Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephenie Meyer y la trama me pertenece.


Capítulo beteado por Mónica Szpilman, Beta Élite Fanfiction.

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¿Más Que Amigos?

Prefacio

...

Durante estos últimos tres años, mi vida fue mejorando poco a poco, desde que él se fue. Ahora tenía diecisiete, en tres meses dieciocho, aunque no lo creía posible en estos momentos. Dejando todo mi pasado atrás, mis planes eran ir a la universidad con mis hermanas. Estudiar. Tener una vida. Olvidarlo. Ser feliz con la persona que amo… Pero, estoy encerrada, asustada y justo en este momento comienzo a pensar que no sé si cumpliré mis planes.

Simplemente estoy aterrada.

Él volvió. Volvió por mí. Volvió por venganza.

Era aquel, aquel hombre quien dañó cientos de vidas, aquel hombre que odio con todas mis fuerzas y solo aparece en la vida de los demás para destruir sin pensar en el sufrimiento que provoca. No sé porqué está aquí, no sé lo que le hice, no sé qué es en realidad, lo único que deseaba era no verlo más.

Era una estúpida cuando me junté con él. ¿Por qué creí que a mis catorce años de edad me iba a enamorar?

Sí, porque seguí el maldito refrán: "El amor puede llegar cuando menos lo esperas". ¿Qué carajos iba a saber yo que él no era el amor que yo esperaba?

Le entregué casi todo. Él vino a buscar lo que yo le debía.

Joder. No quiero dejar todo. No quiero dejar a mi familia. No quiero dejar a mis hermanas. A mis padres. A mis amigos… A Edward. Solo pensar en alejarme de él es como recibir un golpe en el estómago multiplicado por cien.

Lloré. Lloré como nunca pensé que podría hacerlo. No me había quebrado y no podía hacerlo, porque no tenía a nadie en quien apoyarme. No podía hacerlo porque debía mantenerme alerta ya que los únicos sentidos que tenía a la mano eran la vista y el oído. Mis manos y mis pies estaban amarrados y mi boca la tenía tapada con un trapo con un mal sabor.

Nunca me había detenido a pensar en cómo iba a morir… pero no sabía si él me quería muerta o no; lo único que sé es que mis últimos momentos con él serían horribles.

Con la respiración contenida, contemplé fijamente los ojos oscuros de él al otro lado de la gran habitación y también cómo la melena rojo fuego de su compañera se colocaba a su lado, en clara señal de que ella era la segunda al mando, pero se hacía lo que él quisiera. Este me devolvió la mirada, complacido y ella, con su mirada felina, también me sonrió. Ella me quería muerta.

Seguramente, morir en lugar de otras personas, algunos a quien tu amas con todo tu ser, era una buena forma de acabar. Incluso noble. Eso debería contar para algo.

Él sonrió de forma amistosa cuando avanzó con aire despreocupado para hacer mi vida más mierda de lo que ya la había hecho hace tres años.

Lentamente se acercó a mí con aquella mirada penetrante y sonrisa cínica. Mi corazón comienza a tomar otro ritmo al latir y de un solo tirón, mi vida dio un giro de 160°.

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PREFACIO DEDICADO A REINA ESTER. SIN SU INSPIRACIÓN NO HUBIERA SIDO POSIBLE HACERLO. ¡MUCHISIMAS GRACIAS, LINDA! TE ADORO.