Adecentarse

Despierta del sedante que le inyectaron cuando empezó a gritar y como de costumbre, piensa en cada milímetro de su cuerpo al acomodarse en la silla, esposada, preguntándose si la habrán violado ya. Lo único extraño o diferente es el vestuario. Ya no la camisa de fuerza de los prisioneros británicos. Un vestido de satén con volados que en seguida trae a su memoria Ashford. Las bromas de Milly, la risa algo irritante de Shirley, las tonterías de Rivalz, Lelouch un tanto distante y Nunnally…

-Pedí que te dieran la dignidad que una amiga mía merece, Kallen, aunque hayas mentido.