Los personajes no me pertenecen, solo algunos OCC.
Todo Inicia Por Una Coincidencia.
Bella POV`s
Todo siempre comenzaba como un sueño, un repentino y nostálgico sueño, yo como psicóloga se que los sueños son la puerta a tu subconsciente, pero por más que intente negarlo, extraño a ese hombre de cabellos cobrizos y ojos verdes. Ese dios heleno que durante la preparatoria me saco varios sonrojos, incluso cuando me veía su mirada era tan penetrante que se me olvidaba como respirar.
Pero eso fue hace ya mucho tiempo, hace unos 20 años atrás, ahora soy toda una profesioncita, tengo mi propio consultorio, tengo un hijo y soy divorciada, pero nunca olvide a esos ojos esmeraldas.
Me desperté de mi sueño, muy temprano por la mañana el sol aun no salía, así que tenia tiempo para hacer el desayuno y ordenar un poco la casa, mi hijo de seguro no estaría en casa ya que sale en las mañanas a correr y vuelve para alistarse para ir a la escuela. Su nombre es Connor Black, curiosamente saco mas parecido a mi que a su padre, solo tenia el cabello negro, pero tenia el mismo color de ojos, de piel, aunque era un excelente jugador de Fut Ball americano, gracias al cielo no saco mi torpeza, eso le hubiera arruinado la vida, mi hijo y Jack se llevaban bien, se veían dos veces a la semana y no pude pedir más después de la separación, que Jacob Black siguiera siendo un padre para mi hijo.
Yo realmente amaba a Jack, pero el se paso de la raya, pensé que era buena esposa, porque fui buena novia, cumplía todas las expectativas que el quería, incluso me mude nuevamente a Forks después de casarnos sabiendo que lo odiaba, odiaba su clima húmedo, pero yo sacrifique todo por él y me pago con un engaño, se llevo a otra mujer a la cama, a mi cama, donde dormíamos, donde se encontraba Connor durmiendo en el cuarto de al lado, pero creo que a la mujerzuela no le importo, tampoco a Jack.
Me senté en el banco en la isla de la cocina, pensando en lo que paso, limpie una lágrima que caía por mi mejilla, prometí ser fuerte, prometí que saldría adelante por mi hijo y eso es lo que hice siempre, Connor solo tenia 4 años cuando esto sucedió, pensé que lo lastimaría, pero creo que logro comprender y asimilar porque su papa y yo ya no podíamos vivir en la misma casa y conforme fue creciendo, solo poco a poco lo comprendió sin explicaciones, solo con mucha tolerancia y respeto por nuestra decisión.
Ahora vivimos en Seattle, así no estaría Connor tan lejos de Jack, y mi ex marido se volvió a casar y tiene dos hijos, una niña y un niño, pero yo no quise volver a casarme, mi vida en ese instante, ahora y para siempre será Connor, todo lo que ago ahora es por mi hijo.
-¿Mamá?- la voz de Connor llamándome desde el recibidor fue la señal para que dejara mis memorias y mis recuerdos para otro día.
-Estoy en la cocina- le conteste preparada para servirle el desayuno.
-Eso huele delicioso, hacia mucho que no hacías pan Frances.
-Me llego la inspiración.- le puse el plato en la mesa, con un vaso de jugo de naranja y otro de leche.
-Gracias mamá, tu comida es vida
Solo me quede observando como Connor disfrutaba del pan, contento y alegre, como cuando era un niño, ahora tiene 16 años, esta en primero de preparatoria, y es el corredor oficial del equipo, aun no sabe que estudiar pero, haga lo que haga yo estaré ahí apoyándolo.
La mañana continua como siempre, Connor se va a la escuela, yo a mi oficina, quedaba a 30 minutos de la casa, ya que estaba en el centro, y nosotros prácticamente vivíamos en los suburbios, para Connor era mas cercas la escuela, pero aun así era algo lejos.
