Disclaimer: HETALIA no me pertenece. Es del genialoso de Hidekaz Himaruya. ¨DE FANS, PARA FANS, SIN FINES DE LUCRO¨
¡Holitas! No tengo mucho que decir, solamente que ahora es la 1 de la mañana y tengo mucho sueño… terminando de editar. Cuando tenga algo de que quejarme… lo hare jejejejeje, nos vemos.
Capitulo 1
¿Qué es la hipocresía?
La hipocresía es la actitud constante o esporádica de fingir creencias, opiniones, virtudes, sentimientos, cualidades, o estándares que no se tienen o no se siguen. La persona hipócrita finge cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente tiene o experimenta. La hipocresía en si es un tipo de mentira o pantalla de reputación.
Muchas veces la gente llega a ser hipócrita sin darse cuenta o solo es así con una sola persona.
Un chico de traje negro, sostenía con disgusto una pequeña computadora portátil de color negro. Su rostro demostraba un poco de molestia y desagrado, pero seguía manteniendo esa actitud tan distante y seria. Se encontraba enfrente de una gran cama color amarillo, las lámparas emitían muy poca luz, tal y como le gustaba al ¨señorito¨ de la casa.
―Ve! Esto es tan vergonzoso― un hermoso chico de cabellos castaños miraba indignando la pantalla, que mostraba un video de su humillación.
El video contenía la escena de dos chicos. Uno llorando infantilmente por piedad y el otro sostenía un arma enfrente del más pequeño. Parecía haber sido grabado con el celular, además de que en el fondo sonaba una graciosa canción con algunas risas de ¨ardillas¨.
―¿Dónde lo viste?― pregunto Feliciano. El pequeño chico de delicada figura hizo una graciosa mueca, como si estuviera oliendo algo podrido. Al parecer se acaba de despertar y seguía con su piyama de siempre; un pequeño short rojo y una playera blanca con algunos corazones de estampa.
―Esta por todo el internet― respondió el mayor. Roderich suspiro cansado y cerró por un momento los ojos; estaba cansado de lidiar con aquel mocoso que cada rato metía la pata. Su cabello marrón seguía un poco revuelto, seguramente se había levantado en la madrugada esperando las ultimas noticias sobre su protegido. Sus ojos violetas seguían posados sobre Feliciano, que no asía más que mirar con sorpresa una y otra vez el video ―¿Qué ocurrió?―
******Vee~ quiero pasta******
―¡Dime lo que sucedió! ¿¡Este eres tu verdad!?― Un señor de piel un poco morena señalaba enojado la pantalla de su computadora. El rubio que estaba enfrente de él, se acercó para tener una mejor visión y se sorprendió al ver que si, efectivamente él estaba ahí, sosteniendo un arma.
―Creo… creo… creo que si― Ludwig estaba nervioso y confundido. El día había ido como de costumbre y la verdad, ya no se acordaba de aquel ¨incidente¨. Seguía dentro de la escuela y portaba el uniforme correspondiente; que consistía en un pantalón gris, playera blanca, corbata verde con negro y un saco negro a la medida. Todo perfectamente acomodado. Él no era un alumno problema, de hecho, él era uno de los mejores alumnos del lugar y temía decepcionar al guapo y musculoso director Romulo.
―No han pasado ni 3 días desde que reportaron a un guardaespaldas por herir a una chica― mustio el señor sin dejar de ver al rubio que estaba enfrente de él ―para un guardaespaldas la imagen es importante. Hace unos días te dije que debías ser cuidadoso ¿Y ahora me sales con esto? ¿No escuchaste lo que dije?―
―¡Si señor!― respondió Ludwig rápidamente con una inclinación, sin mirar a los ojos del mayor.
―¿Tienes algo en mi contra?―
―¡No señor!―
―¿Te dejo un novio que se parecía a mi?― el rubio miro extrañado y un poco avergonzado a Romulo, que no hacia mas que sonreír tontamente y mirar de reojo a su alumno. Al director le gustaba hacer bromas de ese tipo, aunque estuviera frente a una situación difícil, no perdía su buen humor.
