Si estuvieras en mis zapatos

Capítulo 1 Entiéndeme

Leopold Butters Stotch un niño de diez años y su padre Stephen Stotch no tenían la relación más sólida de todas, principalmente por los constantes castigos injustos que le hacía su padre, al grado que Butters en una ocasión profano su odio golpeándolo en las bolas en un simulador virtual.

A pesar de todo vivían en la misma casa, compartían techo dos seres humanos que no congeniaban en todo, a pesar de eso el pequeño Butters siempre mostraba su apoyo a los demás, siendo uno de los chicos más amables del colegio, metiéndose en cientos de aventuras peligrosas sin proponérselo.

Pero en aquel día él y su padre estaban a punto de experimentar algo mucho peor que les obligaría a reconciliarse y volver a formar aquellos vínculos padre e hijo, aunque eso claro, aun no lo sabían.

-¡Jovencito!-le grito su padre bajo las escaleras.

-¿Qué ocurre papa?-pregunto el niño frotándose los nudillos y cabizbajo bajando lentamente las escaleras.

El señor Stotch lo llevo a la sala, en esta se encontraba el show de Terrance y Philiph haciendo la comedia más fina y refinada de todas:

-Hay Philiph, comes caca.-le dijo Terrance a su compañero.

-No tanta como tú pendejo chupa vergas.-se defendió el contrario.

Terrance lanzó un pedo y todos rieron, incluso Butters no pudo evitar lanzar una sonrisa por aquel digno final del show.

-¿Qué es lo que ves en la Tele?-preguntó su padre aun enojado.

-Terrance y Philiph.-contesto Butters sin entender.

-Exacto, basura que seca el cerebro Butters, ¿Qué te he dicho de ver ese programa jovencito?-lo reprendió su padre.

-Pero papa, todos en la escuela lo ven.-se defendió Butters.

-¿Y si todos se tiran de un puente tú también lo harías?-pregunto su padre.

-Sí.-contesto Butters sin pelos en la lengua.

-¡Suficiente!-le ordeno su padre-¡Ya he perdido mi paciencia contigo! ¡Estas castigado!

-¿Por qué?-rogó su hijo.

-Por ver ese programa tan grotesco.

-Pero papa, no me puedes castigar porque me guste algo.-le dijo su hijo frotándose los nudillos y cabizbajo.

-¡¿Cómo OSAS RESPONDERME?!-le grito enfadado Stephen levantando la mano para darle un golpe.

-¡AHHHH NOOOO! ¡PAPA NOOO!-grito Butters piadosamente mientras subía escaleras arriba y cerraba la puerta.

-¡BUTTERS ABRE LA PUERTA AHORA MISMO PARA QUE PUEDA DARTE UNA LECCIÓN JOVENCITO!-le ordeno su padre.

-¡NO!-le grito Butters poniendo su mesita de noche de intermedio en la puerta para evitar el paso.

-¡Mañana veras!-le grito su padre ya bastante enojado-¡Y ni se te ocurra esperar a ser libre en muuuuucho muuucho tiempo!

Butters pateo una pelota que se encontraba en su cuarto y se acostó en la cama, estaba llorando, sufría por todo lo que su padre siempre le hacía, lo castigaba sin motivo y lo trataba terriblemente, de todas maneras tenía que aguantarse, pues era su hijo y no tenía ningún control sobre sus padres, era él siempre quien salía perdiendo, quien salía lastimado, lloraba por la rabia de la ira y la impotencia de no poder hacer nada para evitar aquel sentimiento.

Por su lado Stephen caminaba de vuelta a la sala y respiraba entrecortadamente por la ira, ¿Cómo se atrevía su propio hijo a gritarle? ¡A él, quien tanto lo había educado y mimado! ¡Que tanto dinero había gastado por él! No, su hijo estaba en su etapa rebelde, tarde o temprano aquello terminaría y su hijo podría ser el hijo perfecto que tanto había soñado aquellas veces con su esposa, hablando de ella, la rubia se encontraba sentada en el sofá de la sala cambiando de canal.

-¿No crees que fuiste muy rudo?-pregunto la mujer-Es decir, a su edad también te gustaban ese tipo de programas.

-Lo mío era educativo y que dejaba lecciones de vida, eso es solo un programa de pedos y groserías que ya duro demasiado.-le corrigió Stephen-Y gracias por la ayuda.

-Stephen, ya casi tiene doce años, no podemos seguir tratándolo como si tuviera cuatro.-le expreso la mujer-Creo que a veces sobre reaccionamos con lo que hace.

-Yo creo que debemos ser más estrictos, se va a volver rebelde y eso no nos conviene.-le contradijo su marido-Él aun no sabe lo que es bueno para él.

-Stephen…-su esposa trato de calmarle.

-¡No, Linda!-le grito Stephen-¡Él no sabe lo que es bueno! ¡Yo debo de guiarlo!-le dijo su marido decidido mientras subía las escaleras a ponerse la pijama.

Butters por su lado continuaba con el llanto, estaba seguro que no podía cambiar nada para que su padre le quitara el castigo, podía escapar… aunque lo terminarían encontrando… decidió lanzar un suspiro y secarse las lágrimas, ¡Aquello no era para nada justo!

-Si el supiera lo que sufro.-dijeron ambos sin saberlo, uno mientras se secaba las lágrimas y el otro mientras se ponía su pijama-Si tan solo supiera lo equivocado que esta…-repitieron la acción ambos, tal vez sin saber que sus plegarías serían escuchadas.

Al día siguiente amaneció en South Park, el encantador y distópico pueblito remoto en las montañas, en este el alba se alzó lentamente tras las montañas; Stephen sintió como la luz venía a su cara, así que sin abrir los ojos se estiro y se quitó la sabana.

