MUSICA… La Aventura de vivir
Capitulo 1: El comienzo de una nueva etapa
Caracas, Julio 1993
Elizabeth había ansiado mucho este momento. Este era el final o por lo menos la resolución de muchos sacrificios y esfuerzos a lo largo de su vida desde los 7 años de edad. Pero como su madre le había dicho, ahora es que le quedaba vida por delante.
Su vida era la música, y siempre la había sido. Desde muy pequeña siempre estuvo rodeada de ella. Su padre era pianista y había intentado inculcar en ella la pasión por este legendario instrumento pero Elizabeth siempre había sido de carácter fuerte y su corazón siempre fue del Violín, desde la primera vez que lo escucho.
Muchos años de estudios teóricos, un sin fin de profesores… y por supuesto su preparación como violinista habían hecho de ella una chica brillante, motivada y con unas inmensas ganas de siempre superarse.
Ahora había llegado el momento, hacia apenas unos días había hecho su Examen de Grado frente a un jurado un poco exigente (como debe ser) y a pesar del nerviosismo, ese que da de repente aunque uno este muy segura de lo que hace, había pasado con honores. Su profesor estaba muy orgulloso.
Hoy era su Recital de grado, el día en que daba las gracias a sus padres por todo su apoyo y en el que presentaba aquello por lo que tanto había trabajado. Previo a eso, el estrés había sido total, planificar el concierto, alquilar la sala, buscar la pianista, buscar agencia de festejos (porque un evento como este solo pasa una vez), cuadrar las practicas con la pianista, mandar a hacer los programas de mano, las invitaciones… un corre corre al que estaba acostumbrada, pero al que además debía añadirle algo no menos importante… ESTUDIAR.
Invitó a sus seres queridos más cercanos y por supuesto también a sus amigos de siempre, el día debía ser perfecto… y así lo fue. Bueno casi todo.
Aprovecho para descansar ese día en la mañana, de pasarla lo más relajada posible (jajajaja osea, imposible) y después del almuerzo se fue para la sala de conciertos.
Este evento tenia más significado para ella de lo que nadie pudiera imaginar, ni siquiera Alejandro, ese amigo de siempre con el que un día decidió compartir parte de su vida y que la apoyaba al 200% en lo que se propusiera. Alejandro también era músico, y aunque tenía toda una pinta de intelectual, de músico clásico, era medio alocado y le encantaba hacer cualquier tipo de música.
Para Elizabeth este día significaba el inicio de una nueva vida, dentro de un mes partiría lejos de su familia y amigos para seguir con sus estudios. Nunca antes había salido del país, y menos para vivir fuera.
Alejandro la apoyaba en todo, pero no podía entender porque Elizabeth quería salir del país. Ella estuvo por más de un año buscando información y enviando grabaciones suyas a diferentes lugares del mundo, esperando poder continuar sus estudios de perfeccionamiento.
Esto no agradó a Alejandro, que con su actitud de rechazo solo hacía que Elizabeth se decidiera más por su sueño.
Amargo fue el momento que marco el inicio del final de la relación, apenas unas semanas antes… cuando recibió la respuesta de que la aceptaron en el Conservatorio de Oberlin en Ohio. Por supuesto estaba muy emocionada, no solo la habían aceptado, sino que iba con beca, le pagaban la vivienda los 4 años que duraran sus estudios y lo más impresionante, hasta le ofrecían trabajo para poder pagar sus otros gastos.
Tu mamá me dijo que te llego otra carta, - le dijo Alejandro una tarde.
Si, - dijo toda emocionada corriendo a recibirlo con un beso.
Alejandro no la rechazo pero si no fue tan cariñoso como siempre y Elizabeth lo noto.
No habíamos hablado de que audicionaríamos para entrar en la Sinfónica de Venezuela y que tu harías el Postgrado de la USB?, - le reclamó; - pensé que estas ilusiones tuyas se habían acabado con la última carta de rechazo.
¿Qué ganas tienes tú? - Le dijo ella molesta. Siempre había sido muy cariñosa con él, pero tenía unas semanas que ya no le tenía tanta paciencia.
¿Yo pensaba que estabas conmigo? ¿Cómo puedes pensar que teniendo la oportunidad de salir del país a estudiar con grandes maestros me voy a quedar aquí conformándome con una orquesta?