―No―
―Entonces, ¿Por qué me haces esto a mi?― pregunto el mayor indignado. Ludwig bajo la mirada… eso no era su culpa, ¡todo era culpa de ese maldito chico consentido!
********¡Keseseeseseese~ que awesome soy!********
―Ya conoce la situación. Los fans últimamente han estado atacando a los anti-fans, además de que los acosos han ido en aumento. Usted tiene una imagen fija y los padres lo creen una buena influencia. No puede permitir que un simple rumor acabe con su buena reputación― el chico de ojos violetas hablaba calmadamente mientras seguía a Feliciano rumbo a la cocina.
―¿Y? ¿Qué quieres que yo haga?― respondió el castaño mientras se serbia un poco de jugo de naranja.
―Seguramente tuvo una pelea en ese bar ¿verdad?―
―Era un karaoke, no un bar― aclaro Feliciano, bostezo un poco y siguió ingiriendo su bebida.
―Pronto los reporteros lo estarán acosando― Roderich tomo el vaso y lo coloco fuera del alcance del castaño, ya que se estaba distrayendo fácilmente y necesitaba de toda la información posible. Ese era su trabajo ―¿Quién es el chico?―
―¿Cómo voy a saberlo? Nunca antes lo había visto― los ojos color miel de Feliciano se posaron sobre el chico de traje. Realmente estaba molesto. No podía decirle muchas cosas a su representante, ya que no eran de su incumbencia. Pero también sabia que era importante salir de este problema ya que su carrera se vería afectada si algo salía a la luz.
********No soy bueno en el arte********
―¿¡Quien es Feliciano Vargas!?―
―Un artista―
―¿¡Que!?― Romulo estaba sorprendido.
―Es un artista reconocido. Desde su infancia ha participado en diferentes tipos de doramas (telenovelas), además de que ha lanzado canciones que hasta el momento siguen siendo un éxito. Sus oleos se han vendido en millones y lleva una vida tranquila, digna de reconocerse. Se cree que es la celebridad más codiciada― Ludwig suspiro resignado. Él no era un fan de ese artista, simplemente, tenia un hermano que se había quedado en la edad de la pubertad (a pesar de sus 25 años) y no paraba de comentar cosas sobre las celebridades de ahora. A veces creía que Gilbert era la típica chica chismosa en el cuerpo de un hombre.
―¿Sabias que era una celebridad y aun así lo amenazaste con un arma?―
―No, este…―
―Deja de alegar y mejor dime que es lo que paso―
―De acuerdo―
Romulo expandió el video para verlo mejor. Se levanto a un lado del rubio y señalo la pantalla.
―¿En donde estabas?―
********¿Qué es eso? Ah… ya vi********
―¡En el karaoke!― Feliciano y Roderich estaban sentados en unos sillones blancos, enfrente de ellos había una pequeña mesa circular de color negro, en donde reposaba un florero azul con algunas rosas blancas. A su derecha había un equipo de sonido junto con unos cuantos cuadros ―Anoche fui al karaoke―
El mayor sostenía su agenda y anotaba todo lo que le resultaba importante.
―¿En donde queda?―
―En Geongneung-dong―
―¿Por qué fue a ese lugar?― Feliciano guardo silencio por unos segundos y miro uno de los oleos.
―Solo fui― Roderich suspiro y trato de analizar la situación. Había algo importante, como para que el castaño lo ocultara…
********Vee~ quiero vino********
―Era el cumpleaños de mi hermano. Al principio solo lo iba a acompañar a tomar unas cervezas, pero Gilbert quería cantar esa estúpida canción― Ludwig apretaba fuertemente los puños al recordar al necio de su hermano. Romulo se miraba al espejo y acomodaba su cabello ―Ni siquiera canta bien―
―¿Cuánto bebiste?―
―¿Beber? ¡Yo no tome nada!― los ojos cafés del director se posaron sobre los azules de Ludwig ―No bebí. Bueno, solo fue una o dos… tres o cuatro vasos―
―¿Absenta?―
―¡No!, cerveza― Romulo siempre había sido un detector de mentiras innato, así que suspiro y le dio otra oportunidad a su alumno ―bueno, mesclada con un poco de absenta―
*Flash- Back*
Tres chicos, lo suficientemente borrachos estaban cantando una pegajosa canción.
