NOTA: Estos personajes no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. Esto esta escrito por diversión y sin fines de lucro. Espero que les guste.

La profesora Mcgonagall caminaba hacia el salón de defensa contra las artes oscuras acompañada d Harry Potter. Harry podía escuchar como los pasos de la profesora resonaban en todo el entorno. Si que estaba furiosa, Harry pensaba que su fin llegaría pronto. No debió haber hecho eso, no debió haberle seguido el juego a Draco Malfoy, pero de ser así no habría recuperado la recordadora de Neville Longbottom.

El profesor Quirinus Quirrell estaba en el dichoso salón enseñando una iguana, la iguana era tranquila y el la sostenía con una mano mientras que con la otra señalaba, según lo que estuviera explicando.

Unos chicos sentados al fondo de la clase se reían a lo bajo del profesor Quirrell, debido a su tartamudez. Ellos estaban tramando una broma para el mago, pero cuando se disponían a lanzarle un hechizo, pero se detuvieron cuando la directora de la casa de Gryffindor Minerva Mcgonagall arribó el solon, no querían meterse en problemas estando ella presente porque sabia que les quitaría puntos a su casa.

- Profesor Quirrell, ¿puede salir Oliver Wood un momento por favor? -

- Si – si, cla – ro – Cuando Oliver y la profesora se retiraron del salón Quirrell siguió con su clase.

En cuanto la profesora se fue, los chicos siguieron murmurando y riendo, el chico del medio le lanzó un hechizo a la iguana haciendo que esta se volviera loca, saltando por todos lados. El profesor Quirrell le lanzaba hechizo por hechizo y cada vez que le erraba, le pegaba a algún estudiante, los chicos que habían provocado esto no paraban de reír.

Dos estudiantes habían quedado inmóviles y uno levitando, incluso un estudiante quedo con cabeza de calabaza. Lo que había echo que el chico cabeza de calabaza, así apodado el resto de sus días en Hogwarts, corriera asustado y chocara contra una pared. El chico calabaza quedo desmayado tumbado en el suelo, obviamente Quirrell le hizo un hechizo de ocultamiento, por si la profesora llegara nuevamente.

Quirinus Quirrell logro atrapar a la iguana y regresarla a la normalidad, solo que quedo en su cabeza. Algunos, digo la mayoría de los estudiantes no paraban de reír.

- Muchas gracias profesor… - Dijo la directora esperando a que Oliver entrara, pero cuando Mcgonagall vio a su alrededor, su expresión cambió - ¡¿Pero que paso aquí?!

Algunos estudiantes reían a lo bajo, el chico que levitaba no paraba de girar y la profesora lo miraba con los ojos abiertos, luego volvió a Quirrell quien respondió: De-defensa contr-a las artes- os-oscuras.

Esa iguana loca había provocado un desastre en su clase.

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