Cuando llegue tenia varios pendientes, unos 4 pacientes, me especializaba en adolescentes pero las personas que mas piden ayuda son los adultos, puede que digan que los adolescentes solo su comportamiento es causado por las hormonas, pero yo no lo creo, la ultima persona que paso era una mujer que tenia problemas en su matrimonio.
-Vera doctora, es que mi esposo no me dice nada, no me cuenta nada, se la pasa todo el día en el trabajo, antes recibía 10 llamadas suyas del trabajo, y ahora ¡Nada!-
-Usted ah intentado hablar con él.
-¿Qué le voy a decir? ¿Cómo se lo digo?
-Solo pregúntele si todo esta bien entre ustedes, si, es solo el trabajo, la comunicación es muy importante en un matrimonio.
-Pero… y si dice que ya no me ama si hay otra en su vida.
-Usted no puede suponer eso, no debe permitirse pensar en eso, porque puede que no lo sea, escuche con atención, lo que puede hacer es hablar con el, prepárele algo de cenar, lo que más le guste a su esposo, no tiene por que temerle a lo que le diga.
-¿Cree que funcione?
-La mejor manera de llegar al corazón de un hombre es por el estomago.- intente calmarla pero no parecía funcionar, ella se veía joven, no mas de 30 años -¿Cuántos años llevan casados?
-5 años.
-Le diré como mujer y no como profesional, que lo mejor que puede hacer es tener una platica con su esposo, puede que el se este distanciando por algo que usted hizo, uno nunca sabe, o simplemente es el trabajo.
-¿Algo que yo hice?
-O aya dicho, a veces los seres humanos decimos cosas sin querer que lastiman a otro.
-Tiene razón, creo que lo entiendo, are lo que usted me pide doctora
Ella se levanto, imite lo que hizo, me extendió la mano en forma de agradecimiento y se fue, y me dejo pensando, muchas mujeres venían a hablarme de sus problemas matrimoniales o de sus hijos, cuando venían tenia que ponerme en su lugar y comprenderlas, porque yo viví una separación, yo tengo un hijo el cual tengo que proteger de todo lo que le tenga que hacer daño, se que esto es difícil pero tenia que afrentar la realidad de las cosas como son, por más que sueñe que mi vida pudo haber estado unida al chico de cabellos cobrizos, eso no paso y jamás volverá a pasar.
Tuve mi oportunidad pero yo preferí quedarme con Jacob, lo decidí así y este es mi presente ahora debo de dejar de vivir en el pasado, jamás lo volví a ver, nunca, ni tampoco supe nuevamente de su familia, de seguro el también siguió su vida al lado de otra persona, una mujer guapísima, alguien mucho mejor que yo, pero aun así me pregunto…
-Doctora, ¿Doctora?- mi secretaria me hablaba por el auricular se escuchaba algo preocupada.
-¿Qué sucede Mary?
-El Dr. Whitlock quiere verla
-Dile que pase- me recargue en mi silla detrás del escritorio, me pregunto ¿qué es lo que querrá?
-Buenas tardes Doctora Swan- me saludo aquel hombre de no más de 40 años de edad pero que parecía de 35 años, cabello algo largo y rubio, ojos azules, alto y con algunas citarices de la guerra del golfo.
-Doctor Whitlock, buenas tardes ¿Qué le trae por aquí?
-Al principio solo saludarla tengo que admitir- le indique que se sentara y así lo hizo –Pero luego me surgió algo que no espere esta mañana.
-¿Algo malo?
-Para mi si, veras Bella… ha surgido un acontecimiento algo conflictivo para la familia de mi esposa, algo bueno que nos afecta a todos.
-De que se trata Jasper, sabes que puedo ayudarte en todo lo que me pidas.
-Puedo estar abusando de tu confianza, de nuestros años de amistad y compañerismo pero sé que tú puedes hacer lo que yo no podría.
-Claro dime de qué se trata.
-De mi sobrina.
-¿Tu sobrina? Alguno de los hijos de tu esposa supongo verdad, porque tus hermanas solo tuvieron hijos.
