¡ANTES! de que empiecen a echar tierra y pestes, las advertencias: Este fic fue realizado por RutLance -CrystalFairy, Hetalia y otros detalles no son míos ni me interesan, solamente publico con la aprobación y consentimiento de la autora. No gano nada excepto pasar un rato más en la pc haciendo esto (en lugar de escribir xD) ¿Dudas? Las haré llegar a la autora. El crédito de esta historia no es en absoluto mío.
RutLance-CrystalFairy, presente: El domingo me estaba bañando mientras discutía con Chema. Y fue justamente en ese momento cuando se me ocurrió esta idea. Lo cuál es raro, ya que casi siempre se me ocurren ideas cuando me pongo a lavar los trastes.
Así que susan358, este fanfic va dedicado completamente a ti. Muchas gracias por todo tu apoyo, aún cuando no te das cuenta de lo bien que me hace. n.n
La canción "Ben" de Michael Jackson no me pertenece y sólo la uso para entretenimiento, no para lucrar con ella. Aunque me gusta la versión que aparece en "Wedding's War" n.n
Disfruten el One-shot. n.n
Experimento.
No era una de esas cosas que se toman a la ligera, pero si tenía qué decir el porqué lo había hecho, el dinero era una muy buena excusa, pese a que no tenía necesidad...
Fue un compañero del trabajo quién le sugirió la idea, ya que éste le informó un amigo, y a éste otro amigo, del amigo, del compañero, del vecino, del hermano de un investigador que trabajaba en la universidad de la ciudad vecina...
Tardó un par de días en decidirse, una hora para llegar, quince minutos para esperar, ocho minutos para ser enterado de lo que tenía qué hacer y tres minutos para elegir en hacerlo o no. Y para no considerar todo ese tiempo como perdido, aceptó...
Todo era muy fácil, por medio de un contrato en el cuál respetarían tanto su privacidad así como una remuneración económica en caso de que algo saliera mal; Arthur "Iggy" Kirkland sólo debía entrar en un cuarto monitoreado con diversas cámaras, una cama, ducha, algunos pequeños electrodos conectados a su cuerpo y tener sexo con un desconocido...
También tuvo qué llenar un cuestionario acerca de su salud, edad, preferencias sexuales, y otras cosas que generalmente no contestaría por timidez. Aún podía negarse e irse, pero ya estaba ahí y no se echaría atrás. No podía hacer tal cosa, y menos al firmar el documento. Si algo tenía el inglés, era que respetaba mucho los tratos que hiciera, fueran lo que fueran...
Tras un breve examen médico, lo condujeron a un cuarto para que duchara y se pusiera una bata, y de ahí, lo llevaron al cuarto en el cuál tendría lugar el experimento. Ahí, pudo ver que la otra persona ya lo estaba esperando sentado en la cama, dándole la espalda, y en las mismas fachas que él. El corazón le saltaba como loco en el pecho, ¿y cuándo no, si nunca antes en su vida había tenido sexo con otra persona?...
Sus pasos alertaron al otro, y volvió la cabeza para verle. A diferencia de Arthur, éste se veía bastante tranquilo, como si aquello fuera algo que hiciese todos los días. Iggy se detuvo para poder contemplarlo mejor: su piel era morena como la canela, o más bien, como el chocolate en polvo según él; sus cabellos no eran precisamente negros, sino más bien de un color café muy oscuro al igual que sus ojos. Tenía la boca pequeña, lo mismo la nariz, y sus rasgos no diferían mucho de otros muchachos, pero había algo en su mirada que lo hacía verse joven, tal vez mucha más de lo que era, no lo sabía con exactitud...
Debió quedarse viéndolo por mucho tiempo, ya que el moreno soltó un suspiro junto con una sonrisa y le preguntó...
- ¿Así que tú eres el "otro"?-
- Eh...- Salió de su embobamiento.- Yes, yes, lo soy.- Se sintió por un momento estúpido.-Soy Arthur Kirkland.- Se presentó.
- Hola, Arthur.- El otro se bajó de la cama y se acercó a él, extendiéndole la mano, la cuál estrechó.- Me llamo José María Itzae Infante García.-
Y antes de qué pudiesen decirse algo más, una voz proveniente de un altavoz, comenzó a darles indicaciones acerca de lo que debían hacer, mientras que un sujeto con una bata de laboratorio apareció y comenzaba a conectarles los electrodos, asegurándose a la vez de que las condiciones para el experimento fueran las adecuadas, dejándoles algunos condones como lubricantes. Una vez que el hombre saliera, la voz del altavoz le indicó qué podían comenzar...
Arthur realmente no sabía qué hacer en ese momento, ya que se sentía cohibido al tener presente que iban a ser observados, lo cuál lo llenaba de nervios, por lo que no se movía de su sitio...
- Ven.- Sintió cómo una mano cálida tomaba la suya y lo jalaba rumbo a la cama.-Todo va a estar bien.- Le sonrió José María mientras se sentaba.
Se desprendió de la bata e hizo lo mismo con la del rubio, recorriendo lentamente con sus manos el pecho de Arthur, que se estremeció al sentir un extraño cosquilleo en la piel. El moreno abrazó entonces su cuello, viéndolo fijamente a los ojos, escudriñando los suyos en lo que reducía la distancia entre sus bocas. Respiró el aliento de Iggy y unió los labios de ambos en un beso tímido, seguido de otro aún más corto, el cuál hizo reaccionar al británico, deslizando sus manos sobre el vientre del otro, para rodearle la cintura y sujetarle de las caderas...
