Aquí llegó esta escritora amante de esta pareja con una nueva historia. Aunque en vez de historia, más bien serán one shots que nada tendrán que ver entre ellos. Miren, me vino así de golpe, la idea :p
Disclaimer: Naruto pertenece al fantástico Kishimoto, yo sólo tomo prestado sus personajes para crear mis propias historias. Muchas gracias, Kshimoto-san
Retratos de vida
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Capitulo 1
El brillo con sabor a fresas
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Una camisa de manga corta blanca, con dos líneas azuladas en el borde de las mangas, un pañuelo rojo atado alrededor de cuello que se unía con un gancho sobre su pecho, una falda corta y azulada, unas medias por sobre la rodilla blancas y unos zapatos marrones.
Hinata volvió a suspirar delante del espejo. Esa ropa no estaba hecha para ella y nunca lo estaría. Se sentó en el tocador y suspiró de nuevo. Estaba molesta, y mucho. No entendía porque Tsunade había ordenado que las chicas llevaran uniforme para ir a clases. Los uniformes no estaban hecho para entrenar, y también molestaban para correr…no podías hacer nada con ellos!
Si dabas un salto, la falda, ya corta de por sí, se subía y mostraba tus braguitas, si te estirabas, la camisa se subía y mostrabas el vientre…y Hinata odiaba mostrar su cuerpo.
Odiaba su cuerpo.
Para empezar, era pálida, casi como una muñeca de porcelana, sus ojos, grandes con abundantes pestañas, pero también blancos, su nariz, respingona, sus mejillas, siempre coloreadas, sus labios…porque siempre se veían tan rosados? Su cabello, bueno, de su cabello no diría nada, amaba su cabello, largo y liso, casi rozando su trasero y de un color entre negro y azulado. El color que había heredado de su madre. Tras eso llegaba…su cuerpo. Otra cosa que tampoco le gustaba. Y es que, empezando por sus pechos, no se había desarrollado demasiado pronto? Tan solo tenía 17 años, porque tenía esa "considerable delantera"? Sus amigas siempre decían estar celosas de ello, pero Hinata sentía que eran lo más incómodo que una mujer pudiera tener. Claro estaba, no era que tuviera mucho, pero para su edad…era mucho. Luego un vientre plano, cintura estrecha y caderas algo amplias, sus piernas…
Bufó de nuevo, porque lo peor, peor de todo, antes que su cuerpo y su cara era su estatura. Porqué solo debía de medir metro cuarenta y siete? Si, no es que fuera algo fuera de lo normal pero…porque sus amigas median sus metro cincuenta, cincuenta y tres y ella tan solo…eso?
Apoyó sus codos sobre el tocador y la cabeza sobre sus manos. Si, también lo sabía, tenía una autoestima muy bajo, pero…como no tenerlo cuando tu familia está compuesta por una hermana fuerte, bonita, de fuerte carácter, un padre alto, fuerte y muy elegante, y un primo alto, fuerte y muy atractivo.
Ella era la diferente en esa casa.
Bufando, se miró en el espejo unos segundos, terminando por sonreír. Si, podía quejarse mucho de su cuerpo y carácter, pero lo había heredado todo de su madre, y le encantaba.
Mamá, no estoy molesta contigo. Solo…no me siento a gusto con este cuerpo. Creo…que es demasiado para una chica como yo.
-Hinata-chan!-desde el piso de abajo, su hermana la llamó. Ella se levantó de la silla, agarró eso que había comprado, lo metió en su mochila y antes de despedirse, se inclinó sobre una foto.
-Me voy, mamá- dijo sonriendo.
-¡Hinata-chan llegaremos tarde!
-¡Sí!-y salió de la habitación.
En el camino, ninguno de los tres habló mucho. Era normal. Ni ella, ni Hanabi ni su primo Neji eran de aquellas que preguntaban "que tal el día" o el "cómo te ha ido"; más bien, eran de esos que hablaban cuando creían conveniente.
¿No era nada malo, verdad?
Y siguió su camino, sonriendo.
En el instituto Konoha no se hablaba de otra cosa que no fueran los nuevos uniformes. Tanto chicos como chicos los llevaban. Unos de manera informal, otros mostrando más de lo debido, algunos mal puesto, otros añadiendo de más.
Un grupo estaba de acuerdo en llevarlos, otras no. Simplemente chicos si, y chicas no. Y ella estaba entre las que no. ¿Cómo podían entrenar con ello puesto? Además, porque los chicos sí que estaban de acuerdo? No lo entendía.
Y las clases durante las primeras horas pasaron largas y muy lentas, todos deseando que por fin llegara el rato de descanso.