Lanzó un ronquido y entonces…

-¡AHHHH!-grito el pequeño mientras se miraba en un espejo, por algún motivo tenía una voz chillona parecida a la de Butters, su cabello castaño estaba más largo que lo que solía recordar, volvía a tener diez años. ¿Cómo era eso posible?

Mientras tanto Butters despertó a causa de un grito de un niño con una voz parecida a la suya, comenzó a estirarse para levantarse, pero sus manos sintieron el tacto de la piel humana, había alguien en su habitación… Abrio los ojos encontrándose con una mujer canadiense de cabellera castaña... Con un parecido increíble a Charllote, el único problema es que su novia tenía diez años y no rondaba los cuarenta.

-¿Qué cara…?-al escucharse sintió como un escalofrió lo recorría, era la voz de su padre-¡AHHHH!-cedió gritando mientras veía su cuerpo, lleno de pelos en donde antes no había nada y con un amiguito peludo que había crecido mucho; más alto de lo que acostumbraba, su cabello rubio se había extendido hasta formar una cabellera decente, ese era su cuerpo… Pero había envejecido… ¿Cómo era posible?

-¿Butters? Creo que Steve tuvo una pesadilla, ¿Puedes ir a calmarlo?-le pregunto la mujer canadiense al susodicho despertándose por el grito doble-Y si vuelves a gritar de esa manera mientras duermo no habrá más cuchi cuchi por un buen rato.-le advirtió seriamente la mujer.

-Ah… Sí, está bien.-Butters no sabía lo que estaba diciendo, pero accedió y salió de la habitación para su cuarto verdadero lleno de dudas y confusión.

-Cálmate Steve,-aquello era serio, dejo de llamarse a sí mismo Steve desde que tenía quince años-Cálmate.

La puerta fue abierta, ninguno sabía cómo reaccionar, Butters no reconocía al niño y el infante tampoco al adulto.

-Hola… hijo…-trató de seguir el juego Butters para evitar causar sospechas.

-¿Butters?-al escuchar aquello con su voz aguda fue tan extraño para el rubio.

-¿Pa-papa?-Butters se frotaba los nudillos a pesar de ser adulto.

-¿Qué nos ocurrió?-preguntaron ambos al contrario-¿Cómo quieres que lo sepa?-se respondieron al mismo tiempo.

-Esto no puede ser real, ¡No puede ser real! ¡Coño!-grito Steve con la voz de Butters mientras hacía una rabieta y saltaba de la ira-¡Yo soy un adulto! ¡Un adulto!

-Papa, lo que sea que nos pasara te transformo en mi hijo y a mí en tu padre… o eso creo.

-Butters, habrás envejecido, pero sigues siendo bastante tonto.-le ofendió su padre.

-L-l-lo siento señor…-se disculpó el adulto ante el niño-¿No deberíamos decirle a los demás sobre nuestra condición?-pregunto el adulto.

-No, Butters, nos tacharían de locos, esto es algo que no debemos contarle a nadie si no estamos seguros de que nos enviara al manicomio…-le aseguro Steve-Bien, bien, esto haremos, lo más sensato es evitar sospechas… aun eres muy niño para poder trabajar, pide una semana de descanso.-le aconsejo el hombre.

-Bien… pero ¿Cuál es mi trabajo?-preguntó Butters frotándose los nudillos-¿Y cómo pido eso?

-Esto será complicado… Ahh demonios, necesitamos información, ¿Alguna idea?-pregunto el menor.

-Bueno, podemos…-Butters estaba a punto de sugerir algo pero entro Charllote.

-Butters, querido habla el señor Costwold, dice que necesita algo con un condensador 4…-se detuvo al ver a ambos hombres parados en seco-Buenos días Steve cariño.

Stephen se detuvo en seco, no conocía a la mujer, pero aquella sonrisa era la de una madre, así que solo se limitó a sonreír y dar un borboteo que se podría identificar como "Buenos días"… en algún idioma posiblemente.

-¿El señor Costwold?-pregunto Butters-Ah… Sí, debe ser muy importante…-pensó el niño en cuerpo de adulto, la mujer lo vio casi con mirada asesina.

-Evidentemente es importante si es tu superior directo esta esperando al teléfono ¿Sucede algo Butters?-pregunto la castaña.

-No, nada… Solo… Hablaba con pa… Steve.-se detuvo justo a tiempo-Nos vemos después hijo…-dijo mientras bajaba a la sala a tomar el teléfono.

-Steve, vístete, tienes escuela.-le dijo su madre cerrando la puerta.

-Esto no terminara naaaada bien…-aseguro el menor a la nada mientras trataba de vestirse de acuerdo a la moda actual.

Continuara…

Notas de autor.-Jojojo, Feliz Navidad y año nuevo lectores de Fanfiction (rueda una hoja seca del desierto mientras mi mama aplaude) XDD OKNO xD Bien, como siempre gracias por leer, este es un fic que le tenía ganas desde hace tiempo, como se darán cuenta por la foto de portada, algo muy muy diferente a lo normal en las historias del típico intercambio de generos/padres-hijos/mosca-humano/etc son, habrá parejas crack, algo de lemmon leve, y risas aseguradas, así que bienvenidos a un universo distinto a todo lo acostumbrado, donde aprenderán la típica lección cursi que todos nos sabemos de memoria, es otro short fic :v7

Gracias por leer, dejen review para apoyar este proyecto, fav o follow también ayuda, no tanto como una review, pero ayuda y serán agradecidos personalmente por mi x3 Esta noche subiré otro Fan Fic, que será un long fic, de los mejores que subiré, estén atentos y ¡Feliz año nuevo!.

Nos vemos hasta la próxima ;)