LOS PERSONAJES COMO ELSA Y ANNA PERTENECEN A DISNEY, LA HISTORIA Y FUTUROS PERSONAJES SON MIOS

CAPITULO I

En Arendelle, después de tres años de gozo y cambios con su reina especial, los rayos del sol iluminaban el reino en los días de verano, pero el día de hoy debía ser perfecto, desde ya temprano al alba los sirvientes estaban arreglando todo en el palacio. Barcos de gran tamaño llegaban desde muy lejos a Arendelle, gente importante de gran alcurnia llegaba solo por una sencilla razón.

El día de hoy, Arendelle presenciaría la boda de la joven Princesa Anna y el joven apuesto Kristoff.

Por su puesto, Anna ya estaba despierta y los nervios no podían faltar, la boda se llevaría a cabo comenzando la tarde y para eso solo faltaba una hora y nuestra Princesa aun no traía puesto su vestido.

—¿Dónde está mi vestido? —pregunto nerviosa a las sirvientas.

Anna junto a un puñado de sus más cercanas sirvientas estaban ayudándole con los últimos toques para la novia. Pero lo único que faltaba era el hermoso vestido blanco que su madre uso alguna vez en su propia boda, Anna tenía muchas ganas de usarlo… aun que no fuera el más hermoso desde su perspectiva.

—Están por traerlo su majestad, no se alarme. —contesto Gerda, una de las sirvientas de más confianza y casi una segunda madre para Elsa y Anna.

—Oh dios mío, ¿Qué tal si el vestido no está a tiempo? ¿Y si Kristoff se arrepiente de todo? ¿Me dejara en el altar? ¿Qué pasa si yo me arrepiento?

Gerda no paraba de reír, Anna comenzó a hablar rápido como siempre lo hace hasta cierto punto de que nadie le pudiese entender.

Entre tanto parloteo una risa en particular sonó en el umbral de la puerta, las sirvientas hicieron una reverencia al ver a la Reina Elsa observando con una cálida sonrisa a su hermana menor.

—No te rías Elsa, esto es serio.

—Perdóname Anna, pero es gracioso verte de esta forma. —Elsa se acerco a su hermana y poso su mano en su hombro— todo saldrá bien… Kristoff te ama, tú lo amas, es un sentimiento mutuo que jamás podría desaparecer.

Anna sentía sus ojos húmedos, Elsa jamás le había dicho algo tan lindo.

—Tus palabras son muy consoladoras Elsa pero los nervios son… —pero algo llamo completamente la atención de Anna— ¡Oh por dios! El vestido, ya está aquí.

Elsa volteo a ver a las sirvientas que traían el vestido que alguna vez su difunta madre uso en su boda, no evito mostrar una mirada de confusión, no sabía que Anna había escogido ESE vestido en particular.

—¿Vas a usar el vestido de nuestra madre?

—Se que Mamá habría deseado que alguna de las dos lo usase.

Elsa no podría ser engañada tan fácilmente y mucho menos por su hermana, pudo ver en sus ojos que no deseaba usar para nada el vestido, no era de su gusto.

—Vuelvan a guardar el vestido.

La orden de la Reina sorprendió a las sirvientas pero hicieron caso a su orden y se lo llevaron, dejando a una Anna completamente asustada.

—¿Qué haces? La boda esta casi por comenzar.

—Te estoy haciendo un favor, no tienes por qué engañarte de ese modo Anna… no lo quieres usar. —Anna suspiro.

—No quiero pero…

—Nada de peros. —Elsa hizo un suave movimiento de mano liberando algo de magia.

Unos cuantos copos de nieve cayeron sobre la cabeza de Anna y una luz envolvió a la Princesa, después de unos cuantos minutos un hermoso vestido blanco, con encajes clásicos de su cultura incluso en la manga larga del vestido de puro encaje apareció puesto en la joven Anna.

