Hola…espero estén de muy buenos ánimos, de la misma manera que lo estoy yo… ¿Y por qué?...pues como lo prometido es deuda, aquí vuelvo a comenzar un nuevo fic. La verdad es que tenía muchas ganas de hacer algo así, porque bueno tenía muchas ideas acumuladas y no sabia como sacarlas, también debo aceptar que tal vez he visto muchas cosas referente a esto… ya entenderán…Jajajaja XD. Bueno espero que les vaya gustando la idea y que igualmente la sigan…obviamente pueden dejarme sus ideas, si quieren algún cambio o algo así. Y aquí tienen…disfruten…


DEPREDADOR

BY: KAGOME-INU1982

Sumary: Perseguida por sus pesadillas, ella cree no poder alcanzar la paz en su vida, hasta que lo ve a él… ¿Qué tan cierto podría ser eso?. Él también busca la paz, el descanso de su tormento para poder estar tranquilo hasta el fin… ¿Su pequeña obsesión se lo permitirá?, ¿Qué tan bueno es que sus extraños mundos se crucen?

Cáp. 1: Acechando

Corrió desesperada entre el espeso follaje, iluminado tan solo por los tenues e imperceptibles rayos de luna; el cansancio estaba presente en su cuerpo y aun así la adrenalina que transitaba por el la ayudaba a continuar, sus pies estaban desnudos y lastimados, las perladas gotas de sudor se pegaban en su frente, y sus enmarañados cabellos se batían con el frío viento de la noche; una gruesa raíz la hizo caer al suelo, deslizándose entre las hojas y ramas ocasionando varios raspones en sus piernas, ¡Estupidas faldas!. Aferro en sus manos la tierra bajo ella, quiso llorar de frustración, quiso romper el silencio que se cernía sobre ella. El sonido de ramas crujir, las pisadas fuertes e imponentes la hicieron reaccionar, levanto su cabeza y miro el follaje tras ella, escuchando cada vez mas fuerte las pisadas tras ella; trato de levantarse con tan mala suerte que su tobillo se resintió y cayo al suelo sentada, abrió sus ojos y frente a ella escondido tras el follaje vio un par de ojos, de color dorado, vivos como las brasas pero aun así la frialdad hacia presencia en ellos, un gruñido se escucho, las ramas se sacudieron y eso salto sobre…

- ¡No! – Brincó de improvisto en la cama- ¡Demonios, no de nuevo! – Pasó el dorso de su mano sobre su frente perlada de sudor; movió las cobijas y salió de la cama, para ir al baño, buscó en el cajón del baño un par de píldoras y se las metió a la boca, bebió un poco de agua; una vez que estuvo un poco mas calmada, fue hasta la terraza de su departamento.

Dejó que el aire acariciara sus cabellos azabaches cerrando sus ojos dejándose llevar por el aire frío de esa noche de luna llena. De nuevo esa pesadilla, recordaba haberla tenido cuando niña pero a medida que crecía se presentaba aun mas, ya ahora la tenia diario…

- Ah, debes descansar Kagome – Se dijo así misma, volvió a la cama y se dejó llevar por el sueño.


Espero que hayan comprendido la explicación de los rayos catódicos, ahora bien, probaremos que tanta atención tuvieron, según esta imagen ¿Cuál es el punto que representa la fuente del alto voltaje?, veamos Señorita Higurashi puede decirme usted ¿Cuál es?...Señorita Higurashi… ¡Señorita Higurashi!

- ¿Qué? – Preguntó levantándose de su pupitre aun adormilada, provocando la risa de los otros compañeros.

- Veo que estuvo muy concentrada, así que… - En ese instante el timbre sonó, lo que hizo que todos se levantaran - Salvada por la campana… ¡Pueden salir, la próxima clase habrá examen!

- Oye, ¿Qué fue eso Kagome? – Le preguntó una chica de cabellos castaños al igual que sus ojos.

- Ahh, no dormí nada anoche – Bostezó.

- ¿Y eso? – Trató de saber más.

- La misma pesadilla de siempre, pero no hay de que preocuparse – Le aseguró Kagome.

- ¿Por qué no ves a un doctor? – Sugirió la castaña.

