Disclaimer: Los personajes que en esta historia se presentan, excepto Eve B., no me pertenecen ni tengo intención de lucrar con ellos en este escrito. Los derechos de Gorillaz pertenecen a Damon Albarn y Jamie Hewlett.


Toca su violín en una melodía melancólica y ausente. Ignora la partitura, compone su propia música de dolor mientras recuerda lo que fue y es su vida.

Piensa que no puede quejarse, piensa en cualquier otra persona que haya pasado por mucho más que ella; pero no le importan los demás.

El arco en su fina mano se mueve como poseído, torturando y sacando gritos lastimeros de las cuerdas que invaden Kong con sus notas nostálgicas, sangrantes de nostalgia y recuerdos.

Es Evelyn Bann. Es Eve B. Es el miembro oculto de Gorillaz por más de ocho años. Es la del violín intruso en las canciones, es la del sombrero negro, la que le recuerda al grupo que existe otro lado no tan divertido de la psique humana, la sensatez a base de golpes. La que…

-¡¡Eve!!- se escucha del otro lado de la puerta mientras es azotada por un puño que parece martillo- ¡¡Son las dos de la mañana, maldita seas, deja de tocar esa cosa y déjanos dormir!!

-Sí, Murdoc.- responde ella sumisamente.

Es la que fue interrumpida en medio de su expresión artística.

Guarda cuidadosamente su instrumento en el estuche y deja su sombrero, el sombrero que antes había sido de su padre, en la mesa de luz. Se quita todo menos la ropa interior y toma una de las camisas de hombre que tiene en su armario, disponiéndose a acostarse.

El siguiente sería un día duro para la banda, tendrían ensayo para las canciones del próximo disco y ella no podía faltar.