El fic tiene cambios de narrador y en primera persona espero que sea entendible ya que tengo sabido que poner carteles llega a ser molesto.
–Se lo suplico, por favor déjenos tranquilos-yacía arrodillado frente mío –Si quiere algo en especial se lo daremos, solo déjenos vivir.
Lo mire con más detenimiento, era tan diferente a mi raza, piel morada y escamosa, demasiado delgado, ojos verdes sin pupilas, me miraba con unos ojos suplicantes. Detrás de él había tres seres más, dos niños y lo que parecía ser una versión femenina de él. Su familia. Una parte de mi quería dejarlos tranquilos pero el cuerpo en el que estaba tenía otras ideas, unas que jamás me pertenecerían pero ahora rigen mis decisiones.
–Porfavor, tenga misericordia.
– ¿Misericordia?, ni la conozco.
Mi mano se levanto y con una potente descarga de energía las personas enfrente de mí fueron reducidas a nada. Solo se podía escuchar sus gritos y oler la carne quemada. La carne de las personas que yo había matado a sangre fría y sin ningún motivo aparente.
– ¡ah!
Un sobresalto me hiso por fin despertar, me tomo unos momentos ubicarme de nuevo al lugar en donde estaba. Toque mi corazón solo para confirmar que estaba a punto de sufrir una taquicardia por lo acelerado que estaba, mi cama y mis sabanas estaban empapadas en sudor y aun me costaba respirar. Por suerte no soy tan fuerte como Pan si no enserio hubiera provocado algo muy grave aquí. Una vez que me tranquilicé un poco salí de la cama y con pasos temblorosos me dirigí a mi baño.
Llene el lavabo con agua y me lave la cara, al ver que no era suficiente la sumergí por completo dejando que la frescura de esta me calmara un poco o tan siquiera hacer que olvidara ese mal sueño. Levante mi cara y vi mi reflejo desaliñado y somnoliento para tratar de convencerme que nada era real, que esta era mi vida no la que acababa de presenciar.
–Maldición, regresaron.
Di un largo suspiro, estos serian días largos. Quite el tapón del lavabo y vi como el agua se iba, un flachazo del recuerdo de la pesadilla regreso, veía como mis manos arrancaban la cabeza de esta persona con tanta facilidad, como si solo se tratase de goma, por una milésima de segundo sentí la sangre ajena en mis manos y fue suficiente para darme ganas de vomitar.
Levante la tapa del inodoro y no puse resistencia. Si, otra vez era esa época de mi vida pero sentía que esto empeoraba.
Durante mi vida sufrí periodos en los que tenia esos sueños durante un tiempo indefinido. La primera vez tenía cinco, no eran la gran cosa, solo camina a través de lo que parecía un especie de avión futurista, me daba cuenta de que siempre parecía de noche las pocas veces que me asomaba por las ventanas, era muy pequeña para saberlo pero ahora sé que era una nave.
Aun que en esa época los sueños eran muy parecidos, durante el transcurso a veces veía a "personas" que no tenían un aspecto común, no tenían un aspecto humano, otras veces no veía nada y otras eran personas diferentes. Aun así en ese ambiente no sentía miedo, si no una especie de nervios, no era tanto como para considerarlos pesadillas pero todo daba un giro cuando él aparecía. No sabía quién era y nunca lo supe pero al parecer el cuerpo en el que estaba durante el sueño si, siempre temblaba ante su presencia sentía mi corazón acelerarse y podía jurar que sentía el sudor correr atreves de la ropa que llevaba. Los sueños siempre acababan ahí, cuando esa cosa aparecía me hacía correr al cuarto de mis padres llorando al despertar. Esas pesadillas duraron dos semanas.
El siguiente periodo fue a los nueve, ahora soñaba con golpizas, todas eran hacia mí, veía a las mismas personas de antes, ellas eran las causantes, por más que trataba en el momento que se descuidaban salir corriendo mi cuerpo no respondía, al contrario la persona en la que estaba iba directo hacia ellos para pelear causándoles un mínimo daño. Lo único bueno de esto era que el dolor solo era durante el sueño, al despertar no sentía nada, solo estaba algo aturdida. Duro 1 mes.
