1.Cap. Problemas

Lana

-¡ESA PUTA RATA DE BIBLIOTECA! ¡SIEMPRE ESTÁ CON ÉL! –ahogo un grito apretando mi cabeza en la almohada y la levanto, completamente roja y con el pelo horriblemente despeinado por lo histérica que estoy. -¡¡AGGG!! ¡¡Y ENCIMA ÉL NO ME HACE CASO!! –me doy un cabezazo en la almohada y grito. Mis chillidos suenan amortiguados. -¡PUTO TRIO MARAVILLA! ¡LOS TRES SON UNOS....! –me detengo, completamente agitada, sin encontrar una palabra y una lucecita se enciende en mi cabeza. –pero... si el Potter no me ha hecho nada... –cambio la cara de nuevo y cojo una botella. Echo un largo trago y después de pensar otra vez en él, tiro la botella, que rompe contra la puerta de la habitación, llenando de alcohol el suelo. –ARRR, POTTER TIENE LA CULPA DE TODO. –exclamo sabiendo que estoy diciendo tonterías dejándome llevar por la ira.

Eli sale del baño con el pelo completamente mojado y pegado a la espalda. Ve aterrada como muerdo con saña uno de mis libros de texto y me arrebata con tal fuerza que casi me saca la dentadura de la boca junto con el libro.

-¿Se puede saber que coño te pasa? –pregunta cogiéndome de las muñecas y apretándome contra la cama para inmovilizarme. No dejo de agitarme con ira y patalear. -¡Basta!

Agotada, consigo calmarme un poco, lo suficiente como para no empezar a escalar por la estantería, que de repente me han entrado unas ganas enormes de hacerlo. Suspiro, estoy agotada de tanto quitarme la energía de forma tan estúpida.

-¿Vas a decirme que te pasa? ¿O prefieres seguir mirándome con ojos de psicópata asesina compulsiva? –dice casi gritándome.

-¡Es Ron otra vez! ¡No me hace caso! ¡Y no es sólo eso! –me incorporo y me siento junto a ella. Empiezo a contar con los dedos, alterándome de nuevo al acordarme de todo. –¡La maldita Hermione está siempre con él, sospecho que se gustan! He sacado un cero en encantamientos. En Herbología un 4'9, dejándome la puñetera vaca Hufflepuf. –digo refiriéndome a Sprout. –muy claro que no me lo suvirá a un 5 por llegar tres veces tarde. He perdido en pociones cincuenta puntos, y otros veinte en transformaciones, no me han seleccionado para el equipo de Quidditch, la profesora de adivinación me ha predecido que jamás conseguiré a la persona en la que últimamente pienso mucho, es decir, Ron, me he roto mi mejor túnica, no hay excursión a Hogsmeade hasta dentro de tres semanas y necesito urgentemente pergaminos y tinta. Mi madre me acaba de decir que al final me quedo en Hogwarts por Navidad porque no podemos ir a Argentina, que no iremos a Hawai por vacaciones de verano porque últimamente vamos mal de dinero para permitirnos esos viajes. ¡¡Y se me ha vuelto a abrir la herida de la mano!! –digo enseñándole mi muñeca. -¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡COMO COÑO QUIERES QUE ME SIENTA!!!!!!!!! –agrego, y empiezo a sollozar.

Eli me pone una mano en el hombro mientras yo reprimo mis sollozos. Odio que me vean llorar.

-Bueno.... todo eso tiene solución. –dice amablemente Eli. –Te ayudaré en Encantamientos, que es mi fuerte, no te preocupes por Herbología porque el ocho de tu otro examen te ayudará a tener un seis en la global. La muñeca sólo tenemos que ir a la enfermería. El quidditch.... bueno, recuerda que así tendrás más tiempo para ti y para los estudios. A la profe de Adivinación no le hagas caso; lleva prediciendo cosas realmente estúpidas desde no se cuando.... Lo del pergamino y la tinta, puedo pedirlo por vía lechuza y lo tendrás mañana aquí...

