Muy bien, dije que haría un fanfic de Steven Universe centrado en OC. La historia se centrará en todo lo que Oliver Nyx vaya anotando en su bitácora desde que recibe su gema, es decir: cómo se siente, cuales son los efectos secundarios de la misma, las teorías que tiene acerca de cómo es que un mineral mágico acabó incrustado en el dorso de su mano izquierda, etc. Y así será hasta que se va de su pueblo, y se encuentra a las Crystal Gems, de las cuales formará parte en futuro. Quiero aclarar que este primer capítulo se ubica poco más de un mes antes de los eventos del final de la primera temporada (The Return, Jailbreak). Los primeros capitulos los publicaré diariamente para que tengan concordancia con lo escrito. También quiero decir que, cómo no se sabe cronológicamente las fechas exactas en las que se ubican los eventos de la serie (año, mes, día, etc) simplemente pondré Día 1, Día 2, Día 47, Día 315, y así se contarán los días desde que Oliver recibió su gema. Sin más preámbulos, que lo disfruten.

Mi nombre Oliver Nyx, nací hace 27 años en un pequeño pueblo llamado Woodtown, en el estado de Keystone (es el nombre que se le da a Pennsylvania) . Lugar pintoresco pero alejado de la civilización, unido por unas cuantas carreteras, aunque a unos cuantos kilómetros se encuentra el estado de Delmarva, y es ahí donde hay un lugar especial llamado Ciudad Playa. Mi madre murió en el parto, por lo que mi padre James Nyx tuvo que cuidarme desde entonces. Mi gema de nacimiento es el Onyx, y es por eso que escribo en este diario, fue hace poco que desperté y descubrí que en mi mano izquierda tenía una piedra sobresaliendo de mi piel. Aquí contaré mi experiencia desde que la descubrí, porque es algo tan extraño que nisiquiera puedo explicarlo, día a día anotaré cualquier anomalía ocurra, asi que ¿porqué no empezar desde el comienzo?

Día 1

Antes de despertarme tuve sueños muy extraños, no recuerdo muy bien el detalle pero me acuerdo que yo gritaba varias veces "¡papá!" y un resplandor cubría la escena. Ya sin tanta luz pero con todo borroso, pude distinguir que me encontraba recostado, y al girar mi cabeza lentamente pude contemplar que mi mano se encontraba recubierta de un orbe o algo parecido, del cual salían cables y todo tipo de cosas mecánicas que no conocía. No pude distinguir bien en donde me encontraba, mi vista estaba nublada, sin embargo parecía estar un laboratorio o algo parecido, y a la distancia vi unas figuras humanoides que se me acercaban, una de ellas dijo algo como "no funcionará, si antes no lo aceptó tampoco lo hará ahora con él", y otra voz le respondía "no perdemos nada con intentar, además creo que lo está aceptando bien, hay que continuar ya no podemos dar marcha atrás". Y las luces se apagaron para mí, volviendo caer en un sueño profundo, nisiquiera sé si fue real, lo iba a averiguar si llegaba despertar a alguna vez.
Como en todo sueño, o lo que considero una pesadilla, siempre hay que despertar y volver a la realidad, solo que a veces te levantas con alguna que otra sorpresa. Abrí los ojos, me los resfregué para quitarme unas cuantas lagañas, y al fijarme en los alrededores noté algo fuera de lo normal: no me encontraba en mi cama, nisiquiera en mi hogar o en el pueblo, sino en el bosque ¿pero en qué parte? Podía ser que estuviese en cualquier otro lugar del mundo.
No recordaba nada de lo sucedido, ni como terminé ahí. Con dificultad me puse de pie y traté de llamar a mi papá o a quien sea que estuviera cerca. Al no obtener respuesta más que el pitido de unas aves, rebusqué en mis bolsillos en busca de mi teléfono, y no tenía nada, ni mi billetera con dinero e identificación, ni mi teléfono, ni mi tableta de chicle de fresa que guardaba para emergencias. Solo llevaba puesta mi camiseta de mangas cortas negra con una estrella amarilla en medio y en la espalda el lema "look to the sky" en dorado, unos jeans, y mis zapatillas marca Twike medio desgastadas en la parte de atrás.
Sin teléfono ni nadie a mi alrededor no tenía contacto alguno con la civilización, y la cosa se puso peor cuando revisé mi mano izquierday vi que en la parte superior cerca de los nudillos y en el medio de la mano estaba un objeto ovalado, negro, y que parecía como sobresaliéndome de la piel. Lo toqué con el dedo índice de mi mano derecha y nada pasó, agité el brazo derecho para ver si lograba quitar esa piedra o lo que fuese, sin embargo parecía estar pegada.