Ludwig vestía su usual pantalón de mezclilla junto con un suéter verde con rayas rojas. Su cabello estaba un poco despeinado y eso era raro, ya que siempre lo peinaba hacia atrás, manteniendo cada cabello en su lugar. Sostenía el micrófono al revés y debes en cuando gritaba ¨make pasta, not war!¨ ya que eso era lo único que llegaba a pronunciar de toda la canción (ya que era muy rápida).
Gilbert, su hermano. Llevaba un pantalón de vestir negro, junto con una camisa blanca y chaleco café claro. Sus ojos eran protegidos por unas gafas negras, ya que se había escapado de su escuela con la ayuda de uno de sus amigos y ¨eso¨ era parte de su disfraz. Ya saben, una persona común y corriente podría salir sin ningún problema; pero él era el jefe de una pandilla del instituto de futbol y además sus ojos rojos y cabello plateado eran fáciles de reconocer. El albino gritaba por el micrófono, provocando el aturdimiento en los oídos de sus acompañantes. Le encantaba esa canción y no podía tener un ¨awesome¨ cumpleaños, si no iba al karaoke y la cantaba.
Y por ultimo estaba Francis, un reconocido chef que se había hecho ¨muy amigo¨ de Gilbert y siempre estaba ahí para cometer una que otra broma. Llevaba su uniforme. Una flipina, el mandil blanco, un toque y su pantalón. Cantaba a un alto volumen la canción y de vez en cuando tomaba un poco de vino tinto ya que no compartía el mismo gusto en bebidas que sus amigos. La canción la conocía perfectamente así que no tenia dificultad alguna al cantarla, de hecho, el conocía perfectamente al compositor.
Bailaban al son de ese tipo de rock, k-pop, rap… raro. Sus pasos eran enérgicos y a la vez torpes.
En cuanto uno de los empleados llego para dejar sus cervezas en una mesita, Ludwig no dudo en sentarse rápidamente y colocar un poco de absenta en las bebidas. Entre gritos y unos cuantos abrazos, los tres amigos estaban disfrutando de ese día tan especial.
Mientras tanto, en otra habitación; Feliciano acomodaba su corbata roja y respiraba hondo. Había ansiado demasiado este momento y de hecho, lo iba a aprovechar al máximo. Sentado en unos sillones rojos estaba un chico de cabellos cafés oscuros y ojos verdes como el bosque. Los dos se sonrojaron al cruzar miradas y sonrieron para si… hace mucho que no se veían.
*Fin Flash-Back*
―¿Y quien era?― Roderich miro de reojo al castaño y siguió anotando ―estoy seguro de que no fue solo―
―Ve! Eso no importa―
―Necesitamos un testigo―
―Él no tiene nada que ver con esto ¿entiendes?―
―Continúe― el chico de ojos violetas estaba acostumbrado a la actitud infantil de su protegido. Pero a veces era demasiado desesperante y caprichoso… especialmente cuando se trata de las personas que quiere.
*Flash-Back*
Al poco rato solo quedan Francis y Ludwig en la sala dos de aquel edificio. Gilbert estaba demasiado borracho y en su camino hacia el baño, se había perdido, llegando a entrar en la habitación equivocada. Abrió la puerta con un poco de brusquedad y entro a un cantando.
―¿Qué esta haciendo?― pregunto el castaño menor mientras se levantaba y serbia de barrera entre su invitado y el albino borracho.
―Oh, lo siento. Lo siento― se disculpo Gilbert mientras tallaba infantilmente sus ojos. Se inclino por unos segundos y continuo con sus torpes pasos hacia la siguiente habitación.
Feliciano estaba molesto, pero no podía hacer nada más que volver a sentarse y recibir más mimos.
