Harry Potter le pertenece a J. K. Rowling.

Este fic participa de "Peticiones de fics" del Foro "First Generation: The story before books".

Dedicado para Nochedeinvierno13.

Advertencia: Lime, Boys Love, palabras mal sonantes.

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¡Desgracia! Se arruinó por ese cochino celular.

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En el apartamento donde Albus y Scorpius se hospedaban estaba llenos de mucho movimiento ya que hace unos cuantos minutos el rubio y el pelinegro se encontraban en la más acalorada situación en la que se podrían dos chicos de diecinueve y veinte años, respectivamente. Vivían la experiencia de "la primera vez", la que resultaba espectacular a criterio de la pareja; besos, más besos y una que otra caricia era lo de menos ¡esos sí que estaban organizando una guerra por ver quién dominaba a quién! Originalmente aquella vez Scor lo iba a ser pero el hermano mayor de Lily cambió de opinión el acto.

—¡Albus, semejante animal! —graznó, irritado, a la vez que su novio lo volvía a poner debajo de él— ¡Yo iba a ser el activo! ¡So patán!

Potter sonrió descaradamente.

—¡Mou~! No es divertido estar abajo —susurró mientras intentaba tocar la intimidad del Malfoy—, creí que querías.

El hijo de Draco y Astoria murmuró algo que pudo sonar a "Maldita rata traidora" o bien "Inútil, inepto hijo de la chingada" cualquiera de las dos no iba a impedir que tuviera un dolor de trasero. ¡El idiota es demasiado bruto, no conoce la paciencia! La verdad era que él no era quien para decirlo, tampoco era su fuerte. Gruñó y maldijo por quincuagésima vez ese rato. Por su parte el hermano menor de James no iba a permitir que le saliera el tiro por la culata, ¡por su orgullo de Potter no iba a estar abajo aunque lo ate a la cama! Y mejor lo piensa, no será que le dé una idea o algo peor.

—Scor. —De nuevo lo sujeto a la cama, está vez trato de hacerle una llave con sus piernas; lo miraba con diversión.

Estúpido hijo de Potter —siseó enfurruñado.

Rompiendo el hermoso y encantador ambiente de enojo y ansias de estrangular a la persona que tiene enfrente, un celular se dejo oír. Por la melodía de rock supieron que era el teléfono del heredero Malfoy, quien sonrió como el gato de Alicia en el País de las Maravillas.

—Ni se te ocurra —advirtió, con cierto recelo, Albus.

La sonrisa se ensanchó.

—Y si son mis padres, ¿qué piensas que haga? —inquirió dándole una patada en el abdomen; nunca fue un novio totalmente apegado a su papel— Te recuerdo que nos llamarían.

—¡Justo ahora! —chilló rabiado.

Y para menos, ¡le arruinaron su rato placentero! Uno de los tantos que ya tuvieron.

Mientras tanto Scor sonreía la mar de encantado. Oh, sí. Ninguno obtuvo lo que quería, fantástico; así Potter sabrá lo que se siente que frustren tus planes.