Despertar en medio del bosque, sin recordar nada, y con un objeto raro pegado sobre mi mano ¿habré ido a una fiesta y fue una broma que me hicieron? Nah, yo no soy de ir a bailar a esos clubes nocturnos, de hecho no soy de tener amigos, me llevaba bien con todos los de mi pueblo pero no como para considerarlos "amigos" mas bien un intermedio entre ese termino y "compañeros".
¿cómo iba a volver al pueblo? Guiándome por la posición del sol, que salía por el éste, y estaba amaneciendo, y así supe orientarme para saber dónde estaba la ruta más cercana. Una vez llegué a una carretera que parecía abandonada, le hice señas a un tipo en moto que venía por el camino. Tuve suerte de que se detuviera, y más aun de que no fuese peligroso, conocía al que manejaba la motocicleta, era Hank Briggs, un mecánico medio gamberro pero simpático. –hey, Ollie ¿dónde estabas? Hace días que no te veo- preguntó él. ¿acaso dijo días? Sí. Parece que mi mente recordaba menos de lo que creí, le expliqué toda mi situación, y me llevó hasta el poblado. Rato después me dejó frente a la cafetería donde se supone que yo trabajaba, -hey Hank, gracias, enserio te debo una- le dije muy agradecido, a lo que él soltó una pequeña risa diciendo –bah, no te preocupes ¿sabes cuantas veces me desperté en quién sabe cuántos lugares sin recordar lo sucedido la noche anterior? Tú relájate, hermano, y si esa cosa en tu mano es una broma que te hicieron, espero que logres quitártela o almenos atrapar al que te lo hizo-. Nos saludamos chocando los puños, y él se fue de ahí manejando a toda velocidad.
Tomé aire respirando profundo y entré con calma al local, si me había ausentado días sin justificar porqué seguro estaría despedido ¿cómo no estar nervioso? Mientras entraba oculté mi mano derecha en el bolsillo de mis Jeans para que no vieran la piedra que tenía incrustada, y entonces las pocas personas que se encontraban ya fuesen clientes o empleados dejaron lo que hacían, y me observaron con asombro. El silencio reinaba en el lugar, no pude evitar tragar saliva de los nervios, a la vez que me mordía el labio inferior y una gota de sudor bajaba de mi frente.
-vaya, vaya, miren quién está aquí luego de desaparecer de la faz de la Tierra…el hijo pródigo ha regresado…- comentó el gerente Mr. Coffs en tono serio como de película de suspenso, él era amable por así decirlo, aunque aveces si lo sacaban de sus cabales era mejor no estar cerca de él en esos momentos.
Sin sacar la mano de mi bolsillo, y con voz temblorosa y algo rápida dije -Jefe, no es lo que parece, escuche, tengo una muy buena explicación para esto…no sé que pasó hace días, usted sabe que no soy de irme de juerga ni nada de eso, pero hoy desperté en el bosque a kilómetros de aquí, sin saber como llegué ni cuanto tiempo me ausenté ¡porfavor, se lo ruego, no me despida! ¡no sé que pasó, no fue mi culpa, estoy confundido y no sé en donde está mi padre! Por favor, no me despida, le prometo que no volverá a pasar, se lo juro-. Okey, lo admito, en momentos de desesperación a veces me pongo muy mal, pero no soy ningún bebé llorón ¿eh? Y sí, aquí voy a escribir los diálogos y todo cuando sea necesario como si se tratase de un fanfic o un libro o algo así, es que me gusta escribir en mis tiempos libres, pero lo que adoro en verdad son las espadas y los samuráis; la verdad no es de sorprender esto último, tuve antepasados japoneses y uno de ellos fue un ronin experto en el manejo de katana, sin contar además de que cuando 18 años Hank me dio unos cupones para clases de esgrima en un local cerca de su taller mecánico.
Pero volviendo al tema, Mr. Coffs al verme alterado puso su mano en mi hombro para tranquilizarme y dijo –Oliver, cálmate, no estas despedido, de hecho ayer vinieron unos policías locales a preguntar por ti y tu padre, si quieres después los llamo y les dices todo...pero eso sí, esto lo descontaré de tu salario, ahora haz algo por Dios y por el país y ponte a trabajar-. Simpático mi jefe ¿no? En fin, me puse el uniforme, me arreglé un poco, y sobre mi mano con la roca me puse un guante de motociclista que me prestó Hank, para entonces ponerme a limpiar, y rato más tarde ir a la bodega a ordenar a algunas cosas.