Cuando el cumpleañero entro a la habitación en donde estaban sus amigos, estos lo recibieron con gritos y cerveza derramada. Ya había pasado más de una hora y seguían cantando la misma canción. El rubio empezó a sentir nauseas y salió de aquel lugar para ir a tomar un poco de agua.
―¡HAAAAAAAAAAAAAAAA! ¡FELICIANO VARGAS!― Gilbert grito a los cuatro vientos cuando comprendió que su artista favorito estaba en la habitación de alado y además de eso, él estaba CANTANDO uno de sus éxitos. Sin pensarlo mas, el albino tomo a Francis por el mandil y lo jalo afuera de la habitación… tenia que conseguir un autógrafo.
Se asomaron sigilosamente por una pequeña ventana y lograron apreciar la fina silueta del italiano.
Feliciano lo noto al instante y se dirigió a la salida. Estaba mas que irritado.
―¿Qué quieren?― el castaño paso una de sus manos por sus cabellos y suspiro cansado… al final de cuentas no podía estar con el sin tener interrupciones ―vayan a seguir cantando―
―¡Te matare Feliciano! Dijiste que mi comida estaba desabrida― Francis ya estaba en estado de ebriedad y no dudo en reclamar al castaño sobre el comentario que hizo en SU PROPIA CASA.
El rubio de cabellos ondulados se recargo sobre Feliciano y trato de mantenerse de pie.
―Yo no tengo la culpa de que tengas mal gusto y no sepas cocinar… te pareces a Arthur― esa fue la gota que derramo el vaso. El cocinero tomo por la camisa a Feliciano y lo zarandeo débilmente. Gilbert trataba de detenerlo y a la misma vez, sacarle una foto. Todo estaba volviéndose una comedia tonta y lo único que podía hacer el pequeño, era mirar tristemente como se iba el chico que estaba con el.
Ludwig entro a aquel pasillo y vio todo lo que estaba pasando…
―¿Qué les he dicho sobre pelear?― pregunto el rubio con la voz ronca.
A los dos los tomo por el cuello de sus uniformes y los aventó junto a la puerta de otro de los cuartos. Después de reflexionar un poco sobre lo que les iba a hacer… decidió darles unos pequeños golpes en la cabeza.
―Debería dejar que los arrestaran― Ludwig masajeo sus sienes y miro hacia el Italiano, que seguía observando la escena con una pequeña sonrisa.
―Pero el…―
El rubio saco el arma que llevaba escondida entre sus ropas y apunto a sus amigos. Pero Feliciano lo capto como amenaza y prueba de su homicidio.
―Per favore! ¡Ve! No me mate… ¡Aun soy virgen! ¡Ve! ¡Ve! ¡No me mate!―
Debido al escandalo que estaba armando el artista, la mayoría de los clientes salieron de sus habitaciones para chismosear como siempre. Y no falto algún adolecente idiota que grabara ¨eso¨ con su celular.
―¿¡Was!? Yo… no…― pero de nuevo. El guardaespaldas estaba empeorando las cosas y dirigía la pistola hacia el italiano.
Lo que comenzó como una pequeña broma para su hermano y amigo… termino siendo un mal entendido.
*Fin Flash-Back*
―Al final de cuentas Francis se fue con el castaño a su casa, para probarle que había mejorado en la cocina― Ludwig seguía recordando aquel día con fastidio y frustración ―Gilbert insistió en ir a un bar así que lo lleve. Pero colapso antes de la primera botella y nos tuvimos que ir a casa temprano. Pero no hubo ninguna pelea, así que no debe de preocuparse―
―No importa como haya empezado o si la culpa fue de ese chef y tu hermano… en el momento en que sepan que usted estaba amenazando con un arma a un artista, ya no podrás volver a la escuela de guardaespaldas― hablo con claridad el director.
