Genumorfosis
Para Harry todo comenzó en 31 de julio de 1996. Que por cierto había sido el cumpleaños más deprimente que podía recordar.
Penas se estaba reponiendo de la pérdida de Sirius y eso quería decir que había dejado de llorar tres cuartas partes del día para solo hacer un par de horas en la noche hasta quedarse dormido. No ayuda que estaba encerrado de Prive Drive junto a sus tíos y Dudley que, si bien estaba ignorando completamente su existencia, su presencia parecía una burla cruel a lo que podría haber tenido con Sirius.
Había momentos cuando el dolor era tan grande, asfixiante y consumidor, que solo deseaba haber seguido a su padrino a través del Velo. Que Dumbledore haya elegido esa noche para revelarle su verdadero papel en la guerra, gracias a la profecía que había marcado su vida y destruido su familia, no hacía más que aumentar la desesperación que consumía su pecho en un dolor terrible que daba latigazos de depresión y ansiedad esporádicamente.
Pero fue en la noche de su cumpleaños cuando decidió dar un paso más allá de su desolación. Este sexto año en Hogwarts podía ser el último, no sabía cuándo Voldemort decidiría comenzar la guerra activamente, pero sabía que ese momento no podía estar muy lejos. Por eso necesitaba ser fuerte, terminar su camino por el duelo de Sirius o jamás podría ponerse frente a Voldemort y salir vivo… y si el moría el bastardo viviría y eso era algo que jamás se perdonaría.
Esa noche había decidió no llorar, aun así su garganta se sentía espesa y sus ojos veían todo más nublado de lo normal.
Harry no sabía qué hora era exactamente cuando un búho se posó en su ventana abierta. Hedwig había erizado sus plumas blancas, indignada cuando el búho imperial se había trasladado del alfeizar de la ventana hasta la percha que usaba su familiar cuando no estaba dentro de su jaula. Harry miró al búho sorprendido por unos segundos hasta que este ululó llamando su atención mientras estiraba una pata regiamente entregándole una carta.
Harry observó el sobre reticentemente, hasta que reconoció el sello de la familia Black. A pesar de todos los consejos de Dumbledore para mantenerse alejado de las cartas y de cualquier cosa que llegara del exterior no pudo evitar tomar el sobre sin ninguna precaución.
Al abrirlo inmediatamente reconoció la letra de Sirius y todo el trabajo que había realizado esa noche para mantener sus lágrimas adentro se echó por la borda en un santiamén. Cayó de rodillas acunando el papel sobre su pecho mientras trataba de detener la explosión de emociones, pasaron varios minutos hasta que pudo respirar de una forma más normal y aclarar su vista lo suficiente para leer lo que decía la carta.
«Cachorro:
Si recibes esto significa que algo jodido me ha sucedido, solo espero que no haya dementores y besos involucrados, pero sea lo qué sea que haya sucedido Cachorro, recuerda que siempre te amare como te aman tus padres.
Tal vez los años en Azkaban realmente jodieron algo profundo en mí, no encuentro otra razón para estar escribiendo esto (además de haber soñado que caía de un precipicio y luego estaba con James en una playa repleta de chicas en diminutos bikinis… Lilly apareció después de eso y comenzó a lanzarnos sus hechizos más inventivos). Solo comencé a pensar que si algo me sucedía había cosas que tenía que asegurarme de que supieras. Hice un trabajo terrible estos últimos 13 años, es mejor tener alguna garantía a partir de ahora, solo espero que jamás tengas que leer esta carta. Es un poco vergonzoso al decir verdad.
Pero en verdad no me importa partir de este mundo Cachorro, tengo mis asuntos en orden desde hace tiempo, pero detestaría volver a perderte.
Pero si algo sucede quiero que sepas un par de cosas:
Tu abuela paterna, Dorea Potter, antes de casarse con tu abuelo Charlus, había sido una Black (hermana del padre de mi madre específicamente) y como algunos más en mi familia había heredado un don que está en nuestra sangre desde hace generaciones.
Veras Harry, hay más formas de metamorfosis mágica de la que viste con Tonks y sospecho, tal vez erróneamente, que tú has heredado el don de tu abuela. Las señales definitivas aparecerán después de tu decimoséptimo cumpleaños. Tal vez unos días después de tu cumpleaños te despertaras y notaras algo muy extraño.
Iré directo al punto Cachorro, puede ser que un día despiertes siendo una mujer de la nada. Tu abuela tenía esa capacidad.»