No es eso Elizabeth, pero son muchas cosas en contra; te vas sola, allá no conoces a nadie y toda tu familia está aquí… - y cuando terminó de decir eso, Alejandro se dio cuenta que mintió, no le había dado la verdadera razón… EL no quería que se fuera.
No lo puedo creer! - le dijo ella con lágrimas en los ojos. Parte en rabia y parte en tristeza.
En qué momento dejaste de ser mi amigo y pasaste a ser solo mi novio? Primero fuimos amigos, y los amigos quieren lo mejor para sus amigos… quedaron en silencio por unos segundos y dando media vuelta para no mirarlo dijo: y los novios también! - Y comenzó a llorar. - Eres solo un egoísta!
Lo que decía Elizabeth era verdad, - fue lo que pensó Alejandro.
No sabía cómo iba a acomodar esto, sintió esa sensación de caer en el vacío y tristeza embargo su corazón. Estaba seguro de que ella lo quería, y de sus sentimientos no tenia duda, pero no podía amarrarla a un destino que no era suyo.
Aun no se movían, Elizabeth solo sollozaba ahora, sus corazones no serian los mismos a partir de este momento.
Alejandro se acercó y la abrazó fuertemente por la espalda. Era el final, aun no sabían si era el final de la amistad, pero ya no seguirían juntos.
Elizabeth sintió su fuerte abrazo, su respiración entrecortada en el cuello y lo acelerado de su corazón y supo que no era la única que salía perdiendo. Se dio la vuelta para verlo a los ojos y no hubo palabras.
Quizás solo fue unos segundos pero para ambos fue eterno. Ya antes ella había visto esos ojos así, cuando en alguna otra oportunidad hacia siglos él había terminado con alguna chica, y esa era la señal de su corazón roto. Pero nunca lo había visto llorando.
Se dieron el beso más tierno que jamás se habían dado, una especie de despedida de algo que tenía todas las de ganar, pero que sencillamente no estaba escrito.
Alejandro corto el beso y se quedo a pocos centímetros de la cara de Elizabeth, ella mantenía los ojos cerrados y el la miro de esa forma por última vez. Debía marcharse, así que la abrazó nuevamente y soltándola le dijo al oído: lo siento, y se marchó.
El día del recital vino y llego a su fin, todo paso tan rápido que en la noche trató de recordar quienes de los que había invitado pudieron asistir y tuvo que pensarlo por un buen rato. Se rió con si misma de que esto pasara, tanto planificar y al final no se recordaba de quienes habían estado compartiendo con ella este día.
Pero la persona que nunca pasaría por alto, que siempre agradecería su presencia fue a Alejandro. Mientras ella terminaba esta parte de su vida, graduarse de violinista, él siempre estuvo con ella, ayudándola, motivándola y haciendo que a veces estudiara de más cuando ya estaba cansada.
Después de aquella tarde en la que silenciosamente se dijeron adiós no se habían vuelto a ver, y con mucha tristeza ella pensó que él no iría; y trató de entretenerse en otras cosas para no caer al abismo.
Se había hecho a la idea de no verlo más, quizás cuando regresara, el tiempo hubiera sanado las heridas. Pero su sorpresa no pudo ser mayor al verlo sentado justo a la mitad de la sala, con una gran sonrisa en su rostro.
Al terminar el concierto se perdió de su vista en el mar de personas que se acercaban para felicitarla. Casi se olvido de él… o se lo imagino?
Hola belleza. - le dijo Alejandro acercándose por detrás sin tocarla.
Alejandro…. - Y le dio el mega abrazo…. Que por cierto duró más de lo normal. - Gracias por estar aquí, pensé que no vendrías.
Sabes que no me lo perdería, aun sigues siendo mi amiga, mi pana, mi competencia… - y al decir esto le hizo cosquillas en la cintura.
Elizabeth extrañaba eso, esa cercanía, con más nadie en este país que pronto no llamaría su hogar tenia eso.
Gracias! - dijo ella y lo volvió a abrazar.
Pasaron un rato agradable, siempre mientras hablaran de cómo había tocado, de si se había equivocado… de la cara que tenía el profesor de ella, del celular que sonó en un momento y que Alejandro casi le ofrece unos golpes al dueño…. Por nada del mundo tocaron la conversación de que ella partía de su tierra natal en tan solo 2 días.