―Eso no es justo―
―¡Nada en esta vida es justo! Los medios de comunicación solo están al tanto de algún chisme para fregarle la vida a alguien ¡Y ese alguien eres tú!― Romulo se levanto de su asiento y comenzó a revolverse el cabello con desesperación. ¿Qué podía hacer? En los comentarios se podía ver claramente el odio de los y las fans locas contra su estudiante. Aunque también los anti fans aseguraban que Feliciano estaba en estado de ebriedad y el rubio no pudo hacer nada más que sacar un arma para defenderse del artista caprichudo. Por las dos partes estaban perdiendo… esto era un GRAN problema ―Ya vas a terminar la carrera ¿Sabias que tu castigo es mas grande por eso? ¿Lo sabias?―
―Si, lo se― el rubio bajo la mirada y una aura de depresión lo rodeaba.
―¡Debemos de resolver el problema! Y para eso… debes de escapar a un lugar lejos de los medios de comunicación―
*¿Me regalas un beso? Vee~*
―No responda ninguna llamada. Mantenga su celular apagado― Roderich y Feliciano salían de la gran casa con mucha cautela.
―¿Y como se supone que te hablare? ¿Ve?―
―Se quedara con Antonio Carriedo ¿verdad? Lo llamare a su casa―
Los dos tomaron diferentes caminos. Roderich se dirigía a buscar a ese rubio del video y Feliciano conducía hacia la casa de uno de sus mejores amigos.
Mientras tanto… Ludwig llamaba a su hermano para advertirle que no dijera a nadie sobre a donde iba a ir. Su director le había ofrecido su casa por estos días y si quería seguir estudiando en esta prestigiosa escuela, debía de mantener su identidad en secreto. Las cosas tenían que calmarse y así su vida regresaría a la normalidad.
―Tu video es el más visto después de tu canción. Algunos les agregaron lagrimas falsas a tu rostro y cosas que hacen mas evidente tu humillación ¿Él era un anti fan?― pregunto un chico de cabellos cafés y un poco ondulados. Sus ojos verdes miraban con simpatía los avellanas de Feliciano. Llevaba una playera holgada y pantalones formales… parecía contento con la visita ―Dicen que tu iniciaste la pelea y el solamente se defendió―
―¡Ve! Si él fue quien trataba de asesinarme― el menor hizo un lindo puchero mientras se recostaba en uno de los sillones naranjas de aquel lugar. Inspecciono con la mirada y sonrió delicadamente. Hace mucho que no venia a esa casa ―¿Y Lovino?―
―Trabajando―
―¿Dejo pasta?― los ojos de Feliciano se iluminaron al ver a Antonio con ese gran plato de pasta humeante. De seguro estaba desabrida… ¡Pero la había preparado su hermano! No podía esperar para probar esos fideos tan delgados y suaves. La salsa de tomate, un poco picante y dulce a la vez. El queso derretido… en un abrir y serrar de ojos. El italiano ya estaba acabando con la comida.
―Roderich ha estado llamando―
―No le contestes… tengo que dormir mi siesta y no quiero ser interrumpido―
―Feli deberías estar agradecido, él ha cuidado de ti y ha hecho un estupendo trabajo― el celular de Antonio comenzó a sonar y no tubo otra opción mas que contestar ―¨Hola Elizabeta ¿Qué pasa con Feli? ¿Si? Eso es un problema ¿Quieres saber donde esta? Tendré que llamar a Lovino para que me avise si llega a ir con el. Muy bien, yo te llamo si lo llego a encontrar¨―
―¡Ve! El director Edelstein se encargara de esto― el menor corrió para abrasar a su amigo y sonrió al recibir mimos por parte de este. Le gustaba estar en esa casa y siempre que podía los visitaba… aun de alguna manera se sentía mal.
Y tal y como lo había dicho nuestro italiano… Roderich había buscado por todas partes la casa del director de la escuela para guardaespaldas; sus confiables contactos le habían asegurado que el rubio estudiaba en esa escuela. El chico de elegante traje esperaba cerca de una puerta negra, adornada con algunos dibujos extraños (seguramente italianos) en el medio. No paraba de pensar en como sacar a Feliciano de aquel problema. Miro la correspondencia para asegurarse de que había llegado al lugar indicado y volvió a llamar a la casa del español ese…
―¿Usted es el hijo del director?― pregunto un rubio confundido.
