Yo no soy dueña de ninguno de los personajes descritos en esta historia. Sus dueños son R.A. Salvatore y WotC.
¡ESTA HISTORIA TIENE SPOILERS DE "PROMISE OF THE WITCH KING", si no lo has leído, estás advertido¡¡Lee bajo tu propio riesgo!
Solo aclarando antes de empezar: " " Es para diálogos. - - Es para los pensamientos
Ches (Marzo), 1369
La primavera apenas había comenzado a dar muestras del fin del cruel invierno, detalles tan pequeños como el deshielo y el verdor de uno que otro árbol solitario. Así, la fría noche de Ches había caído sobre la Puerta de Vaasa desde hacia ya varias horas. La diferencia de aquella noche con el resto era simple: La puerta había sido infiltrada por fuerzas del norte. ¿Cómo era posible eso? Artemis Entreri se preguntaba lo mismo. Algunos techos ardían junto con tiendas de campaña a lo largo de la muralla, levantando chispas y dotando al lugar de un fulgor rojo y naranja
Artemis se movía a través de las calles con una velocidad sin igual. A su alrededor los guardias y algunos soldados peleaban para repeler a la amenaza... maldijo en voz baja mientras otro pobre diablo se cruzaba en su camino y caía muerto antes de siquiera poder levantar su espada para atacarle. Pateó el cuerpo a un lado y siguió su camino en dirección a la taberna al final de la sinuosa calle. Tenía prisa. Los intrusos habían llegado hasta esa parte sin problemas y los soldados y los aventureros que habían sido tomados por sorpresa daban su mejor esfuerzo por terminar con aquel peligro.
Un guardia herido en el suelo levantó la mano pidiendo ayuda, tratando de llamar la atención del asesino. Artemis solo pasó de largo, sin bajar la velocidad. No tenía tiempo que perder. Había alguien más que podía estar necesitando de su ayuda en esos momentos. El último tramo de la calle se había vuelto una carnicería. "Demonios" gruñó y sorteó los cuerpos acercándose cada vez más la taberna.
Ella debía estar ahí, se convenció a si mismo. Ella debía estar dentro de la taberna desde antes de que hubieran dado la alarma, pues ya no solía salir de noche. El sonido del choque de unas espadas más adelante le hizo acelerar el paso. Artemis tenía razón. Calihye se encontraba a la entrada del edificio, terminando de rematar a uno de los intrusos. Se veía fatigada, concluyó Artemis. En una situación normal, no se hubiera preocupado en que Calihye peleara por su cuenta. Ella era capaz, pero las circunstancias en las que se encontraba eran especiales. Una simple mirada bastó para darse cuenta que ella era la única que quedaba de pie en la taberna. –Claro que sabe defenderse- pensó Artemis sintiendo un extraño alivio.
La vio apoyándose en la puerta al notarlo venir. Apenas podía respirar con el gran abdomen que llevaba ya con ella varios meses. Parecía que en el tramo que los separaba ya no había ningún peligro, solo cuerpos sin vida. Pero las habilidades de Entreri no lo traicionaron esta vez… justo a la derecha de Calihye a no mas de 20 pasos surgió un arquero del interior de un edificio. Arco tensado, flecha preparada, apuntando a la media elfa...
"¡Derecha!" exclamó Artemis advirtiendo el peligro, corriendo de nuevo. ¿Por qué se había detenido? Se había quedado mirándola... No tuvo que repetir la advertencia para que ella reaccionara. Calihye lanzó una de las dos dagas que todavía llevaba consigo hacia el arquero. No tuvo necesidad de lanzar la otra, pues la primera se había ido a incrustar a la garganta del atacante….pero tampoco podía lanzar la daga restante. Había reaccionado un segundo muy tarde. La flecha se había alojado limpiamente en su pecho, lanzándola un paso hacia atrás por la impresión y la fuerza del impacto.
"NO" gritó con frustración Entreri y justo en ese momento un segundo arquero surgió del edificio contiguo a él. Artemis movió Charon's Claw frente a él bloqueando la flecha que le había acabado de disparar. En cuestión de un abrir y cerrar de ojos se había acercado al arquero quien de nuevo intentó en vano de dispararle. Entreri se deslizó hacía los pies de su atacante, pateando una de sus piernas y haciéndolo caer. Un rápido vistazo hacia la taberna le bastó para descubrir que Calihye ya no se encontraba de pie sino tirada en el piso de la entrada.