Fue en el depósito mientras acomodaba unas cajas que algo extraño pasó, la piedra de mi mano empezó a brillar e irradiar un brillo oscuro; no pude evitar asustarme, mis latidos aumentaron igual que mi respiración. En ese mismo instante tuve unos flashes mentales momentáneos donde veía lo de mi sueño, y se escuchaban de fondo otra vez las voces que oí, aunque de manera distorsionada como de película de terror. Apreté los parpados con fuerza llevando mis manos a mi cabeza, y al final gritando un pequeño y seco "¡basta!". Jadeé un poco, y al querer limpiarme el sudor de la frente sentí algo extraño, en lugar de sentir en mi frente la piel de mi mano, sentí el roce de un objeto frio y duro.
Cerré mis ojos y al abrirlos uno por uno contemplé con horror que donde debía estar mi mano izquierda en su lugar había una mano gigante negra de cristal y dedos como cuchillas; parecía una mezcla de nudillera y guantelete con picos de cristal en nudillos y punta de los dedos. Solté unos cuantos gritos mientras agitaba mi brazo izquierdo queriendo quitarme esa cosa guante o lo que fuese, sin darme cuenta rebané unas cajas con esos dedos filosos de cristal negro, lo cual solo me alteró más todavía.
Escuché que alguien venía, era Mr. Coffs junto con Jean y Allan, los recién mencionados son empleados del lugar. Allan es el que cocina las órdenes, es un sujeto de unos 30 o 40 años, de origen polinesio, y algo pesimista en ciertas ocasiones, solo quiere trabajar y llegar al final del día para sacárselo de encima, no es lo se diría sociable; Jean Tanaka es una chica como de mi edad, de descendencia asiática, y muy bonita, dehecho, y no estoy seguro, pero a veces como que me siento atraído por ella, y me manda como miradas lindas o me sonríe, no somos amigos ni nada, pero en los tiempos libres hablamos, y ella necesita el trabajo para pagar sus estudios, asi como yo para vivir. Sip, no estudio, solo trabajo, la verdad nunca me decidí qué carrera seguir, aunque me gusta la astronomía y algo de geología, siempre he pensado que hay más por descubrir de lo que creemos saber, ya sabe por encima o debajo del suelo que estamos pisando. Es por eso que hice hace unos años unos cursos aparte de esas materias, solo por diversión más que por una carrera.
Creo que me estoy desviando un poco de la historia principal. Al verlos llegar metí mi mano gigante y espectral en una de las cajas para disimular, por suerte no se notaba. Al preguntarme ellos qué pasó y si estaba bien les dije medio nervioso y tartamudeando –pues…fue…¡fue una araña! ¡si! Eso, fue una araña de esas gigantes tipo tarántula, tenía una caminándome en la espalda, y ya saben que odio los insectos y arañas y relacionados, quise matarla pero se escapó-, Mr. Coffs me preguntó por las cajas desgarradas y le contesté –eso…fue cuando quise matarla, de nuevo…y le suplico que no me despida, puede descontar de mi salario lo que costara lo que estuviese adentro de las cajas si quiere-, y al final le sonreí de manera forzada a lo que los tres se fueron, Mr. Coffs viéndome extrañado, Allan frunciendo el ceño, y Jean con mirada de preocupación.
-ahora dime qué pasó…sé que no fue una araña, no he visto ninguna araña aquí y ratas tampoco, quizás cucarachas o moscas, pero nunca arañas, y menos tan grandes como la que describes, y además, por el amor de Dios ¿una araña hizo todos estos cortes? ¿o es que quisiste matarla con un cuchillo?- argumentó Hannah lanzándome otra de sus miradas sarcásticas que me ponían nervioso.
Suspiré mirando la caja donde aun tenía escondida la mano con pinchos y le dije –okey…pero pase lo que pase, no importa lo que veas, no quiero que te asustes, sigo siendo yo…o eso creo-. Apreté con fuerza mis párpados para no ver su reacción, y saqué mi mano o guantelete (o lo que sea que tuviera en lugar de mi mano) de la caja.