- Porque no estoy loca Sango

- No digo que lo estés, pero hay doctores que ayudan en eso, tal vez tienes alguna preocupación y se esta manifestando en esos sueños

- La única preocupación que tengo por ahora son los exámenes que pronto se acercan – Dijo Kagome - Ya Sango, esto pronto pasará…


- Bien chicas es todo por hoy, vayan a las regaderas – Ordenó la entrenadora - ¡Higurashi!

- ¿Si? – Se alejó de su amiga y regresó donde la entrenadora.

- Te vi algo decaída hoy, ¿Problemas? – Preguntó la mujer.

- No, falta de sueño maestra

- Descansa, puedes enfermarte – Le aconsejó.

- Claro, adiós entrenadora – Dijo marchándose, era cierto, necesitaba una buena siesta, pero los sueños siempre estaban presentes y si tomaba las pastas para dormir, siempre se levantaba cansada en lugar de descansada.

La caminata a las regaderas se le hizo eterna, una vez que llegó todas las regaderas estaban ocupadas así que fue a buscar su toalla y se sentó a esperar…

- ¿Te espero afuera? – Ofreció Sango peinando sus cabellos.

- No, debo pasar donde el director por un reporte, el maestro de química me lo puso por dormirme en su clase – Suspiró, estupido viejo, ¿Qué acaso nunca se durmió en clase? - Adelántate, te llamo en la noche – Tomó su toalla y fue hasta la zona de las regaderas.

- Adiós Kagome – Dijo ya para salir, luego las puertas se cerraron, dejando a la chica sola en la estancia.

El sonido del agua era lo único que escuchaba, pasó las manos por sus cabellos quitando cualquier rastro de shampoo, estaba concentrada en su baño, cuando el ruido de la puerta cerrándose la alerto…

- ¡Sango!... ¿Se te quedo algo? – Preguntó Kagome - ¿Quién es? – Cerró la llave del agua, tomo la toalla se envolvió en ella y salió.

Camino por todo el lugar, y no vio a nadie…

- Argg, necesito dormir – Se dijo a si misma.

Llegó a su casillero y sacó su uniforme del colegio para cambiarse, soltó la toalla de su cuerpo una vez que se puso la ropa interior y comenzó a vestirse…sin poder evitarlo sintió la mirada de alguien posada en ella; con pudor tomó su camisa y la puso velozmente

- ¿Quién esta ahí? – Preguntó de nuevo, y sin poder evitar que su voz se quebrara, estaba asustada, sentía un par de ojos puestos en ella, tenia miedo - ¡¡Quien demonios esta ahí!!

- Señorita Higurashi presentarse a rectoría – Habló la voz por el comunicador, haciéndola pegar un brinco asustada.

- ¡Estupido director! – Agarró sus cosas y salió del lugar rápidamente.


Hoy si que habia sido un día de lo peor, se habia ganado un reporte y para rematar estaba paranoica, se sentía observada, ahora que lo pensaba visitar a un doctor no parecía una mala idea…

- ¡Ya llegue! – Anunció entrando en su casa.

- ¿Cómo te fue hija? – Preguntó su madre con una sonrisa asomándose desde el corredor de la cocina - ¿Vas a comer algo?

- Bien, y no mamá no tengo hambre, iré a dormir – Subió las escaleras para meterse dentro de su cuarto.

Una vez en su habitación dejó la maleta en el suelo y se lanzó a su confortable cama. Cerró sus ojos y trató de concentrarse en dormir en alejar todo los pensamientos de su mente, en descansar…

- ¡¡Kagome!! – Se escucho el grito de su madre desde la planta baja.

Se paró de su cama automáticamente y bajó las escaleras a prisa, buscó con la vista a su madre en la sala pero no la vio, corrió hasta la cocina que estaba en penumbras, ¿Ya era de noche?...

- Mamá – La llamó con voz queda - ¡¡Mamá!! – Gritó al verla apoyada contra el refrigerador con la clavícula y parte del pecho cubierta de sangre - Mamá… ¿Qué tienes? ¿Qué?

- Corre, Kagome corre vete de aquí – Advirtió la mujer con voz suave y sin mirarla a los ojos.

- Mamá, te sacare de aquí, mírame mamá – La tomo delicadamente del rostro e hizo que la mirara, para encontrarse con un par de ojos de fuego…

- ¡¡¡MAMÁ!!! – Gritó a todo pulmón.