El arquero trató en vano de levantarse solo para encontrarse de lleno con la empuñadura de Charon's Claw. Artemis lo había golpeado tan fuerte en su enojo que temía haberlo matado. Lo tomó por el cuello de la armadura de cuero que llevaba y comenzó a arrastrarlo hasta donde estaba ella. Los últimos pasos le resultaron una eternidad y pudo ver claramente que el flechazo había sido mortal. Tragó saliva inconscientemente y tocó el cuello… No tenía pulso. "Vamos, vamos" Entreri todavía parecía albergar alguna esperanza; rápidamente extrajo la flecha de su pecho, sacó su daga vampírica poniéndola en la mano de Calihye y acercó al inconciente arquero. Tomo la mano de Calihye entre las suyas y clavó la daga en el antebrazo del intruso activando la habilidad vampírica de la misa… Artemis esperó unos instantes. La herida de Calihye no se recuperaba aunque la daga estuviera haciendo su trabajo.
"Muerta" casi escupió la palabra. Artemis miró con furia al arquero que no tenía idea que su energía vital estaba siendo absorbida por la daga. El asesino empuñó Charon's Claw y de un solo y preciso movimiento separó su cabeza del resto del cuerpo. ¡Qué más daba!
Respiró profundamente tratando de calmarse. Últimamente las emociones comenzaban a abrumarlo con demasiada facilidad, según su parecer. Observó el vientre de Calihye. Estaba embarazada. De él. Su hijo. ¡Cómo deseaba tener otro cuerpo para decapitar en ese momento! Pero… ¿realmente era demasiado tarde? La posibilidad quedó en el aire mientras su mirada seguía fija en el vientre de Calihye.
Sin pensarlo más la levantó llevándola al interior de la taberna alejándose de cualquier otro maldito arquero que apareciera. Todas las mesas habían sido volteadas por las peleas o por la prisa de huir, así que la depositó en el suelo.
Se movió rápidamente hacia un lado y despejó el vientre de Calihye de las ropas que lo cubrían. 8 meses de embarazo estaban enfrente de él. Guardó con cuidado su daga vampírica y tomó la daga que ella no había logrado lanzar. No tenía deseo de usar su propia daga para lo que estaba a punto de hacer. Tenía que sacar al bebé. Sabía exactamente qué cortar pero…algo lo estaba deteniendo. La sensación de que estaba perdiendo un valioso tiempo le hizo recuperar la confianza que necesitaba y procedió a hacer el primer corte. Usaba toda su habilidad y precisión con la daga, capa tras capa de delgada carne.
La sangre fluyó de pronto de manera constante. No pudo evitar observar el rostro de Calihye al llegar hasta la matriz haciendo el último y definitivo corte. Puso la daga a un lado e introdujo las manos con cierta ansiedad. De pronto tuvo el deseo de devolver el estómago. Hacia años, si no décadas, que la sangre no le provocaba aquella sensación…pero simplemente en esos momentos….
Sin darse cuenta que seguía en su tarea, sacó el pequeño cuerpo del bebé del interior. Tomó la daga casi como un reflejo y cortó el cordón, trayendo al bebé contra sí. Hasta ese momento se percató que había aguantado la respiración durante todo el proceso. Todo había pasado en cuestión de un par de minutos.
Artemis observó a la criatura en sus brazos. Era pequeño. No recordaba que los recién nacidos fueran tan pequeños…tan frágiles…. ¿había visto realmente a un recién nacido? De pronto, el bebé comenzó a llorar, sobresaltándolo. Artemis le miró alarmado sin saber qué le pasaba… el bebé estaba cubierto de sangre¿La sangre de Calihye o la de él, la suya propia? Se preguntó preocupado.
"¿Artemis?" la voz del Jarlaxle lo sacó de su tenso trance. Afuera parecía que las cosas estaban siendo controladas y que la batalla estaba a punto de terminar. El drow miró desde el umbral de la puerta a Calihye tirada en el piso, el charco de sangre y al bebé con Artemis. Comprendió inmediatamente lo que había sucedido. Frunció el ceño y dio un pequeño suspiro de resignación. "mmh…"
El bebé siguió llorando "¿Lo corté¿Lo lastimé?" preguntó de pronto Artemis tratando en vano de encontrar alguna herida, aunque con toda aquella sangre, la tarea no era nada fácil. Se sentía tan… impotente. El drow se acercó y sacó de entre sus ropas lo que parecía un gran pañuelo y tomó al bebé sin que Artemis hiciera algún intento de evitarlo.