Esperé unos segundos aun sin abrir mis ojos y la escuché decir –Oliver, es tu mano ¿Qué intentas decirme?-. ¿mi mano? Nisiquiera parecía una mano o almenos no una humana. Poco a poco abrí mis párpados y di un gran suspiro de alivio al ver que mi mano volvió a la normalidad, bueno no tanto, todavía tenía la roca pegada a ella, pero me dio una gran alegría ver que ya no tenía esas garras de cristal negro. –escucha Oliver, no tengo tiempo para esto, lo hablaremos cuando acaben nuestros turnos ¿si?- añadió ella saliendo del depósito, y me quedé solo nuevamente.
El resto del día fue normal, el trabajo de siempre, ordenar la bodega, limpiar algunas cosas, hacer inventario, tomar órdenes, etc. Así fue hasta las 20:00 donde terminó mi turno asi como el de Jean ; Allan y Mr. Coffs se quedan hasta que cierran a eso de la madrugada cuando ya no vienen más clientes, igual que otro empleado que contrataron recién para reemplazarnos a Hannah y a mi cuando nos fuéramos desde que alargaron el turno de noche hasta la AM, y ni loco pienso quedarme hasta esas horas; por lo general voy a mi casa y ceno con mi papá que es un policía retirado desde que le dispararon en el hombro ¿pero que haría ahora que mi padre no estaba? Quizás él estaba en casa esperándome.
Salí con Jean a la par de ella, ya los dos sin nuestros uniformes y yo aún ocultando la gema de mi mano (que por suerte mi amiga no vio porque solo le mostré la palma, y la piedra está en el dorso de mi mano). Los cielos estaban cubiertos de estrellas y la luna se asomaba en el cielo, era una noche tan hermosa como mi acompañante de esos momentos, quien me dijo –okey, ahora que estamos solos y tranquilos, quiero que me expliques qué sucedió-. Era el momento, no tuve más remedio que contarle todo. Empecé diciendo el sueño que tuve antes de despertar, de cómo al despertar en medio del bosque y sin recordar nada tenía una roca negra pegada al dorso de mi mano, y todo lo que sucedió en el local.
Por supuesto que no me creyó, es decir ¿Quién creería eso de que despiertas con una piedra en tu mano y que resulta ser mágica porque hace que te salga un guante con garras filosas? Necesitaba probarle que lo que decía era verdad, no quería que pensara que era un loco o que me había pasado de bebidas alcohólicas. Una vez alejado de cualquier persona cerré los ojos con fuerza, me concentré, y nada parecía suceder, de pronto recordé que esa mano apareció cuando el recuerdo del sueño que tuve vino a mi mente, asi que pensé en eso y en un instante, acompañado de un destello, mi mano izquierda (donde tenía piedra oscura) se empezó a deformar acompañada de destellos y brillos, y al final tomar la forma de la mano de cristal negro y con garras.
Era de esperarse que a Jean le asustara, pues en el acto retrocedió dando un pequeño grito y con la respiración acelerada. Yo me puse a analizar el guantelete o lo que fuera, parecía como de un tipo de cristal o vidrio, inclusive podría ver mi reflejo. Jean se acercó con lentitud y al tocarla se empezó a reir -¡esto es asombroso, Oliver! Simplemente no puedo creerlo-. Yo tampoco lo podía creer, pero era cierto, ahora el asunto era volverla a la normalidad.
Esto sonará vergonzoso, pero me puse a gritar como loco a agitar mi mano-guantelete una y otra vez esperando que volviera a la normalidad, y claro que corté unas cosas en el proceso, como unos ladrillos de una pared, y un poste de luz, debo admitir que son unas garras muy filosas, si lograron cortar el acero ¿quién sabe de qué son capaces?
Jean me tomó de las muñecas y me miró con seriedad –relajate ¿si, Oliver? Así le sacarás un ojo a alguien, ahora veo cómo es que sucedió lo de la bodega-, ella respiró hondo para que hiciera lo mismo y así lo hice; cerré mis ojos, respiré profundo y me relajé despejando la mente de todo pensamiento.
Pero al abrir mis ojos todo seguía igual, asi que miré a mi acompañante con tristeza y le dije –olvidalo, me rindo…creo que tendré que acostumbrarme a vivir por siempre con esto, y ser un fenómeno-. Ella me abrazó repentinamente y me susurró –no eres un fenómeno, y lo que sea que esté pasando, no te abandonaré, te ayudaré a resolverlo cueste lo que cueste-. Nose si fueron mis sentimientos hacia ella o el abrazo sorpresivo, pero algo hizo que mi mano izquierda volviera a la normalidad y solo tuviese esa gema sobresaliendo. Al verme exclamó -¡Oliver! ¡tu mano! ¡volvió a la normalidad!-, y ambos nos abrazamos y saltamos de alegría, para luego mirarnos y pude notar que ella tenía un ligero rubor en su rostro, igual que yo (lo sé porque cada vez que me sonrojo o algo siento cosquillas o pinchazos ligeros en mis mejillas), -¿lo ves? Te dije que te ayudaría a cualquier costo…y que nunca hay que perder la esperanza…- añadió ella tomando mi mano y caminando a la par mía hasta la parada de autobús que nos llevaría hasta el pueblo.
