yo le rogaba con la mirada que volviera, sería genial verla partear traseros junto con los Titanes. Casi tenía ojos de perrito, creo que por eso se rió. Pero no me importó ¡Quería verla en acción!
- Con una condición. Sólo si mi hija viene conmigo
- ¿Estás bromeando? Sin tu hija no nos vamos
Grité como loca, completamente emocionada ¡Estábamos dentro! ¡Mi mamá y yo estábamos dentro! Algunos se acercaron a felicitarnos, y los Jóvenes Titanes a felicitarme, pero Alex me miraba feliz desde una distancia pequeña. Después de verlo, mi alegría se desvaneció. Él era normal, no podría venir con nosotros ¿O sí? Me acerqué a él, y luego él me miró extrañado.
- ¿Qué te pasa? Ahora eres una Titán. No te ves muy feliz
- Alex ¿Qué será de ti?
- No te entiendo –Se rascó la cabeza
- Es decir, tú eres…normal ¿No?
Escuché carcajadas atrás de mí, que hasta me asustaron. Volteé y los Jóvenes Titanes estaban casi muriendo de la risa, excepto Bella y Nightfire, quien tenía también los pelos de punta, también debió asustarse. Por cierto ¿Dije algo gracioso?
- ¿Red Robin normal? ¡Más normal sería ver puercos volando! –Soltó Chico Bestia riendo como loco
- ¿Red Robin? –Pregunté sin entender nada
- Nunca te lo dije, pero creo que ya es momento –Se rascó la nuca algo nervioso, parecía avergonzado –También soy un Titán, me llamo Red Robin –Lo miré boquiabierta, y él me cerró la boca –Soy el hijo mayor de Nightwing y Starfire. Nightfire es mi hermana menor
Su hijo ¡Pero qué tonta! ¿Cómo no me di cuenta? La piel, el cabello, los ojos. ¡Por Dios! Era igual a Starfire. Pero que ciega.
- No…me di cuenta –Juro que quería golpearme la cabeza con el muro donde me estamparon
- Descuida, bueno ¿Te nos unes o no?
- ¿Estás loco? ¡Claro que me uno!
Zonic se me acercó y me entregó un comunicador. Sentía que tenía en mis manos un tesoro. Perdonen mi exageración, pero sentía que mi sueño se hacía realidad. Y se puso mejor, mi madre volvió con los Titanes, Terra había regresado.
- Oye –Me habló Chico Bestia –Si vas a ser parte de nosotros, necesitas un nombre de Titán
- ¿Ah sí? –Demonios, ni siquiera lo había pensado.
- Mmm –Puso cara de pensativo. Daba algo de risa
- No pienses mucho Chico Bestia, o se te queman las neuronas –Se burló Zonic
- ¡Oye!
- Bueno, bueno, no pelee –Los separó Red Robin. Me había acostumbrado a Alex, pero me gustaba su nombre de héroe.
- ¿Qué tal…Tella?
- ¿Qué? –Lo miramos estupefactos
- Bueno, tu mamá se llama Terra, y tú Stella –Explicó Chico Bestia
- ¿Tella? ¿Enserio? Suena horrible –Concordé con Bella
- ¿Alguna idea genios?
- Terra –Pensó en voz alta Red -¿Y por qué no Tessa?
- ¿Tessa?
- Bueno, suena mejor ¿No?
Tessa. Bueno, no sonaba tan mal, sonaba parecido al de mi mamá. Sonreí y asentí. Me gustaba el nombre.
- Bien –Asintió Zonic –Como líder de los Jóvenes Titanes, le doy la bienvenida a la nueva joven Titán. Bienvenida al equipo, Tessa
- No tenías que ser tan teatral –Criticó Bella con burla
- De por sí lo es –Le siguió Red
- Cállense –Vi una gran vena en la cabeza de Zonic
Todos comenzamos a reír.
- ¿A dónde vamos?