-Exacto, veras ella se ha estado comportando muy extraño en estos últimos meses y hemos intentado comprender su forma de ser, pero al ser ella la mayor de todos los sobrinos y la más consentida de todos, nos afecta que ella no nos quiera contar lo que le sucede.
-¿Y yo como puedo ayudarte?
-Atendiéndola como tú paciente.
-Pero tú también eres psicólogo, tú podrías hacer esto mejor.
-El problema es que, ella sabe manipularnos muy bien, todo lo que ella me diga yo caeré, además tu eres especialista en adolecentes podrás con ella.
-Jasper… sé que puedo ayudarte de otra manera.
-Ese es el favor que te pido Bella, por favor te lo suplico – respire hondo, y lo analice un segundo, no era común en Jasper pedirme favores de este tipo y si lo está haciendo es porque realmente es la única opción.
-Bien lo haré con mucho gusto- sonreí de lado mostrándole mi aprobación.
-Muchas gracias Bella- me dio la mano anticipadamente sacudiendo la mía –Te pagare cada consulta que tengas con ella.
-No quiero y necesito que me pagues Jasper es un favor.
-Créeme no será tan sencillo como piensas, se que tú tienes esa mentalidad y razonamiento de que los adolecentes se comportan así porque en verdad tienen problemas, pero ella no es como todos los adolecentes.
Dejo en mi escritorio una carpeta de color morado, y salió de mi oficina dándome otra vez las gracias y diciendo que ella llegaría a las 3, así que ya tenía planeado todo aunque yo dijera que no, pero como podría decirle que no, Jasper Whitlock, es maestro de historia en la universidad de Seattle, aunque estudio para psicólogo, amaba mas enseñar, el fue mi tutor en la universidad, iba tres generaciones más delante que yo, un día me ofreció su ayuda para una materia que a él en lo especial le gustaba y yo acepte gustosa, desde entonces puedo decir que somos amigos, nunca podría negarle un favor, está casado con Alice Whitlock, bueno de ella no se mucho, la he visto algunas veces, realmente entre los psicólogos no hablamos de nuestra vida personal, ella es una mujer con mucha adrenalina en su cuerpo, es diseñadora de una de las más importantes marcas de ropa en New York, la he visto en alguna que otra portada de revista, es de pequeña estatura y siempre está a la moda, realmente aun me pregunto ¿Qué hacen en Seattle? Tienen dos hijos de los cuales solo los conozco por unas fotografías, sus nombres son Cristóbal y Mathew, el mayor tiene 16 y el otro 13.
No tenía más pendientes hasta las 3 de la tarde, con la sobrina de Jasper así que me dedique a revisar algunos expedientes y organizar un poco, tengo un pequeño problema con ser demasiado organizada, por ultimo quedo la carpeta que me dejo mi colega, me senté en el sillón de mis pacientes y me permití abrirlo, contenía los registros de escuela de su sobrina, calificaciones, su promedio era de 10, está en dos equipos deportivos, y en uno cultural, ha ganado todas las competencias a las que ha entrado en primer lugar, incluso ha ido a participar a concursos académicos y ha ganado con una calificación limpia. ¿Qué tipo de problema podría tener una adolecente con este tipo de vida? La puerta de mi oficina se abrió dejando ver a Mary en la entrada.
-Doctora su paciente ha llegado.
-Hazla pasar.