Treparon a la cama, quedando el moreno bajo el cuerpo del rubio, besándose una y otra vez, en lo que sus manos recorrían cada palmo, cada centímetro de su ser. José María detuvo al inglés, quién le dirigió una mirada confusa...
- Vamos.- Le susurró.- Hay qué hacerlo de una buena vez.-
Sabía a qué se estaba refiriendo, pero la decepción se dibujó en su rostro y desvió su mirada. No sabía exactamente cómo seguir, por lo que torpemente separó las piernas morenas y trató de encontrar su entrada...
- Oye.- Miró al joven de piel canela.- ¿Estás seguro de lo que haces?-
- Eh, bueno, I, I...- Comenzó a balbucear, sonrojándose al no saber qué contestarle.
- Está bien.- Volvió a hablar, tras soltar un suspiro junto con una sonrisa.- También es mi primera vez. He investigado un poco por mi cuenta, si quieres puedo guiarte.-
Y con un poco de confianza entre los dos, José María comenzó a darle instrucciones de qué hacer, paso por paso, por lo que de un momento a otro unieron sus cuerpos con un compás lento, casi al vaivén de un vals no audible para el resto del universo. Caricias, gemidos, sudor y lágrimas surgieron poco a poco, acelerándose en el proceso reproductivo que se llevaba a cabo. No supieron en qué momento alcanzaron el climáx, posiblemente cuando todos sus sentidos explotaron, dejándolos completamente sensitivos y exhaustos, cayendo en un sueño sin imágenes ni sensaciones, abrazados piel contra piel...
Al cabo de un par de horas despertaron, se ducharon quitándose de encima el recuerdo del otro, volviendo a usar sus ropas habituales. Una mujer los esperaba al final del pasillo, entregándoles el sobre con el cheque que contenía la cantidad prometida. Cada quién tomó el suyo, y tras un breve adiós, partieron por rumbos distintos, retomando la vida diaria, de la cuál fingieron no haberse desviado, y mucho menos haberse conocido en ese experimento...
.~o0o~.
Arthur volvió a su departamento, sintiéndose sumamente cansado y con las piernas temblándole como gelatina. No muy bien abrió la puerta cuando su compañero de departamento le salió con un ruidoso encuentro...
- Iggy!- La risa le taladraba los oídos.- You're back!-
- Cállate, Alfred.- Se cubrió los ojos.- Me duele la cabeza, y tu voz no me ayuda en nada.-
- Ah, ha, ha, ha, ha, ha, ha!- Le soltó una fuerte palmada.- ¿Donde estabas? Ya me estabas preocupando al ver qué no venías a hacer de comer.-
- Alfred.- Inició con un tono de reproche.- Te dije claramente que iba a salir por un asunto y...- Se dio cuenta de qué el otro rubio se le quedaba viendo fijamente con la boca abierta.- What?-
- I-Iggy.- Le tomó bruscamente de la quijada y la movió hacía arriba, mientras le jalaba el cuello de la camisa.- You had sex! You really, really had sex!-
Se le quedó viendo como si fuera la cosa más interesante en el mundo, revisando la piel del inglés, quién de un manotazo hizo que le soltara...
- Stupid american!- Le gritó molesto, cosa que ni le importó al otro.- Of course I had sex! I'm a person!-
Más el otro, emocionado, ya estaba marcando un número en el teléfono...
- ¡Esto tiene qué saberlo "HIM"!- Y esas palabras pusieron azul a Arthur.- Francis? ¡Adivina! Iggy, our Iggy had sex!- Se echó a reír en lo que el ojiverde trataba de quitarle el teléfono.- I know! ¡Nuestro Iggy it's a man, finally!-
- YOU IDIOT!- Comenzó a golpear en la cabeza a Alfred, mientras le gritaba de impropedios.- ¡IMBÉCIL! ¡ESTÚPIDO!-
Y en menos de 15 minutos, tres rubios se encontraban en el comedor usando gorritos de fiesta...
- No sé porqué estamos haciendo esto.- Arthur se sentía bastante incómodo, principalmente al ser él el motivo de la fiesta.
- Tranquilo, mon ami.- Francis reía mientras repartía la comida entre los tres.- Perder tu virginité es realmente un motivo para celebrar.-
- Cierto.- Alfred comenzó a devorar las hamburguesas que tanto amaba.- We always think that nunca te atreverías a acostarte con nadie y qué one day morirías casto y puro.-
- ¡Ustedes siempre se burlan de mí! You think I'm someone you can laugh at ease!- Golpeó la mesa con el puño.- Right!?-
- Easy, Iggy.- Alfred hablaba escupiendo trocitos de comida.- We are yours friends, y nos preocupamos por ti.- Le sonrió.
- Alors, mon cher ami.- El francés le tomó por sorpresa de la cara.- Si tanto necesitabas amour, yo te lo hubiera dado... gratis.-
- Leave the fuck alone, stupid french!- Comenzó a gritar enrojecido del rostro, en lo qué sus acompañantes se echaban a reír.
Más el chillido de su estómago los interrumpió, y el rubio ojiverde no pudo ponerne más rojo de lo que ya estaba...