Hasta que por fin sonó y todos salieron al aire libre.
Hinata terminó de meter las cosas en su mochila, cuando del bolsillo de esta cayó algo al suelo. Ella lo recogió y lo mantuvo en su mano, observándolo.
Un brillo labial.
No sabía porque lo había comprado. Ella no era de las que se maquillaban, sentía que se lo hacía, quedaría aún más extraña de lo que ya era.
Quizá debería regalárselo a una de sus amigas.
-¿Qué es eso?- preguntó alguien quitándoselo de la mano-Hinata…-exclamó sorprendida al verlo mejor la chica.
-Buenos días, Ino-chan-saludó ella
-¿Te compraste este brillo?-la rubia se sentó en la silla de enfrente, lo destapó y lo olió- fresas,
-¿Quieres quedártelo?-Ino miró a su amiga- yo…no creo que me lo ponga- y bajó la cabeza, sonrojada
-¿Por qué? ¿No te gusta?- la peliazul negó
-N-no me queda.-murmuró-y pensé que…si tal vez lo utilizabas tú…
-¡Hinata-chan!-exclamó su amiga rubia, plantando la mano sobre la mesa-Otra vez te estás infravalorando.
-N-no lo hago- miró a un lado-p-pero ya sabes que…a-a mí no…
-Hinata, mírame.
La peliazul dudó un poco, pero lentamente, desvió la mirada hacía la rubia, que en un segundo, la agarró de la cara y pintó sus labios con el brillo.
Las chicas que todavía estaban en clase, miraron con una gota tras la nuca como Ino pintaba los labios de Hinata, muy a contraparte de la otra.
-Listo- dijo Ino, soltando su cara y observando feliz su rostro- te ves muy linda Hinata- y tapó el brillo-ahora todos los chicos estarán a tus pies en tan solo un abrir y cerrar de ojos.
Hinata, haciendo un puchero, subió la mano para quitárselo pero esta se la agarró y acercó su rostro al suyo, con una mirada que la asustó.
-I-ino-chan…
-Ni se te ocurra quitártelo, ¿me oíste? Porque como lo hagas me encargaré de comprar uno que no se vaya nunca.
-S-si - e Ino la soltó, sonriendo de nuevo.
-Perfecto. ¿Vamos a comer?- le devolvió el brillo y se alejó de la mesa dando pequeños saltitos. Hinata la siguió con la mirada.
Quería mucho a Ino, pero a veces, era demasiado terrorífica. Olvidándose de eso, se guardó el labial en el bolsillo, agarró su bentou y salió tras Ino, que de nuevo se había ido olvidándose de ella. Suspiró y empezó a caminar, pensando en que tal vez estuviera en la cafetería.
Los pasillos estaban desiertos, ya que todos los alumnos había salido al patio, y Hinata pudo caminar libremente por los pasillos, tarareando una canción. Algo que normalmente no haría, ya que era demasiado tímida para hacerlo.
-Yoru no sora ni matataku Tooi kin no hoshi …-siguió cantando, mientras hacía el camino hacia la cafetería- Yuube yume de miageta Kotori to onaji iro Nemurenu yoru ni Hitori utau uta….watar…
-Hinata- Hinata se detuvo al instante, subiéndole el color a las mejillas.
No, no podía ser. No podía ser…él.
-Increíble-exclamó el chico, pasando a ponerse delante de ella.-¿Hinata-chan?-se extrañó este al verla con los ojos cerrados.
Hinata abrió los ojos, topándose con los ojos y la persona que menos quería que la descubriera de esa forma.
Naruto Uzumaki, el chico del cual estaba profundamente enamorada.
-N-naruto-kun…-balbuceó muy nerviosa y avergonzada- n-no sabía que estabas aquí…
-¡Nah! Kabuto-sensei volvió a regañarme- masculló molesto, pasando los brazos tras la nuca -es un pesado.
Hinata asintió, bajando su mirada. Naruto y ella eran del mismo curso, solo que él iba a la otra clase, junto con su primo y sus amigos Kiba y Shino. Ella hubiese deseado poder estar en la misma clase que él, de esa forma, su relación quizá…fuera de algo más que amigos…quizá.
-Y tú, ¿por qué estás aquí? ¿También te castigaron?- preguntó él, a lo que Hinata negó.
-Estaba buscando a In-pero la mano del chico parada delante de su cara la detuvo-¿q-que?
Naruto estaba olfateando el aire.
-¿Na-Naruto…?-el rubio la miró y ella bajó la cabeza, sonrojada. Naruto se acercó más a ella y Hinata se encogió.-Q-que...
