Capítulo 1: Adiós vacaciones…

- ¡James! ¡Albus! ¡Despierten!.

- ¡Rose! ¡Apúrate!.

- ¡Fred! ¡Roxanne! ¡No tenemos todo el día!.

- ¡Molly! ¡Lucy! ¡Bajen ahora!.

- ¡Dominique! ¡Louis! ¡¿Quieguen una invitación paga bajag?!.

Eran Ginny, Hermione, Angelina, Audrey y Fleur, que en sus respectivas casas apuraban a sus hijos para que bajaran. Ya era las 10:00 a.m y el Expreso a Hogwarts salía a las 11:00 a.m, pero ninguno de estos chicos estaba concientes de ésto.

- Victoige, anda a decigles a tus hegmanos que se apugen.- le ordenó Fleur a su hija mayor, la cual, estaba sentada en la mesa del comedor con una libreta en las manos.

- Mamá... Ya desayunaron, ya tienen las maletas listas, deja por lo menos que se vistan en paz.- respondió Victoire.- Ya sé que todos estamos ansiosos de que se vayan a Hogwarts, pero para que no lo noten, hagamos como que no queremos que se vayan.

- Victoige hablo en serio.

- Yo igual, mamá.

Victoire Weasley era la primogénita de Bill y Fleur, nació dos años después de la Batalla de Hogwarts y su nombre es en honor a la victoria que consiguieron ese día. Es una octava parte veela, es hermosa y muy delicada, ama dibujar y es novia de Ted Lupin.

- Hay que dejarlos disfrutar sus últimos momentos en la casa, amor.- dijo Bill bajando las escaleras con su abrigo en la mano.- Cuando estemos en King's Cross los podemos apurar para que se vayan.

- ¡Dominique! ¡Louis!.- llamó Fleur.

- Aquí estamos, mamá.- dijo un chico de pelo rubio bajando las escaleras con una mochila puestas y su abrigo.

- No tienen que preocuparse, ya nos largamos.- dijo una chica de cabello rubio bajando las escaleras.

- No tienes porque decirlo de esa manera, Dominique.- le dijo Victoire.

- Pues no hay otra.

Dominique Weasley, la segunda hija de Bill y Fleur, es rebelde, aventurera y algo hippie, es todo lo contrario a su hermana, ella no es una princesita como Victoire. Es octava parte veela, hermosa y problemática, ama las travesuras y sacar de quicio a sus padres; sus hermanos y sus primos están seguros que ella junto a sus tres primos son los más queridos en toda la familia, pero lo que ellos no saben es que guarda un secreto del que nadie se enterará nunca.

- Que divertido, una última pelea antes de ir a Hogwarts.- comentó el chico rubio.- Le apuesto 5 galeones a Dominique, Victoire me decepcionó la última vez.

- Cállate, Louis.- dijo Bill entre dientes al ver como Fleur fulminaba con la mirada al rubio.

Louis Weasley, el hijo menor de Bill y Fleur, el muy querido por su madre y con quien Bill compartía muchas conversaciones al ser los únicos varones de la familia. Es un muchacho muy guapo y por el cual varias chicas en Hogwarts se derriten. Siempre le ha gustado ver pelear a sus hermanas, ama hacer las apuestas cuando ellas pelean.

- Ya vámonos, tenemos una hora para llegar a la estación.- dijo Bill. Todos agarraron sus abrigos, Dominique y Louis, sus baúles y sus mascotas, y se fueron rumbo a King's Cross.

****.

- Buenos días, amor.- saludó Percy entrando a la cocina de su casa en donde se encontraba su esposa, una mujer de pelo marrón y ojos oscuros.- ¿Y las chicas?

- Hace rato bajaron, agarraron el envase de leche, la caja de cereal y se fueron.

- ¿Y no han bajado?

- ¿Las ves por aquí?

- No.

- ¡Anda a decirles que se apuren! - ordenó Audrey sobresaltada. Percy se acercó a la puerta de la cocina.

- ¡Molly! ¡Lucy! ¡Bajen ahora! - ordenó.

- ¡Ya vamos, papá! - respondieron dos voces femeninas de la parte de arriba. Entonces Audrey abrió un poco la boca en forma de indignación.

- Las he llamado por horas, subí, toqué la puerta del cuarto de cada y no contestaron, y ahora tu vienes y les ordenas que bajen, pero a tí si te contestan.- expresó Audrey.- Es increíble.