- Bloody hell!- Comenzó a devorar los sándwiches de pavo que Francis les había traído, así como una rebanada de pastel de durazno.- I'm fucking starving!-
- Es algo normal, mon ami.- Francis apoyaba la cabeza en una mano, viendo comer al otro.- Algunas personas tienden a comer después de tener sexe, así como otras fuman, toman o hacen alguna otra cosa.-
- Yo me pongo a cantar "Ben" después de tener sexo.- Comentó Alfred.- Tal vez es por eso que las chicas left me right away ahora que lo pienso.- Se llevó una mano al mentón.- No entendía porqué siempre me preguntaban qué quién era Ben.-
- Alfred, eres un caso perdido.-
- Al menos, tengo miles de admiradoras en la universidad.- Le respondió.- Nunca me falta con quién acostarme.-
- ¡Mira, tú...!- Se alzó de su asiento el inglés.
- Ya, ya. Tranquilos.- Francis los interrumpió.- Estamos celebrando qué mon ami Iggy logró tener sexe con una femme...-
- Hombre.- Habló el ojiverde en lo que le daba una mordida a su sándwich.
- What?-
- Qué me acosté con un hombre.-
Y por un momento, nadie dijo nada. Arthur dejó la comida de lado, sintiendo qué posiblemente sus amigos dejarían de hablarle o ya no quisieran saber de él...
- Ah, ha, ha, ha, ha, ha, ha!- Se echaron a reír ambos rubios.
- ¡Oh, Iggy!- Francis se llevó una mano a la boca.- Ya lo sabíamos.-
- WHAT!?- Gritó molesto.- ¿Cómo que ya lo sabían?-
- Tu mal gusto ahuyenta a las mujeres, mon ami.-
- And you're a freak!- Se llevó las manos al estómago.- Someone que tiene una colección de juegos de té never, ever have a chance with a woman.-
- I'M NOT A FREAK, YOU FUCKING BASTARD!- Golpeó con fuerza la mesa.- ¡Y NO TENGO MAL GUSTO!-
- Pero coleccionas juegos de té, que es señal de que nunca tendrás sexo con una mujer.- Completó el francés.
- FUCK YOU TWO!- Se alzó de la mesa llevándose la comida y encerrándose en su cuarto, en lo que los otros dos estallaban en carcajadas.
- Oh!- Alfred se limpió una lágrima.- Iggy is so funny!-
- I'M NOT A FUCKING BUNNY!- Gritó desde su cuarto.
Alfred y Francis sólo se miraron un segundo antes de volver a reírse con mayor frenesí...
Y a la mañana siguiente, el inglés se dio cuenta de que había subido de peso...
.~o0o~.
Las cosas habían seguido su curso habitual, tan pronto Alfred y Francis dejaron de molestarlo con lo de su primera vez. Pero un día, Arthur notó que el departamento estaba más limpio de lo normal...
- Alfred?- Se acercó al rubio ojiazul, qué estaba acomodando algunas macetitas con pequeños cáctus en algunos estantes.- What the hell are you doing?-
- Ah! Es que invité a uno de mis compañeros de la universidad para qué trabajemos con un proyecto de la clase de psicopatología.- Se llevó una mano a la nuca.- Y quería que se sintiera como en casa.-
- You moron!- Le soltó un golpe en la cabeza.- ¡Lo único que conseguirías es que se enoje y no te vuelva a ayudar jamás!-
- You think so?- Miró la plantita.- But I think que es un lindo detalle.-
- No si quieres llamar su atención.- Se cruzó de brazos, cuando de pronto le cayó el veinte.- ¿Acaso estás tratando de seducirlo?-
- Well.- El rubio ojiazul se sonrojó totalmente.- Es que desde hace unos días empecé a notar su presencia, and he's look so nice, que no he podido sacármelo de la cabeza.-
Iggy suspiró. Ya conocía el comportamiento de Alfred cada vez que intentaba ligar a alguien, por lo que lo único que le quedaba era comer e irse a su cuarto hasta que el área estuviese despejada, ya qué al rubio yanqui le molestaba que hubiese alguien más y le robara la atención de su acompañante, aunque eso nunca había pasado para el temor del americano...
- ¿Y a qué hora va a llegar?- Le preguntó para saber si tenía tiempo para conseguirse un refrigerio para el momento en qué tuviera que encerrarse en su habitación.
- De hecho, creo que ya se tardó.- Se puso triste de sólo pensar que su compañero de clases no vendría.- Hace como una hora que lo estoy esperando.-
No era que le molestaba ver a Alfred decaído, pero tampoco tenía el corazón muerto como para verlo en ese estado. Quiso tratar de consolarlo de algún modo, ya que lo veía como un pequeño hermano menor, cuando se oyó que tocaban a la puerta...
- Yo abriré.- Dijo Alfred con una gran sonrisa en el rostro.
Suspiró con resingnación, ya que ese rubio ojiazul nunca se la pasaba triste más de 3 minutos, al igual que la sopa instántanea. Pudo oír las voces alegres, provenientes del recibidor que se acercaban, por lo qué consideró una grosería el no presentarse con el compañero de Alfred...
- Chema, él es Iggy, mi compañero de departamento.- Oyó a sus espaldas que estaba siendo presentado, por lo que se dio la vuelta.
Más deseó no haberlo hecho, y mucho menos el haber estado ahí...
- Iggy, él es Chema, mi compañero de clases de la universidad.-
Ya qué frente a él estaban nuevamente esos ojos cafés oscuros, esa piel morena y esa sonrisa que era acompañada de un suspiro...
- Hola.- Le extendió la mano para saludarlo como era debido.- Mucho gusto.-
.~o0o~.
La última vez que había tenido una jaqueca o migraña fue un año después de haberse establecido en los Estados Unidos, de eso hace casi ya nueve años. Sin embargo, desde que Alfred comenzara a traer a ese "compañero" al departamento casi todos los días, los dolores de cabeza regresaron para tratar de hacerle la vida más difícil...
