Disclamer:Katekyo Hitman Reborn no es mio, si no estaría dibujandolo y no aquí escribiendo fics.
Truths Denied
A Bianchi le caía bien Yamamoto. Era un buen muchacho, y hablaban mucho. Sobre todo de su hermano.
Bianchi había descubierto la relación que ambos mantenían en secreto y, una tarde que se quedó a solas con el japonés, se lo soltó de golpe y porrazo. Sin anestesia. Bianchi siempre recordará la cara de espanto que puso el chico, y como su cara paso a estar blanca y después roja en cuestión de segundos.
Bianchi le largo el típico sermón de "Hazle daño y te mato", que el adolescente encaró con seriedad y un tono ligeramente verdoso en la cara
Y después de acabar de ejercer su obligación como hermana mayor, le pidió que se lo contara todo con pelos y señales.
A partir de entonces, se acostumbraron a hablar de vez en cuando a solas. Costumbre que no perdieron una vez Yamamoto y Hayato anunciasen su relación frente a los demás.
Sí, Bianchi estaba encantada con su cuñado. Pero había ocasiones en las que era demasiado agudo y desearía tirarlo por la ventana.
Todavía recordaba la primera vez que sacó el tema.
-Entonces, Bianchi-san…-comenzó algo titubeante. Ella le instó a continuar-¿Estas enamorada?
-Claro que si, Yamamoto-contestó sorprendida- Creí que mi amor por Reborn era evidente.
-No, yo me refiero a amor de verdad-comentó él inocentemente
En la estancia reinó un tenso y sepulcral silencio mientras Bianchi, con la vena del cuello hinchada, luchaba por controlarse y no matar a su cuñado allí mismo.
-Mi amor por Reborn es verdadero-declaró con voz tensa
-Oh, claro…-comentó él.
Se hizo de nuevo el silencio.
-Sin embargo, a mi no me da esa sensación-comentó Yamamoto, demostrando su tendencia suicida. Sobretodo, al añadir después:- Si de amar se trata, a mi me da la sensación de que, en vez de a Reborn, amas a Shamal.
Yamamoto salió de aquella conversación con un ojo morado.
Su cuñado no volvió a sacar el tema durante mucho tiempo, pero de vez en cuando dejaba caer una insinuación o un comentario con doble sentido.
Jamás habían vuelto a hablar del tema directamente. Bianchi no daba oportunidad alguna, pero Yamamoto seguía haciendo los comentarios. En voz baja, para que solo los oyese ella, pero que igualmente hacían que Bianchi le persiguiese hasta atestarle un golpe con algo y Hayato la mirase con cara de "¿Y ahora que bicho te ha picado?"
Porque Bianchi sabía, en el fondo de su subconsciente, que quizás, y sólo quizás, Yamamoto tuviese razón.