-¿Si? –pregunto esperanzada. No se cómo, pero Eli siempre lo soluciona todo. Es una ventaja que aprovecho al ser su amiga (solo en caso de urgencia, como hoy, casi nunca tengo que pedir ayuda, nunca tengo problemas.... ) -Mi vida es aburrida. –pienso con amargura.

-Hombre, pues sí, supongo que si reciben en la tienda una lechuza con un pedido, aunque no los hagan.... no creo que la mande dar la vuelta con las manos vacías, sobretodo porque ganan dinero. Y podemos hacer lo mismo con tu túnica.

Asiento con una sonrisa. Pero aún estoy algo angustiada. ¿Qué hay de la baja económica de mi familia? ¿Y los 70 puntos perdidos? ¿Y Ron? ¿Qué pasa con Ron? ¿Con MI, Ron?

-Haber, que más.... –dice intentando acordarse de los demás problemas. –Los puntos perdidos... bueno, todos (hasta Ron) –me dice para arrancarme una sonrisa. –Tienen un mal día. Lo de las vacaciones... ¡Será la primera vez que no me dejes sola en las vacaciones en Navidad en Hogwarts! Y aquí es muy divertido todo en Navidad. A de más, si ahora andáis un poco mal de dinero es por los gastos de la nueva tienda de tu madre, pero pronto dará dinero y os podréis ir de nuevo al culo del mundo dejándome sola otra vez en Navidad solita.

Me río. ¡Tiene toda la razón! Pero falta el problema más gordo.... Ron. Lo de más, no tiene nada de malo, me lo quitaría de la cabeza con una de sus sonrisas... pero dirigida a mí, claro.

-¿Y Ron? –pregunto. Mi voz sale ronca de mi garganta. Tengo la boca seca. Cojo una botella y le doy un trago.

Eli me la arrebata y le da un trago ella también antes de guardarla... pero encuentra una caja de cigarrillos y relamiéndose saca uno. Yo me río y cojo otro. Los encendemos con la varita, Eli le da una calada y me mira con una sonrisa.

-Se suponía que íbamos a dejar de hacer esto. –me dice con un suspiro.

Yo me echo hacia atrás apoyando mi cabeza en la cama y cierro los ojos. La imagen de Ron me viene a la cabeza. Me mira con esos ojos verdes y me dedica una sonrisa para mí... sólo para mí. Con los ojos aún cerrados sonrío, no sé si por ver la imagen o por responderle a la sonrisa.

-Dejaré de fumar y beber sólo si consigo a Ron. –juro con una mano en el corazón. -Si no lo hago... pues mira, me volveré una fumadora compulsiva. –bromeo con una sonrisa.

Eli asiente divertida.

-Bueno, con lo de Ron... eres injusta, tía. –me sermonea. -¿Cómo quieres que se fije en ti si nunca has hablado con él ni ná de ná?

Abro los ojos asombrada y digo:

-Tienes razón.

-Lo sé.

-Chula.

-Histérica.

Eso me duele. Vale, hoy me he portado como una histérica, lo sé, pero no lo soy. Es sólo.... vaya ¿No hacéis vosotros algo por el estilo cuando os pasan tantos problemas? -negáis con la cabeza- Valla, ahora he quedao muy mal. (

Ron

¡Calabazas! ¡Me ha dado calabazas! Esto es increíble.... ¡¡¡Calabazas!!! ¡¡Ella a mí!!! No te digo que no si fuera al revés, sería algo más normal, pero.... ¡Ella me ha dicho que no!

FLAHSBACK

Sus mejillas se ponen rojas cuando le pido que nos apartemos del grupo de alumnos que se dirige a la clase de Herbología. Eso es una buena señal. ¡le da vergüenza hablar conmigo a solas! ¡O es ahora, o nunca se lo diré!

-Hermione.... yo.... siento algo por ti. –le digo sin más rodeos. –Me gustas. Y mucho. Desde que empezó este curso.

Veo como se muerde el labio algo nerviosa. Esos finos labios... me gustaría tanto besarlos... así que para contenerme la miro a los ojos. ¡Un momento! ¿Qué pasa? ¡Sus ojos se han puesto llorosos! ¿Eso es bueno o malo?