- ¡Kagome ya tranquila, es una pesadilla! – Acunó el rostro sudoroso de su hija en su pecho - Ya hija, cálmate…Fue solo un mal sueño…

Finalmente miró a su alrededor, aun era de día, se incorporó aun entre los brazos de su madre, y una vez calmada su respiración, su mamá buscó una pastilla y se la dio…

- Descansa hija, yo velare tu sueño – Le aseguró la mujer arropándola en la cama y recostándose a su lado - ¿Qué soñaste?

- No…lo recuerdo – Mintió, lo único que quería era olvidar ese sueño, fue más perturbador que el otro.


Sus ojos se abrieron de improvisto, aunque sin el asalto de las ultimas veces y a diferencia de las anteriores, no recordaba que habia soñado, pero su corazón no latía sobresaltado, es mas estaba normal. Trató de conciliar el sueño, pero este no llegó, a pesar de girar como loca por la cama buscando una posición cómoda. Dándose por vencida se levantó, y salió al balcón de su terraza, desde ahí se podían ver las luces de la ciudad, tan brillantes e impresionantes, miró al cielo y pudo distinguir la luna, era lo único que alcanzaba a ver, tantas luces hacían perder el mágico paisaje de las estrellas. Suspiró cansada, como por enésima vez, era increíble que a pesar de vivir en un templo no podía conseguir la paz en sus sueños, bueno honestamente no era muy creyente, en nada ni bueno ni malo…

Dio media vuelta para meterse en la habitación, pero algo la hizo girar y mirar hacia el árbol central del templo, el "Goshimboku", sus hojas estaban verdes y frondosas a pesar que no estaba en época, mas bien debería estar sin una sola, ese árbol era sagrado, según varias leyendas, leyendas en las que ella no cree. Aun así entre sus ramas agitadas sintió la presencia de algo…de alguien, agudizó su vista en una parte del árbol; luego de unos segundos su respiración se dificultó…estaba segura, mas que segura que estaba viendo un par de ojos, como los de su sueño…No, estos no eran así eran solo dorados, un dorado calido, sin rastro de maldad a diferencia de los de sus sueños… ¿Estaba soñando?...estaba segura de que no. Y así como los vio en un abrir y cerrar de ojos estos se fueron…


- Te lo juro Sango, vi esos ojos, no estaba soñando – Afirmó Kagome tomando un poco de soda.

- Kagome, mira quisiera creerte pero pienso que deberías ir a ver a un doctor – Volvió a sugerirle - Es que escúchate, lo que dices es demasiado de película, sueñas con un par de ojos y luego crees verlos, solo es producto de tu imaginación, del cansancio…

- ¿Tú crees?

- Y tu no…Kagome si quieres este fin de semana podemos ir donde un doctor, pedimos una cita y…

- Esta bien, creo que tienes razón – Accedió Kagome, la verdad a ella también todas estas cosas le sonaban algo deschavetadas.

- ¿Estudiaste para Matemáticas? – Preguntó la chica.

- ¡¿Qué?!, ¿Habia examen? – Exclamó una frustrada Kagome - No recordaba, es definitivo ahora reprobare – Por estar con su cabeza en esos sueños, ni se acordaba del estudio.

- Ay Kagome, ¿Dónde tienes tu cabeza? – Suspiró Sango - No te preocupes yo te ayudo…

- ¿Qué haría sin ti?

- Lo mismo pienso yo – Rió.


- ¿Sango estas segura que esto me ayudara? – Preguntó Kagome caminando por las calles de la ciudad.

- Mira, le pregunte a mi mamá y este doctor ayudó a una tía mía con un problema similar, y ahora no tiene mas problemas

- Bien – Suspiró y entró al consultorio, luego de unos minutos esperando, fue su turno de entrar al consultorio.

- Y dígame señorita…Higurashi – Dijo mirando la tabla de pacientes - ¿Cuál es su problema?

- Bueno, pues he tenido unos sueños muy perturbadores – Comenzó Kagome - Y cosas de esos sueños he llegado a verlas cuando estoy despierta

- ¿De que son esos sueños? – Preguntó el doctor.

