La noche era tranquila, demasiada, pero aun así le costaba conciliar el sueño. Había ido a dar un paseo de medianoche a la playa para poder relajarse y pensar pero fue totalmente lo contrario ya que lo único que consiguió fue desvelarse. Descalzo siguió recorriendo la playa sintiendo la arena en sus pies, la brisa marina era algo que siempre le había gustado y le hacía acordar mucho a su niñez aunque no fue la mejor. Después de estar un rato largo observando, se removió el cabello y se levantó dispuesto a irse. Fue hasta el nuevo refugio. Aunque ahora operaban en la atalaya, los miembros de la liga les habían dado un lugar donde podían estar cómodos y sentirlo su hogar. Si bien él estaba muy cómodo con Johan y Jay era momento que buscara un lugar propio, su espacio. Se recostó en su cama y estuvo quieto, inmóvil, intentando poder dormirse pero no lo consiguió y volvió a girar buscando otra posición. Suspiro y se relajó, olvidándose de las misiones, de los recuerdos, de las peleas, de todo y todos. Cerró los ojos y lo venció el sueño.

4:49 a.m

Se oyó un grito agudo que lo hizo despertar. Resoplo frustrado, no era la primera vez que ocurría esto, ninguna de las dos cosas.
En una habitación, más lejos que esa, se encontraba una pelirroja. Tenía todos sus rulos en la cara, agitada, poniendo su mano en el pecho mientras respiraba entrecortado. Estaba asustada. Hacía mucho que esa pesadilla se repetía, torturándola cada vez más. Con el paso de los días el sueño cambiaba pero siempre terminaba igual, de la peor manera. Se paró y fue hasta el baño. Se mojó la cara y miro fijamente el espejo. Todavía tenía el corte en la mejilla, se la toco y se estremeció. Los recuerdos de esa misión no eran los mejores, al menos no la mayoría. Largo un suspiro frustrante, por más que intentara no podía sacar de su mente todo lo que había pasado. No creía que eso fuese algo real, la parecía imposible. ¿Desde cuándo se sentía así? ¿Porque había pasado eso? Tenía muchas preguntas en su mente pero ninguna tenia respuesta hasta el momento, y como era la situación no sabía cuánto tardaría en conseguirlas. Se giró sobre sí misma y salió. Se quedó quieta, pensando que hacer. Decidió que lo mejor era intentar volver a dormirse, pero antes quiso tomar un café. Se dispuso a ir a la cocina, abrió la puerta para salir pero se llevó un susto al ver a alguien ahí parado mirándola

-Bart… me asustaste –le dijo al castaño- ¿Qué haces aquí?

-Te escuche gritar, otra vez… -le dijo con un tono de reproche

-Ah sí, lo siento perdón por despertarte

-¿Me dirás que es lo que pasa? –le pregunto mirándola fijamente

-No es nada importante Bart, si? –contesto. Al ver su cara de disgusto susurro- Quédate tranquilo

Suspiro.
Se quedaron en silencio, observándose. Comenzó a ponerse nerviosa teniendo la mirada de Bart sobre si misma, pudo notar su cara de cansancio tal como la de ella. Se acercó más a el. Bart la miraba atento, intentando ver cuales eran las intenciones de la pelirroja.

-Gracias por preocuparte –le dijo mientras acaricio su mejilla, quería y ponerle fin a ese momento, se sentía incomoda y mucho.

Quiso pasar para poder dirigirse hacia la cocina pero un brazo se lo impidió. Levanto la vista para ver sus ojos verdes clavados sobre los suyos.

-¿No crees que deberíamos hablar? –pregunto

-No se dé qué hablas –respondió la pelirroja, nerviosa

-Iris… de verdad me preguntas?

Se lo quedo mirando y resoplo frustrante.

-Bien, hablemos –contesto con una pequeña mueca –pero no aquí, pasa

Bart entro a la cómoda y espaciosa pieza de la pelirroja. Le gustaban mucho los gustos de ella. Se sentó al costado de su cama mientras Iris iba y venía, entrando y saliendo de la habitación. Al final apareció con dos cafés, le entrego uno y se sentó enfrente de él.

-Te escucho -le dijo Iris dando un sorbo a su cafe

-Ya hemos actuado lo suficientemente raro no crees? -Pregunto. Ella asintió con la cabeza dándole lugar a Bart para que siguiera hablando- Tenemos que hablar de lo que paso en la simulación

Iris comenzó a toser al escuchar la ultima frase

-De verdad quieres hablar de eso? -pregunto ella después de tragar rápidamente

-Cuanto tiempo vas a evitarlo?

-Que? Yo quise hablar desde que paso y tu no me dejaste, me ignoraste y te fuiste -dijo elevando la voz, ella no se quedaba callada y menos si pensaba que tenia razon

-Sabes porque me fui! -grito- No podia creer lo que paso, no puedo creer lo que siento

-Disculpa si no soy la persona que esperabas -contesto la pelirroja con mucha ironia

-No me refiero a eso Iris, es muy extraño -dijo bajando el tono de voz- hablemos bien, si?

Iris suspiro y lo siguió mirando

-Como quieras

Bart estaba nervioso. Comenzo a tocarse la nuca y con una sonrisa tonta en el rostro

-Y desde cuando... ya sabes

-Hace poco, bueno no tanto -respondio Iiris al captar rapidamente a que se refería el castaño

-Cuéntame como paso -pidió el

Iris suspiro, hablar de sus sentimientos era algo que no le gustaba. Era fría como su madre, pero decidida como su padre, tenia carácter como ella e impaciente como el. Era una mezcla perfectamente imperfecta.

-Esta bien


Ojala les haya gustado, me gustaría saber que les pareció. Gracias a los que leen