DISCLAIMER: Nada de esto me pertenece. Sólo escribo sin animo de lucro como entretenimiento.
Personajes: Hinata Hyuuga, Naruto Namikaze.
Pareja: NaruHina.
Advertencias: AU
Frase / Palabra: Novela rosa.
Novela rosa.
Hinata es callada, un fantasma que podría pasar desapercibido en cualquier lugar, invisible. Nadie le da nunca importancia, y ella tampoco la pide, ¿por qué iba a hacerlo, cuando la más mínima mirada vuelve su cara de un alarmante tono rojo?
Sin embargo, hay veces, sentada en la mesa del comedor, con Kiba y Shino a sus flancos, uno hablando animadamente y el otro dedicándole miradas apáticas tras sus gafas de Sol, en las que a la pequeña Hyûga sí que le gustaría ser notable.
Y es que le ve ahí, brillando como una supernova, con una sonrisa que le ocupa toda la cara, gesticulando con las manos y riendo estruendosamente, así que, ¿cómo no querer que la mire y le dedique al menos un pensamiento? ¿Dejar de ser la chica callada, la invisible, para volverse alguien importante de su vida?
Por supuesto, eso no pasa nunca. Naruto Namikaze está demasiado ocupado con sus amigos, es demasiado él mismo, como para notar la silenciosa presencia de la chica que le mira con sus ojos plateados.
(Esa chica que lleva enamorada de él toda la vida. Sí, esa.)
~O~O~O~O~O~
Cuando comienza a hacerlo, no hay nada de película romántica. Su vida no es una de esas, ojalá.
No se cae para que él la coja en brazos, no le pide ayuda con los deberes, ni siquiera sonríe de esa forma especial, tan suya que consigue un temblor de piernas por parte de Hinata.
No, simplemente la observa fijamente unos instantes antes de tenderle el blog de dibujo que a ella se le acaba de caer en medio del pasillo. Kiba y Shino la esperan algo más adelante, y el primero parece estarse impacientando aún cuando solo lleva aguardándola unos segundos.
—Se te ha caído ´ttebayo.—Señala lo obvio.
Hinata solamente baja la mirada, sonrojada hasta el punto de que podría hervirse agua en su cara, luego toma el blog, apretándolo en su pecho como si se tratara de un escudo (aunque no puede proteger un corazón que ya le han robado), y asiente con la cabeza rápidamente un par de veces, la voz que le sale es demasiado aguda, demasiado rápida:
—¡Gr-Gracias!
Y no hay más. Ni miradas cómplices compartidas ni guiños de ojos, mucho menos intercambio de números o promesas de futuras citas. Ella se gira y avanza a toda velocidad hacia sus amigos, mientras Naruto le lloriquea a Sakura Haruno sobre lo horrible que es la clase de biología.
Sin embargo, hay algo en lo que las autoras de novela rosa y Hinata concuerdan: Su corazón va tan rápido que parece ir a salírsele del pecho.
~O~O~O~O~O~
Luego, viene la siguiente vez. Hinata tiene las manos manchadas de pintura, ese día, y es que hay algo que poca gente sabe de ella: Adora dibujar, con todo su alma y todo su corazón, probablemente sea la única forma de escapar de la realidad, su monótona vida cobra algo más de color, matices.
Le gusta el naranja. Probablemente porque lo relaciona inmediatamente con Naruto, ya que su tono es tan vívido, tan alegre, tan llamativo como el mismo Namikaze. Por eso, muchos de sus dibujos cuentan con gamas enteras de éste color: Atardeceres, le encanta intentar pasarlos al papel.
Aunque debe admitir, y lo hace, que su blog está lleno de tantas cosas que sería imposible ordenarlas. Bocetos de Hanabi, Kiba, Shino, Neji y Naruto pueblan una hoja tras otra, pero eso no importa, realmente, tampoco tiene mucha relevancia en la historia el contenido de su cuaderno.
Sí lo hace el que sus manos presenten manchas naranjas, verdes y azules de las que ella ni siquiera tiene consciencia. Anoche durmió con ellas, al irse a la cama tarde, y esta mañana iba tan apurada que siquiera las notó.
—¡Hey, ¿qué es eso ´ttebayo?!—Sí lo hace Naruto, sin embargo, y es entonces cuando Hinata las mira.
Podría morirse de vergüenza, ahí mismo. Quiere hacer plop y desaparecer en una voluta de humo, que la tierra bajo su pupitre se abra para tragársela mientras esos ojos azules la miran, y ella podría morir en paz. Se hunde en su silla, y es que nunca pensó que su manía de tener las manos sobre la mesa pudiera llevarla a esa situación.
Naruto, que se sienta en el pupitre de delante, sigue esperando una respuesta que ella no sabe darle. Hinata se tira de las mangas de la blusa, azorada.
—Pin-Pintura… —Responde al fin, avergonzada. —Ayer estuve con…con un cuadro.
Naruto asiente, como si eso fuera interesante, y ella lo nota todo tan surrealista que no sabe qué decir. Pestañea un par de veces, incrédula y aún semejante a una señal de tráfico de lo roja que permanece.
—¿Dibujas? ¡No lo sabía ´ttebayo!—Naruto sonríe ampliamente, por primera vez hacia ella. Si estuviera de pie, las rodillas probablemente le fallarían, y Hinata aún no se atreve a mirarle a los ojos.
—Mmm…Un poco, creo.—Murmura, dubitativa. —No soy muy buena.
—¡Podrías enseñarme algo ´ttebayo!
No pueden decir nada más. Porque en ese momento, llega Anko-Sensei, con los brazos cargados de materiales para su siguiente clase, y Naruto se da la vuelta, no para atender pero seguramente algo semejante. Hinata vuelve a mirar su cuaderno, lleno de bocetos sin terminar hechos en clase, y suspira. ¿Enseñarle algo, sin morirse de vergüenza en el intento? ¿Luego qué, el cielo se vuelve verde?