- ¡Hola! - saludó una chica pelirroja entrando a la cocina con una caja de cereal en sus manos.- Aquí está el cereal, mamá.

- ¿Qué estaban haciendo que no le contestaban a su madre cuando las llamaba?.- preguntó Percy.

- Yo me estaba secando el cabello, no sé que habrá estado haciendo Molly.

- Lucy, toqué la puerta de tu habitación dos veces y en ninguna ocasión me contestaste.

- Lo siento, mami.

Lucy Weasley, la hija menor de Percy y Audrey, a pesar ya casi una adolescente, las travesuras para ella eran normales, en especial si se sale con la suya cada vez que hace una. Ama las bromas, es súper inteligente y ordenada, pero su comportamiento no es igual, Audrey, su madre, recibe un reporte de comportamiento una vez al mes por ella.

- Ya estoy aquí...- dijo una chica pelirroja entrando a la cocina.- Y aquí esta la leche, mamá... Perdón si no te contesté, es que estaba escuchando música con los auriculares puestos.

- Ay tan linda disculpándose.- rió Lucy.

- ¿Ya tienes todo listo?.- preguntaron Audrey y la chica pelirroja.

- Sí, mamá Molly, sí, mamá Audrey.- respondió Lucy.

Molly II Weasley, la hija mayor de Percy y Audrey, su nombre es en honor a su abuela paterna. Es tranquila, inteligente y responsable, al igual que su hermana heredó la belleza de su madre. Pasa detrás de hermana y de sus primos tratando de que no se metan en líos que requieran como castigo una expulsión, aunque ella también participe de vez en cuando en las travesuras, el secreto que guarda es el que muestra verdaderamente quien es.

- Bueno... Entonces vámonos a King's Cross.- dijo Percy.

****.

- ¡Agg!.- expresó Angelina furiosa.- ¡George!.

- Dime, mi amor.- respondió George desde un sillón sin quitar la mirada del diario "El Profeta".

- Yo ya me cansé de llamar a esos dos, si pierden el tren no dejaré que se queden aquí.

- Ya van a bajar, tenemos tiempo todavía.

- Ni siquiera han desayunado.

- Les compraremos algo en el camino o que coman algo en el tren, una vez dijiste que el chocolate es bueno para empezar el día.- dijo dejando el periódico a un lado.

- ¡Roxanne! ¡Fred!.

- ¡Ya vamos!.- entonces una chica bajó las escaleras con una mochila en su hombro y un gato en los brazos.

- Wow... ¿Quién eres y qué hiciste con mi hija?.- preguntó George al ver a la chica.

- ¿Qué pasa?.- preguntó Angelina.- ¿Desde cuándo te agarras el cabello?.

- Desde que desperté con goma de mascar en el cabello.- respondió dejando al gato en el sofá.

- Roxanne, saca a esa bola peluda de mi mueble.- ordenó Angelina.

- Dagda no es una bola de pelos.

Roxanne Weasley, la hija menor de George y Angelina, hermosa y algo reservada. Es la consentida de su padre. Tiene un buen sentido de la moda ama combinar ropa muggle con la ropa del mundo mágico. Es amante de los dulces y algo misteriosa, según su padre, claro.

- No veo la hora de que se vayan a Hogwarts.- comentó Angelina y Roxanne la miró con la expresión ofendida.

- Eres mala.

- Solo dice la verdad.- dijo un chico bajando las escaleras con una mochila en el hombro y con una jaula con una lechuza adentro, en la mano.

- Habla por tí, Fred.- dijo Roxanne.- A mí me aman.

Fred II Weasley, el hijo mayor de George y Angelina, su nombre es en honor a su tío, el gemelo de su padre. Se entendía con su padre, amaba hacer bromas, compartía un secreto con tres de sus mejores amigos, con los cuales, no perdía oportunidad para gastar una broma.

- Que gran ego, Roxanne.

- No es ego, lo digo porque la mayoría del tiempo te la pasas encerrado y casi no compartes.

- Sí Fred quiere pasar encerrado, déjalo.- dijeron George y Angelina en unísono.

- Ok...

- Tú también te la pasas así desde que te regalaron ese objeto muggle.

- Se llama computadora.

- Igual es un objeto muggle...

- Basta los dos.- ordenó Angelina.- Ya es hora de irnos, son más de las 10:20.