Entre la carta y la fecha de partida solo pasaron unas semanas… (Gracias a Dios consiguió pasaje en tan corto tiempo) pero con todas las otras cosas que tenía en su cabeza se le hizo tarde en organizar apenas 2 maletas para tan larga estadía.
El vivir en un clima tropical le limitaba un poco su vestuario ya que en Ohio se vivían las cuatro estaciones, es decir, tenía que adquirir ropa nueva, pero aun tenía muchas cosas que no quería dejar atrás, que le harían no extrañar tanto su casa, su familia, su país.
Solamente le tomo dos días despedirse de aquellos cercanos, no encontró las fuerzas de llamar a Alejandro, le dolía dejarlo, eso era. Pero trato de convencerse de que así era mejor, porque ella allá…. él aquí…. sería un desastre.
Bajaron al aeropuerto en cambote… su mama no dejaba de llorar y el papa no dejaba de darle consejos…
No hables con extraños, no recibas nada de nadie q no conozcas, nunca dejes tu equipaje solo…. Y cuidado con la gente rara!
Si papa, no te preocupes, yo también te quiero…
Ok… dijo ella, ya tengo que pasar al Terminal. Mamá, te llamo en lo que llegue, papá: cuida muy bien a mi mamá ok, mira q ya no me tienen a mí para estar pendiente de todo….. y Susana (que era su hermana) ahora si vas a poder dormir tranquila…. Nada de un violín chillando a las 7 de la mañana los domingos! Me cuidas el cuarto ok?
Les dio a todos un fuerte beso y un abrazo y cruzo el umbral que la llevaba al primer control de seguridad. Introdujo su estuche por la maquina lectora de rayos X y una vez listos sus papeles paso a sentarse en la salita de espera para el avión.
Estaba como estática…. Ahora si se iba…. Un nuevo camino empezaría al poner un pie en ese avión… a estudiar sin descanso, era eso lo que quería y tenía que aprovecharlo. Y, aunque no quería y trato con todas sus fuerzas de no hacerlo, pensó en Alejandro. Sin saber porque, se vio sonriendo al recordar uno de esos chistes malos y sin sentido por los que él era famoso.
Una lagrima asomo por su mejilla y mientras se secaba sintió que alguien se sentó a su lado… acomodándose para no importunar a esta persona no pudo dejar de verlo.
Hola belleza, no te ibas a ir sin despedirte de mi verdad? - Le dijo él.
¿Qué haces aquí? - Pregunto ella con cara de sorpresa.
Bueno no podía dejar que te me fueras por el equivalente a una carrera… y no precisamente de caballos. - (otro chiste malo) - de verdad te ibas si despedirte?
Bueno… creo que sí, soy una cobarde. No creí que soportaría una despedida tuya, no otra.
A Alejandro se le borro la sonrisa que hasta ahora tenía en su rostro y bajo la mirada.
- Elizabeth, de verdad lo siento. Si fui un egoísta, no me importaron tus sueños, solo quería que esto no acabara, las horas interminables hablando de cualquier cosa, el poder divertirnos con lo que fuera, poder además compartir nuestra pasión por la música. Discúlpame por no ser tu amigo y tu novio al mismo tiempo.
Elizabeth estaba sin palabras, solo podía mirarlo. Ella sabía que esto no significaba que regresarían juntos pero al menos le daba un final a la situación embarazosa de no querer hablar o encontrarse.
Gracias. - alcanzo a decir.- Se que fue difícil para ti decirlo. Gracias por estar aquí, por siempre estar, gracias…. - Con un dedo Alejandro intento callar sus labios.
Tengo que decirlo Alejandro…. - Le dijo volviendo a hablar.- Tienes que saber que te quiero, más que eso, te amo. Eres el primer hombre en mi vida y eso lo sabes. Contigo compartí más que tiempo y espacio, y con el pasar de los años nunca cambiara. Me duele en el corazón que nuestros destinos no estuvieran dispuestos a entrelazarse pero al menos le doy gracias a Dios el poder decir que fuimos uno y que siempre tendrás un lugar en mi alma.
Con esta declaración Alejandro no aguanto y le dio un abrazo a Elizabeth refugiando su rostro en el cuello de ella. Cada uno tomo nota de aquel momento, los sonidos del Terminal, el frío que hacía por el aire acondicionado y por supuesto el olor particular que cada uno emanaba cuando estaban juntos.