Disclaimer: lo que es de George Martin, a Martin. Queremos un 2015 con Vientos.
Este fic participa en el especial navideño del foro Alas Negras, Palabras Negras, tu mejor foro de Canción de Hielo y Fuego en español.
Para Natalia, que esperamos ver mucho por el forito porque es un amor de persona.
"La vida de los muertos está en la memoria de los vivos." Cicerón.
La Reina de Nada
Mamá tiene los ojos tan turbios como el mar. Hoy el Dios Ahogado recuerda las muertes de mis hermanos y las de los hijos del hierro que fueron asesinados por los hombres de las tierras verdes. Eso me han dicho. Está furioso. Mamá lleva horas observando como su cólera azota las olas y las envía a morir contras las afiladas rocas de Pyke.
Se han llevado a Theon y no lo volveré a ver, mamá sabe que no lo volveremos a ver. Bastó un solo día para perder a sus tres hijos varones. Ahora solo le quedo yo. Supongo que ninguna madre está preparada para eso, que contemplar cómo las vidas de Rodrik y Maron se escapan hasta el último de sus alientos fue castigo suficiente para ella, no era necesario que nos quitasen a Theon también.
Hoy en las islas estamos de luto porque han apagado nuestras hogueras e incendiado nuestros sueños. Se han colado en nuestras casas y han resquebrajado hasta la última de nuestras esperanzas, se han cobrado con vidas el altísimo precio de la libertad. Me parece que es algo parecido a la ironía. Somos saqueadores, nos lo enseñan desde que logramos mantenernos en pie sobre la cubierta de un barco, tomamos sin pedir permiso aquello que queremos. Hoy los hombres de las tierras verdes han tomado vidas, esperanzas y sueños, han cogido a Theon y se han ido sin mirar atrás. Han dejado a mi madre sumida en el más gris de los desamparos, una madre que ni me habla ni me entiende, la demostración de que se han apagado incluso los fuegos que nos mantenían fuertes.
Recojo el hacha de mi padre del suelo y me voy. Sí, yo también me voy, me alejo. No deseo esto. Con el hacha en la mano soy tan fuerte como Nagga, el dragón del mar. Mi padre sí me mira, con los ojos acuosos, como si tuviese un mar embravecido en la mirada, y comprende que solo yo sigo en pie.
