-En el Mundo Ardiente hay tantas formas de estafar a las personas...- dijo Trixie reposando su cabeza sobre su mano mientras su novio insistía en probar sus habilidades como mago.
-No te burles. Esto es en verdad muy útil.- se quejó Eli recogiendo el desastre de pañuelos atados que había esparcido por el suelo. Estaría en graves problemas con Pronto si se enterara de que había tomado "prestadas" sus vandanas.
-¿Útil? ¿Cuándo en tu vida necesitarías hacer desaparecer un mamífero de largas orejas en un extraño sombrero con forma de tubo de babosa?
-Se llaman conejos, cielo. Y es un sombrero de mago.- corrigió con cariño el Shane.
-Como sea...
-No seas así. Mira, tengo un truco más. Estoy seguro de que este te encantará.- dijo con una sonrisa.
-Al igual que todos los otros...- comentó ella con sarcasmo. Eli la miró algo decepcionado. Trixie solo rodó sus ojos y se colocó derecha en su silla, pretendiendo estar bien atenta a lo que hacía.- Sorpréndeme, Shane.- dijo con una sonrisa.
-Bien, ahora, toma una carta.- pidió él colocando el mazo de tarjetas frente a ella. Sin pensárselo mucho, la chica tomó una de las superiores.
-¿Y ahora qué?
-Necesito que la observes atentamente y memorices cuál es.- pidió el lanzador haciendo todos los ademanes de un auténtico mago de quinta.
-Listo.
-Ahora, colócala de regreso aquí.- Al tenerla de vuelta, el chico las revolvió con mil muecas, completamente seguro de que aquel jueguillo las impresionaría como los demás no lo habían hecho.
-¿Falta mucho?- preguntó ella tomando de nuevo su postura de desinterés.
-No, ya está. Ahora verás ante tus ojos como revelo justo la carta que tomaste hace tan solo unos instantes.- dijo con voz profunda.- Uno, dos... ¡tres!- exclamó pretendiendo tomar con velocidad la carta ideal, mas en su gran ego y poco nivel de atención, empujó sin querer con su mano todas las demás en el mazo, lanzándolas justo a la cara de la chica.
Sorprendida, ella cerró sus ojos rápidamente antes de que alguna de estas la hiriera, aunque varias acabaron en su cabello.
-¡Trix! Oh, no. Como lo siento, linda...- se disculpó Eli intentando recogerlas rápidamente.
-No, descuida. Pero ahora yo soy la que tiene un truco.- dijo ella alejando sus manos.
-¿Ah, sí?- Él tragó grueso al imaginar que se trataría de algún tipo de venganza.
-Sí, se llama "no más trucos de magia".- dijo ella con seriedad y sus brazos cruzados.
-Sí, creo que ese es el mejor que que visto.
-Bien.
-Aunque un último truco que magia no hace daño a nadi...
-¡Eli!
-Vamos, solo uno más.
-Agh, bien. ¿Cómo de llama?
-"Cambiar a rojo el rostro de una chica"- respondió el con una sonrisa traviesa.
-Ese es el nombre más ridículo que he esc...- Los labios de Eli rozando los suyos interrumpieron las quejas de la muchacha, cumpliendo además con la promesa del cambio de color en su tez.
Tras separarse lentamente, ambos dirigieron al otro una gran sonrisa.
-Eso no te exentará de mi truco.- dijo Trixie intentando mantenerse firme.
-Lo sé.- respondió Eli acariciando su mejilla. Luego levantó la vista hacia su cabello y soltó a reir mientras acercaba una mano a este.- ¡Hey, mira! Aún hay una carta aquí.- rió mostrándosela.
-No puede ser.- dijo ella impresionada.
-¿Qué sucede?
-¡Esa es la carta que tomé!
¡Tarán!
Palabra por: Angela Li Marvell