Y en parte era porqué ninguno de los dos le había contado a nadie más la manera en la qué se conocieron...
Iggy, apenas llegaba del trabajo, o veía que el moreno estaba en compañía del yanqui, se escondía en su habitación y trataba de quedarse ahí el mayor tiempo posible, tratando de no encarar la situación, la cuál de por sí ya era bastante embarazosa...
Pero había ocasiones en las qué forzosamente debía acompañar a ambos jóvenes, ya sea que fueran a cenar, necesitaban que los llevara a algún sitio o qué tuviera qué estar de niñero de Chema, ya que Alfred olvidaba algunos compromisos y lo dejaba solo en el departamento con la tarea o proyecto en cuestión. Era justamente en esos momentos en qué Arthur lograba enterarse de la situación del moreno; era soltero, de nacionalidad mexicana por nacimiento, y estudiaba la carrera de Psicología Infantil. Pero como había conseguido una beca completa para poder estudiar en suelo norteamericano, Chema no podía trabajar ya qué tenía clases extras así como participar en diversas actividades extracurriculares, siendo que sus padres le enviaban dinero para solventarse los gastos extras...
Y fue precisamente por eso qué participara en aquél experimento: sus padres no pudieron mandarle el dinero en aquella ocasión, por lo qué un maestro le comentó de ello, logrando así librar la situación...
Pero el saber eso no mejoraba en nada las cosas, sino que todo lo contrario. Arthur sabía que todo iba por mal rumbo, en parte porqué conocía las intenciones de Alfred con el mexicano, y por el otro lado, recientemente en sus sueños volvía a recrear el experimento pero con matices más atrevidos y sensuales, frustrándose cada amanecer y darse cuenta de lo que estaba ocurriendo...
- No puedo seguir así.- Se reprochaba en la soledad oscura de su cuarto en altas horas de la madrugada.
Tenía miedo de perder el poco control que le quedaba sobre sus impulsos cada vez que los veía a los dos sentados frente al televisor viendo una película específica para analizarla, riéndose o dándose pequeños empujones. O cada vez que los tres se sentaban a comer a la mesa, observando cómo degustaba la comida con esos labios tan irresistibles y deseables...
Por lo que decidió darle un alto a la situación...
Dando cualquier excusa, se salía del departamento y se encerraba dentro de su auto, aunque en ocasiones lo encendía y se alejaba al otro lado de la ciudad, pasando hora tras hora discutiendo con sus pensamientos...
Iba a dejar que Alfred hiciera su jugada y se quedara con el moreno. No pelería por él, ya que por lógica, Chema se fijaría en alguien de su misma edad...
.~o0o~.
Pero se llega un momento en qué la voluntad se dobla, y el espíritu se doblega, y para Iggy, ocurrió una noche...
Por petición de Alfred, y después de tres extensas películas y un documental, José María Itzae se quedó a dormir en el departamento, ocupando el sofá de la sala...
Había ido a la cocina para buscar algo qué tomar, pasó por la sala y encontró que Chema estaba viendo la televisión pese a que pasaban de la una de la mañana. Y sin darse cuenta, sus pasos lo llevaron al sofá...
- ¿Mmmh?- José María se asomó tras de sí para ver al inglés de pie con un vaso en mano.- Hola, Arthur. ¿No puedes dormir?-
- I'm a little thirsty.- Le respondió incómodo.- ¿Tú no tienes sueño?-
- No.- Le contestó volviendo a ver el aparato.- No logro conciliar el sueño.-
- Ah.- Respondió sin fijarse que se había sentado en el sofá.
No estaba tranquilo, el corazón le latía como loco y creía que le daría un paro cardíaco por estar tan cerca del moreno...
- Oye.- Se volvió al oír al chico hablarle.- Tú, ¿lo has vuelto a hacer?- No quiso responderle, por lo qué el otro continuó.- Tú sabes, eso.-
Eso. Eso tenía nombre, y sin embargo, parecía ser algo innombrable, prohibido. Arthur deseaba ponerse de pie y encerrarse en su cuarto, pero también deseaba quedarse al lado del muchacho y volver a hacer ese experimento, pero en esta ocasión sin compromisos ni contratos...
- N-No.- Respondió con voz temblorosa.- And you?-
- Tampoco.- Y sintió un gran alivio al oírlo.
Chema cambiaba canal tras canal, aburrido. Iggy, disimuladamente, lo miraba por el rabillo del ojo y veía brillar esa piel morena con la tenue luz de la televisión. Cerró los ojos frustrado, desesperado por la situación en la que se encontraba...
- ¿Iggy?-
Se volteó a verlo, y se dio cuenta que estaba a escasos centímetros de su rostro. Casi podía beber su respiración...
- ¿Alguna vez has pensado en mí?-
Siempre, quiso responderle. Todos los días, le quiso decir...
- Porqué yo sí he pensado en ti, un par de veces.-
No pudo aguantar más, tomó con una mano su mejilla y le besó extasiado de volver a sentir sus labios contra los suyos. José María le rodeó el cuello con sus brazos, respondiéndole de la misma manera. Pasaron unos momentos, tras los cuáles, Iggy se separó bruscamente...