Una vez nos subimos al vehículo buscamos un lugar donde sentarnos juntos, sin soltarnos las manos claro, ella no dejara de tocar la roca o mineral o lo que sea que tuviese incrustado en mi piel. Un rato después nos bajamos en el pueblo, donde aún había gente caminando y negocios abiertos. Primero fuimos a mi casa a ver si mi papá estaba o nó, y como no tenía mis llaves tuve que usar repuesto que guardaba bajo una roca falsa en la entrada. Al ingresar a mi hogar notamos que había un silencio absoluto. Prendimos las luces, revisamos en cada habitación que parecía intacta, pero nada, ni siquiera estaba mi celular o billetera o mis cosas. Al ver el teléfono de casa lo usé para llamar a mi celular pero me atendió el correo de voz, lo mismo cuando intenté con el de mi papá, incluso llamé a la estación de policía a ver si no lo habían visto pero según ellos no había señales de él desde hace días y lo estaban buscando, por lo que me pidieron que fuese a la estación a contar todo ya que desaparecí al mismo tiempo que él.
Una vez llegamos a la comisaría, el jefe me empezó a interrogar, y le dije toda la historia de principio a fin, bueno, quitando las partes que involucraban cosas mágicas de la piedra de mi mano, y al final dijeron que a partir de mañana revisaría la zona donde desperté (y sus alrededores) a ver si lo encontraban, y que me notificarían ante cualquier novedad.
Salí del lugar junto con Jean, quien trató de animarme como buena amiga que es. Fue muy amable al llevarme a su casa a cenar, ya que por lo general es mi padre quien cocina, y debo decir que él hace unas pastas excelentes, ya hasta me dieron ganas de comer unas. Nunca fui a la casa de Jean ni ella a la mía, solo nos conocíamos del trabajo, aunque mi viejo me decía siempre "tienes que invitar a esa chica a salir, es un gran partido". Me presentó a sus padres, el doctor Saburo Tanaka, y su esposa Anne Summer; ambos se quedaron extrañados con mi presencia, quizá era por la gema de mi mano o porque creían que yo era un novio de su hija.
En la cena comimos pollo con salsa acompañado con arroz, y ensalada rusa, todo hecho en casa, un verdadero manjar para mí que tenía tanta hambre como si no hubiese comido en días, y a lo mejor así fue, no recuerdo lo que pasó antes de éste día. Al acabar de comer el doctor me preguntó de dónde nos conocíamos, y le dije –ah nos conocemos del trabajo, ambos trabajamos en el local "The Best Diner in the World", el que está por la ruta sur-
-ah si, mi hija trabaja ahí por los estudios, ella quiere estudiar psicología, y lamentablemente no quiso seguir mis pasos en la medicina, pero al menos ayudará a los enfermos mentales- comentó el señor Tanaka recibiendo acto seguido un ligero codazo de su mujer, a lo que intenté disimular mi risa; yo sabía que ella quería estudiar psicología y filosofía, ella siempre me dice que la mente humana es más compleja de lo que parece y cosas así. -¿tú que carrera estas estudiando? ¿o es que ya terminaste la universidad?- añadió el hombre enviándome una mirada de sospecha. Yo tartamudeando le contesté –ah, bueno…yo…no fui a la universidad, digo, me interesan la astronomía y la geología, pero nunca tuve un camino exacto a donde llevar mi vida, por eso hice algunos cursos individuales de las materias en las que estoy interesado…y yo por ahora trabajo en la cafetería para mantenernos a mi padre y a mi, ya que él se retiró de la policía desde que sufrió un grave accidente que casi lo mata…y ahora lo están buscando porque desapareció…y por eso heme aquí…-
Ante mi respuesta la pareja se miró sorprendida y luego a mí, -oh pobrecillo…¿cuándo pasó?...- preguntó la madre de Jean. Me detuve un momento a pensar cómo les explicaría lo que sucedió. Giré mis ojos hacia mi compañera de al lado quien negó ligeramente con la cabeza, en señal de que no les dijera. Pero no podía mentirles a ellos, no es que no pudiera, solo que no me parecía correcto, además él es médico, podía ayudarme.