La última vez fue a los 13, habían comenzado en el peor momento posible. Acababa de entrar a la secundaria y ya había comenzado a socializar era lógico en mí, todo iba normal nunca creí que algo así pudiera pasar, una chica de la escuela me había invitado a una pijamada en su casa y sin dudarlo acepte sin sospechar nada. Todo ocurrió con normalidad hasta que llego el momento de ir a dormir. De nuevo regresaron, pero ahora eran guerras, yo lastimando gente a muerte y ellas a mí, fue el sueño mas fuere que tuve en ese entonces. Al momento de despertar aun tenía mis sentidos alerta como dice papá, mi cuerpo aun buscaba a un enemigo con el que pelear y lo hiso con la primera persona que estuvo enfrente. Las chicas al ver como actuaba mientras dormía se asustaron, excepto una que intento despertarme, la pobre no vio venir lo que siguió. Apenas mis ojos se abrieron me fui contra ella, la acorrale en la pared mientras la sostenía con mis manos en su garganta, pude detenerme a tiempo antes de matarla de asfixia, trate de tranquilizarme.
Aun no entiendo como pude actuar así, aun que me gustaba hacerlo de vez en cuando nunca fui una aficionada del combate. Mi padre me entreno pero solo lo básico, no era débil pero nunca me transforme en súper saiyajin, aun así era mucho, mucho más fuerte que un humano promedio. A lo que voy es que en mi no hay un instinto de pelear o de atacar sin razón, por eso me sorprendí al hacerlo.
Dirigí mí mirada a las chicas y estaba aterrorizada, cabe decir que ellas no tenían ninguna idea sobre mi linaje saiyajin, a puesto que ni siquiera sabrían deletrearlo. No es de asombrarse que los padres de la chica demandaran a los míos, más bien solo a mi mamá, para quitarle cuánto dinero pudieran. Llego el momento en el que me pidieron una explicación.
– ¿Y bien Bra?,¿por qué lo hiciste?–sentí la mirada de mis padres sobre mí.
– Ya les dije. Solo tuve una pesadilla.
Note en la mirada de mi madre que sospechaba que mentía, ella era tan lista pero al parecer mi mentira la convenció. Más no a mi papá. El me busco en mi cuarto después.
–Cuando quieras dejar de mentirme en la cara búscame y explícamelo todo.
Sonaba entre enojado y serio, requirió de toda mi fuerza de voluntad para no ir corriendo hacia él y contarle todo y lo logre, el se enojo conmigo después de eso, estaba resentido y no lo culpo, yo siempre le conté todo pero esta vez no pude, era demasiado complicado además eran sueños, el no podría hacer nada.
Por fortuna las pesadillas solo duraron dos noches pero en tres días no pude dormir absolutamente nada.
Y ahora con 16 regresaron, tenía la esperanza de que ahora también fueran solo dos noches, estaba iniciando la preparatoria, no lo soportaría si también tendría que lidiar con esto.
Baje la palanca del baño y limpie los residuos de mi boca, al levantarme sentí un ligero mareo pero nada que no pudiera arreglar con una pastilla. Me arrastre hacia mi cama y como un gusano me metí entre las sabanas, mire el reloj que estaba en mi mesa de noche, eran las 5:35 debía levantarme en media hora para tener mi rutina de entrenamiento con mi papá. Afortunadamente no era tan exigente conmigo como lo fue con Trunks, eso enserio se lo agradezco pero eso no sería de mucha ayuda en estos momentos, en mi situación esto sería una tortura.
Descanse los pocos minutos que me quedaban y me levante otra vez de la cama. Sentí como si la gravedad de mi habitación hubiera aumentado 50 veces, este sería un largo día.
Me di un baño con agua fría, estábamos en Noviembre pero eso no me importo, ni siquiera la rebaje con agua caliente, la quería fría para intentar borrar los recuerdos del sueño que aun me perseguían. Me cambie con ropa ligera de entrenamiento y una vez seca planche mi cabello, muchos no lo sabían pero este era un desastre, naci con un cabello muy rebelde y alborotado, cuando era niña solía levantarse asía arriba dando una buena imitación del de mi padre, lo simulaba con una cola de caballo alta pero con el tiempo decidí hacer algo, un tratamiento de alaciado basto para dejarlo normal aun que aun tenía que plancharlo todos los días para que fuera tan lacio como el de mi madre. Una vez lista baje a desayunar.
Eran las seis de la mañana, Trunks ya iba de salida a trabajar. Desde hace unos poco meses habían cambiado de horarios, ahora el salía primero y dejaba a mama dormir un poco más, lo que significaba que ella estaba conmigo y papa para desayunar.
Me senté en la silla y me dispuse a comer, los robots ya habían preparado un desayuno lo suficientemente grande para alimentar a 20 personas, o tal vez solo a 2 saiyajines.
Demonios, aun estaba muy cansada, los ojos se me caen del sueño, no sé cómo voy a soportar una hora en la cámara. Sin poder aguantar más cerré los ojos y apoye mi cabeza en la palma de mis manos, el sueño me iba ganando y mi cara se estrello en la mesa, no hice el intento de levantarla, quería quedarme así todo el día.
