La mejor esquina del salón, sin lugar a dudas. Siempre lejos de la mesa con comida, lástima que también de la de las bebidas. Pero para ello estaba esta puerta.

Había dejado de ser una habitación de enamorados desde que pillaron a dos amantes hacía tres bailes. Estúpidos, ¿Cómo su madre había podido olvidar cerrar con pestillo? Tubo suerte de que a Andrómeda no se le ocurriera encender las luces y que pudiera escapar al jardín.

Si, ahora esta habitación tiene mejor uso, se dijo mientras volvía a dejar entre las cortinas de la puerta la botella. Miró desde la oscuridad del cuarto a la sala, la música sonaba y todos parecían estar entreteniéndose bastante. Ojalá esta vez su padre no se pasase con el vino, pero, viendo que su madre se acercaba demasiado al hablar con Abraxas lo dudaba. Que raro que Narcissa no estuviera intentado separarla de uno de sus amantes... Ah tonta de mi, estará dejando que Lucius le llene la cabeza de promesas llenas de amor. ¿Y la otra? Creo que acaba de empezar a bailar con unos de sus pretendientes... Hablando de pesados... ¿Está Rodolfus? Creo que madre si que le había invitado, ¿Cómo fueron sus palabras? "Estando tan bien prometida no voy a dejar que nada lo estropee, querida" Si, que afortunada era.

Dio dos pasos atrás al ver que Rodolfus buscaba a alguien con la mirada , ha venido y si tiene ganas de que le laman el culo que le pida un baile a otra.

- Perdone pero me acaba de pisar.

Bellatrix saltó y se giró rápidamente. La figura de un hombre se veía a contraluz por la luz que venía del jardín.

- Disculpe pero no pensé que me encontraría con alguien aquí.

- ¿Por eso se ha asustado?

¿Cómo osaba alguien a decirme que me he asustado? ¿A una Black? ¿A mí?

- Me ha sobresaltado su voz, no se equivoque por favor.

El extrañó dejó ver sus dientes en una sonrisa. Como de blancos los tendría que tener para que se vieran con esta oscuridad.

- Iba a buscar a buscar a una señorita Black.

Oh genial. Otro pretendiente para Andrómeda.

- La que busca está bailando ahora mismo. Pero si es en cambio la más pequeña, estará fuera en lo jardines.

- Creía que eran tres.

- Lo son, pero he descartado a la mayor por su falta de interés. Está comprometida, ¿Sabe? No oficialmente, pero todos lo saben.

- ¿Tiene usted siempre la mala costumbre de interpretar los pensamientos de cada persona antes de que ellos mismos lo digan?

- Solo cuando me parecen tan simples.

El desconocido se movió un poco del sitio.

- ¿Simples?

- Espiar desde la oscuridad la fiesta organizada por la señora Black, para que sus dos hijas menores encuentren marido, me parece demasiado simple para pensar que un joven viniera a ellas sin otro objetivo que conseguir una mujer perfecta.

- ¿Perfecta? ¿No las está dando demasiado crédito? Sobre todo porque no ha incluido a la mayor en esa descripción.

- Si consigue a alguna de las dos, tendrá una mujer de sangre pura dedicada a servir en el hogar, traer a la futura generación que llevará su apellido y nunca a pensar demasiado, si no, esperando sus órdenes. A tenido suerte de que fueran ellas las solteras y no la mayor. Ella no aceptaría una vida así nunca, por eso su matrimonio se pactó hace tiempo.

- Habla de ellas como si las conociera muy bien. Pero sigue dando por sentado que tengo algún interés en ellas.

- No encontrará sangre más pura, ni belleza que pueda competir.

- Ese rasgo me habían comentado que lo tenían las tres.

El desconocido se acercaba a ella. Tenía algo, magnético. Había conseguido que dijera muchas cosas y ni si quiera le había visto la cara.

- ¿Entonces qué quería?

- Hablar de con una de ellas y ahora que lo he conseguido creo que...

-¿Bellatrix?

Bellatrix giró la cabeza hacia la puerta encontrándose a Rodolfus.

- ¿Qué haces aquí?

Miró detrás suyo pero ya se había ido. Cogió la mano que le tendió y salió de esa habitación. No pudo evitar echar una ojeada el resto de la noche a la oscura habitación.