"Ella" dijo Jarlaxle
"¿..Qué?" preguntó confundido el asesino. Por alguna extraña razón parecía estar escuchando todo desde otro plano… su alrededor se sentía irreal.
"Es una niña" aclaró el drow a su compañero . Jarlaxle inspeccionó rápidamente a la pequeña y continuó "Descuida, está perfectamente bien" le aseguró a Artemis limpiando el rostro de la bebé mientras la misma seguía llorando. "Será mejor retirarnos"
"Sí" respondió mecánicamente Artemis. No podía apartar la vista del rostro de Calihye.
"Vamos a casa entonces" concluyó Jarlaxle encaminándose a la puerta llevando consigo a la bebé. Se detuvo en el umbral y dio la vuelta esperando a su amigo. "¿Artemis?" preguntó con curiosidad.
Por más que lo deseara, Entreri parecía estar bajo algún tipo de hechizo paralizante y levantarse le era imposible. Por fin el drow habló "Me adelantaré…será bueno despedirte …nos veremos en casa" la voz de Jarlaxle poseía cierto tono de comprensión que Artemis no podía terminar de descifrar. Solo asintió con la cabeza y oyó como el drow dejaba el lugar.
-¿Despedirse?- se preguntó Artemis. ¿Qué más podía hacer¿Por qué estaba tan afectado? No creía haber amado Calihye, pero entonces ¿qué era eso que sentía?
-Decepción- trató de responderse. –Desilusión- ¿Por qué? Artemis se llevó la mano al bolsillo donde guardaba la flauta. ¿Cuánto de lo que había experimentado en los últimos meses eran por su influencia¿Cuánto era real? No tenía una respuesta concisa pero estaba seguro de una cosa: No deseaba que Calihye muriera… menos ahora. ¿Qué había sido entonces? –una amiga- concluyó.
Recordó que al principio había estado con ella solo por la "compañía", un experimento, pero a los pocos meses habían sido sorprendidos por ese "pequeño" accidente. Ninguno de los dos lo esperaba.
Artemis miró la cicatriz en el rostro de Calihye y sabía que ella también llevaba consigo cicatrices interiores… en el corazón. A veces lograba abrirse con ella cómo lo había hecho con Dwahvel. –Una amiga- repitió en su mente. Se acercó y acarició casi torpemente la mejilla marcada de Calihye manchándola sin querer con un poco de sangre. Esta vez, pudo levantarse y de a una de las mesas tiradas recogió un mantel blanco colocándolo sobre el cuerpo de la media elfa. Era todo lo que podía hacer por ella a esas alturas.
Dio la vuelta y trató de alejarse solo pudiendo llegar hasta la puerta. Contempló el exterior en la calle; cuerpos, sangre e incendio. Una mueca de disgusto cruzó su rostro -¿por qué?- la pregunta volvía a su mente, lo cual comenzaba a incomodarlo. "Adiós Calihye" dijo en voz baja. Quiso añadir algo más pero las palabras simplemente no surgieron. -Ella comprendería- concluyó sin más preámbulos. Artemis respiró profundamente y salió a la calle sin mirar hacia atrás. Debía encontrarse con Jarlaxle … y su hija.
Ese pensamiento le hizo detenerse en seco. Bajó la mirada al piso dándose cuenta del significado de aquellas palabras en su mente –Una amiga y la madre de mi hija- corrigió ese detalle mientras se ponía de nuevo en marcha el sur de la puerta de Vaasa.
¡Gracias por leer mi historia! Estuve pensándolo por mucho tiempo y en una semana subo el siguiente capítulo. Tengo planeadas 3 partes para subir a Fanfiction, pero si tiene suficientes reviews podría pensar en seguir. ¡Por favor digan lo que piensan sobre el tema!
Quiero dar gracias a Ysabella, quien fue mi Editora mientras escribía el Fanfic, aclarándome dudas sobre detalles de la historia y errores de redacción. ¡Mil Gracias!