¡No hago más que pensar en estupideces! ¡Deja de pensar y haz algo, Ron!

Alargo un brazo para tocarle el hombro... pero ella lo aparta.

-Yo... Ron. Lo siento. –traga saliva. –pero... si me hubieras dicho eso en los cursos de primero a quinto.... yo.... te quise mucho, me enamoré mucho de ti, pero no me hiciste caso, no parecías darte cuenta... y.... lloré mucho por ti, pero ya te he olvidado. Y... no quiero estropear la amistad que hay entre Harry, tú y yo. Yo... lo siento.

Se da la vuelta. Sé que está llorando, lo he visto. Se da la vuelta y corre hacia el castillo a pesar de que tenemos Herbología. Intento como puedo contener las lágrimas... pero no puedo. Corro hacia el sauce boxeador y me meto en la casa de los gritos... ahí podré desahogarme llorando.

FIN DEL FLAHSBACK

Ya ha pasado una semana, el tiempo suficiente como para poder hacer que no ha pasado nada. Aunque cada vez que la veo tengo que darme la vuelta para que no vea en mi cara un gesto de dolor.

¡Nunca he sabido tratar a una chica! ¡Y eso me daba igual! Pero es que.... ¿Cómo os sentiríais si la chica de tus ojos, aquella a la que regalarías una estrella para verla sonreír, la que te hace daño al verla sufrir y llorar, la que decides proteger porque la amas... te rechaza porque ya no siente nada por ti y has sido tan ciego de no ver cuando lo estaba?

Estoy empezando a sacar realmente malas notas, notas preocupantes, pero ella sólo puede mirar mis exámenes chasqueando la lengua y prometerme ayudarme con sus deberes... claro ¡Por que ella puede estar tranquila de verdad! ¡Ella puede volver a la normalidad, pero yo sólo puedo fingirlo! Hermione piensa que fue una estúpida declaración, de esas que haces a una chica que te gusta... pero Hermione no me gusta, yo AMO a Hermione.

Me paso una mano por el cabello como para quitarme el pensamiento. Me he dejado el pelo largo... bueno, no mucho, apenas llega a los hombros, pero me queda de maravilla.... mi culo se ha dado cuenta; por las miradas que recibe y las cachetadas de las más atrevidas, que aprovechan cuando hay una gran multitud para que no sepa quién fue. Incluso algunas, me rozan "sin querer", como quién no quiere la cosa. Pero no sólo mi culo se ha dado cuenta, no sólo eso me miran... ¡No, no me refiero a lo de adelante! Si no a los músculos, los labios, y la cara.

-Ron... Te has puesto rojo. –me dice Harry. –¿En qué piensas?

-En... tu culo, Harry, cielo. –le digo con una mirada cargada de ternura. ¡Por supuesto sólo lo he hecho para que desvíe la pregunta a una de sus bromas... y eso hace.

-¡¡¡Eeeeehhh!!! –me dice agarrándose las nalgas. –Que mi culo se mira y se toca... pero sólo tienen permiso las mujeres. –me mira con fingida repulsión.

-Vale tío, que era coña. Yo a tu culo ni lo miro. No me gusta vomitar.

-Graciosillo... ¿desde cuando opinas sobre el culo de los tíos?

Gruño por toda respuesta. Por culpa de quitarle de la cabeza esa pregunta he quedao como un maricón entre las bromas.

Lana

Bueno. Está todo arreglado. Bueno, casi todo. Falta lo de Ron... pero nunca tendré coraje para decirle algo, de presentarme.... no sé, no voy a hacer nada por el momento.

Apago la ducha y cojo una toalla para rodear mi cuerpo con ella. Salgo de la ducha y voy a mi habitación. Eli ya está vestida y me ayuda a escoger la ropa para llevar a Hogsmeade: Pantalones negros y una camiseta muy apretada roja de manga larga. Encima de esa camiseta pongo una negra con letras rojas que pone el nombre de las Brujas de Macbech. Mi grupo favorito. Vinieron al colegio cuando iba a cuarto, hace dos años, el año de "La copa de los tres magos".

