Por más que lo intente, no podrá verlo a los ojos sin sentir que su filosa mirada calaba hondo su alma.
Por más que lo intente, no podrá evitar sonreír cada vez que lo felicita o elogia por algo por más pequeño que sea.
Por más que lo intente, no podrá evitar seguirlo con las más estúpidas excusas solamente para cruzar alguna palabra con él.
Por más que lo intente, no podrá dejar de desearlo cada noche en la oscuridad de su habitación aun sabiendo que su querer no es correspondido.
Por más que lo intente, no podrá dejar de sentir presión en su corazón al ver su tenue sonrisa al compartir con otras personas que no sea él.
Por más que lo intente, no podrá dejar de amarlo en silencio con la esperanza de que algún día escuchara esas dos palabras tan ansiadas.
Al menos, no en esa vida.