Mary hizo lo que le pedí y cuando entro aquella adolecente no podía creer lo que mis ojos veían, era todo lo contrario a lo que me imagine, esperaba a una de esas muchachas pequeñas con gafas, cabello corto recogido en una coleta, puede que la haya subestimado después de todo, y más porque ese cabello y sus ojos tenían un color en especial que solo vi una vez, era un castaño cobrizo un poco más claro pero sus ojos, esos ojos verdes eran idénticos a los de Edward Cullen. Era todo lo que me faltaba en este día, para arruinar mi vida por completo, pero ¿Qué posibilidades tengo que ella sea su hija? Miles de millones… no vi su nombre, no sé cuál es su nombre, bien no importa, la sobrina de Jasper entro muy disimuladamente observando todo a su alrededor, yo me pare de donde estaba sentada y más o menos tenemos la misma altura, es un poquito más baja que yo pero, no era mucha la diferencia, su cabello era rizado y le llegaba hasta la cintura, su tono de piel era blanco tostado, tenía una nariz pequeña al igual que sus labios, sin embargo sus ojos parecían un poco más grandes, vestía como una adolecente normal, un carpí de mezclilla, una blusa sin mangas, y sus converses. ¿Qué clase de problema tendría?
-¿Quiere que le traiga algo Doctora?
-Tráenos dos coca-colas, Mary por favor.
-Para mí que sea un té verde frio- respondió la joven ya teniéndola yo de espaldas.
-Con mucho gusto- así mi secretaria salió y nos dejo a ambas solas. Sin duda la voz de mi "paciente" también era perfecta ¿En qué mundo retorcido he caído?
-Así que… ¿Quieres comenzar de una vez?- le pregunte casualmente sin presionarla, hacia mucho que no tenía una paciente tan joven.
-Claro- dejo de ver los cuadros que tenia y se sentó en la silla delante de mí, la que supuestamente debo ocupar yo. -¿Cuál es el problema?
-Tú me atenderás a mí.
-Mi tío solo dijo que vendría a una plática, da igual quien está en el lugar del psicoanalista.
-Puede que tengas razón, podrías empezar dándome tú nombre.
-Ya lo sabe, ¿para qué me lo pregunta?
-No, no lo sé por eso te lo pregunto- me senté en donde estaba antes.
-Lo que tiene en la mano es una carpeta de expedientes, la mía para ser exactas, es común que ya sepa mi nombre –valla que si era astuta, pero esta vez se equivocaba.
-Te he dicho que no lo sé, no lo vi, quiero que mejor tú me cuentes tu vida que un expediente.
-Dígame usted el suyo primero.
-Supuse que ya lo sabrías, estas en mi consultorio.
-No quiera voltearme la tortilla, antes de preguntar el nombre usted debe de darme el suyo, por cortesía, además yo no sabía que venía con usted, yo venia supuestamente con mi tío.
-Soy Isabela Swan, dime Bella, o doctora, todos menos Isabela.
-Entiendo doctora, Elizabeth, April Elizabeth, ese es mi nombre.
-¿Sin apellido?
-Lo descubrirá después.
-Bueno, continúa.
-¿Con que?
-Cuéntame más sobre ti-
-Tengo 17 años, estoy en el segundo año de preparatoria, estudiare medicina- guardo silencio un momento y luego continuo- Es todo.
-¿Todo lo importante en tu vida?
-Si
-Sin novio, ni amigas, nada.
-Si- volteo a ver hacia la ventana, sin importarle que yo siguiera al frente.
-Cosas que te gustan.
-Nadar y la música.
-Cosas que te desagradan.
-Todas las mujeres, mientras no sean mi abuela, mis tías y mi prima.
-¿Por qué?
-¿Por qué, que?
-¿Por qué odias a todas las mujeres?
-Cosas personales que no puedo decirle.
-No mencionaste a tu mamá.
-Es porque no hay mamá.
-¿Falleció?
-Eso dicen, puede que si puede que no, no tiene mucha relevancia.
-¿Es confidencial?
-Aprende rápido Doctora Swan, ¿Es su apellido de casada?
-Soltera.
-Eso no contesta mi pregunta, creo que no me di a entender muy bien ¿Es casada, divorciada, viuda?
-Divorciada, no tiene relevancia.
-No es como las demás, es interesante.
-Ahora puedes contarme algo de ti sin que yo te lo pregunte.
-Ya le conté lo importante.
-Debe de haber una razón por la cual te hayan mandado aquí.
-Tal vez ya perdí la cabeza.
-Tal vez ellos están preocupados por ti, y quieren ayudarte.