-No hables- murmuró él acercando su rostro a su cuello, el cual volvió a olfatear.
El bentou de Hinata cayó al suelo, haciendo un gran ruido, pero Naruto siguió olfateando; su cuello, su ropa, incluso su cabello...Hinata, con sus mejillas arder, pensó que en cualquier momento se desmayaría. Y de bien poco que no lo consigue, sino fuera por la sorpresa, cuando Naruto se detuvo en sus labios, muy cerca, casi rozándolos.
-Eso es…-y terminando con esa pequeña distancia, le lamió los labios y la besó. Suave y despacio, saboreando sus labios, pasando la mano por su cintura y pegándola a su cuerpo. Hinata se agarró a su camisa, consciente de que le estaba devolviendo el beso, quizá algo más torpe, pero sintiéndose feliz y como en un sueño.
¿Por qué era un sueño, verdad?
Naruto mordió su labio inferior, como si de comida se tratara, saboreando lo poco o nada que quedaba de aquel brillo en sus labios.
Se separó, aunque no mucho, deseaba continuar…un poco más.
-¿Tienes más?-preguntó, volviendo a oler al aire.
-¿Eh?-Hinata sintió como metía la mano en su bolsillo y de ahí sacaba el pequeño brillo. Se sonrojó cuando él lo sacó-N-no es…yo quería dárselo a-a Ino…pero…
-No lo hagas- con una sola mano, destapó el brillo y aspiró aquel dulce aroma. Una sonrisa cruzó sus labios y la miró -déjame…intentarlo- acercó el brillo a sus labios y los pintó con tal cuidado que sorprendió a Hinata. Otra vez volvió a sonreír, mirando sus labios como si de una obra de arte hubiera terminado de pintar —perfecto – dijo antes de volver a saborear sus labios, sin darle tiempo a reaccionar.
Esta vez, se separó más pronto, dejándola algo insatisfecha al separarse tan rápido. Naruto, sin dejar de sonreír de esa forma, decidió probar algo más.
-Me pregunto cómo sabrá si…-y con delicadeza, pasó el brillo desde su cuello hasta casi cerca de su clavícula. Hinata se estremeció cuando sintió lamerlo y se agarró fuerte a su camisa, sintiendo sus piernas desfallecer
-N-Naruto…-el rubio, todavía sujetándola por la cintura, sonrió mostrando sus dientes, descendiendo hasta llegar a su clavícula.
Separó sus labios de ahí y alzó el rostro, sonriendo al ver su estado.
-Sabes, Hinata-Naruto quitó su brazo y cerró el brillo- creo que esto, te lo confisco-y se lo metió en el bolsillo.
Hinata se soltó de su camisa, sonrojada como un tomate y alejándose un poco.
¿De verdad, acababa de besarse con Naruto? Ni ella misma se lo creía. Porque, todo tenía que ser un sueño. Un maravilloso sueño del cual despertaría en cuanto el despertador empezara a sonar.
Naruto, sin dejar de sonreír observaba a la chica. De seguro que millones de cosas estaban pasando por su cabeza. Millones de preguntas que él estaría dispuesto a responderle…más adelante.
-Hinata-chan- le alzó el rostro por el mentón-por el momento, solo puedo decirte que esto no es un sueño. -Hinata volvió a sonrojarse al verse descubierta, cosa que le divirtió- y tampoco…que esto no termina aquí- le besó de nuevo de forma momentánea y se separó de nuevo- la próxima vez que quieras tú brillo, házmelo saber- y le guiñó el ojo-estaré encantando de devolvértelo.
Dio media vuelta y alzando solo su mano se despidió.
-Nos vemos.
En cuanto desapareció de su vista, Hinata cayó sentada al suelo, con las piernas a cada lado. Puso la mano sobre su pecho y notó su corazón latiendo acelerado al igual que su respiración. Sus mejillas sonrojadas y sus labios, todavía con el calor de los de Naruto.
Sonrió. Poco a poco fue apareciendo una sonrisa en su rostro y sus ojos empezaron a humedecerse.
Se había besado con Naruto. Por fin, su más deseado sueño se había cumplido.
Naruto…le había…Detuvo ese pensamiento y toda avergonzada alzó la mirada hacia el pasillo.
Acababa de recordar que ese brillo que compró solo tenía olor, más no sabor.
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¿Fin?
Y como podréis ver, es el mismo capitulo sólo que lo he subido a esta sección de one shots. Al tener tan pocos reviews, pensé que sería lo mejor jeje. Espero que no os moleste que lo haya cambiado :P
pd: Haré el Fic en two one-shot (cómo estaba)
