Avisos y renuncias:

One Piece y sus personajes pertenecen a Eichiro Oda. No pretendo apropiarme (los dioses me libren, sólo los tomaré prestados unos capitulillos) ni hacer ningún dinero con ellos, sólo entretener ;)

Igualmente, "Ahora tú", de Malú(a quien agradezco personalmente esta canción;), me llegó y me ha salvado la inspiración muchísimas veces), que es la canción que da título al fic, también es propiedad de su artista, así como cualquiera de las otras canciones(Don´t stand so closet o me, Lean on me, etc…) que vayan apareciendo en los títulos de los capítulos(nota: lo hago así porque creo que por lo menos el significado de cada canción pega con un capítulo)

Y ya para terminar, diré que, aunque por supuesto es una historia original mía, la acción estaría situada poco después de conocer a Franky y de que termine lo de Robin(así que el único personaje que faltaría sería Brook, que me cae muy bien, pero aquí no pega ni con cola). A partir de ahí, la historia es mía, así que, como es comprensible, me tomaré alguna que otra licencia ;)(sin ser de momento AU).

Y, después de toooodo esto…

Dentro fic ;).

PRÓLOGO

Miró el papel, sin creérselo.

No...sin querer creérselo.

Dio una calada profunda, pero el cigarro no le supo a nada más que a cenizas.

Con furia, tiró el cigarrillo al cubo de fregar de la cocina del ahora silencioso Thousand Sunny, donde se apagó, siseando.

Con pulso tembloroso, volvió a releer la nota que le había llegado por pájaro mensajero hacía un rato. Habían llegado más para los otros, que estaban abajo estirando las piernas y haciendo compras, pero en nada que había visto el remitente de la suya, había prácticamente tirado las otras sobre la cama de Ussop antes de encerrarse en la cocina.

No podía ser, joder…

Pero ahí estaba la tosca letra de Patty, gritándole que así era.

Sanji;

Tío, tengo que escribirte, y sabes que no lo haría si no fuera serio: el viejo se muere. No sé muy bien qué le pasa, pero los matasanos no le dan muchas esperanzas.

Pensé que tenía que decírtelo, sé que me matarías si no lo hiciera y te enteraras luego. Espero pillarte a tiempo.

Adiós

Patty.

Tan claro como siempre, Patty, pensó Sanji con amargura, haciendo una bola con la nota y tirándola por el ojo de buey con furia, como si quisiera con eso darle a Patty por darle esas noticias, o mandarlo todo a tomar por culo.

Destrozó, literalmente, el cubo de una patada.

Joder…¡JODER!

Siempre había creído que el viejo era indestructible…¿y se lo iba a cargar una puta enfermedad? ¿Así? ¿Sin más?

Con dedos temblorosos, encendió otro cigarrillo…y la calada le ayudó a tomar una resolución.

Tengo…

Tengo que irme, y ya, decidió.

Tomaría el tren marítimo en la isla anterior, andaría o lo que fuera. Tenía que llegar a tiempo…

¡No, joder, no pienses eso, idiota!, se dijo a sí mismo, corriendo hacia la habitación.

A toda prisa, cargó su dinero, un botiquín y unas cuantas cosas más en una mochila.

Con cautela, salió a cubierta…e inspiró, algo aliviado de ver que estaba todavía solo. Bien…aún no habrían terminado.

Se los imaginó, andando por la ciudad, y se mordió el labio. Nami estaría comprándose esa ropa tan bonita que usaba; Robin y Chopper estarían por las bibliotecas; Ussop estaría buscando quién sabía qué; Franky, mecanismos y otras virguerías y Luffy estaría agotando las existencias de los restaurantes de la zona. Y Zoro…bueno, a saber dónde estaba ese marimo, pensó, suspirando, pero el caso era que también a él iba a echarlo de menos. Al pensar en eso, sonrió débilmente… .

Sabía que iba a joderles a Luffy y a los demás…pero más les jodería desandar todo lo andado.

Además…era asunto suyo.

Lo siento, chicos, pensó para sí, sintiéndose culpable de nuevo mientras iba hacia uno de los botes que hacía poco habían comprado para el Sunny. Lo siento…pero seguro que me entenderéis.

Primero dejó sus cosas en uno de los lados, sin casi levantar la lona más que para meterse, y luego, con toda la habilidad y ligereza que pudo, comenzó a bajar el bote hacia el agua, sin importarle el ruido que estaba haciendo, pasando desapercibido entre el follón y el ajetreo de los ruidos del puerdo y de la costa.

Casi gritó cuando, con un último tirón, el bote aterrizó bruscamente en el agua, casi como dando un salto. Pero, en cuanto el bote se estabilizó, cogió el remo y empezó a alejarse deprisa.

Sólo pensaba en llegar, llegar… .

Sólo paró a respirar cuando la costa ya no se oía. Jadeó, sudando, y mirando el sol de la tarde.

Ni gaviotas, se veían.

Ahora estaba en medio del mar.

Había hecho kilómetros.

Pero, aun así, no se había acercado ni una mínima parte de la distancia.

Y no…no quería llegar tarde.

Suspiró, notando la cabeza embotada. Sólo había pensado en remar, remar y remar.

Por el mero esfuerzo y por el oleaje, toda la barca se había llenado de agua, menos la parte de la comida, y él estaba empapado tanto del agua salada, que le escocía en la piel que había comenzado a quemarse, como de su propio sudor, que hacía que las quemaduras le escocieran aún más. Le dolían muchísimo los brazos y… .

Joder…

Tenía ganas de dormirse, pero sabía que no se podía permitir ese lujo, más estando solo.

Así que, suspirando, se abrió la camisa, refrescándose un poco la cara con agua del mar y decidiendo que era hora de tomar un poco del agua que había traído.

Sonrió débilmente, casi saboreando el agua dulce ya. Tal vez aprovechara y tomara algo, aunque fuera para recuperar las fuerzas. Tenía…tenía que racionar lo que se había traído.

Con gesto cansado, levantó la lona.

Pero casi le dio un patatús cuando, al lado de la bolsa de comida, vio una cara muy, muy conocida, cuyo propietario roncaba como un bendito, tendido debajo de la lona cuando largo era.

E, incapaz de articular palabra, vio como, al recibir la luz del sol, el tumbado guiñó sus ojos dorados, dejando escapar un sonoro bostezo antes de estirarse cuan largo era y decir, como quien no quería la cosa:

Ah…hola, cocinero… - bostezó el peliverde al ver al rubio con los ojos abiertos como platos - ¿ya es la hora de la cena?

Instantes después, el espadachín Zoro Roronoa, de una patada, salía volando por la borda del bote… .