Disclaimer: los personajes y parte de la trama son de Yana Toboso (si fueran míos Ciel no hubiese terminado siendo un demonio y Sebastián sería MI mayordomo), lo que reconozcan no es mío.


Una Chica... ¿Endemoniadamente Buena?

Cap. 1 Esa Chica, Singular


Un Ciel "vacío" y sin memoria se pasea por los pasillos de la mansión Phantomhive. Una chica bastante diferente llega desde Londres o tal vez mas lejos. Un secreto guardado por trece años decide salir a relucir. La venganza que quiere surgir, esta vez ejercida por otra persona. Como dicen: "La venganza es un plato que se sirve dulce y frío"


Ciel observaba ausente por la ventana de su estudio, había llegado un carruaje, pero la verdad no recordaba haber llamado a alguien, o que por lo menos hubiese avisado su llegada.

−Joven Amo− dijo Sebastián asomándose por la puerta−, ha llegado Lady Mairie, como dijo hace una semana.

−¿Lady Mairie? No recuerdo que haya pedido hablar conmigo, ni siquiera recuerdo haberla conocido.

−¿Qué desea que haga, Joven Amo?− preguntó confundido− ¿le prohíbo la entrada?

Él recordaba a Lady Mairie, mas bien le extrañaba el hecho de que su amo no la recordara, cuando la pequeña niña con sueños de un trabajo de hombres, había venido a pedirle consejos a Ciel. Tristemente ese día, un incendio se había propagado por Londres desde la mansión.

−No, déjela entrar, por alguna razón vino desde Londres sólo para hablar conmigo.

Definitivamente venía de lejos, más de lo que Ciel creía. Era una chica independiente, había venido sola desde América al quedarse sin familia en el momento en que sus padres, por una enfermedad, habían muerto.

Sebastián bajó y recibió a Lady Mairie en la entrada como había ordenado su amo, e inmediatamente la condujo hasta el estudio.

−Joven Amo, aquí está Lady Mairie−dijo Sebastián al llegar.

Ciel se quedó perplejo, ¿ésa era Lady Mairie?, podría haber confundido a la morena que vestía pantaloncillos y saco con un chico si no supiera que ya se hacía llamar "Lady".

No parecía de Inglaterra, su piel era color miel y tenía unos grandes ojos verdes, el cabello lo llevaba corto y oscuro.

−Buenos días− dijo Lady Mairie dándole la mano, Ciel pudo notar que la niña usaba unos blancos guantes, parecidos a los que él a veces utilizaba−es un gusto conocerlo, Conde Phantomhive.

−Eh… igualmente, Lady Mairie, es un placer para mí conocerla, ¿le gustaría esperar un momento en el salón principal hasta que baje− preguntó haciendo señas a Sebastián para que éste la llevara.

−Por supuesto− dijo la chica dejando mostrar una fila de relucientes dientes blancos, mientras Sebastián se la llevaba de la habitación.

Ciel no puedo evitar preguntarse quién era la morena que lo visitaba, que quería y porqué vestía como chico; una señorita educada no sería capaz de mostrar sus piernas de ese modo, definitivamente no era parte la aristocracia inglesa, ni de la europea.

Comenzó a arrimar los libros y cuadernos donde, hasta ese momento, practicaba matemáticas. No tenía ganas de hacer tarea en ese momento, en realidad nunca tenía, la única forma de no hacerla era que Sebastián le diera clases, ya lo había intentado, siempre terminaba con las manos rojas y adoloridas, por lo que había decidido tomar clases con un tutor que no tuviera una regla metálica o algún objeto parecido en sus manos.

Suspiró y rió, ¡qué momentos aquellos!, él era sólo un pequeño− sin decir completamente indefenso− y ya había perdido a sus padres, había pasado un mes viviendo de una de las peores formas; la tortura, el dolor, el hambre y el frío se sentían todavía cercanos; sin embargo, le molestaba la forma en que Sebastián le decía en que siempre existían cosas peores, y que también niños, hasta mas pequeños, habían vivido.

Venganza, era lo único que deseaba desde aquel mes, sin duda la idea de tener un demonio al servicio para llevarla a cabo siempre le había parecido el mejor camino para hacer esa tarea.

−Entonces…

−¡Joven Amo!− dijo, mas bien gritó Mailene en la puerta de forma agitada− debería baja… eh… ha ocurrido algo.

Ciel frunció el ceño, normalmente no hubiese prestado atención, aquellos sirvientes siempre traían problemas, pero siempre le informaban a Sebastián, al menos que él haya mandado a la criada a llamarlo o… no le pudieran informar porque…

−Que estupidez, los demonios no se mueren así como así.

−¿Disculpe Joven Amo?− preguntó la sirvienta extrañada por lo que acababa de decir.

−Eh... no nada, estaba… ¿leyendo?−dijo inseguro mientras se levantaba de su silla.

Al llegar a las escaleras del salón pudo escuchar cómo Lady Mairie atosigaba de preguntas a su mayordomo.

−Pero… necesito saber que significa esa marca… es en serio…− repetía la joven una y otra vez− siempre me he preguntado que es.

Ciel se fijó en la escena frente a sus ojos: la chica de ojos verdes sostenía cuidadosamente el guante que debía cubrir la mano en la cual se encontraba la marca del contrato con Sebastián.

La marca…− pensó Ciel− Lady Mairie ha visto la marca.

−Disculpe señorita, es imposible que lleve preguntándose que es esta marca desde siempre, cuando acababa de verla− replicó Sebastián.

−Claro que si− dijo al momento que se quitaba el guante, dejando ver una marca en su mano, la clásica estrella de cinco puntos dentro del círculo; un pentagrama emblema demoníaco que simboliza al macho cabrío. Era tan parecido y tan diferente al de Sebastián, sin duda era mas claro, sino hubiese sido porque ella lo señaló, ninguno lo hubiese notado. Podía ser que ella tuviera algún contrato con un demonio, podía ser que haya sido entregada como sacrificio en algún culto satánico o… también cabía la posibilidad de que ella fuera…

−Un demonio…−dijo Sebastián receloso− ¿qué haría un demonio en forma de una niña tan pequeña? O puede ser…

−¿Eh?− dijo confundida la "pequeña"−¿qué demonio? ¿a qué te refieres?

−¿Un demonio? Si, Sebastián ¿de qué estas hablando?− preguntó Ciel, a quien al parecer nadie le prestó atención.

La confusión se esparció por toda la habitación, si no fuere porque los sirvientes se hallaban muy ocupados y no en esa sala exactamente, hubiera sido más grande, ellos no sabían de la verdadera naturaleza del mayordomo de la mansión Phantomhive.

−Entonces… ¿qué es esa… ouch…−dijo mientras se frotaba las sienes−…marca?− agregó inaudible.

Sebastián se acercó a ella con la velocidad inhumana que poseía, y Lady Mairie, también con gran velocidad, se alejó de las manos del demonio.

−Aléjate de mí− dijo ella soltándose las sienes y dejando ver sus ojos…


Terminé! oh por dios estoy tan emocionada por este fanfiction! quisiera agradecerle a todos los que me dieron sus opiniones antes de que fuera subido a la red.

PD: Dejen Reviews, por cada uno que reciba me aseguraré de que un Sebastián obtenga un gato y lo esconda en su armario (ver manga).

~Dani^^