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Mi sombra
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1: Fiebre
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Danny Fentom siempre había sido una persona muy sana. Incluso, podía contar con los dedos de una mano las veces que tuvo algo más grave que una simple fiebre o un resfriado. Podían pasar años sin tener que guardar cama un sólo día, incluso cuando pasó a ser Danny el Fantasma. Quizás por sus nuevos poderes, su sistema inmunológico se había reforzado.
Por eso no entendió qué pasaba cuando se despertó un lunes de primavera a la madrugada y sintió todo el cuerpo pesado y caliente. No estaba excitado, pero transpiraba mucho, y se destapó, pensando que así su temperatura bajaría. Pensó, por un momento loco, que estaba enfermo, pero se dijo que no era posible. No recordaba haber hecho nada para sentirse enfermo.
A la mañana, cuando sonó su despertador, empezó a alarmarse. No podía levantar su brazo para apagar ése sonido que le taladraba los oídos. Su cuerpo estaba muy transpirado, y el piyama se le pegaba a la piel. Empezaba a ver borrosas las cosas a su alrededor, y trató, de nuevo, de apagar el despertador, pero apenas pudo mover su brazo. Su mano colgó, por un momento, como una araña muerta en su tela. Inútil, la dejó caer. Costaba demasiado. Decidió esperar a que vinieran por él, cuando no bajara a desayunar.
-Danny, ¿te sientes bien?- pregunto Jas después de un rato, con el dspertador todavía sonando y él seguía sin poder moverse -¿Danny?- tampoco podía hablar, y empezaba a escuchar los sonidos distorsionados -¡Danny!-
Su hermana entró en su habitación y lo vio. Alarmada, entró en su pieza y le tomó la temperatura. El chico primero cerró los ojos, para después abrirlos y dirigirlos al despertador. Jas entendió y lo apagó, para después salir apresurada de la pieza. Danny no tenía fiebre: ardía.
Llamaron al doctor, y su made le dejó bien en claro que no iría a la escuela. Al parecer, la fiebre alta se debía a un gran esfuerzo y al agotamiento físico. Danny no entendía, por más que procesara las palabras. ¿Cuándo había hecho un esfuerzo físico fuerte? La ciudad había estado relativamente tranquila en ésos últimos días, y hasta había empezado a aburrirse.
Jas llamó a Sam y le pidió que le trajera los apuntes cuando saliera de la escuela. Danny pasó el resto del día sin poder levantarse de la cama, transpirando a mares y tomando mucho agua. Su madre estaba a su lado y le cambiaba, de tanto en tanto, el pañuelo con agua fría en su frente.
-Danny, ¿hiciste algo fuerte estos últimos días?- le preguntó ella. Su hijo creyó que había un doble sentido, pero no lo entendió del todo.
-No- respondió, con dificultad.
-¿Tomaste frío, peleaste con alguien, entraste al laboratorio y tuviste un accidente, tuviste relaciones con alguna chica?-
-¡No, mamá!- dijo Danny, sonrojado, con mucho esfuerzo –Sólo me desperté así-
-Ah- su madre sonaba aliviada –Por favor, ciudate. Sos muy importante para todos nosotros, y queremos que estés sano-
-Sí- dijo, cerrando los ojos.
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Como fantasma, se sentía libre.
No se tenía que preocupar por los edificios o el suelo. Simplemente, los atravesaba. Después de todo, él era Danny el Fantasma. ¿Y una simple enfermedad, que sólo afectaba a su cuerpo, lo iba a parar? Ja, ni pensarlo.
Pero había otras cosas en las que sí pensaba. En su cuerpo, por ejemplo. Era pesado y grosero, y no podía usar sus poderes en su estado "humano" Pero así, en libertad, siendo más liviano que el aire...
¡Y sus poderes! Después de la fiebre, que le había durado una semana, eran más... refinados. Tenía mucho más control que antes. Una semana entera de dieta líquida y fiebre por encima de los 40 grados lo habían atado a la cama. Y le había dado mucho tiempo para pensar. Y no sólo en cómo mejorar sus poderes –y ahora veía sus frutos- sino sobre él mismo.