- No.- Trató de recuperar su aliento.- Alguien p-podría vernos.-
- No lo creo, hasta acá se oyen los ronquidos de Alfred.- Volvió a darle un pequeño beso.- Y hasta donde sé, no tiene nada de malo.- Lo miró fijamente a los ojos.- ¿No es eso lo qué tú deseas?-
Y ya no pudo más, se abrazó a su cintura, devorando su boca. Una de sus manos le recorría el cuello y le acariciaba los cabellos. El moreno, a su vez, le rodeaba el cuello y le acariciaba el rostro, sintiendo cómo su lengua se encontraba con la del rubio. Arthur lo alzó del sofá, dejando la televisión encendida, y se lo llevó hasta su habitación. José María comenzaba a despojarse de sus prendas y de las del inglés, tirándolas a lo largo del cuarto. Después, el británico lo arrojaba de espaldas contra la cama, y le desabrochó el pantalón en lo qué recorría con su boca la piel morena, oyendo cómo gemía el otro...
- Haz su-subido de pe-peso.- Le contó Chema al momento de quedar ambos desnudos y con el otro encima.
- Shut up.- Y comenzó a morderle el cuello.
Y de un momento a otro, se separaron tras varios besos y mordiscos en la piel. Iggy encontró algo que le sirviera de lubricante, pero Chema tenía otra cosa en mente; empujó al inglés a la cama y comenzó a masturbarlo en lo qué los preparaba a ambos con el sustituto del lubricante. Una vez que se encontraran propiamente preparados, se acomodó encima del británico y se auto-empaló sobre su miembro, dejándose caer con todo su peso, haciendo breves pausas para regular su respiración...
El fuego del momento lo estaba consumiendo por completo, Arthur tomó de las caderas al mexicano, ayudándolo a mantener el ritmo de sus embestidas, que cada vez se salían más de control. Sentía pesada la cabeza y quería claudicar pero no podía hacerlo, necesitaba tanto de ese cuerpo que soñaba con todas las noches poseer y hacerlo suyo, de nadie más. Quiso besarlo, por lo qué violentamente cambió las posiciones de ambos, poniendo de espaldas al moreno, con sus piernas en los hombros. Chema lo tomó del rostro y unió sus bocas en un beso lleno de pasión y deseo; luego sus manos se aferraron a la espalda del inglés, quién arremetía en su interior con estocadas salvajes y haciéndole sentir una infinidad de cosas...
Y empapados de sudor con saliva, afónicos de tanto gritar y gemir, uno derramó su semilla en el interior del otro, y éste justamente enmedio de los dos. Trataron de calmar el pulso cardíaco por medio de su respiración, y el más joven daba pequeños besos al mayor de ellos, recostando la cabeza en su pecho. No se dijeron nada y se cubrieron con las cobijas, cerrando los ojos, cansados y buscando abrigo en el calor del otro...
.~o0o~.
Cuando Arthur despertó al día siguiente, sólo se encontró con una nota...
Se salió de la cama mientras se pasaba una mano por los cabellos alborotados. Se metió a la ducha, repasando una y otra vez el contenido de la nota. Terminó de bañarse y tras vestirse lo suficiente para que no le hicieran preguntas incómodas, se dirigió a la cocina con el estómago demandándole algo de comida. Más se encontró con una, más bien, dos sorpresas...
- Chema nos hizo the breakfast.- Le informó Alfred con una gran sonrisa.
- ¿En donde está?- Le preguntó el rubio ojiverde, sin tratar de oírse preocupado.
- He left this morning.- Le respondió el rubio ojiazul.- Sólo dejó una nota diciendo que tenía clases in the early hours.-
- I see.- Y sintió que el estómago se le revolvía dolorosamente.- Well, comamos.-
- Sure!- Le sonrió alegre el yanqui, ignorante de lo acontecido horas atrás.
Y pese a qué tenía mucha hambre, comió menos de lo que acostumbraba...
"La pasé bien anoche. Nos veremos luego. Adiós."
Pero el inglés sentía qué esa nota decía otra cosa...
"La pasé bien anoche."
"No debimos hacerlo."
"Nos veremos luego."
"No quiero volver a verte."
"Adiós."
"Adiós para siempre."
Y el desayuno, era una forma dulce de confirmarlo...
.~o0o~.
Todos los días que siguieron, fueron horribles dolores de cabeza. No había momento en el cuál se masajeaba las sienes, y se tomara el medicamento prescrito por el doctor, y todo se debía a qué no tenía noticia alguna de José María Itzae...
Al pasar dos semanas, se armó de valor para preguntarle al único qué sabía algo de él...
- ¿Y tu compañero Chema? I haven't seen him in a while.-
- Well, él tiene que atender otras clases, por lo que no vendrá por un tiempo.-
Y le dolía saber que era verdad. José María aún tenía obligaciones y no tenía porqué desatenderlas nada más para verlo a él...
- Why do you ask?- Le preguntó curioso.
- Nada más preguntaba.-
Y no quería saber nada más al respecto ni qué le preguntaran el porqué. No lo soportaría...
.~o0o~.
Una tarde, iba llegando del trabajo. No quiso anunciarse, ya que no tendría caso el hacerlo. Así que abrió la puerta del departamento y lentamente se dirigió a la sala...
- Ah, ha, ha, ha, ha, ha, ha!- Oyó la risa de Alfred a todo lo que daba, por lo que soltó un suspiro y sonrió levemente.
A tiro de piedra se dio cuenta de que el yanqui no estaba solo, a un lado de él se encontraba José María Itzae, sintiendo que el corazón le daba un vuelco, no sabía si de alegría o tristeza. Ninguno de los dos se dio cuenta de que se hallaba ahí, viéndolos fijamente y en silencio, y creyendo que estaban completamente solos, Alfred tomó del rostro a Chema y lo besó...