―¿Mande?―
―Que bueno que lo encontré… es que perdí el duplicado de llaves y no puedo entrar. Me preocupaba de que el director viviera solo y tuviera que esperarlo hasta que llegara―
―¿Qué tipo de arma llevaba?― pregunto Roderich mientras colgaba su celular y miraba detenidamente aquel estudiante. Él era el causante de todo ese problema.
―¿Vio el video? Creo que ha sido muy famoso― los puños de Ludwig se cerraron con fuerza. Nada podía ser mas vergonzoso que esto… por la culpa de Francis y su estúpido hermano, estaba apunto de abandonar la carrera de sus sueños.
―Tome― el representante de Feliciano extendió la mano para entregarle al rubio una tarjeta. Esta era transparente y unas letras en cursiva adornaban esa dichosa tarjeta de presentación. Ludwig había caído con la peor de las personas… ―debemos de hablar―
*Y con mi pincel un hermoso mundo pintare~*
―Esta escuela tiene un gran prestigio por lo que he escuchado― hablo seriamente Roderich mientras daba un vistazo a la casa del director. Por todos lados había fotos de él y muchos espejos. Además de que todo estaba en su lugar… los sillones de tela marrón desprendían un olor a nuevo. La pantalla estaba perfectamente cuidada. La casa tenia un estilo Italiano que le recordaba a su protegido. Lámparas por todos lados. Una estantería con libros de pastas gruesas y hojas amarillas por los años que tienen ―Aun así, en la televisión anunciaron un ¨accidente¨ que ocurrió en un concierto. Al parecer uno de sus estudiantes ha lastimado a una joven y esta ahora tiene un brazo roto ¿Seria conveniente una negociación? ―
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La negociación había sido un éxito y ya se les había llamado a los reporteros sobre la conferencia que daría el artista para dar una explicación a ese dichoso video. No tardaron ni cinco segundos en difundir la noticia y todos estaban esperando ansiosos a que ese ídolo se presentara con una de sus muchas sonrisas cálidas y aclarara las dudas de todos son fans.
Feliciano se miraba en el espejo y esperaba a que Roderich terminara por arreglarlo. Debía de portar uno de esos aburridos trajes y soportar la corbata asesina por mucho tiempo. Él era el único con mala cara en esa habitación, estaba arto de darle explicaciones a la gente sobre su vida privada y disculparse por cosas que el no había hecho. ¿¡Porque demonios debían ser ¨Vargas¨!? Destinados al éxito y el sufrimiento… gente famosa con el, no tienen la esperanza de vivir una vida normal como los demás. Pero no podía quejarse, tenía todo lo que un chico podría desear… además de que pronto conseguiría un juguete nuevo, al que podría hacer y deshacer a su antojo.
―¿Enserio debo de hacerlo?― pregunto el castaño con un puchero. Sus mejillas estaban sonrojadas e infladas, y sus ojos un poco llorosos. El mayor revolvió un poco sus cabellos suaves, manteniendo su mano alejada de aquel rulo extraño y suspiro. Roderich tampoco quería que su protegido tuviera esa conferencia y mucho menos… que su guardaespaldas fuera un estudiante.
Mientras tanto… en el elevador del edificio de presa subía el extremadamente guapo director junto con su estudiante.
―¡Debe de haber otra manera! No quiero ser la niñera de ese mocoso― Ludwig cerraba los ojos con fuerza y parecía suplicar en silencio que el todo poderoso acabara con el en ese instante… pero nada podía salvarlo de esa maldita situación.
―¡Deja de quejarte! Y has lo posible por salvar nuestra reputación… ¡Me van a salir arrugas si seguimos con esto!―
La prensa acomodaba las cámaras, las lámparas, el cuestionario y unos vasos con agua. Todos tomaban sus respectivos lugares, con sus respectivos sobres que mandaba el representante de Feliciano.
Había llegado el momento de presentarse.
