Mikey es un buen hermano preocupado por su hermano Raphael, que no ha estado muy bien de salud últimamente, así que le prepara algo de comer. Pero al llegar a la puerta, escucha una conversación algo ... perturbadora.

Dedicado a mi nueris Nina Cat o Nightcathybrid


IMAGINACION
-Solo debes quedarte quieto Raphael – dijo Leonardo con enfado. La voz de su hermano de azul venía del cuarto de Raphael, y Mikey, que en ese momento le llevaba una sopa de pollo a su temperamental hermano se quedó de piedra en la puerta. Estaba a punto de tocar cuando escuchó la voz de su hermano de rojo.

-¿Quién te ha dicho que te voy a permitir hacerme eso? – dijo Raphael con furia.

-¿Hacerle qué? – se preguntó el de naranja, y con cuidado, dejó la charola con sopa sobre una mesita afuera de la habitación de Raphael y se acercó a la puerta.

-Vamos, Raphael, no tienes por qué tener miedo, sé que no quieres porque la vez demasiado grande, pero si te relajas, va a entrar suavecito y no te va a doler tanto – dijo Leonardo, haciendo que la quijada de Mikey se fuera hasta el suelo.

-¿Qué qué? - el de naranja se acercó para escuchar más.

-He visto más grandes – presumió el de rojo – y no, no le tengo miedo, es solo que… no quiero y punto –

-Vamos, Raphael, solo estate quieto, verás que no es tan malo – insistió Leonardo.

-¿Porqué mejor no lo hace Donie? – dijo el de rojo.

-Donie iba a hacerlo, pero tuvo miedo que no te dejaras como anoche, porque dice que te portaste muy agresivo con él –dijo ahora el de azul.

-Se lo merecía, no tiene cuidado al hacerlo, me dolió mucho.- se quejó el de rojo otra vez.-En ese sentido, debo reconocer que tu eres más cuidadoso al hacer eso -

-Conmigo no te va a doler, ya verás, lo voy a hacer con mucho cuidado, hermanito,- dijo Leonardo con voz suave.

-Si, bueno, dices que no duele, pero si duele y mucho – se escuchó la voz quejumbrosa de Raphael –

-Vamos, hermanito, me lo vas a agradecer después - se escuchó a Leonardo con voz persuasiva.

-Pero es que… ya que entra duele mucho, y luego cuando sale el líquido, arde – gimió Raphael.

En ese punto, Miguel Ángel estaba con todos sus sentidos alerta, no podía creer lo que sus hermanos estaban diciendo, y al parecer, hasta Donatello estaba involucrado.

-Vamos Rapha, hay que hacerlo ya – dijo Leonardo – voltéate boca abajo y descúbrete el trasero –

-Espera, ¿Ya? ¿Así nada más?– suplicó Raphael.

-Deja de llorar, pareces nena – se escuchó a Leonardo.

-¿Te vas a subir encima de mi? – preguntó Raphael.

-Es mejor, así no te mueves tanto – dijo Leonardo.

-¡aaay, me la metiste de una, desgraciado!– gritó Raphael.

-¿Y qué querías? No te muevas o te va a doler más – dijo Leonardo con voz potente.

-¡Aw, aw, sácala, no la aguanto, está demasiado grande, duele mucho!- lloró Raphael.

-No te muevas, todavía no termino, - dijo Leonardo.

-¡Termina de una maldita vez entonces, que me duele! – lloró Raphael.

-¡NO puedo hacerlo tan rápido, el líquido está muy espeso!.- dijo el de azul.

-¡Me duele, aw, me duele mucho, termina ya, Leonardo!.- suplicó Raphael.

-Ya casi… ya casi… ya está terminando de salir todo el … ¿Líquido? -Leonardo se detuvo cuando la puerta del cuarto de Raphael se abrió bruscamente y Mikey cayó en el suelo. Al parecer el joven quelonio de naranja no se dio cuenta cuando recargó todo su cuerpo en la puerta y ésta se abrió.

-¿Qué haces, Miguel Ángel? – preguntó Leonardo encima de Raphael, con una jeringa en la mano.

-Eso iba a preguntarles yo, ¿Qué hacen? – dijo Miguel Ángel serio.

-Estoy inyectando a Raphael, Donie iba a venir, pero tiene mucho trabajo, además, le tiene miedo a Rapha porque anoche que lo inyectó se puso muy agresivo con él – dijo Leonardo mostrando la jeringa vacía en sus manos y bajándose de encima de su hermano - Me subo arriba de él para evitar que se mueva, y es que Donie dijo que ocupaba el antibiótico porque el resfriado ya tenía muchos días, pero Rapha se pone como tú y no se deja inyectar -

-Porque no tienen cuidado, esa cosa duele y mucho – se quejó el de rojo sobándose.- Mira esa aguja, te dije que estaba demasiado grande –

-Yo… este… te… te traje algo de Rapha, sopa – dijo Miguel Ángel nervioso.

-¿Qué trajiste qué? – dijo Raphael.

-que traje Rofa, saphael, digo, que traje... que traje… ay, ya me voy – dijo el quelonio de naranja saliendo corriendo.

-¿Qué le pasa? – preguntó Raphael.

-Ni idea, te quedan otras tres – dijo Leonardo.

-¿¡Cinco malditas inyecciones!? – dijo alarmado el de rojo - ¿Qué creen que mi trasero es de madera o que?-

-Ya, llorón, ni aguantas nada – dijo Leonardo dándole una nalgada antes de salir.

-Te voy a…- dijo el de rojo saliendo tras su hermano, pero Leonardo se le escapó.

Raphael regresó a su cama, preguntándose qué se habrá imaginado Miguel Ángel para poner esa cara.

Fin.