Les hablé de principio a fin lo que sucedió, excepto por lo que involucraba cosas mágicas como lo del guantelete/nudillera con garras, pero sí les dije que tenía esa roca oscura en mi mano izquierda y que parecía adherida a mi piel o algo por el estilo. El señor Tanaka se ofreció con gusto a examinarme en ese mismo instante.
Para nuestra suerte él tenía en su casa el equipo médico necesario, hasta una máquina de rayos X. Al terminar de hacerme varios análisis y pruebas dio su diagnóstico, y lo que dijo me sorprendió –parece ser que tienes un Onix en tu mano, un mineral de la familia de los cuarzos…no tengo idea de cómo lo hicieron o cómo es que sigues vivo, pero esta roca está literalmente incrustada en tu mano y por sobre las venas y huesos de la misma…jamás he visto nada como, es una anomalía médica que desafía todas las leyes anatómicas y físicas generales, con algo así deberías tener la mano infectada e incapaz de moverla, o incluso podrías estar muerto, pero mírate, estás vivito y coleando-. Simplemente aún no puedo creerlo ¿entonces soy algo que desafía las leyes naturales? ¿no será que estaré muerto o en el purgatorio y todo esto un sueño o el cielo? Hay una miniserie de dos hermanas que estaban en un lugar intermedio entre la vida y la muerte y era como un jardín o algo parecido, solo que aquí no hay un monstruo que quiere mi alma para que forme parte de ese lugar, ni hay cosas raras como peces parlanchines antropomorfos o ancianas brujas o monstruos de cualquier tipo. Hicimos varias pruebas de funciones motoras de los dedos y mi mano izquierda en general, hasta de la muñeca, pero no encontraron explicación alguna. Inclusive pregunté si me lo podía extirpar, pero dijo que hasta no conseguir nuevos resultados era mejor no hacer nada, pues quizás muera si me quitan el ónice.
Después de eso el señor Tanaka y su hija me dieron un cuaderno nuevo y en blanco donde ir escribiendo el día a día de esta experiencia, que es por cierto donde estoy anotando ahora. El doctor me dijo que ante cualquier cosa, no importa en qué horario sea, vaya a avisarle. Es bueno saber que cuento con su apoyo, y aún más el de Jean.
Una vez acabamos con todos los estudios y charlas necesarios me despedí de la familia y volví a casa. La verdad se siente muy vacía y silenciosa sin mi papá. Es decir, él me crió toda mi vida, me cuidó, me alimentó, me educó, y me quiso más que a nadie en el mundo, y ésta es la primera noche que pasaré sin él, bueno, excepto cuando Hank me cuidaba de pequeño si papá tenía que trabajar hasta tarde, ya que ellos eran amigos desde antes de que yo naciera pero con el tiempo se fueron distanciando, es por eso que me trata tan bien como hizo esta mañana con el aventón.
Estoy muy asustado, temo que algo malo le haya pasado a mi padre ¿y si está muerto? ¿y si él huyó asustado de mí? Digo, soy un fenómeno, el mismísimo padre de Jean lo dijo, bueno, no directamente, pero sí dijo que soy una anomalía médica que desafía todas las leyes conocidas. Solo espero que no me entreguen al gobierno para que experimenten conmigo.
Como sea, quiero finalizar diciendo que estoy tan sorprendido como todos. Y es que a pesar de no ser un experto en anatomía humana, sé que los minerales no crecen en la piel, y que según el doctor Tanaka el Onix no parecía haber sido incrustado, sino como si hubiese surgido de mi cuerpo, y eso es más extraño aún. He estudiado acerca de los cuarzos y éstos vienen en miles de variedades, el ónice es una de ellas, y suele usarse para absorber las energías negativas de las personas. A ver si eso ayuda a que deje de preocuparme por todo. En fin, desde la última véz que activé el guantelete o lo que sea eso no ha vuelto a pasar nada raro, no se puso a brillar, ni se deformó, sigue intacta. Si pasa algo lo anotaré en esta Bitácora, prefiero decirle así porque Cuaderno suena aburrido, y Diario es más bien un término un poco femenino para mi gusto. No es que yo sea machista ni nada, pero prefiero verlo como una bitácora. Casi es media noche, estoy muy cansado, veré si puedo dormir porque mañana debo levantarme temprano para ir a trabajar. Fin del día 1.