―¡Hola! Mi nombre es Feliciano Vargas. Me gusta la pasta, el vino, las siestas… los gatitos ¡son muy lindos! ¿Te gustan los gatos? Yo quiero uno pero Antonio dijo que me podía dar una enfermedad ¡No entiendo porque! También me gusta la música, pintar y actuar. Y-y las lindas señoritas… ¡Son muy hermosas! Excepto cuando quieren molestar por mi dinero, eso no me gusta ¿a que persona le gusta la hipocresía? Vee~ ¡Eres muy guapo! Apuesto que tienes una linda novia ¿Cuál es tu nombre? ¿Ve?― Feliciano había hablado tan rápido que probablemente Ludwig solo había escuchado lo ultimo. Mantenía una sonrisa hermosa, sus mejillas sonrojadas y su traje perfectamente acomodado. Él era una belleza lo vieras por donde lo vieras.
―Mi… mi nombre es Ludwig Beilschmidt― dijo un poco nervioso el rubio.
―¨Si no aceptas, lo más posible es que Elizabeta investigara más a fondo la situación y encontrara toda la información. También sabrá con quien estabas ese día. Piénsalo¨― esas palabras resonaban en la mente de Feliciano.
―Ludwig Vee~… ¡Es un bonito nombre! De seguro eres alemán. ¿Y como están tus amigos? Francis me acompaño a casa y pude cuidar de él, ya que siempre se mete en problemas con las lindas señoritas ¡Ve!… y mas cuando esta ebrio. Pero el albino, no se como se encuentra. Francis me dijo que son muy buenos amigos y que ¨el¨ me admira mucho así que mándale saludos y dile que me gustaría tomarme una foto con el… claro, si gusta ¿A ti te gusta el arte? ¿Ves doramas? ¡Seremos los mejores amigos! Vee~― Ludwig estaba sorprendido. Creyó que el mocoso seria lo peor del mundo, que seria como siempre son los artistas… malcriados y malvados. Pero Feliciano era la personificación de la amabilidad y felicidad… su sonrisa daba gracia y lo que decía simplemente te hacia sentir en confianza. Tal vez disfrutaría el trabajar con el.
Los dos entraron a la sala de conferencias. El italiano sonreía y posaba para las cámaras. Mientras que el alemán, caminaba derecho y erguido, manteniendo la vista enfrente.
―Lamentamos el retraso― se disculpo Roderich mientras tomaba asiento a un lado de su protegido. Se veía lleno de confianza y eso se transmitía por las cámaras. También portaba uno de sus mejores trajes y trataba de mantenerse lo mas serio posible ―los sobres que tienen en sus lugares, tienen evidencias de ¨acoso¨ y ¨amenazas¨ que ha recibido el señor Vargas constantemente. Esto es muy alarmante―
―¿Tienen algún sospechoso?― pregunto un reportero de cabellos peli rojos.
―¿La policía sabe sobre esto?― remato una joven de cabellos casi azulados.
Los reporteros escribían en sus computadoras. Miraban detenidamente las fotografías y cartas que contenía el sobre. Al parecer los ¨fans¨ eran los culpables de estas y algunas eran un poco subidas de tono.
―Me gustaría responder a sus preguntas ¿Puedo?― pregunto Feliciano de una manera suplicante y tierna. Su representante asintió y miro hacia enfrente, el castaño ya estaba preparado ―Por el momento no hay ningún sospechoso y ya se le ha informado a la policía Vee~―
―¿Lo han agredido?― pregunto un joven reportero de cabellos rubios.
―Algunos fans han intentado besarme, secuestrarme o robar artículos personales… ¡Pero Roderich siempre me protege! Porque me quiere mucho y se preocupa por mi bienestar― todos escucharon atentos aquella información y parecían totalmente convencidos de que el pobre italiano sufría demasiado.
―Pero esas no son amenazas de muerte― reclamo una chica de cabellos castaños y ondulados. Sus ojos verdes se posaban sobre los violetas de Roderich. La pregunta iba para el, esto ya era un reto mental.