Sin embargo, si fuera tan fácil escapar de la curiosidad de Naruto, probablemente él no podría llamarse a sí mismo hijo de Kushina Uzumaki. Su madre y él comparten una terrible animadversión por el desconocimiento de cualquier detalle, así que el rubio se planta ante ella nada más termina la clase, apoyando las manos en su mesa como si estuviera acostumbrado e inclinándose hacia delante, con unos ojos de niño ilusionado.
—¿Me enseñarás algo ahora ´ttebayo?
Hinata pestañea un par de veces, en parte complacida por la atención, y luego asiente con la cabeza de forma extremadamente lenta, mientras la sangre se congrega en sus mejillas para teñir su pálida piel. Saca de la mochila su blog de dibujo y lo abre por la primera página, mostrando una imagen de su jardín nevado, los tonos blancos predominando, aquí y allá algo de verde.
—¡Wow! ¡Qué realista, eres genial en esto, Hinata!
Ella parece ir a desmayarse en cualquier momento, porque ni siquiera se esperaba que él supiera su nombre. Asiente con la cabeza, murmurando un agradecimiento que probablemente Naruto ni escuche, tan entusiasmado como está en pasar a toda velocidad las páginas, con una sonrisa de oreja a oreja. La Hyûga tarda unos momentos en darse cuenta de un pequeño detalle:
Tiene dibujos de Naruto ahí.
Se levanta casi inmediatamente, quitándole el blog de las manos en un movimiento rápido y nervioso. Namikaze se queja, y ella, al notar lo que ha hecho, cree ir a morirse ahí mismo.
—¡Hinata, estaba viéndolos ´ttebayo!
—Yo…yo no…mmmh…
Desearía poder jugar con sus dedos para combatir el nerviosismo, pero los tiene ocupados ahora. Quiere llorar de la frustración, o salir huyendo de esos penetrantes ojos azules, sin embargo se queda ahí plantada, con la mirada gacha e intentando encontrar algo que decir más allá de los balbuceos.
Kiba la salva. Siempre lo hace, en realidad, es un poco su trabajo como mejor amigo, cuidar de que ella no se muera por tener demasiada sangre en la cabeza, más concretamente arrebolada en las mejillas. Aparece en escena, dándole una colleja a Naruto y regañándole por incomodarla con su "molesta voz de pito".
Hinata agradece y maldice a la vez cuando Kiba la toma del brazo, diciéndole a Namikaze que "se vaya a tomar por culo", tan fino como es, antes de arrastrarla hacia la siguiente clase. Hyûga le dedica una tímida sonrisa al rubio como despedida, dejándose llevar.
Por supuesto, Naruto no se rinde, y a la salida se queda en la clase esperando a que ella recoja su material, por más que Kiba intenta echarle para no avergonzarla. Ella suspira, terminando por sacar una lámina terminada que muestra un amanecer visto desde su ventana, con el Sol ocultándose tras los montes y manchando la nieve de naranja.
Sin apenas darse cuenta, lo ha puesto ante Naruto, como si se disculpara.
—L…Lamento lo de antes.—Murmura, agachando la cabeza y temiendo ir a desmayarse. Ella. Hablando con Naruto-Kun. —Fue descortés…ems…Pu-Puedes quedártelo, en recompensa.
Naruto sonríe, Hinata se sonroja. Siempre es lo mismo, una pequeña rutina a la que ella está acostumbrada, incluso le gusta.
—¡Gracias ´ttebayo!
Y maldición si sabe lo que le pasa. Las palabras escapan de su boca antes de que pueda impedirlas, acompañadas de un color tomate en sus mejillas y un leve temblor en la voz, pero ahí están, irreversibles:
—Si…Si quieres puedes venir a mi casa luego, allí los tengo mejores.
Naruto parece sorprenderse. Porque, Dios, es Hinata, callada y avergonzada, sumisa, prácticamente invisible. Tras unos instantes sonríe y asiente fervientemente con la cabeza, entre "dattebayo" y "pues claro", todo hecho un popurrí en el que apenas se entiende nada. Se va corriendo, con la mochila naranja a su espalda. Es lo último que Hinata ve antes de que desaparezca por la esquina.
Y, cuando la Hyuuga recuerda la forma en la que le ha sonreído, no puede evitar decirse que no es tan malo dejar de ser invisible. Aunque las cosas no hayan salido como en sus novelas rosa, el hecho de que sea tan natural, tan mundano lo hace todo más real, palpable.
Sonríe ante la mirada sorprendida de Kiba, sonrojada, y echa a caminar hacia la puerta. Al fin y al cabo, debe pensar en lo que se pondrá esta tarde.
FIN
Bueno…antes de nada: Me he cambiado el nombre. Antes era Sabaku No Kuraii, ahora simplemente Kuraii Nott
EXPLICACIÓN DEL RETO:Una amiga me propuso subir algo, a partir de cincuenta palabras/frases (cien, según cuanto tarde en conseguirlas o las que me den) de las cuales las diez primeras me dio ella, debía sacar viñetas, one-shots o drabbles de Naruto. En fin, aquí está el primero :3 Es de los más largos, debo admitirlo.
Por una vez, voy a poderos dar una fecha de publicación, al menos al principio subiré capítulo cada Lunes, que es la fecha que ella me ha impuesto.
Y…bueno, creo que ya está. El siguiente es Lluvia.
Por otro lado, de aquí hasta los cincuenta me quedan cuarenta huecos que rellenar. Así que quizá le pida a alguien ayuda. *Sigh*
Ala, hasta el Lunes que viene~
Kuraii.