- Pues, siempre estoy siendo perseguida en un bosque, al final del sueño, veo un par de ojos dorados, pero parecen llenos de maldad, sus ojos son de fuego – Así eran exactamente, fuego, un fuego infernal - Y hace poco soñé con los mismo ojos pero estos eran de mi madre y ella estaba herida y…

- Entonces se podría decir tus sueños giran sobre estos ojos

- Eso creo

- Ha considerado…


- ¡Doctor estupido!... "ha considerado ir donde un psiquiatra" – Imitó la voz del doctor.

- Ya Kagome, lo lamento pensé que funcionaria

- Ya olvídalo – Suspiró resignada, nunca debió acceder a eso.

- ¿Y que harás? – Preguntó la chica.

- Aun no se, tal vez sean cosas del estudio – Se trató de convencer a si misma - Estamos en octubre y pronto las clases terminan, debe ser eso…

- Si es lo más probable – La apoyó Sango - ¿Comemos un helado?

- Me parece bien


Una vez que cepilló sus cabellos frente al espejo, buscó su pijama, hoy de manera extraña hacía calor, demasiado calor, se colocó unos pequeños shorts rosas y blusa blanca de tirantes, descorrió las sábanas de la cama; hoy estaba cansada mas de lo común, habia llegado tarde pues habia tenido que pasar a la librería, su pequeño hermanito Souta habia insistido en probar el nuevo videojuego en compañía de ella y hasta ahora la habia dejado irse a descansar, bueno mas bien hasta que se quedó dormida; por suerte mañana era domingo y podía dormir hasta tarde, eso si dormía

El aire tibio se coló por el ventanal, fue hasta el para cerrarlo, el que hiciera un clima agradable no evitaría que pescara un resfriado. Antes de correr las cortinas miró hacia el árbol sagrado, ¿Qué hacia?, tal vez esperaba ver ese par de ojos o…No ya estaba pensando tonterías.

Cerró las cortinas y se fue a la cama, dejándose caer en un profundo sueño.

Kagome… - Se escuchó el susurro mezclado con el viento.


- De nuevo estabas allá… ¿Verdad? – Aseguró la galante voz tras su espalda una vez que entró en la casa y comenzó a subir las elegantes escaleras en fina madera.

- Si lo sabes para que lo preguntas – Masculló exasperado, odiaba que se metieran en sus cosas.

- Estas buscando problemas con Él y…

- No me interesa, el los busco conmigo desde hace mucho – Espetó enfadado y continuando su camino hasta perderse en las penumbras de la casa.

- Aun así no piensas que es mejor llevar la fiesta en paz, un poco de tranquilidad no vendría mal, para eso vinimos hasta aquí ¿O me equivoco? – Habló el joven de ojos azules y cabellos negros y un poco largos.

- A eso vinimos tienes razón pero si ese imbecil no puede llevarla, yo no la llevare solo – Dijo enfadado, entrando a la que era su habitación, con el otro tras él.

- No crees que lo mejor sería que tú te alejaras de ella – Sugirió con voz suave y calma - Así le evitaras problemas…

- Crees que no lo he pensado – Espetó airado - Como si fuera así de fácil Miroku, es difícil, y tu sabes mejor que nadie que he tratado por todos los métodos de alejar todo esto de mi – Suspiró con resignación, tratando de calmarse - Trate de alejarme de esto y lo único que hice fue encontrarlo...y Argggg…el problema es que no puedo evitar verla

- No te ha visto ¿Verdad? – Preguntó el joven de ojos azules, ante el silencio del otro - ¡Te ha visto!

- No, bueno en realidad no me distinguió era de noche, pero su mirada estuvo fija en la mía por varios segundos

- Tienes que asentar cabeza


Los rayos del sol se colaron por su ventana, haciendo arrugar su entrecejo, y finalmente despertar…

- Ahh… - Bostezó entre las cobijas - ¡Que bien dormí! – Sí, era cierto finalmente dormía bien, sin pensar en nada, sin pesadillas, ni ojos acechándola.

Continuara**********************************************

Ahí tienen, primer capitulo…espero les haya gustado la idea, por supuesto estoy atenta a las sugerencias que puedan tener, así que déjenme sus mensajitos y demás cosillas…¡Nos vemos!, un abrazo…