La joven reportera era famosa por sus investigaciones. Siempre llegaba al fondo del caso y eso preocupaba a todos los ídolos del momento. Elizabeta Héderváry es la principal enemiga de Roderich, desde la universidad. Siempre portaba ropas elegantes, pero casuales a la misma vez. Esta vez lucia un bonito vestido blanco con estampados de flores rosas, zapatillas rosas claro y un lindo paliacate en el cabello. Sus mejillas estaban sonrojadas, no tanto como las de Feliciano, pero aun así, se veía tierna. Una sonrisa orgullosa se formaba en su rostro, pero no dejaba notar soberbia… solamente un poco de superioridad ante el representante del cantante.
Feliciano salto la mesa principal y tomo el rostro de la castaña con brusquedad. La reportera emitió un grito ahogado y con sus manos trato de apartar las del artista.
―Un beso robado…― susurro el italiano con una sonrisa… pero esta era odiosa. Muy pocos llegaban a ver esa hostilidad y solo algunos amigos conocían ¨ese¨ Feliciano lleno de egocentrismo y soberbia ―es bastante aterrador ¿verdad?―
Todos votaron a su favor.
Feliciano volvió a tomar asiento y sonrió bobamente. Había cumplido su objetivo.
―¿Y lo del video era un ataque anti fan?― pregunto Elizabeta recuperando la compostura.
―No. Decidimos que estos ¨ataques¨ eran demasiado peligrosos así que decidimos contratar un guardaespaldas― hablo finalmente Roderich en forma serena.
―Vee~ ¿a que es lindo verdad? Su nombre es Ludwig Beilschmidt. El cuidara de mi y ¡seremos mejores amigos!― Feliciano abrazo al rubio cariñosamente y restregó un poco su mejilla contra la del otro. Todos parecían muy desconcertados con esto, pero no podían negar que eso era muy lindo. Ahí estaba la respuesta al video…
―Un placer― saludo Ludwig con un simple ademan.
―Aun así se ve muy joven para ser guardaespaldas― la castaña no quería perder y sus preguntas siempre tenían una trampa muy bien escondida.
―Ludwig es muy buen amigo de el pervertid… Vee~― Feliciano se mordió la lengua ―del chef Francis, así que es de confianza. Además esta bien fortachón, nadie se metería con el― de nuevo se escuchaba el ruido de las teclas al ser presionadas con fuerza y rapidez.
―Jugar con armas no es bueno ¿no fue peligroso?― pregunto otro reportero.
―Lud~ me estaba enseñando como defenderme si alguien me amenazaba con un arma. Por su puesto no estaba cargada ¡Ve!―
―¿Y por qué usted suplicaba por su vida e incluso menciono el hecho de que es virgen?― rio un poco Elizabeta.
―¡Ve! Es el guion del guion de uno de mis doramas. Solo quería bromear un poco y se salió de control―
Y así fue la conferencia… llena de preguntas rebuscadas, con respuestas rebuscadas. Algunos miraban de mala manera al italiano, ¿pero que se le podía hacer? Él siempre era tan sincero, o era muy bueno para mentir. Todos estaban conformes con la investigación y pruebas. Los periódicos, canales y revistas se llenaron con la noticia ¨del nuevo guardaespaldas de Feliciano Vargas¨. Y los comentarios malos de las redes sociales dejaron de publicarse.
Todo eso en cuestión de segundos.
―Te espero en el estacionamiento― Roderich se retiro junto con Romulo al piso de abajo y parecían estar los dos satisfechos con la conferencia.
Ludwig tenia que preguntar sobre como iban a ser las cosas de ahora en adelante… a que hora se verían, en donde vivía, ¿Qué pasaría con su escuela?
―Disculpa―
―No me dirijas la palabra si no es algo importante. Nos vemos a las 3 de la mañana y se puntual. No quiero que vuelva a pasar otro de esos ¨incidentes¨ ¿ENTENDIDO?― Feliciano se dio media vuelta y saco su celular ―y cambia tu ropa, no quiero que piensen que mi guardaespaldas es un SUCIO PORDIOSERO―
¿¡Pero que demonios había pasado con el risueño Feliciano!?
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