- Confía en nosotros
Estábamos en la torre T, y me estaban guiando a quien sabe dónde. Tenía los ojos vendados ¿Qué estaban haciendo? Escuché que una puerta se abría y entramos.
- Bien, ya te puedes quitar la venda –Me dijo Chico Bestia emocionado
Me la quité, primero estaba oscuro, pero luego se hizo la luz. Era una gran habitación, los muebles eran de madera oscura, las paredes de un naranja opaco con toques en café oscuro en la parte inferior, parecían montañas. La cama fue la mejor parte ¡Era enorme!
- Bienvenida a tu cuarto Tessa –Me corearon todos los Titanes
Quería llorar de la alegría, pero me hice la dura y sólo corrí por el cuarto hasta la cama. Me tiré sobre ella, riendo de felicidad
- ¡Esto es increíble!
- Lamento darte malas noticias –Me asusté al ver entrar a mi mamá –Pero mañana te levantarás a las 5:30am, sin pretextos. Debes entrenar con el equipo
Solté todo el aire contenido ¡Pensé en lo peor! Pero luego asentí. Yo iba a la escuela a las 7am. Podría con esto, si los demás pueden ¿Por qué yo no?
A la noche todos comimos pizza para celebrar mi llegada y el retorno de mi mamá. Pasaron peleas chistosas entre los Titanes y muchas risas. Caminaba con Red Robin a mi lado, platicando sobre los entrenamientos.
- Seguramente tú empezarás en nivel 3. Después de lo de Cinderblock, te dieron puntos extras.
- Genial. De acuerdo –Asentí
Llegamos a mi cuarto, y antes de entrar, lo abracé con fuerza. Seguía muy contenta por todo esto ¡Era un sueño! Después de recordar a quién estaba abrazando, me separé rápidamente.
- Perdón por eso –Me disculpé apenada –Sigo emocionada
- Descuida, me alegra que encajes aquí con nosotros.
Sonreí y él me correspondió. Después de despedirme de él, entre a mi habitación. Me aventé a mi cama, cayendo de cara. Reí con fuerza, seguía eufórica. Alguien tocó la puerta y fui a abrir. Era Bella, debía reconocer que se parecía mucho a Raven, salvo por los ojos, me recordaba a los míos
- Hola Bella ¿Puedo ayudarte?
- No…yo, sólo quería hablar contigo ¿Puedo pasar?
-Claro
Debo decir que me extrañó su carácter. Pensaba que era fría o indiferente, pero se mostraba algo nerviosa, apenada tal vez. Nos sentamos en la cama, y ella comenzó a hablar
- Tessa ¿Te gusta Red Robin?
Muy bien, eso fue directo. Sentí mis mejillas arder, estaba sonrojada, pensé.
- Bueno…no, no lo sé, es decir, es un gran amigo, muy amable y divertido.
- Sólo dime sí o no
Lo sopesé un rato ¿Me gustaba? ¿Quería a Red más que como un amigo? Mis mejillas volvieron a arder.
- Yo…creo que sí –Lo dije insegura. Todavía no sabía la respuesta.
- No estás segura ¿Verdad?
- La verdad no –Acepté -¿Por qué quieres saber?
Bajó la mirada, ocultándola con su cabello a los hombros de color morado. Entonces lo comprendí. Casi se me sale un grito de sorpresa, pero me mordí la lengua para evitarlo.
- ¿Te gusta Red? –Me atreví a preguntar. Vi como asintió débilmente –Por eso me preguntaste
- Perdón por esto
Se levantó y se retiró de mi cuarto. Me quedé pensativa por eso, y sorprendida. A Bella le gusta Red Robin ¿Y a mí me gustaba él?
- Vaya –Me acosté en la cama toda aturdida. Creo que no dormí esa noche
La segunda parte la subiré a la noche, espero que les haya gustado
¿Alguna sugerencia? ¿Crítica constructiva? Espero sus comentarios
Hasta la noche
