Los personajes, lugares, hechizos y demás, no me pertenecen, son obra de J.K. Rowling.

Hola!, inicialmente ya había publicado mi historia, pero al subirla, hubo unos cambios gramaticales que no le daban mucho sentido, así que, aquí va de nuevo, esperando sea de su agrado

¡Oppugno!

Ella juró no volver a emplear ese hechizo contra él, no después de lo que sucedió la primera vez que lo lanzo amenazando con lastimarlo, cuando ella tenía roto el corazón y él revoloteaba por todo el castillo junto a su conquista.

Por favor, ¡cálmate!, ¡no es lo que imaginas!, son cuestiones laborales que debo de atender. -

Sin dejar de apuntarlo con su varita, ella sintió que las lágrimas resbalaban por su mejilla una vez más.

Si tan solo me dejaras explicarlo, no tendríamos que llegar a estos extremos. -

Solo márchate, márchate y ¡no vuelvas!, enviare tus pertenencias a casa de tus padres. - ella grito con furia, misma que tenía contenida desde que descubrió que Lavender Brown volvía a aparecer en sus vidas, ¿en qué momento ella le fallo tanto para que él, a la menor provocación corriera a sus brazos?

No tienes por qué complicarlo todo…-

Pero todo se había complicado últimamente desde que Ron se volvió uno de los jugadores más importantes de Quidditch, ya no era el mismo, su fanfarronería era demasiada, tenía aires de casanova, aun cuando tenía a su lado a una de las chicas más valiosas de la historia de la magia, nadie podía ser mejor que el pequeño Weasley.

Ella sabía que no merecía pasar por esa situación una vez más, no podía permitir que Lavender volviera a entrar a sus vidas, no a la de ella. Ya lo había perdonado una vez, aquella donde solo "nos vimos para ponernos al corriente", pero ahora, ella podía advertir que había algo más…

Justo cuando Ron se acercaba a tomarla del brazo, con un movimiento rápido ella lo apunto de nuevo y lo pronuncio…

¡Legeremens!

Dicen que, quien busca encuentra, pero Hermione lo presentía, ella lo sentía, sabía que algo había cambiado en Ron esa tarde que regreso a su casa a verla…ese brillo en sus ojos, la sensación de que él se encontraba en otro lado, esa sonrisa que ella no había provocado, algo no estaba bien y estaba a punto de saberlo…

-Seremos padres Ronny!- nuestro amor es real, y dentro de mi crece el fruto del mismo!...

Esto era demasiado, no podía creerlo, esa sensación cuando el pecho se oprime, los huesos se enfrían, el estómago tiembla, si, su corazón se hacía trizas de nuevo…