Papá bajo solo un par de minutos después que yo, lo que sería raro si yo no me hubiera levantado antes, por lo general papá despertaba primero que todos aun que claro eso había cambiado desde que Trunks y yo empezamos a crecer.
— ¿Desde cuándo eres la primera en levantarse niña?
Su áspera voz me hiso voltear la cabeza demasiado rápido, como si estuviera a punto de ser atacada, me hubiera ido sobre de él si lo hubiera visto, estaba a un lado mío tomando una gran taza de café negro, fruncí el seño de solo imaginarme el amargo sabor.
— ¿Y bien? Sabes que odio que no me respondan. —Se acerco a mí y me puso una taza de café enfrente.
—Solo me levante un poco antes, nada anormal papá. —Tome la taza en mis manos y empecé a ponerle tanta leche y azúcar al grado de que ni siquiera pareciera café.
—Solo espero que esto no afecte tu rendimiento hoy. —Dijo dando otro sorbo a su tasa —Desde hace unos años ya no sientes el mismo deseo de entrenar. —Me miraba extraño pero trataba de ignorarlo tomando más café, él empezó a comer el desayuno que dejaron los robots.
Como ya dije, nunca hubo exactamente un instinto de lucha en mi, de niña me gustaba entrenar con papá era divertido y aun lo es pero tengo un límite, no quiero ser una musculosa sin cerebro, soy demasiado bonita e inteligente para eso, así que aun que me gustara tanto entrenar con papá me gusta aun mas como luce mi cuerpo ahora, gracias. Por suerte papá nunca me insistió más cuando le explique mis motivos, además no es como si yo tuviera un problema con hacerme más fuerte cada vez, eso se lo dejo a mi padre y al abuelo de Pan. Aun que aun así, debo admitir que es muy satisfactorio ganarle en vencidas al capitán del equipo de futbol de la escuela.
—Supongo que ahora tengo otros intereses papi. —Hice todo lo posible para tratar de que mi somnolienta voz sonara convincente.
El estaba a punto de decir algo cuando mamá hiso acto de presencia en la cocina.
—Buenos días a todos.
— ¿Qué pasa aquí? ¿Tu también te levantaste temprano?-dijo mi padre mientras le daba el último sorbo a su taza de café.
—Cariño yo siempre me levanto temprano.
—Pues desde hace tiempo te quedas más horas en la cama, supongo que es por la edad no te culpo.
— ¡Eres un simio grosero!
Genial aquí vamos de nuevo. No podían iniciar el día sin una pelea, lejos de asustarme me entretenían mamá se enojaba con mucha facilidad y papá también pero el sacaba más comentarios graciosos. Pero ahora ciertamente no era el momento, tenía una especie de resaca por la pesadilla de hace unas horas y me empezaba a doler la cabeza, lo que menos quería era oír sus gritos.
No note cuando se callaron hasta que mamá puso su mano en mi cabeza. Y otra vez sentí mis sentidos alerta, los detuve antes de que mamá se diera cuenta, pero fue muy tarde para papá.
—Bra ¿Estás bien? te noto muy cansada y tienes ojeras. —Me miro con esos grandes ojos azules, papá tenía razón ella era muy transparente. Podía ver tanta preocupación no muy bien disimulada viniendo de ella, me dolía engañarla.
—Estoy bien mamá no te preocupes.
—Tampoco has tocado tu comida.
—Es que ahora no tengo hambre.
Ambos me miraron como si tuviera dos cabezas, tal vez no fue muy listo de mi parte decirlo, solo hice que sus sospechas crecieran. De todos los saiyajines que viven en la tierra yo soy la de menos apetito, si bien como 10 veces más lo que una chica de mi edad yo soy la mas quisquillosa con la comida a comparación de los muchachos que comen como 30 veces lo que una persona come, ¡por dios! hasta Pan comía como 20 veces más y si no bien podría darles una buena pelea en una competencia de comida. Pero bueno, que yo no tuviera hambre era más raro que ver a un pez con orejas.
Antes de que me pudieran hacer otro interrogatorio decidí dar por terminada el desayuno.
—Bueno parece que se nos hace tarde, papá por qué no vamos de una vez a entrenar necesito llegar temprano a la escuela hoy y no lo hare si seguimos aquí.
Salí corriendo antes de que pudieran detenerme.
—Cree que puede engañarnos otra vez. —Dijo Bulma preocupada —Vegeta tienes que hablar con ella.
—Ya lo hice la última vez que pasó y no quiso contarnos nada. ¿Qué otra cosa quieres que haga?
— ¡Que la obligues a decirte!
