¡Hola! Soy PomaCusk y éste es mi segundo fic (el primero de Durarara!). Me encanta Izaya, pero no me gusta el yaoi y como la mayoría de fanfics son Shizaya, pensé en escribir uno yo misma con un OC. La verdad es que tengo mucha esperanza en esta historia, ya que llevo varios capítulos escritos y me está quedando bastante bien (creo). Bueno, lo dejo aquí. ¡Espero que disfrutéis éste primer capítulo!
Nota: Nada en este fic a excepción de mi OC me pertenece.
La historia esta orientada un año después de los acontecimientos ocurridos en la serie. Mikado y los demás cursan segundo de preparatoria.
Comienzo
Una ciudad es un mundo. Ikebukuro, una gran ciudad dentro de otra ciudad. Nunca llegas a conocerla por completo. A cada instante, algo nuevo nace y algo desaparece. Con las personas ocurre lo mismo. Van y vuelven. Llegan y se van.
Pensándolo bien, fue bastante extraño… Pero por alguna razón, sentí como si no lo fuera. De todas formas, era un cambio de vida para mí, pero se sentía como si nada hubiese cambiado. Fue una experiencia realmente singular, pero tampoco nada fuera de lo común. Me pasó aquí, en Ikebukuro.
Me llamo Shiro Fuyuki y tenía 18 años cuándo todo comenzó. Había llegado a Ikebukuro hacía tres meses y, a pesar de mis problemas económicos, comencé a estudiar en la escuela privada Raira, en el último curso de Preparatoria.
-¡Shiro!-Me llamó mi recién amigo, Kida Masaomi, al salir del instituto.-¡Tengamos una cita!
Volteé avergonzada. A pesar de ser mayor que él, era bastante tímida para esas situaciones.
-P-Pero, Kida... Tú ya tienes a Saki...
-¡Pero tú me has robado el corazón!-Exageró él arrodillándose en frente de mí.
-Kida, déjalo ya.-Apareció Mikado Ryuugamine, otro de mis nuevos amigos, aleccionándolo.-Ya sabes que nunca le interesarás a una chica mayor que tú.
-Entonces...-Insistió Masaomi.-¡Dame permiso para salir con tu preciosa hermana!
-NO.-Desperté mi carácter agresivo, el cual aparecía cada vez a causa de mi instinto de protección hacia hermana. Así es, mi hermana Ame, también estudiaba en Raira, concretamente en el mismo curso que Kida y los demás, de ahí que los conociera y de alguna forma se acabaran convirtiendo en mis amigos.
-Por cierto, Mikado, ¿aún no se lo has dicho a Anri?-Le pregunté curiosa.
Tal como esperaba, se ruborizó y se hizo el inocente:
-¿Q-Qué? ¿D-Decirle qué?-Agachó la cabeza.
-¡¿En serio?!-Exclamó Kida.-Mikado, de verdad que eres un gallina.-Negó con la cabeza.-¡Ah! Mira, allí viene.
Me reí por lo bajo, esperaba con ansias la situación.
-¡Anri!-Gritó el rubio saludándola con la mano. La chica, que iba con mi hermana, se acercó hasta dónde estábamos.-Mikado tiene algo que decirte.-Soltó sonriendo cuándo llegaron.
-¡¿Q-Qué?! ¡K-Kida, ¿p-por qué...?!
-¿Sí, Ryuugamine?-Pidió Anri.
-E-Esto... N-Nada... Sólo que...
-¿Sí?
-Era por si... Bueno... Si querías venir con nosotros...
-Ah, claro.
Todos quedamos en silencio. Realmente Mikado era un cobarde, Kida lo regañó durante un buen rato cuándo Anri se fue. A pesar de todo, fue una situación divertida.
Kida estuvo cortejando a Ame durante todo el camino, y yo le echaba miradas amenazantes mientras lo hacía. Mikado y Anri estaban sumidos en sus pensamientos, estaban en su propio mundo; en Anri eso era común, ya que apenas hablaba, pero en Mikado...
A mitad del trayecto mi hermana y yo nos separamos del grupo cómo siempre hacíamos, para seguir nuestro recorrido, y un poco más tarde nos dividimos como de costumbre.
-Bueno, me voy a trabajar, ¿vale?
-¡Vale! ¡Hasta luego!
-Nos vemos después. Ten cuidado.
-¡Sí, sí! ¡No te preocupes!-Se despidió y se fue corriendo.
Suspiré. De nuevo lo mismo de cada tarde. Tocaba "trabajar". Comencé a pasear por las calles de Ikebukuro, buscando cuál podía ser el objetivo de hoy. Caminando por un estrecho callejón me topé con unas chicas de Raira, de mí mismo curso. Parecía que no me tenían mucha estima, por ser la "nueva". Tan pronto me vieron, se pusieron a hacer comentarios absurdos y burlas, que para nada me afectaban, así que decidí convertirlas en mi blanco. Me arrinconaron en un lado del callejón, era la oportunidad perfecta.
-¿Quién te crees que eres?-Escupió una de las chicas.
-¿Piensas que puedes llegar aquí y actuar como si lo supieras todo?-Dijo otra.
Bien. Estaba hecho. Ahora sólo faltaba salir de allí.
-¡El bullying no está bien!-De algún lugar apareció un chico de unos veinte y pocos, alto, de pelo negro y piel blanca. Sus ojos afilados color café resaltaban sobre lo demás. Dirigió su mirada a una de las chicas.-Por cierto, ¿cuánto te costó el nuevo móvil?
Las chicas palidecieron al verle. Abrieron los ojos y empezaron a sudar.
-N-Nosotras sólo pasábamos por aquí... ¿Verdad, chicas?
-Eh... ¡Sí, sí, claro! ¡Ya nos íbamos...!
Andaron a paso rápido con la cabeza baja, hasta que estuvieron fuera del alcance de la vista del hombre, entonces echaron a correr. "Vaya..." Pensé. "¿Tanto intimida esta persona...?" Lo miré: por alguna razón me sentía insegura, algo me decía que no confiara en él. Suspiró.
-Nunca aprenden...-Negó con la cabeza. Después levantó la vista y me miró.-¿Cómo te llamas?
-¿Eh? Esto, yo...-Sentí la necesidad de mentir.-Ehm... ¿Riku?
-¿Riku?-Arqueó una ceja. "¡Mierda! ¿No podías haber pensado algo mejor?" Me maldije a mí misma.
-Esto... ¿Y tú eres...?
-Nakura.-Esbozó una sonrisa torcida. Me pregunté por qué lo habría hecho.-Un placer.
Traté de encontrar una manera de escapar del lugar.
-Ehm... Bueno, tengo que irme. Esto... Gracias.
-No hay de qué.
Caminé hasta la salida del callejón y me pareció escuchar su voz a mis espaldas diciendo algo cómo: "Nos veremos pronto".
Bueeeeno, ¿qué tal ha estado? Realmente espero que os esté gustando, y pronto subiré el próximo capítulo. ¡Por cierto! Algún review siempre es bienvenido. :) ¡Hasta pronto!