- ¿Y nuestro desayuno?.- preguntó Fred.

- Tomen.- George agarró dos manzanas un frutero que estaba cerca y se las dio.

- ¡Ja! Un clásico.- rió Roxanne.- ¿Vamos?.

- Vamos.- madre e hija agarraron sus cosas y salieron de la casa.

- ¿Te sientes bien?.- le preguntó George a Fred.

- Sí, esta vez no fue como el otro mes.

- Ok... Entonces, andando.

****.

- ¡¿Por qué no baja?!.- exclamó Hermione caminando de un lado a otro por la sala de su casa.- Ya tendríamos que estar saliendo para llegar a tiempo a King's Cross.

- Mamá, todos aquí sabemos que Rose lo que tiene de inteligente lo tiene de lenta.- rió un muchacho pelirrojo mientras comía una manzana.

- Hugo...

- ¡Ron! Dile a tu hija que baje, ahora.- ordenó Hermione ignorando al pelirrojo menor.

- Madre, mamá, mami, mamita... Por más que la llamemos, no bajará hasta que le de la gana, es por eso, que lo mejor que podemos hacer es esperar, aquí, sentados, como la gente.- dijo el pelirrojo sentandose en uno de los muebles.

Hugo Granger-Wealey, el hijo menor de Ron y Hermione, "el angelito pelirrojo". Es el consentido de su madre, de su abuela y de sus tías, es inteligente, ordenado y tranquilo, cuando no lo conocen bien. Tímido, pero codiciado por las chicas de su salón. Su actividad favorita es molestar a su hermana mayor.

- ¡Rose, baja ahora mismo!.- ordenó Hermione ya desesperada alzando tanto la voz como era posible.

- ¡Ya voy, mamá!.

- ¡Me haz dicho eso desde la primera vez que te llamé! ¡Sí no bajas ahora perderán el tren!.

- ¡Ok!.

- Ven... Les dije... Lo que tiene de inteligente, lo tiene de lenta.- dijo Hugo.

- En serio, Hugo, ya basta.- dijo Ron mirando la cara que ponía su esposa.- Mi amor, relajate, tal vez esta guardando los libros que necesitará para los T.I.M.O.S este año.

- Debe de ser organizada y dejar todo listo una noche antes, se lo dije anoche.

- Tranquila, mami, aquí estoy.- dijo una chica pelirroja apareciendo por las escaleras.- Perdón si me tardé, pero algunas cosas no entraban en el baúl, pero ya está, todo entró.

Rose Granger-Weasley, la hija mayor de Ron y Hermione, educada, inteligente, ordenada y algo amargada. Ama leer al igual que su madre, aunque en apariencia es igual a su padre, en pocas ocasiones es relajada, ya que la mayoría del tiempo se atormenta con todas las cosas que tiene que hacer.

- Lo bueno es que ya estás aquí...- comentó Hugo desde el mueble.- Mamá estaba a punto de asesinar a alguien si no bajabas.

- En serio, Hugo, te recomiendo mantener la boca cerrada.- dijo Ron.

- Ok.

- Bien...- suspiró Hermione.- ¿Ya tienen todo listo?.

- Sí.

- ¿Los libros?.

- Sí.

- ¿Su ropa?.

- Sí.

- ¡Hugo ponte calcetines!.- ordenó Hermione cuando vio a su hijo caminar hacía ella y que no tenía calcetines en los pies.

- Rose los escondió.

- ¿Yo? Pero que mentiroso y difamador eres.

- ¡Rose!.- exclamaron Ron y Hermione.

- Están debajo del sillón.- dijo con una sonrisa. Hugo se acercó y agarró todos sus calcetines.- ¿Ya esta bien el bebé llorón?.

- Sí, gracias.

- Bueno... Ahora sí... Hora de irnos.- dijo Ron.

****.

- ¡Harry Potter!.- exclamó Ginny furiosa.

- Dime, amor.- dijo Harry cerrando el periódico que estaba leyendo mientras desayunaba.

- Muévete de ese asiento y anda a levantar a tus hijos que están durmiendo como osos borrachos todavía.

- ¿Todavía no se levantan?.

- Tomaron una poción para dormir a las doce de la noche, es lógico que estén dormidos.- dijo una nena pelirroja mientras comía su cereal.

- ¿Y tú cómo sabes?.- preguntó Ginny poniendo sus manos en su cintura y entrecerrando los ojos.