—Ella nos lo dirá en algun momento, no puedo sacarle la verdad a golpes, no a ella.
—Esto ah estado pasando desde que tenía nueve, si no desde antes y no nos dimos cuenta, es hora de intervenir.
Vegeta volteo la cara un poco hastiado, el también estaba preocupado por Bra era su niña y no sabía por qué tenía esos periodos de intranquilidad que no la dejaban dormir por días, pero ciertamente ni su amor por ella lo harían suplicarle que le diera una respuesta, si en realidad estaba pasando por momentos difíciles ella pediría ayuda, no era tan orgullosa como él y en algún momento se darían las cosas, pero ciertamente no creía que esa mañana. Solo conocía un medio en el que podían interactuar sin necesidad de sentimentalismos y tal vez ayudarla a impulsarla a decir las cosas.
—Tardaste mucho papi. — Bra había llegado a la cámara de gravedad desde hace barios minutos y por la ligerísima capa de sudor en su cuerpo se veía que había calentado algo duro para lo que ella estaba acostumbrada—en realidad creí que mamá te había dejado ocupado en la cocina.
Las mejillas de Vegeta se tornaron ligeramente rojizas por el comentario atrevido de su hija ¿Desde cuándo tenía ese descaro para decir esas cosas? Aun tenía 16 para dejar esas suposiciones.
Bra rio discretamente al ver a su padre, era tan fácil incomodarlo como hacer enojar a su madre con la edad.
— ¿Y bien? Estoy lista. Dijiste que había perdido el deseo de entrenar contigo, pues ahora te demostrare.
—Es su peor actuación en la vida. —pensó Vegeta.
— ¿Por qué mejor no te dejas de tonterías y me dices de una vez lo que te pasa mocosa?
— ¿De qué habla? ¿No fui lo suficiente convincente?
Bra se queda congelada en su lugar, desde que era niña convencía con más facilidad a su padre, todo lo que quería el se lo daba con facilidad a diferencia de Bulma que era más estricta en cuanto a los caprichos extraños de su hija, pero en ocasiones como esta los papeles se cambiaban, no había podido convencerlo a él.
—No entiendo de que hablas papi.
—No te hagas la desentendida conmigo señorita, no me engañas ¿Qué te pasa? más bien ¿Qué te ah estado pasando desde que eras niña?
—Si crees que el hecho de que me haya levantado más temprano hoy tenga que ver con lo que paso a los nueve en esa pijada estas siendo demasiado paranoico.
—Puedes darle las gracias a la loca de tu madre, ella quería que hablara contigo.
—Si me conoces tan bien entonces sabrías que no me pasa nada, y no sé le hubieras mentido.
Bra no podía ocultarlo, estaba nerviosa, sabía que su padre sospechaba de sus pesadillas desde los cinco pero no lo creyó de Bulma, ella siempre parecía caer, o tal vez solo se lo hacía creer. El problema era que de alguna forma había actuado hoy para que ellos de inmediato supieran lo que le pasaba.
Vegeta no era para nada tonto y menos a lo que si hija se refiere, la conocía demasiado bien, tenía una especie de conexión con ella desde el primer momento, también lo tenía con Trunks pero era diferente, con ella cada que algo iba mal lo intuía incluso mas rápido que ella misma.
Jamás podría engañarlo,
su extraño patrón del sueño esta noche, el que estuviera tan alerta esta mañana cuando nada pasaba, su grave estado sombrío en el desayuno y que de repente actuara tan alegre al empezar el entrenamiento contradiciendo sus propias palabras de hace unos años de que ya no quería participar en estos solo lo hacía sospechar, eso mas el hecho de que se haya puesto aun más nerviosa con el interrogatorio solo lo hacían confirmar las cosas.
—No se les puede mentir a las personas Bra, no cuando la verdad es tan obvia como esta. —Entonces comenzó a caminar hacia la puerta.
— ¿Qué estás...?
—Yo no crie a una vulgar mentirosa que lo hace en mi cara, cuando dejes de ser tan cobarde para negarlo búscame y entrenaremos, hasta entonces no me busques.
Bra se quedo muda, una parte de ella quería contarle todo pero tenía una idea de lo que eran esos sueños y sentía algo de vergüenza contarle a su padre además, eran sueños, dudaba que enserio podrían ayudarla. Por ahora no quedaba más que salir de la cámara.
Gracias por leer, este fic será corto aproximadamente de 5 capítulos. Les agradecería que me dejaran comentarios acerca de lo que piensan de la historia, también criticas, no pediré que sean buenas conmigo sean brutales! pero no me hagan llorar, es de mis primeras historias y la verdad quisiera mejorar. Una vez más gracias, si tienen preguntas háganlas.