-No hay nada malo en mi, solo es una actitud adolecente, solo porque me encontraron fuera de clases y corrijo a mis profesores no significa que este mal.
-Define mal.
-Cosas feas, horribles y poco comunes- Mary toco la puerta y entro, con las bebidas. –Ahora que llego mi té puedo irme.
-Aun te faltan unos 40 minutos de cesión.
-Es solo una plática, que no tiene relevancia, al menos de que se trate de una misión para salvar al mundo, curar la hambruna o acabar con el calentamiento global no me interesa.
-¿Cuántas veces has ido a parar a la oficina del director?- para este entonces Mary ya se había ido de la habitación.
-No sé, muchas, varias.
-¿Nunca te han regañado?
-Detención es lo más grave que me han hecho, mis buenas calificaciones no dan crédito a lo "malo" que hago.
-¿Qué es la cosa más "mala" que has hecho?
-Le llene el pelo a una chava de goma de mascar, de esas liquidas.
-¿Eso es lo más malo?
-Que se han dado cuenta, si.
-Y no me contaras lo otro porque es confidencial.
-Es una mujer inteligente y ha aprendido a llevarse con migo, admirable e interesante.
-¿Por qué te parece interesante?
-Todas las mujeres que conozco que no son mi familia, no logran adaptarse a mi forma de ser.
-Por eso odias a las mujeres.
-No. ¿Puedo irme ahora?
-Tanto te disgusta estar en este lugar.
-Me disgusta que usted quiera sacarme información que no le interesa, si mi familia quiere saber qué me pasa, ya deben conocerme lo suficiente para saber que es.
-Supongo que sí.
Elizabeth tomo el té que estaba en la mesa y se dispuso a salir, yo no podía retenerla, era cierto lo que me decía, pero no podía tenerla a la fuerza.
-Me gusta que me digan Lizzie, pero eso solo usted lo sabe ¿de acuerdo? No quiero que su secretaria me ande llamando así.
-Sera nuestro secreto.
-Bien- puso una sonrisa torcida, tan pero tan familiar que hasta se me olvido respirar, cerró la puerta detrás de sí, mostrándome un signo de amor y paz- Nos vemos luego doc.- y así se marcho Elizabeth.
Para mi resultaba increíble, casi indescriptible lo que acababa de pasar, no quería abrir sus registros, no quería enterarme de su apellido, prefería dejarlo así, las coincidencias ocurren, por más parecida que sea a Edward, no puede ser nada, me estoy haciendo una tormenta en un vaso de agua. Debía calmarme, deje la carpeta en mi archivero, en la letra E, de Elizabeth, era mi única paciente con ese nombre de ahora en adelante, de hecho ahora no es muy común que los jóvenes lleven ese nombre tan antiguo, por así decirlo, no es muy común, existe pero no es "normal" en una adolecente, si no en alguien mucho más mayor, como yo.
Mi tarde transcurrió normal, regrese a mi casa a las 8, mi hijo ya había llegado pero tal parecía que había salido, dejo la cena preparada y decidí ir a tomar un baño, después de esto, nuevamente me puse a recordar, ¿Por qué soñé que Edward? ¿Qué paso este día? Revise mi calendario, no era alguna celebración importante, era 18 de marzo el día que llegue a Forks, el día que lo conocí a él, ¿habré tomado la decisión equivocada? No me lo dejo de preguntar todos los días, pero si las cosas con Edward no hubieran funcionado, me hubiera preguntado lo mismo sobre Jacob.
Bien sé que el principio está un poco confuso, pero así es la mente de esta Bella, poco a poco entenderán porque, cada capítulo que suba será un pov de bella otro de Edward, si lo que se imaginan si es posible, y lo que pasara después será también posible si es lo que yo tramo en escribir, espero que dejen su comentario, cualquier sugerencia, cambio de redacción, lo que quieran estoy abierta a sugerencias, es la primera vez que escribo sobre la pareja, así que espero que les guste.