Retrocedió en sus pasos sin hacer ruido, salió del departamento cerrando sutilmente la puerta y comenzó a andar por el pasillo. Bajó por el elevador, y salió del complejo departamental, dejando que sus pies lo guiaran. Al poco tiempo, llegó a un parque, y dirigiéndose a un bebedero, sacó de sus ropas el frasco con el medicamento con manos temblorosas, y se comió un par de pastillas, dando un trago de agua. Se secó la boca con la muñeca y se sentó bajo un árbol, poniéndose a llorar sintiéndose el ser más desdichado del planeta...
.~o0o~.
Era ya de noche cuando decidió regresar al departamento...
- We need to talk.-
Jamás en su vida se imaginó ver a Alfred tan serio justo como en ese momento, pero ya sabía a qué se debía. Y le molestaba porqué tenía conocimiento de que a él también le gustaba Chema, y aunque tratara de evadirlo, tenía qué dar la cara, hablándolo frente a frente...
- Ok.-
El norteamericano se mordió la uña del dedo gordo visiblemente molesto, trataba de encontrar alguna manera de hablarlo de manera civilizada, pero al sentirse traicionado por una de las personas en las qué más confiaba no podía hacerlo. Se puso de pie y comenzó a caminar como una fiera salvaje que acecha a su presa...
- He told me everything.- Se volvió a verlo, y Arthur pudo ver que sus ojos azules brillaban tanto de coraje, como de dolor.- Why did you do this to me? WHY!?-
El inglés cerró los ojos completamente avergonzado. No le respondía porqué nada de lo que dijera ayudaría en algo. Había traicionado la confianza de Alfred, y eso era algo que no se perdonaría nunca. Él era como un pequeño hermanito, y lo había lastimado de la peor manera...
- ANSWER ME!- Le gritó mientras lo tomaba con fuerza por los hombros, en un aparente intento de sacudirlo.- SI YA LO CONOCÍAS, WHY YOU DON'T SAY ANYTHING? WHY!?-
- Nunca pensé qué ocurriría algo between us.- Le respondió con mucha tristeza. Por más que deseara, no podía arreglar las cosas a como eran antes.- I'm so fucking sorry, Alfred.-
Al ver en ese estado a Arthur, el rubio ojiazul sintió pena por él, pero el dolor de sentirse traicionado era mucho peor...
- THAT'S BULLSHIT, ARTHUR!- Le gritó colérico, dándole de empujones.- ¡TÚ YA SABÍAS QUE I LIKE HIM, Y AÚN ASÍ ME LO ROBASTE! ¡ME HICISTE CREER EN TI Y TE APROVECHASTE DE MI CONFIANZA! YOU THOUGHT I WAS STUPID?-
- OF COURSE NOT!- No podía soportarlo, era precisamente por eso que trató de evitar tener contacto con el moreno.- I DON'T THINK YOU ARE A STUPID, ALFRED!-Se llevó las manos a la cara.- I never think that.-
- Well, pues tienes a spectacular way to show it!- Le picó con un dedo en el pecho.- And I'm sure que te declaraste gay para no estar solo!-
Se quedó frío al oír tales palabras. Si bien lo que le había hecho al rubio ojiazul le dolía, lo que éste le acababa de decir era mil veces aún más doloroso. No tenía caso pelear una guerra perdida, por lo que se dio media vuelta y se dirigió a la puerta...
- No tienes idea de lo qué dices, Alfred.- Y se salió sin voltear atrás.
.~o0o~.
El whisky le quemaba la garganta, y pese a qué con un simple trago se ponía completamente borracho, en esta ocasión necesitaba más que eso para poder calmar lo que traía enterrado en el pecho, sin mucho éxito...
- No esh un eshtúpido, pero esh un fucking idiot!- Se tambaleaba de un lado a otro, dándole otro trago a la botella.- I don't want anything from thish! I don't!-
Las lágrimas corrían de sus ojos, mientras en su mente las voces que creía desaparecidas volvían a atormentarlo. Las burlas, el odio, así como las discusiones entre sus padres y el repudio de sus hermanos lo abrumaban, haciendo qué le doliera con fuerza la cabeza. Temblando, abrió el frasco del medicamento, y sin pensar en las consecuencias, vació el contenido dentro de su boca y las empujó con un trago de whisky...
Realmente, Alfred no tenía idea de lo que había dicho, y le lastimaba mucho a Iggy que no lo entendiera. Siguió caminando y bebiendo, deseando que las voces callaran y que el dolor de cabeza desapareciera. Pero se dobló, llevándose las manos al estómago, al sentir una fuerte punzada. Cayó de rodillas soltando la botella, escupiendo espumajos de saliva, y se dio cuenta de que se le estaba yendo la vida, todo a causa de un experimento. Se desplomó por completo en el suelo, retorciéndose sin poder pedir ayuda a alguien que lo auxiliara. Se estaba muriendo, y le dolía el hecho de que a nadie le importara...
.~o0o~.
Lentamente comenzó a abrir los ojos, con mucha dificultad. No tenía noción de donde estaba y casi no recordaba qué había pasado. Despacio, volvió a parpadear sintiéndose de pronto con un dolor de cabeza que se acentuaba conforme sus ojos se acostumbraban a la luz. Trató de incorporarse, pero había algo pesado contra su pecho que no le permitía moverse con libertad, además de un dolor, con una sensación desagradable y rasposa, en su garganta. Una vez que su visión mejoró, se dio cuenta de que se hallaba en un cuarto de hospital, y qué aquél misterioso peso en su pecho, era nada más ni nada menos que José María Itzae durmiendo y abrazando su cintura...
