Pov. Bella

Es un día como otro cualquiera, en serio, odio la monotonía. Mi nombre es Isabella Marie Swan, pero prefiero que me digan Bella. Isabella es demasiado formal para una muchacha de 24 años que acaba de finalizar la universidad. Me gradué en Psicología, es mi pasión. Vivo en Nueva York junto con mi hermana melliza Alice y mi mejor amiga Rosalie Hale. Alice, bueno, Alice es Alice.

Parece mentira que seamos mellizas. Ella es baja más o menos de 1,50 cm, su cabello es negro como el carbón, y su piel es pálida cómo el mármol, sus ojos son verdes – de mis abuelos- . En eso sí nos parecemos, mi piel es tan blanca como la suya pero mi cabello es de un marrón muy bonito – según me han dicho – y mis ojos de un color café que –según me han dicho también - que son muy bonitos.

Rosalie es Rosalie. Es una rubia despampanante con todas sus palabras. Con unos ojos azules como el cielo. En fin, podía ser perfectamente una modelo. Pero Rose no era una rubia tonta sin cerebro como todas las rubias. Tiene 25 años recién cumplidos.

Rosalie tenía un hermano mellizo llamado Jasper. Este era como su hermana pero versión hombre. Era exactamente igual a Rosalie. Jasper era y es el amor platónico de Alice. Pero lo que ella no sabe, pero que yo sí se, es que Jasper ama locamente a mi hermanita. El no quiere confesar su amor hacía ella ya que dice que puede perderla y él no quiere eso ya que son muchos años juntos.

Estaba tan metida en mis pensamientos que no me di cuenta de que se abría la puerta de nuestra casa de dos plantas. Era Rosalie que venía de comprar, cómo no.

- ¡Hola, Bella! ¿Cómo te ha ido el día? – Preguntó Rose.

-¡Hola, Rose! Ya sabes. Ir a al hospital, tratar a los pacientes. Otro día monótono, como no. – dije con voz cansada de tanta monotonía - ¿Y a ti?

- Qué aburrido es tu día a día, de verdad, Bella. No sé cómo puedes soportar todos los días lo mismo una y otra vez. Bueno como puedes ver he salido a hacer unas compras ya que no podía aguantarme a mí misma del aburrimiento que tenía encima – Dijo Rose.

- Por lo menos tu día no es tan aburrido como el mío. ¿Y que has comprado? – Dije yo, simplemente por entablar conversación.

- Un par de cosas sin importancia. ¿Has preparado el almuerzo? – Esta mujer para tener el cuerpo que tiene no veas como come la muchacha.

- La verdad es que Alice ya viene para acá con "su" Jasper y nuestra comida. Será mejor que la llamemos se esta tardando. – Dije yo cogiendo el teléfono. En ese momento apareció una Alice muy feliz – eso era normal en ella – pero con una sonrisa de boba en la cara y con Jasper pisándole los talones con ¿La mano de Alice entre las suyas? Esto es muy raro.

- Alice, Bella, vamos a servir la cena. Jasper espéranos aquí ¿vale? – En eso ya estábamos en la cocina.

- Mary Alice Swan, ¿Qué se supone que era eso? – Dije yo con mi voz teñida de sorpresa.

- Chicas, aquí no, por favor, ¿Por qué no hacemos una fiesta de pijamas y os lo cuento? – Dijo mi pequeña Hermani-Duende.

-Qué más remedio – Dije yo a sabiendas de que Alice no iba a soltar prenda.

- Vale – Contestó Rose, supongo que sacó la misma conclusión que yo.

- ¡Gracias chicas! – Se abalanzo sobre nosotras.

Preparamos la mesa para comer los cuatro mientras que hablábamos de cosas sin sentido.

Alice y Jasper trajeron comida del chino, comida que me encanta.

Yo tenía tallarines con gambas, mientras que Alice tenía pollo con curri y un poco de arroz blanco. Jasper comía arroz tres delicias y Rose un menú completo.

Mientras que yo fregaba los platos con Rosalie en un tranquilo silencio, se escuchó el motor de un coche. Más que un coche era un camión de mudanzas.

Qué emoción. ¡Vecinos nuevos! – Rose es muy sociable y simpática y es una persona con la que puedes entablar una conversación en un santiamén.

Hui, sí. ¡Qué emoción! – Dije yo con sarcasmo. Yo era totalmente diferente a Rosalie ya que yo era muy tímida y me sonrojaba con demasiada frecuencia.

¿Vamos a darles la bienvenida? – Rose igual que siempre. Con tal de conocer chicos guapos…

¿Qué tal si le dejamos que se instalen hoy y mañana le vayamos a visitar los cuatro? – Le devolví la pregunta

¡Vale! – ¡Cuánta efusividad tiene esta mujer!

Vayámonos al salón a pasar la tarde entre palomitas y películas ¿te parece bien?

Nos encontrábamos viendo una película titulada: Tiana y el Sapo. La película era muy divertida sobre todo cuando el sapo se relame los labios para besar a Tiana. Estábamos ya terminando de ver la película cuando entro mi Hermani-Duende.

-¡Chicas es la hora de la fiesta de pijamas! Vamos al cuarto de Bella que es el más grande.

Ya en mi cuarto no sentamos todas en mi cama en silencio hasta que Rose y yo la atosigamos de preguntas. Mi pobre hermana no entendía ninguna pregunta ya que nosotras lanzábamos pregunta tras pregunta.

-¡Parad, por favor! – Gritó Alice. Instantáneamente nos callamos. – Gracias. Bueno como no paráis de hacer preguntas sin que yo las pueda responder, os lo diré todo. ¿vale? – Asentimos mirando fijamente a Alice. – La verdad es que todo fue muy rápido pero a la vez romántico. Estaba pidiendo la comida con Jasper a mi lado, cuando de repente entró un hombre bien fornido que se me hacía familiar. Pero bueno, me empujó y yo caí en los brazos de Jasper. Lo siguiente que recuerdo es que el tenia sus labios contra los mios dándome un gran beso delante de todo el restaurante chino y la gente empezó a aplaudir. Entonces cogimos nuestro pedido y salimos a la calle cogidos de la mano. En ese instante Jasper se paró y me miro a los ojos y me dijo todo lo que sentía por mí. Me dio otro gran beso lleno de amor, el cual yo correspondí. Cuando nos separamos para respirar le dije que lo amaba más que a mi vida. Y bueno como ya supongo que habréis supuesto ¡Me pidió que fuera su novia! ¡Qué ilusión! – Terminó de relatar su relato Alice.

- ¡Ah! – Gritó Rose – ¡Somos cuñadas!

- !woo! Por fin, Alice. Pensaba que no te lo diría jamás. Me alegro por ti, hermanita.

Era muy tarde así que decidimos irnos a dormir. Todas a mi gran pero innecesaria cama.