Las sirvientas quedaron asombradas, Gerda sonrió ante el gesto que había hecho la Reina con su hermana, pero no olvidemos que Anna estaba completamente anonadada con el vestido. Volteo a ver a Elsa confundida.

—Considéralo como mi regalo de bodas.

Anna no lo resistió y abrazo a Elsa con fuerza, casi llorando murmuro un "Gracias".

En la iglesia ya todos estaban listos, los invitados estaban en sus lugares, el Padre estaba en su lugar destinado y a su lado se encontraba Kristoff, algo nervioso por lo que estará por suceder. El sirviente más fiel a la realeza, Kai, un hombre regordete y pelirrojo se acerco al joven rubio.

—No tenga miedo joven Kristoff, todos han pasado por esto alguna vez.

—¿Incluso tu? —Kai comenzó a reír un poco.

—Incluso yo… sabes, tu forma de actuar me recuerda mucho a la de el Rey Walt* en su propia boda. —Kristoff volteo a ver curioso al sirviente.

—¿El Rey estaba nervioso en su boda?

—¡Por supuesto! Todo hombre lo está… pero cuando el Rey miro llegar a su esposa desde la entrada, sus ojos jamás se despegaron de ella.

Kristoff trato de imaginar a sus suegros difuntos en su boda, ¿Podrán él y Anna tener una relación como la de ellos? Esa respuesta podría ser respondida en algún futuro, pero ahora necesitaba primero casarse.

Cuando volvió a pensar que justamente ahora estaba en su boda, los nervios comenzaron nuevamente, no podía evitarlo. Pero su corazón se detuvo al oír como la gente del coro cantaba, fijo su vista en la puerta y como un rayo de luz venia Elsa acompañando a Anna en lugar de su padre. No pudo evitar dejar de mirar a Anna… tan hermosa con ese vestido blanco, un largo velo cubría su rostro, pudo divisar un poco como ella le sonreí igual de nerviosa y él le devolvió la sonrisa.

Cuando las dos llegaron Elsa abrazo con fuerza a su hermanita, la joven ya estaba por llorar pero Elsa le sonrió para confortarla.

La boda fue de lo más agradable, todos estaban alegres por el compromiso de la Princesa y el joven rubio, ahora un príncipe, aun que no le gustaba que lo llamasen así. Cuando el Padre dio la palabra final, los dos se dieron un largo beso, la gente aplaudió y festejo la nueva unión. Elsa creó una nevada en la iglesia, creando un ambiente parecido al de cuando se conocieron los novios.

Después de la boda una gran fiesta se hizo presente dentro del palacio, música tradicional sonaba en la sala principal, Olaf bailaba alegre con unos niños y los novios compartían su alegría en el baile.

Sin embargo, la única persona que no bailaba era Elsa.

La Reina no sabía bailar, su habilidad en ese campo no era muy buena, más bien, nunca ha bailado, después de todo por muchos años vivió encerrada en su habitación.

—Disculpe su majestad. —un hombre alto, de cuarenta años y anteojos se arrodillo ante ella— ¿Me concede esta pieza?

—Oh… discúlpeme Señor… —hizo una breve pausa haciéndole referencia a que le dijera su nombre.

—Oh, disculpe mi insolencia su majestad… me llamo Sir Arjan Van, represento al Rey de los Países Bajos.

—Oh, pues discúlpeme Sir Arjan pero no sé bailar.

—Vaya… entonces debería hablar con usted aquí mismo. —las palabras del buen hombre despertaron curiosidad en Elsa.

—¿De qué desea hablar Sir Arjan?

—Sobre el baile de otoño que se mostrara en tres semanas su majestad.

Elsa había olvidado por completo el baile, durante cada año en la época del otoño se celebra un baile en honor a un suceso histórico en el Reino de Arendelle.

—Vengo a decirle en nombre del Rey que quizá ellos lleguen dentro de una semana. —Elsa volteo a verlo sorprendida.

—¿Tan pronto?

—El Rey desea hablar con usted sobre mercadeo y sobre otros asuntos.