Estaba empezando a sopesar sus dos vidas (o "existencias") Y si bien su vida humana era más fácil, tenía muchas menos satisfacciones. Vlad podría haberlo hecho quedar como el malo de la película, pero eso no lo había parado y no lo iba a parar. Después de todo, Vlad le había ofrecido ser su alumno, lo que quería decir que había potencial en él, y mucho.
Quizás hasta le temiera...
Y eso era muy interesante.
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-¿Estás seguro que te sentís bien?- le preguntó Tucker, algo preocupado.
-Estoy bien, al menos ahora puedo moverme casi con normalidad- dijo Danny, algo desganado.
-Al menos ahora podrás comer alimentos sólidos- dijo Sam, al ver lo flaco que estaba su amigo. Había bajado cinco kilos en esa semana, y se notaba. Además, su aspecto no era el mejor.
-Y no tendrás que sufrir pelotazos- dijo el moreno –Tus padres hablaron con el director, y avisará a tus jefes si algo anda mal-
-Hablando de eso... – dijo Sam -¿Qué pasará si aparece un fantasma?-
-No creo poder pelear esta vez- dijo el chico Fentom –Así que lo dejaré hasta que me recupere. Pero por si las dudas, les traje un termo Fentom a cada uno- abrió su mochila y les pasó un termo a cada uno de sus amigos –Tengan cuidado, y ante cualquier alarma, avísenle a mi padre-
-¿Estás seguro? Puede empeorar las cosas- dijo Tucker.
-Lo sé, pero es lo mejor que podemos hacer-
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Por ley de Murphy, ése mismo día apareció un fantasma en el centro comercial. Danny estaba pasando justo frente al centro comercial, con Sam y Tucker: iban a acompañarlo todo el camino a su casa por si se descomponía. Y empezaron a oír los gritos y a ver las cosas saliendo disparadas por las ventanas y vidrieras de los locales que daban a la calle. La gente empezó a correr, saliendo del local en bandada, yéndose a cualquier parte.
Pero Danny ni se movió. Dejó que la gente le pasara al lado, sin tocarlo, mientras Sam y Tucker eran arrastrados por la marea humana. En otras circunstancias, le habría parecido curioso el hecho, pero cuando la gente abandonó el lugar y las sirenas de la policía se escuchaban a lo lejos, el ruido y el movimiento cesaron. Danny era la única persona que vio la escena.
Una luz verde salió de una de las ventanas, la única que no había sido destrozada por ser la de una joyería con vidrio reforzado. Era muy pequeña para ser de Skulker, y no se veía por ningún lado la sombra de Jhonny 13, así que los descartó enseguida. Tampoco parecía ser ningún fantasma conocido, y ni siquiera se le pasó pro la cabeza que pudiera ser Desiré. Demasiado lejos de su modus operandi.
Parecía... un muchacho. De su edad, aunque menos flaco.
Por más que sólo vio su espalda por un momento, vio lo similar de su traje con el propio. Si no estuviera él ahí, parado, viendo al fantasma, hubiera jurado que era él mismo. Mismo que desapareció antes que llegara la policía.
Mientras Sam y Tucker lo arrastraron hasta su casa, el moreno le preguntó a Danny qué había pasado.
-Era un fantasma nuevo- dijo el muchacho –Y, por lo visto, le gusta que lo vean-
-¿A qué te referís?- quiso saber la chica.
-Cuando sólo estaba yo, cesó el movimiento. Después salió por la ventana de una joyería, y se parecía... a mí-
-¿Acaso podría ser.. Dan?- preguntó Sam, cautelosa.
-No lo creo. Este tenía la espalda mucho más angosta, y Dan tiene el aspecto de un joven mayor que yo. Este era casi igual a mí-
-¿Tienes un gemelo fantasma malvado, Danny?- preguntó el moreno.
-No lo creo-
Pero igual se quedó pensando.
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Por ahí, pensando, se me ocurrió hacer este Fanfic. No sólo es Yaoi sino que va a haber muchas sorpresas, y Danny va a tener más de un sobresalto. Espero que este capítulo les haya gustado.
Nos leemos
Nakokun