Harry tuvo que volver a leer aquello ultimo varías veces para poder realmente entender lo que Sirius había escrito. Esperaba que fuera una broma…
«No Cachorro, no es una broma. Aunque en otras circunstancias hubiera sido una idea genial.»
Mierda.
«Si algún día lo necesitas encontraras toda la información en la biblioteca Black bajo el nombre de "Genumorfosis[1] mágica" y sería lo mejor que sea un secreto lo más privado posible Cachorro, se considera un don oscuro aunque solo sea porque el ministerio lo declaro así a principios del s. XX.
También quiero que sepas que serás mi heredero, ni en mil años dejaría a mis primas o cualquier otra persona quedarse con cualquier cosa de la Casa Black (aunque solo sea para molestarlos), y aunque no puedas llevar los anillos de los Black por algún tipo de tontería de herencia de sangre, sé que eres la persona indicada para reivindicar los siglos de reputación de esta familia.
Te amo Cachorro, hagas lo que hagas y no importa cuánto tiempo pase.
Cuídate Harry, si de verdad estoy en el otro mundo espero no tener que verte por allá en un buen tiempo.
Con amor.
Sirius Orión Black, el mejor (y único) dogfather que ha existido. »
Harry acabó de leer sintiéndose entumecido de repente, no pudo evitar llorar al leer las palabras de su padrino, que por gracias del destino había decidido dejarle algo más que un frívolo testamento. Había pasado por un desfile variopinto de emociones en su lectura. Latigazos de tristeza y culpa para después caer en una sorpresa que rayaba el aturdimiento.
¿Realmente, cambio de género? No era algo que él había escuchado en sus años en Hogwarts, aunque si se considera "oscuro" había una explicación más compresible allí. Había aprendido que a los magos le gustaba meter bajo al alfombra cualquier cosa que no les gustara, no les convenía o que incluso no comprendieran.
Suspiró sintiéndose extrañamente apacible, un cambio muy contrastante con sus ultimo estados de ánimo, pero bienvenido de cualquier forma.
• • •
En la noche de1997 Harry estaba mirando la ventana, simplemente esperando que la manecilla corta del reloj llegara a las 12 en punto de la noche. Sería mayor de edad en pocos minutos, la guerra se acercaba implacablemente y había veces en las que Harry no podía creer que tan irreal era su vida.
Tenía que derrotar al mago más poderoso de estos tiempos, y sin la ayuda de Dumbledore. La muerte del director de Hogwarts había dejado una cortina espesa y oscura con la ausencia de su guía, pero él tenía una misión, una que debía cumplir si no quería condenar a Gran Bretaña a una era de oscuridad.
El reloj dio las doce en punto de la noche.
• • •
Harry despertó, su habitación en Grimmauld Place era tan oscura que se le hacía imposible adivinar qué hora era al despertar, más aun cuando despertaba tan desorientado después de haber tenido que usar la poción de "sueños sin sueños". Se estiró, casi como un gato, y buscó a tientas su varita para poder abrir las pesadas cortinas que mantenían todo en absoluta oscuridad.
Al fin encontró su varita y luego de sacudirla se hiso la luz de una forma demasiado repentina para sus ojos.
Harry salió de la cama, medio tropezando con la ropa que dejó desparramada en el suelo la noche anterior y se metió en el baño, iba a ser un día tranquilo, Andy y Teddy vendría para el almuerzo y luego visitarían a los Weasley, tal vez tomaría la cena allí, Merlín sabía que Kreacher era un excelente cocinero, pero simplemente nada que no fuera la comida de Hogwarts superaba la cocina de Molly.
Harry sonrió aun adormilado y procedió a lavarse los dientes. El cepillo cayó al fregadero y tuvo que tocar el espejo para realmente crear lo que estaba viendo. Su rostro había cambiado, nada extremo en realidad, solo pequeños cambias sutiles que simplemente…. Le hacían ver como una chica.
Se tiró del cabello, que gracias a cualquier deidad piadosa no había crecido o algo así, pero de cualquier forma esto no podía estar sucediendo… él no, él no…
Oh Dios bendito, soy una mujer.
Ese fue el pensamiento, tan claro y avasallador que atravesó su mente cuando sus manos, con cierto recelo, tocaron las protuberancias que hora estaban sobre su pecho. Sus manos se crisparon con fuerza por reflejo y un segundo después estaba gritando adolorido. Quién iba a decir que las malditas cosas eran tan sensibles.
¡Y por qué diablos eran tan grandes!
[1] Genumorfosis: •genu→ genus=genero •morf→ morfé=forma •osis→ cambio de estado
Un fem!Harry, si a alguien le quedaba alguna duda.