Ese conjunto me encanta ¡Me queda de fábula! Cojo mi túnica nueva y la llevo abierta para que se vea el conjunto... a de más; es como se llevan ahora. Eli se empieza a peinar, pero sólo consigue hacerse un enredo; ¡Será buena en consejos, pero de peluquera, prefiero al váter!

La ayudo a quitar ese enredo de su larga melena y la peino a ella y a mí. No es que se me dé bien, pero comparándome con ella, en peluquería, me tendrían que dar un oscar.

Coje un bolso después de darme las gracias mientras se mira al espejo y se maquilla. Mientras ella se maquilla, yo prefiero mirar un libro de la estantería (la misma que hace tres semanas me dieron ganas de escalar) No me gusta maquillarme... aún.

-Vaaaaaaaaamoooooooooooos. –canturreo cansada de esperar.

Eli se pinta los labios rápidamente y guarda el pintalabios en su neceser, que mete en el bolso.

-Lista –me dice girándose a mirarme para que le dé una opinión de sobre como está. Levanto el dedo pulgar guiñándole un ojo.

-Guapaaaaaaa. –le digo silbando. Ella hace como que saluda a la multitud que la aclama (presumida ¬¬) y yo le tiro un libro a la cara, que ella esquiva. -Envidiosa. –me acusa en broma.

-¿Yo? –digo poniendo los ojos como platos exageradamente.

-Sí, a ti nadie te ha llamado guapa. –bromea haciendo como si yo no hubiera sido la que la llamó así para hacer el boba.

-No tienes remedio. –suspiro irritada.

Salimos y nos dirigimos con la multitud al exterior de la sala común de Ravenclaw. (si, soy una Ravenclaw) Vamos hacia el Vestíbulo mientras nos reímos; Jack, un amigo, se une a nosotras mientras hace bromas con su mejor amigo Alex.

Cuando llegamos al Vestíbulo y veo un pelo rojo destacando entre la multitud... es Ginny Weasley. Una chica muy simpática de un año menos, pero ahora busco a otra persona. Lo encuentro en seguida, ¡ese pelo y ese culo son de él! Noto una sensación conocida en el estómago y mis pelos se ponen de punta. Suspiro agitadamente mientras miro hacia otro lado mordiéndome el labio inferior. ¡Hoy está tan guapo...! un grupo de tercero le mira el culo descaradamente y cuchichéan. Estoy a punto de gritar, amenazarlas y agitar el puño como una posesa, pero Eli me empuja hacia fuera los terrenos, como el resto de la gente, que se va hacia fuera, hacia los carros que nos llevarán hacia Hogsmeade. Son unos carros empujados por algo invisible, pero gracias Hagrid sé que son unas criaturas invisibles para la gente que no ha visto a alguien morir, llamadas thrersals o thersals.... algo así.

Subimos al carro ese, con Jack y su amigo, aún hablando. Yo miro por la ventanilla, creo que el carro de al lado lleva a Ron... no. Veo a Draco Malfoy, y se que Ron se quedaría en Hogwarts antes de compartir carro con ése.

-¿Te pasa algo, Lana? –me pregunta Jack cariñosamente.

Le gusto, lo sé, y aunque me molesta porque es un buen amigo y ya no le puedo decir lo que siento por los chicos ni pedirle consejo, sé que le haría daño. Le llevo gustando desde hace un año, y aunque Ron me lleva gustando desde hace tres, él no sabe nada. Sabía que se reiría de mí si se lo contaba.

Niego con la cabeza y le sonrío. Me acomodo en el asiento y cierro los ojos para dormir un poco, el traqueteo del carro me ayuda mucho... pero nada más cerrar lo ojos aparece la imagen de Ron. Abro los ojos rápidamente y me encuentro con la dulce mirada de Jack. Le sonrío de medio lado y saco la primera cosa que se me ocurre; las lechuzas. Un tema bastante estúpido, pienso, pero parece entretener al amigo de Jack, así que hablamos sobre las lechuzas como cuatro imbéciles que nunca han visto una.

Nada más llegar, salgo casi corriendo del carro. ¡Estúpida conversación que saqué! A de más de aburrirme, casi me duermo.

