¡Ciaossu!

¿Cómo se están pasando estas fechas, lindas zanahorias? Espero que bien, en esta ocasión, les traigo una mini-colección de historias dedicadas a los fans de la linda OTP del KaiAo, en especial a un brujo matemático y a la Kohai más bella de todas. Espero que sean de su agrado~

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Summary: Sus malas decisiones, hirieron a la persona más importante para él. La mentira nunca es la mejor aliada. Para corregir su error, haría todo lo que estuviera a su alcance.

Disclaimer: Los personajes no me pertenece, todos los derechos dea utor, van para su creador, Gosho Aoyama.


Perdón

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La mentira alcanzó el límite. Él ya no aguantaba mentirle. No al ver esa linda sonrisa cargada de inocencia, dedicada sólo para él y nadie más. Sus preciosos ojos cerúleos brillaban al verlo, como si una lluvia de estrellas se hubiese derramado en ellos. Aoko Nakamori amaba a Kaito Kuroba, su amigo que, al paso del tiempo, se convirtió en su pareja.

Ella le sonreía, lo cuidaba y se preocupaba por su bienestar. No existía la noche en que Kaito no se deleitara con los exquisitos platicos que la Nakamori preparaba para la cena. Al ladrón le encantaban esas noches, pues sabía bien, que más tarde disfrutaría de algo más delicioso en su habitación… En compañía de su amada.

Sin embargo, el paraíso colorido que ambos crearon, se hizo añicos en un robo nocturno del Kuroba. La chica lo vio, su rostro libre de monóculo y sombrero blanco, siendo tenuemente iluminado por la pálida luz de la luna. Y bastó sólo un instante para que sus miradas se encontraran, pero fue bastante fugaz. Kaito se colocó los accesorios que retiró con anterioridad, yéndose rápidamente de ahí. Aoko fingió estar dormida, en compañía del resto de personas, las cuales fueron a ver el maravilloso show de Kaito Kid.

Ninguno de los dos quería creer en lo que vieron esa noche. En especial, la hija del inspector, después de todo, ésta odiaba con cada fibra de su ser, al tan famoso ladrón plateado. Y por parte del castaño, no olvidaría los orbes que tanto adoraba, llenos de dolor… Nunca.

Cuando llegó a su casa, subió las escaleras, encerrándose en su habitación. Teniendo como compañía al silencio y a la soledad —producto de la constante ausencia de su padre—, Aoko no tardó en deshacerse en lágrimas. Un ardor intenso nació en su pecho, y le dolía, le dolía a más no poder. ¿Acaso todo su amor fue una mentira? ¿Sólo fue una muñeca con la que jugó? La simple idea incrementaba su llanto. Y al momento siguiente, el vidrio de su ventana se rompió en mil pedazos, asustándola a gran nivel. Sin embargo, aquello no duró mucho, al ver al responsable.

Aún usando el albino traje, Kaito había entrado a la habitación de la joven. Valiéndole un carajo tener una aparición de esa clase. La puerta no era una opción. Conocía a la joven Nakamori, encontrándose en ese estado, ella lo ignoraría por completo.

—Debes escucharme —pidió, tratando de sonar serio. Sin lograrlo con totalidad, la súplica se transmitió en cada letra.

—Y tú reparar mi ventana —replicó ella, sonando molesta. Y de verdad lo estaba. Inevitablemente, una suave risa salió de los labios del mago. Esa melodía, alcanzó a menguar la tristeza que envolvía a Aoko.

Incluso en momentos críticos, él seguía siendo un idiota.

Sin esperarlo, pero deseándolo, la castaña recibió un abrazo por parte del ladrón. Sus malas decisiones, hirieron a la persona más importante para él. Haber mantenido su máscara, fue un gran error. La mentira nunca es la mejor aliada. Para corregir su error, haría todo lo que estuviera a su alcance. No… realmente, realizaría lo imposible por ella.

—Sé que debes odiarme, pero…

—Aunque quiera hacerlo… —suspiró, su voz llorosa le dificultaba hablar—. N-no puedo. Sólo puedo amarte, no odiarte… —y lloró, esta vez en los brazos de la persona que más quería.

—Aoko… yo…

—Que esta sea la última vez, Kaito —suplicó, pero un tinte de advertencia se presentó—. No quiero más secretos o mentiras.

El aludido hizo su agarre aún más férreo. Jurándose a si mismo, que ya no la haría llorar.

—Y así será, Aoko.


Y eso es todo, gracias por leer. ¡Felices fiestas y año nuevo!

Ciao~