No tenía ni idea de qué estaba haciendo ahí el moreno, sus ojos se llenaron de lágrimas y lentamente posó su mano sobre sus cabellos. Quiso hablar pero su garganta le ardía demasiado, lo qué le hizo recordar el incidente con las pastillas y el whisky...
- ¿Arthur?- Cuando se volvió a verlo, las lágrimas ya estaban recorriendo su rostro.- ¡Oh, Dios! ¿Estás bien, Iggy?-
Aunque gritar estaba entre sus prioridades, sabía que no podía hacerlo, por lo que asintió con la cabeza, cerrando los ojos, e intentó hablar...
- ¿Q-Qué ha-ces a-quí?-
- Alfred me trajo con él.- Empezó a decir José María y el inglés no pudo evitar un gesto de sorpresa.- Me dijo que no podía venir y verte a la cara solo, además de decir que todo fue por su culpa.-
Tras oírlo, no pudo aguantarlo más...
- It's not his fault! ¡Fui yo, fui yo el único culpable!- Se cubrió la boca con el reverso de la mano.- ¡Y todo por ser gay!-
- Arthur, no creo que eso sea un motivo válido.-
- ¡Lo es! ¡Cuando le conté a mi familia que era gay, comenzaron a odiarme! ¡Mis padres comenzaron a discutir todos los días, y mis hermanos me repudiaban y me maltrataban!- Se cubrió la cara con las manos.- ¡Antes de venir aquí hace diez años, mi papá me corrió de la casa y me dijo que le daba vergüenza que yo tuviera su apellido! I never choose to be gay! I was only a boy! ¡Pero eso no les importó para nada!-
Hizo una pausa en lo que trataba de tomar un poco de aire, nunca antes le había contado a nadie de eso y todo lo guardó en secreto, esperando que nunca nadie se diera cuenta de lo triste que era ser él. Chema le tomó la mano y se la acariciaba con suavidad para tratar de relajarlo un poco...
- Algunas veces, al recordar las miradas de odio y asco de mi familia, deseaba no haber nacido nunca, o ser una persona diferente, but that's imposible, no se puede cambiar ni el destino ni la naturaleza, y era muy cobarde para intentar quitarme la vida, por mucho que lo deseara.- Apretó la mano morena entre la suya.- And sometimes, no sabía qué hacer. Si no fuera por Alfred y Francis, me habría perdido por completo.-
Y guardó silencio, sollozante. Aún quedaba un punto pendiente del cuál hablar...
- José María, tú... Alfred siente algo por ti. Me di cuenta antes de que él lo insinuara.- El moreno lo escuchaba atento.- I... trataba de tener el menor contacto contigo, no quería entrometerme en su camino, pero sólo lo lastimé.- Agachó la mirada.- Y no puedo perdonarme por eso. Alfred es como un hermano menor para mí, aunque a veces me vuelve completamente loco con sus tonterías, pero lo quiero, a lot.-
Se limpió la nariz, era momento de tomar al toro de los cuernos...
- I want you, pero no quiero lastimar a Alfred.- Soltó a José María y se aferró a la sábana del hospital.- I'm a fool, porqué no puedo tomar una decisión.-
Y fue por eso que dejó la última palabra a Chema, fuera lo que eligiera, lo aceptaría sin importarle todo el dolor qué podría acarrearle...
Pero José María sonrió, y acurrucándose junto al inglés, lo abrazó y le acarició suavemente, frotándole los brazos...
- Claro que eres un tontito, ¿qué acaso no te das cuenta de lo mucho que me agrada estar contigo? Sólo aceptaba trabajar con Alfred para poder verte a ti, Iggy.- Le dio un beso en la frente.- Por supuesto qué me impresionó saber que tú eras el compañero de departamento de ese gringo loco, y no dije nada porqué llegué a pensar que a ti te incomodaría que los demás supieran el modo en qué nos conocimos.-
Juntó su frente con la del británico y soltó un hondo suspiro...
- Quería conocerte más, pero cada vez que me evitabas empecé a creer que no podría haber nada entre nosotros. Fue por eso que esa noche decidí decirte lo que sentía día tras día desde que te conocí.- Los ojos de Chema brillaron con un poco de tristeza.- Y no queriendo sufrir una decepción, me fui al día siguiente dejando solamente una nota y el desayuno. Necesitaba pensar un tiempo a solas, ya que no sabría qué hacer si tú me rechazabas.-
- Significa... ¿qué todo este tiempo pudimos haber estado juntos?-
Ninguno de los dos habló. Se tomaron de las manos y unieron sus frentes con los ojos cerrados, sin pensar en otra cosa que no fuera en el otro...
.~o0o~.
Ya habían pasado un par de meses desde que Arthur y José María Itzae se hicieran novios y anunciaran su relación. Alfred lloró por un par de días, e incluso se metía a la misma cama con ellos alegando tener pesadillas, pero al final aceptó que todo se trataba de un simple capricho de su parte de tratar de seducir a un compañero de clases. A Francis no le fue mejor, ya que un ojo morado fue suficiente para mantenerlo quieto y con las manos a la vista...
- Mon cher Iggy, tu novio es alguien de armas tomar.- Dijo sosteniendo una pierna de pavo congelada sobre su ojo inflamado.
A veces, Chema se quedaba a hacerles de cenar al departamento e incluso les preparaba el desayuno al quedarse a dormir con su pareja. En ocasiones, ocurría lo contrario, pero cada vez era menos frecuente, más al ser el moreno quién cocinaba mejor que los otros dos...