Eli y yo nos despedimos y vamos a comprar ropa. ¡Hay unas túnicas chulísimas en la tienda de ropa de Hogsmeade!

Al ver el escaparate casi damos unos grititos de emoción al ver el nuevo modelo de una túnica. Nos empujamos hacia el interior y nos probamos como posesas varios sombreros muy monos. Allí están casi todas las chicas de Hogwarts.

Compramos un par de túnicas y sombreros. Mientras Eli se entretiene mirando la sección de maquillaje, yo babeo ante las joyas nuevas. ¡esa tienda es increíble! En el callejón Diagón hay todo un edificio de cosas de esa tienda, es la más conocida en la Gran Bretaña mágica.

Eli vuelve con unas cuantas cremas hidratantes y no sé que pijadas que se ha empeñado en coger y unos zapatos de tacón preciosos. Voy corriendo a la sección de zapatos antes de que cierren (queda media hora, pero por la cola, llevamos el tiempo justo) Eli me espera en la cola, y yo cojo unas botas y un modelito que encuentro en la carrera que hecho hacia la cola, pero tengo que dar media vuelta en mitad del camino porque por las prisas he cogido dos.

Jadeando, me pongo al lado de Eli en la cola y ella me mira con reproche. Ahora es su turno, me da todas las cosas que ella lleva y se va a echar un último vistazo. Con todo lo que llevamos, bueno, que yo en estos momentos llevo en los brazos, no se me ve la cara.

Cuando salimos de la tienda, estamos cargadas de bolsas y se ha hecho tardísimo. Hemos gastado los ahorros de unos meses, pero a merecido la pena.

-¡Buf! ¡La tienda estaba llena! –dice Eli mientras deja las cosas alrededor de la mesa que escogemos en Las Tres Escobas.

-No te extrañes, ¡es la nueva temporada! –digo agitando con ilusión las bolsas. –Hasta las brujas de los pueblos de alrededor han venido.

La voz se me congela al oír una voz cansada.

-Hermione.... ¿Quieres dejar de mirar las bolsas? ¡Bastante tiempo hemos estado allí!

-¡¡Cállate, Ron!! Yo no me quejo cuando os pasáis la tarde en el Callejón Diagón en la tienda de quidditch. –dice una voz irritada de una chica.

Trago la cerveza de mantequilla de un tirón completamente roja.

Eli me mira divertida y señala la puerta.

-Vámonos ya... los primeros carros ya vuelven a Hogwarts. Y tengo ganas de volver ya. –agrega cogiendo las bolsas tras dejar unas monedas en un platito de madera.

Las monedas desaparecen mágicamente y oímos a lo lejos el sonido de la caja registradora.

Salimos al exterior. Está nevando. Como puedo me abrocho la túnica dejándose ver la ropa muggle que llevaba. Desde hace unos meses, se lleva la ropa muggle bajo la túnica. ¡La moda, que jodida, cómo cambia de rápido!

Subimos a los carros y con un suspiro nos sentamos. Estamos muy cansadas, y al llegar a Hogwarts comemos en el gran Comedor con un gran esfuerzo para no dormirnos ahí mismo.

Llegamos a la Habitación, ahí tenemos las bolsas, sin poner las cosas en el armario. Mientras Eli decide poner las cosas en su sitio pese al sueño, yo me duermo a medio desvestir encima de la cama ha pesar de lo temprano que es aún: las nueve de la noche.

Me despierto y miro el reloj. ¡Las diez! ¡He dormido más de doce horas! Observo que tengo el pijama puesto. ¡Que detalle, Eli! Incluso me arropó... me gustaría saber con qué hechizo para utilizarlo yo la próxima vez.

Voy a desayunar, y cuando vuelvo, me doy cuenta de que aún tengo ahí las bolsas, esperando ser vaciadas. Cojo un par de cosas monas para ponerme después de ducharme que sean.... vamos, que no me llamen la atención los profesores cuando me vean. No es que mi ropa nueva sea de puta compulsiva, :p, pero son muy estrictos con eso de la ropa, y sólo te dejan en paz con la ropa cuando hay bailes, estás en la sala común, en las vacaciones de navidad, Semana santa, ect, y en los puentes.

