N/A: Esto es un conjunto de drabbles con sólo algo en común, un lugar.

Utilizó Gilbert, en vez de Prusia, porque el fic se ubica después de su disolución.

*Isba: cabaña en ruso.

Disclamer: Hetalia no me pertenece, ni me apetece que lo sea, no sería lo mismo. Hago fics por gusto, no porque me den una compensación monetaria

Entretenimiento.

Eran las doce del día. Un hombre albino miraba por la ventana de la cocina desde el desayunador.

Obscuridad, eso era lo único que lograba alcanzar su vista hacia fuera. Estaba seguro, que si alumbraba las penumbras no podría ver más allá que el inicio del bosque.

Gilbert suspiró aburrido, mientras tomaba el chocolate de la mesa. A veces le apetecía tomarlo, en especial esos días que el sol parecía esconderse para siempre en el horizonte.

Una luz surgió lejanamente como una luciérnaga, poco a poco se hacía más grande.

Se levantó, tomó una taza de la alacena, la lleno con chocolate y se paró junto a la puerta. Pronto dos golpes lo hicieron abrirla para dejar pasar al dueño de la vivienda.

Un hombre de cabello rubio cenizo, de ojos violetas y piel pálida, entró cubierto de nieve.

-¡Hasta que llegas! ¡Me estoy congelando!- reclamó en cuanto tomó un paquete de trozos de madera que portaba Rusia y los echaba a la chimenea para prender un fuego.

Mientras tanto, el más alto cerró la puerta tras quitarse las prendas húmedas y colgarlas en el perchero.

Gilbert se levantó sonriente al haber logrado prender el fuego, al parecer la madera todavía no había absorbido demasiada agua. Levantó la mirada al ver a su lado los pies descalzos de Iván, quien sostenía dos tazas en la mano junto con una sonrisa muy leve.

-Espero que con esto podamos retomar nuestras actividades- dijo entregándole una.

-Sí- respondió el ex – país al sentarse en uno de los dos sillones frente a la chimenea.

Rusia sonrió. Él también debía terminar una lectura.