—Oh… dígale al Rey que en Arendelle son bien recibidos.

—Se lo diré, fue un gusto conocerla su majestad. —Arjan hizo una reverencia y se fue a bailar junto a su mujer, que lo esperaba.

Elsa se quedo pensando sobre eso, sería una buena forma de socializar y mejorar sus habilidades como Reina. Tal vez el Rey le de algunos consejos de cómo ser buena monarca. Ella sabe que el Rey de los Países Bajos y su padre fueron muy buenos amigos, ¿Cómo la trataría? Eso y un sinfín de dudas la invadían.

La velada fue agradable, todo el reino festejo el compromiso y hoy sería la última noche de Anna y Kristoff en Arendelle, al día siguiente emprenderían camino a Corona, a tener una luna de miel que tanto han deseado.

Al día siguiente los sirvientes llevaban las provisiones suficientes a los caballos de Anna y Kristoff, ellos decidieron que irían solos, como cuando se conocieron.

En las grandes puertas estaban todos, despidiéndose de la nueva pareja.

—Nos vemos dentro de tres semanas. —dijo Anna, abriendo sus brazos hacia su hermana mayor.

Elsa no dijo nada, solo la abrazo con fuerza y luego vio a Kristoff quien solo las observaba con una sonrisa.

—Ven para acá. —Kristoff se sorprendió al ver a su cuñada abriéndole los brazos indicándole que la abrazara— no te preocupes, no te congelare.

Kristoff solo comenzó a reír y la abrazo.

—Cuídala bien.

—Eso hare hermanita. —recibió un pequeño golpe en el brazo por parte de la Reina, él sabía que no le gustaba que le llamase de esa forma.

Sven apareció atrás de su amigo de toda la vida y lo miro con ojos de cachorrito.

—Esta vez no vendrás conmigo amigo. —Sven bajo las orejas mostrando tristeza— pero volveremos dentro de tres semanas, lo prometo… te traeré las mejores zanahorias —entonces le lamio todo el rostro, haciendo reír a Anna y Elsa.

—¡Chicos!

La voz del hombre de nieve, Olaf, sonó en la entrada al palacio. Corrió tras ellos y se tropezó, cayendo en el suelo partiéndose en pedazos.

—Oh cielos, creo que me resbale.

Todos comenzaron a reír. Anna fue donde Olaf y junto todas sus partes.

—¿Irán con los Trolls? —le pregunto a Anna.

—Claro.

—Entonces voy con ustedes, me quedare con los Trolls un corto tiempo.

—Está bien Olaf, pero solo pasaremos a dejarte.

La pareja subió a los caballos y Olaf se monto junto con Anna en su caballo, se despidieron de los demás y emprendieron camino a Corona. Los sirvientes entraron al palacio, excepto por Kai, que se quedo al lado de la Reina Elsa la cual miro sus manos.

—¿Qué sucede su majestad?

—Kai… —volteo a verlo— ¿Sabías que la familia real de los Países Bajos vendría en una semana?

—Si su majestad.

—Entonces… —observo sus manos— ¿saben sobre mis poderes?

—Por supuesto su majestad, ellos personalmente vinieron a su coronación. —Elsa hizo una mueca al recordar aquel accidente.

—¿Seguirán asustados por lo del accidente?

—No lo creo, el Rey Fons y su padre eran muy buenos amigos, no se preocupe su majestad.

Entonces Kai regreso al interior del castillo, dejando a una Elsa pensante… mil y un preguntan andaban por su cabeza.

¿Qué pensarían sobre ella?... les daría, ¿Miedo?


¡Hola!
Los que me conoceran saben que no he terminado ninguna de mis historias, pero no pude evitarlo.

Adoro Frozen, es una pelicula maravillosa, simplemente hermosa.

*Rey Walt... el Rey no tiene nombre oficial, por lo que decidi ponerle Walt, haciendo referencia a que el padre de Anna y Elsa se parece a Walt Disney.

Bueno, espero y les guste esta historia, nos vemos!

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