(Nota de la Autora; siento ser tan pesadita con la ropa, pero es que es el primer año que Lana empieza a hacer caso un poco a su imagen, y también es para hacer este fic un poco más largo, joer, que siempre dejo sólo diálogo y diálogo, excepto en este fic, que he conseguío llenarlo de párrafos que no sean diálogos.)

Miro por la ventana... hace un buen día. Miro la cama de Eli. Está durmiendo aún, así que decido salir a darme un paseo sola. Dando saltitos (no sé porqué estoy hoy tan contenta) me dirijo al lago.

Hay una parte de la orilla, que está como hundida, es decir, que está el suelo más bajo, haciendo una cuesta. Ahí desde los terrenos nadie ve lo que haces, ya que está baja y tiene unos cuantos matorrales y algunas rocas que te tapan. El sol da estupendamente, así que me tumbo ahí mismo.

Al poco, parece que me voy a dormir por el calorcito, así que voy y me froto la cara con el agua del lago para refrescarme. Me tumbo de nuevo y empiezo a cantar lo primero que se me ocurre mientras la imagen de Ron llenaba mi mente.

Iré directo al grano desde el empezar

no intentare cambiar las cosas como están

prefiero que guardemos nuestra amistad

no te diré mi nombre por el qué dirán, qué dirán

Adivina adivinanza quien te escribe esta carta

es un niño que no juega mientras sufre por tu alma,

es un cuerpo que no anda si no escucha tus palabras,

es el aire del mar

soy tu caja de secretos tu silencio y tu pregunta,

soy la luna en la escondes tu batallas mas ocultas,

si tú eres el viaje que nunca podré llevar, llevar.

Te compraría el sol, si estuviera la venta

te dejaría una nube para que lo escondieras

haría un hechizo pa' que tu alma quisiera

mi corazón.

yo sé que mi silencio ahora es tu duda,

yo se que tu duda ahora es mi amargura,

no intentes preguntarte quien te escribe esta carta,

Mejor dejarlo así....

Ron

Harry se ha ido con una tal Susan de Hufflepuf y Hermione está en la biblioteca. Tendría que hacer unos deberes de Pociones y necesito ir a la biblioteca, pero no iré estando ella allí... no, no iré. Mejor voy a visitar a Hagrid.

Salgo a los terrenos, hace un bonito día. Me acerco con las manos en los bolsillos y con la cabeza alta, disfrutando del sol. Oigo unos silbidos. ¡Bah!

Llego a la puerta y toco. No hay nadie. Con un suspiro, miro hacia el castillo. No me apetece volver aún, así que me voy a la orilla del lago, y empiezo a recorrerla. Voy tan despistado que en más de una ocasión casi me meto dentro, hasta que una voz me saca de mis pensamientos.

Es alguien que canta.... y ¡Canta de puta madre! Ojalá mi madre cantase así, así no tendría que pedirle a mi padre o a mis hermanos que hicieran un hechizo silenciador, ya que se pasa el día cantando; al hacer la colada, el desayuno, las camas, la cena, la comida, la merienda... canta tan mal que a veces mis hermanos Fred y George hacen una trastada para que les eche la bronca y cuando acabe, esté tan enfadada que no se acuerde de volver a empezar a cantar una maldita cancioncita.

Me acerco un poco más a escuchar. Canta bastante bien, pero me detengo a escuchar la letra...

Dicen que te estas volviendo a enamorar

y que me vas a olvidar

que mis flores se marchitan

por que tu amor necesitan

y mi amor también se va a marchitar

si conmigo ya no esta

y mírame a la cara
y dime si me quieres todavía

si ya no soy el niño por el que morías

ni ese que a ti te hacia soñar

y mírame a la cara
y dime si me quieres todavía

si ya no soy el niño por el que morías

ni ese que a ti te hacia soñar

solo por ella...

Escucharla me sienta como un puño en la barriga, y la imagen de Hermione me llega a la mente. Trago saliva e intento contener las lágrimas, mis ojos se ponen rojos...

La chica deja de cantar y se levanta sorprendida.