Boku no Hero Academia/My Hero Academia no me pertenece.

El título es un extracto de la canción Ordinary de Copeland. Así mismo esto está parcialmente inspirado en dicha canción.

KatsuDeku. Relación establecida. Universo Alterno. Distopía. Aged-up. Ambiguo.


Perhaps when the day is new.

Compartir una rutina; despertar en la misma cama, levantarse a las seis de la mañana, calentar el agua y preparar el café, desayunar y salir con rumbo al trabajo entre la muchedumbre de las ocho de la mañana; fingir ser un buen compañero y convivir con el resto de personas en la oficina, trabajar hasta el anochecer y tolerar al malhumorado de su jefe, regresar en el tranvía y evitar caer dormido para no perder la parada; llegar al departamento, cenar, tomar una ducha y echarse en la cama para descansar con la persona de siempre.

Levantarse tarde los fines de semana, ver su rostro dormido, contar las pecas en sus mejillas y tocar sus largas y abundantes pestañas; verlo despertar somnoliento con esmeraldas nubosas, darle los buenos días y quedarse unos minutos más recostados en la cama; besar sus tiernos labios con notoria pereza y acurrucarse a su lado; ver su sonrisa cálida y abrazarle como de costumbre mientras el mundo se fractura a su alrededor.

Una vida ordinaria, junto a una persona ordinaria con un amor ordinario.

No suena tan mal.

Se levanta y desde el borde de la cama mira a su compañero dormido, ve sus quebrados rizos verdes aplastados contra la almohada y tiene la urgencia de acariciarle; ve su espalda parcialmente cubierta con la sábana y enumera las marcas púrpuras sobre su piel, observa los mapas que se extienden en su epidermis y quiere memorizarlos; pero debe embotellar sus ansias, no es el momento de derramarlas.

Abandona la cama y se asoma por entre las cortinas que cubren la única ventana en la habitación. Tienen el tiempo encima y sabe que deben irse de ahí.

Pero está cansado.

Escucha el colchón crujir y al voltear encuentra al de cabello verdoso apoyado en sus antebrazos, bostezando y buscándole con la mirada.

—...Buen día Kacchan —su voz es ronca, sus párpados están hinchados y sus ojos empañados.

No responde su saludo, las palabras están atoradas en su garganta y sólo atina a sostener su mirada de jade con la escarlata suya.

—¿Pasa algo? —el sueño parece desvanecerse de su rostro y siente que la garganta se le cierra.

¿Cómo decides compartir una vida con alguien?, ¿cuánto debes amarle para permitirle ser parte de tus hábitos?

Nunca se había detenido a pensar en eso pero se acuerda que alguna vez le preguntó a su madre. Esa vez ella sonreía de una forma que nunca había visto y recuerda haber pensado que realmente debía amar a su padre.

Es la persona con la que elegí pasar el resto de mi vida.

A través de la ventana el mundo se desbarata sin embargo en ese momento no podía importarle menos, si pudiera detener el tiempo lo haría, si pudiera amarlo más de lo que ya lo hace lo haría, si pudiera compartir el resto de su vida con él lo haría.

—¿Compartirías tu vida conmigo? —las palabras salen antes de que se percate, debería retractarse de haberlas dicho pero en realidad no se arrepiente.

Las esmeraldas reverberan y la sonrisa que le dedica es simplemente hermosa, piensa que así debió sentirse su padre cuando su madre le hubo aceptado.

No sabe cuánto tiempo es el resto de sus vidas, podría ser mañana o incluso esta misma noche pero si puede ver ese gesto durante lo poco o mucho que les queda entonces al diablo con el mundo.

Pondrá oro en su mano y esperará que cuando sea un nuevo día todo sea igual que ayer.


Me gustan los universos distópicos.