- Mejor yo me encargo de la comida, y tú pones la mesa.- Les daba indicaciones.
- ¿Qué tiene de malo mi comida?- Le reclamó Arthur.
- Nothing, pero Joseph's food is so tasty!-
- Cállate ya, gringo loco, y vete a ver si ya puso la marrana.-
- Ok!- Y se salía corriendo del departamento.- Piggy, piggy, piggy, piggy!-
- Al fin solos.- Y se sonrieron los dos.
Y como al tercer mes, tuvieron qué hacer lo más difícil que ocurriría en su relación; conocer a los padres de Chema. Por lo que tras un viaje de dos horas, llegaron a la casa donde se quedarían un fin de semana, tratando de lidiar con los señores Infante...
- No te preocupes, les vas a caer bien.- Trató de calmarlo, a la vez de animarlo, más el inglés estaba muy nervioso.- Siempre han querido tener un gato güero de ojos de color por hijo.-
- A what?- Preguntó confundido Iggy, sin entender porqué los padres de José María querrían tener una mascota por hijo.- I'm not a fucking cat!-
- Me refiero a que siempre han querido tener a un hijo rubio de ojos de color.-
Arthur iba impecable, a diferencia de Chema, que iba bastante sencillo. Traía puesto un traje café con corbata negra, pañuelo, y hasta se había peinado de una manera diferente a la usual...
- ¡Ah!- Suspiró el moreno.- No deberías de tratar de impresionarlos con tu modo de vestir ni nada por el estilo, sólo tienes qué ser tú.- Le aflojó la corbata, mientras trataba de despeinarlo un poco.
Y tal vez fue por los nervios, o un simple impulso lo que hizo que Arthur abrazara de la cintura al moreno para detenerlo...
- Te amo.- Le susurró al oído suavemente, sintiendo cómo se le enrojecían las mejillas.
José María se congeló al oírlo, con una mirada llena de sorpresa, le soltó un golpe en la cabeza...
- WHAT THE FUCKING HELL WAS THAT FOR!?- Le reclamó el inglés sin entender el proceder de su pareja.
- ¡Eres un tonto!- Le gritó de vuelta José María.- ¡Al menos te hubieras esperado a qué conocieras a mi familia, y te hubiera perdonado el qué me dejaras al instante!-
- ¿De qué estás hablando?- Realmente no entendía nada.- ¿Porqué tendría qué dejarte tras conocer a tu familia?-
Y no tardó mucho en averiguarlo. Apenas lo vieron, se le echaron encima, lo llenaron de preguntas, algunas muy incómodas, y trataban de sacarle toda su vida en unos cuántos minutos...
- ¡Ya párenle, es mi novio!- Les gritó Chema, tratando de separarlos.
Y durante la comida no fue mejor...
- Si hubiera sabido que ibas a traer al Tejón Amarillo a casa, hubiera conseguido un juego de té para su colección.- Le dijo en son de broma María José, la hermana menor de Chema.
- WHAT THE...!?-
- ¡María José!- La regañó su hermano.- ¿Qué cosas dices?-
- Es la verdad.- Respondió sonriente.
Y apenas tuvieran un momento a solas...
- Ahora entiendo a qué te referías a eso de dejarte de inmediato.- Arthur trataba de tomar un respiro tras el ajetreo con la familia de Chema, qué ya hasta estaban preparando fecha para la boda.
- Ni que lo digas, antes de ti hubo otros tres que huyendo espantados.- Chema frunció el ceño sin dejar de acaricar la cabecita de su gatita Misifús.- Especialmente tras pasar una tarde con María José. Sólo Dios sabe qué les habrá hecho.-
- I see.- Se llevó una mano a la barbilla.
Pero a Arthur no le pasaba desaperbicido la falta de ánimo del moreno, así que lo abrazó y le dio un beso tierno...
- ¿Qué tienes?-
- Nada. Es... una tontería.-
- ¿Tiene qué ver con el hecho de que te haya dicho que te amo?- El moreno desvió la mirada.- Right?-
Guardó silencio por un instante, luego suspiró...
- Es que yo quería ser el primero en decirlo.-
- Lo hiciste cuando deciste quedarte a mi lado, José María.-
- Sí, pero no es lo mismo. Yo quería que tuvieras un poco más de confianza en mí, y que vieras que soy alguien que estará a tu lado sin importar nada más. Yo...-
- Entonces, dilo otra vez.- Le pidió el inglés.
- ¿Qué cosa?-
- Dime que me amas hasta que te canses de decirlo, o yo ya no quiera escucharte decirlo.-
Sonrieron ambos, ya que se amaban mutuamente...
- Te amo, Arthur "Iggy" Kirkland.-
- Dilo otra vez.-
- Te amo, Arthur. ¡Oh, Dios! No sabes cuánto te amo.-
Y se echaron a reír...
El domingo, después de las doce del día, tanto Chema como Iggy regresaban a casa... con un par de acompañantes más...
- ¿Crees que al gringo loco le agrade su nuevo amiguito y deje de molestarnos?-
- I think so, aunque sólo espero que no le hagan nada malo al mío.-
Iggy volteó a ver la pequeña canastita que llevaba José María sobre las piernas, donde un par de gatitos tomaban una pequeña siesta...
- Creo que Alfred se volverá loco de la emoción.-
En un experimento, hay tanto la posibilidad de tener éxito como de fracasar, pero al final de cuentas todo depende de si se realiza o no.
Fin.