- ¿Qué cosa?.- preguntó la pelirroja haciéndose la desentendida.

- Lily Luna...- dijo Harry.

- Está bien.- dijo riendo.- Yo los ayudé hacer la poción, pero no tomé ni un poquito, lo juro.

Lily Luna Potter, la hija menor de Harry y Ginny, y también, la menor de todos sus primos. La dulce, la tierna y la que tiene carita de "yo no fuí". Es la protegida de sus hermanos y sus primos varones. Pero debajo de esa carita de angelito, Lily era traviesa y siempre que se metía en problemas, les echaba la culpa a sus hermanos.

- Anda a despertarlos, yo no pienso entrar a ese cuarto.- dijo Ginny sentándose en una silla junto a la de su única hija para desayunar.

- Ok.- Harry se levantó y salió de la cocina.

Subió las escaleras hasta el tercer piso y empezó a caminar por un largo pasillo dirigiéndose a una puerta de madera color marrón, la cual tenía un letrero que decía J. S. Potter y A. S. Potter.

Tocó la puerta y nadie contestó, tocó de nuevo, pero fue igual, volvió a tocar una última vez y al no recibir respuesta, entró al cuarto.

Era una habitación grande, muy grande, parecían dos habitaciones en uno. Las paredes estaban pintadas de azul oscuro, el cual casi ni se notaba. Habían dos camas junto a una gran ventana, una de ellas tenía sábanas color escarlata y la otra, verde esmeralda. La habitación estaba prácticamente dividida, en el lado derecho había varias cosas pertenecientes a la casa Slytherin de Hogwarts, junto a una gran letra A tallada en madera y del lado izquierdo, todo lo que representaba a la casa Gryffindor, con una gran J también tallada en madera. Sin contar, los diferente pósters de varios equipos de Quidditch.

Harry suspiró.

- ¡Arriba! ¡Despierten, bellas durmientes! ¡Ya es de día y salió el sol, no son Drácula como para estar dormidos todo el día!.- gritaba Harry mientras movía a los adolescentes que dormían en las camas para despertarlos.- ¡Arriba, marmota!.- ordenó quitando la sábana color escarlata que cubría a uno de los chicos.

- ¿Ya es 1 de septiembre?.- preguntó el muchacho de cabello alborotado.

- Sí.

- ¿Y vienes a despertarnos para ir al colegio?.

- No, James, los vine a despertar para que vayan a clase de ballet.

- No hacía falta tu ironía.

- Muévete a bañar.

- ¿Y Albus qué? ¿Lo dejarás que siga durmiendo?.- preguntó pasándose una mano por el cabello.

- ¿Te acuerdas de cómo te desperté la semana pasada?.

- No lo harás... ¿O sí?.- sonrió maliciosamente.

- Mira.- se acercó a la cama con colores verdes, agarró el colchón, lo alzó y lo volteó haciendo que la persona que dormía ahí, cayera al piso con el colchón encima.

- ¡¿Qué te pasa?!.- exclamó el muchacho de ojos claros quitándose el colchón de encima.

- Cuando les digo que se despierten tienen que obedecer.- dijo Harry acercándose a la puerta.- Tienen quince minutos para bajar o su madre explotará.- acto seguido abandonó la habitación.

- ¿Qué pasó, Albus? ¿Te caíste?.- preguntó el despeinado muchacho.

- No, James, mi yo sonámbulo vio que el piso estaba muy sólo y decidió darle un abrazo.

- Jaja...

James Sirius Potter, el hijo mayor de Harry y Ginny, lleva el nombre su abuelo y el padrino de su padre. Es un gran bromista, ama divertirse con sus mejores amigos haciendo travesuras y visita frecuentemente la oficina de la directora. Se parece a su padre, pero con los ojos de su madre, su cabello es sumamente imposible de peinar, aunque no se esfuerza mucho por intentarlo. Y el secreto que guarda, se lo llevará a la tumba.

Albus Severus Potter, el segundo hijo de Harry y Ginny, es el más parecido a su padre. De sus hermanos el más tranquilo y al que los problemas lo siguen como a un imán. Es súper serio y es la voz de la razón entre sus primos, aunque ninguno de ellos le hagan caso, el anterior año viajó al pasado, se enfrentó a la hija de Lord Voldemort junto a su mejor amigo y superó su baja autoestima.